Hogwarts: Revolution [ROL]

Chad Maximus:


[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Ahí estaba, la Hurona Feroz de Hufflepuff, la que no dejaba pasar ni una, y a quien tenían que atacar de a varios jugadores para poder ponerle un punto.

El mayor sonrió y flexionó su bicep, inflando la manga de su suéter como un globo de músculo antes de ofrecerle a la chica su puño para un fuerte fistbump.

”¡Entonces que esperas! ¡Vamos a aplastar unos gusanos verdes!” Rió Chad, caminando con Caroline hacia el campo de Quidditch, tan solo unos pocos segundos antes de que Althea abandonara el gran salón.

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Chad y Caroline se encontraban parados en el punto más alto de las gradas, mientras Quentin, junto a Ravenna y su pandilla, estaban alrededor del medio, y Althea se encontraba más abajo. Chad le había hecho una seña al entrar, pero al parecer la premio anual prefirió quedarse abajo. El prefecto musculoso se encontraba ladeado hacia atrás contra los soportes de las gradas, los cuales crujían bajo su titánico peso. Ahora mismo sus oídos no estaban enfocados realmente en la discusión que Mr. Q estaba teniendo con las chicas Slytherin. A el le sonaba como el típico tono tranquilo de el. Oh no… Su atención se encontraba sobre el niño estrella del momento, Dill. Ya veía por qué le daban su sobrenombre… El “Víbora esmeralda” se movía a una velocidad impresionante encima de su escoba… Ya fuera por su pequeña estatura, o su liviano peso, la manera en que tejía sus movimientos de escoba, incluso durante el entrenamiento, era impresionante… Su zigzageo durante las vueltas que daba alrededor del campo de quidditch, combinado con el sol que se reflejaba de su túnica, le daban el aspecto de un relampago verde… Y la estela que dejaba tras de el, sin duda, parecía una víbora atacante.

”¡Que talento…! Nunca he visto un jugador tan joven moverse de esa manera, este niño es un maldito pro.” Chad le comentó a su compañera, cruzándose de brazos. Su tono de voz lo hacía sonar preocupado.. Pero si Caroline lo miraba ahora, notaría que su esculpida quijada tenía dibujada una sonrisa, y sus ojos refulgaban de la misma manera que los de ella deberían estar haciendolo ahora. ”Althy va a tener que poner horas extra contra este niño.”

Casi como si por indicación, tan pronto Chad dijo eso, Althea se levantó para darle que decir a la chica Slytherin. Por primera vez desde que llegó, Chad le sacó los ojos de encima al relámpago esmeralda que seguía acelerando, y miró con sorpresa a Althea. Eran pocas las veces en que la chica reprimía a otros estudiantes, pero cuando lo hacía, tenía una presencia de voz que muy pocas personas podían equiparar. Chad sonrió orgulloso de la chica… Realmente había encontrado su confianza en sí misma en todo este tiempo, y verla defendiendo a una alumna menor de Ravenclaw con quien no tenía mayor relación con ese furor… Había crecido bastante.

Pero la mayor sonrisa de Chad fue cuando le ofreció la mano a Quentin y este la aceptó, saliendo juntos de las gradas de quidditch. Cuando Althea miró hacia arriba en su camino fuera del campo, Chad le levantó ambos pulgares, con un energético guiño de ojo y una sonrisa de confianza mientras silenciosamente voceaba:

ESA ALTHYYYYYYYY


Hermes Paracelsus:


[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Quería preguntarle cuanto había oído… Si se había dado cuenta de que el… no era normal. Oh no… ¿La señora Longbottom lo dejaba solo con ella? Hermes se escondió lo más que pudo en su bufanda, poniendo sus manos a los lados de su cabeza, cerrando los ojos y agitando fuertemente la cabeza mientras pensaba en cómo podría salir de esta sin ser metido en un armario, o peor…

… Pero se detuvo cuando escuchó la voz de Alice hablarle. Su tono era.. muy diferente del usual. Normalmente hablaba como si le diera asco estar frente a quien fuera que estaba hablando, pero… Su voz era dulce, ahora… Realmente sentía que.. Le importaba, lo que estaba hablando, y su bienestar.

Mientras la escuchaba, aún no teniendo el suficiente valor para hacer contacto visual con ella, recogió sus piernas hacia su pecho, abrazándolas con sus brazos. Ella, que nunca quería mostrar debilidad, que siempre se mostraba fuerte e impasible ante todo… Ahora estaba mostrándole su lado más suave a el. Cuando ella terminó de hablar, a Hermes le tomó unos segundos de silencio antes de poder responderle. Sus palabras salieron casi como un susurro.

”Y-yo no creo que tu seas un monstruo.. O una desgracia… N...nunca me has tratado mal… A nadie… s-solo sabes defenderte… Y-y...“ Antes de decir esto, Hermes miró hacia el lado opuesto de Alice, abrazando más fuerte sus piernas, con sus pies arrastrando levemente las sábanas.  ”A… a mi me importa… me importa que estes bien… ¿sabes? P-porque… Si alguien tan fuerte como tú n-no está bien… E-entonces… ¿como puedo tener yo la esperanza de estarlo..?“

Hermes calló por unos momentos. Una de sus manos dejó sus rodillas, y su uña negra y lustrosa comenzó a hacer pequeñas figuras en la suave tela de las sábanas.

”N-no me gusta entrar en d-detalles… P-pero tú confiaste en mí para.. para decirme sobre t-tus migrañas… T...tengo un problema… En mi cabeza, q-que es bastante grave... “ Los hombros del chico bajaron mientras hablaba sobre esto. Su mano dejó de hacer figuras en la tela, y se unió a su otro brazo, el cual ahora estaba alrededor de sus tobillos. Era la primera vez que se abría sobre esto con alguien que.. Consideraba su igual, no una figura paterna o de autoridad. Así que era algo dificil, y lo ponía nervioso el tipo de reacción que obtendría… Pero al mismo tiempo, se sentía derrotado. Si ella pensaba menos de el por esto… Realmente Hermes no tenía ningún valor.  ”P...por cosas que me pasaron d-de pequeño… c-con mi… p-padre.. Ahora cuando… Cuando huelo… P-pociones… M-me cuesta controlar mis acciones...“

Hermes no quería decirle sobre Mergo todavía… Pero creyó que con eso era suficiente para que la chica se hiciera una idea de lo que le pasaba. Sus manos se relajaron un poco, frotando sus pantorrillas por encima de sus pantalones.
”.... El problema es m-menor que cuando era pequeño… L-lo tengo bajo control… P-pero por accidente… Respiré un poco d-de la poción de Matthew esta m-mañana y.. T-tuve que venir… P-pero… p-podría tener peor compañía, que tu...“

El joven hizo un amago de sonrisa bajo su bufanda, por fin dirigiendo la mirada a Alice. Sus ojos, vidriosos, plateados, y ojerosos, le daban una súplica, casi, de que no le hiciera daño… Pero con una avergonzada sonrisa bajo su bufanda que recordaba la de un perrito de la calle que te sigue a casa.

”¿Y-y… Alice…? E-está bien ser… vulnerable… a-algunas veces...“ Dijo con un tono algo más relajado.


Vincent Sorum:



[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] de Logan, Vincent no se inmutó, simplemente asintiendo y sonriendo con cordialidad.

”No te preocupes. No hay ningún favor en particular que tenga en mente… Pero siempre es bueno poder tener una mano de ayuda cuando la necesitas, ¿no crees?”

Vincent dejó que Logan comenzara a montar su ataque. El jóven Arthagon tenía una iniciación en el ajedrez, por la manera en que liberaba a sus caballos, y montaba un muro frontal con un peón y un alfil. Vincent, por su lado, mantenía sus piezas centrales atrás. Como si no estuviera reaccionando a Logan, abanicaba sus peones, torres y alfiles hacia las afueras del tablero.

Mientras la estrategia de ataque de Logan se volvía más agresiva, destruyendo la línea de defensa de Vincent, el mayor se enfocaba en eliminar piezas de una manera que parecería errática. Eliminando piezas que no entraban en la estrategia del más jóven, posicionando sus propias piezas en lugares en que no harían bien para defenderse.. No llendo por obvios jacques. Logan se comenzaba a preguntar si el mayor estaba simplemente bluffeando. Fue entonces que Vincent comenzó a hablar.

”.... Veo que tu eres el talento intelectual de tu familia.” Vincent comenzó, evadiendo por poco que un caballo eliminara a su reina. ”Tu hermano Kerran es el talento físico...” Vincent mencionó, mirando al hermano mayor con una sonrisa, antes de devolver su mirada al juego. ”Y Ravenna el talento social. Realmente las tres dimensiones del poder, ¿no crees?”

Las piezas del tablero ya comenzaban a escasear… Aunque las piezas de Vincent seguían en pie, estaban en posiciones inútiles del tablero. Sin embargo, Logan ya había estado haciendo avanzar a su rey con su reina y una torre.. Pronto lo tendría exactamente donde lo quería.

”Es formidable ver a todos los miembros de tu familia en la misma casa, ¿no lo crees? Digo, casos como el de las gemelas Weiss son más comunes de lo que uno pensaría… Donde ambas hermanas están en casas distintas. Así que tener a todos los Arthagon en Slytherin es una verdadera suerte…  ¡Ah, pero casi lo olvidaba! No todos los Arthagon están en Slytherin… Hay una Arthagon en Ravenclaw, después de todo.”

Vincent había comenzado a mover sus piezas… Logan se veía obligado a mover su propio rey, pero sabía por el número de turnos que el jaque mate de Vincent era inevitable.. Después de todo, la única pieza defendiendolo era una reina, mientras el intentaba darle un jaque mate del cual seguía escapando.

”... Realmente me pregunto qué tiene de diferente ella del resto de su familia.. Después de todo, la inteligencia de un Ravenclaw no te falta, Logan… Y Kerran, tu no tienes nada que envidiarle a un Gryffindor. Así que algo le debe faltar a ella para ser parte de nuestra noble casa… ¿No es así?”

Aquí, Vincent simplemente escuchó lo que Logan y Kerran tendrían que decir. Ya había lanzado el señuelo, ahora solo quedaba oír lo que tenían que decir. Las piezas de Vincent estaban en un círculo alrededor del centro del tablero, donde la batalla entre el rey y la reina negras, y el escuadrón de piezas blancas se  enfrentaban. Vincent fue posicionado en un jacque… Y ahí fue cuando todo cayó en su lugar. Una a una, las piezas que se encontraban alrededor del tablero entraron a eliminar las piezas en posición perfecta de Kerran. Cada pieza que salía, sacaba levemente del jacque a Vincent, solo para regresarlo al turno siguiente. Sin embargo, Logan tuvo una oportunidad de tomar a la reina de Vincent, la única defensa entre su propia reina y el rey de Vincent… Y la tomó.

“Parece que es el fin de la línea, Vincent”

Vincent le sonrió relajado a Logan. Exactamente como lo había planeado.

”Asi es, es el fin de la línea.”

Un último peón negro llegó al final del tablero. La reina de Vincent resucitó, y en el siguiente turno eliminó a la reina de Logan, quien defendía a su rey de un jaque por parte de una torre. Logan se vio obligado a mover a su rey hacia adelante, para evitar el jaque de la reina de Vincent… Pero con un último movimiento, el rey de Vincent se movió hacia adelante, para comer el alfil que había eliminado a su reina previamente, el rey de Logan se vió solo en el tablero; en una posición en la que, si bien no amenazado directamente, cualquier movimiento sería letal.

”Y eso sería un empate.”

Vincent le sonrió cordialmente a Logan una vez más. Sin embargo, una mirada al tablero demostraría que si la última pieza movida no hubiera sido el rey, el juego hubiera terminado como victoria de Vincent.

Caroline estaba emocionada, quien seria este nuevo chico del equipo de los sly, como seria, que tan buen rival llegaria a ser para nuestros energicos y furiosos tejones.
Al momento de llegar a las gradas y sentarse junto a Chad no pudo hacer nada más que mirar al pequeño que se encontraba volando a gran velocidad en su escoba, era realmente impresionante. Con cada movimiento del chico Dill ella se emocionaba, no podia esperar a estar en el campo y ver como Althea lidiaba con el. Definitivamente seria algo epico.
Debido a la emocion de Caroline lo unico que pudo hacer frente a los comentarios de Chad fue asentir con la cabeza. Se notaba en la cara de la chica su emocion competitiba, al igual que en sus manos, las cuales no dejaba de mover y hacer tronar.

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Lowell se sintio algo avergonzado frente a su compañera, no porque no quisiera incluirla, si no por no haberlo pensado. Aun asi hace frente de la situacion y toma a Wilson, uno de los jugadores de tercero, y le dice a Sophie: - Disculpalo, la mayoria te respeta mucho y teme el meterte en problemas o dilemas con mis ideas poco comunes, en especial porque eres prefecta -
Lowell le sonrie, sabiendo que ella no armaria un gran escandolo por este asunto.
- Lamento si no te sentiste incluida, lo que paso es que ya te habias marchado y fue algo espontaneo -

Luego, al ver las maniobras de la chica y escuchar su desafio, no tuvo más que decir ademas de: - Con esos movimientos, quien no tendria miedo - rie un poco - Parece que tendras que ayudarme y enseñarle a los chicos como se debe hacer -

El chico estaba emocionado y feliz de que su compañera se les uniera, en especial porque era la unica chica que quedaba en el equipo. Esperaba que los chicos lograran conocerla un poco mejor en un ambiente más libre y tranquilo (en comparacion con los entrenamientos y partidos de quidditch).

Lowell, despues de soltar a Wilson, se hacerca a Sophie
- Luego jugaremos algo de baseball, por si te nos quieres unir - la ve y le sonrie - No me digas que tambien guardas como un as bajo tu manga que eres exelente en eso tambien - rie un poco de forma amigable y dulce.

Despues se aleja y va con los chicos y empiesa a distribuir el equipo para comenzar el "entrenamiento" de soccer. El voltea y mira a Sophie - Vamos Sof, tenemos que enseñarle a estos chicos como se hace - Luego de decir eso le arroja la pelota. Ella lo agarro sin problemas en el aire.

Hermes Paracelsus:

Hermes se sorprendió de la manera en que alice reaccionó, definitivamente nunca la había visto así… Recordó las muchas veces que entraba a la sala común de Ravenclaw, con su túnica colgando de su hombro luego de escapar de un grupo de matones de otras casas, solo para ver a Alice sentada leyendo un libro de quien sabe donde junto al fuego de la chimenea. Siempre se la veía estoica… Pero ahora, al borde de las lágrimas, ella estaba expresando sus sentimientos, sus emociones… Pobre, cuanto tiempo se las debió haber guardado. Pero Hermes sonrió… Después de todo, no odiaba este lado de Alice tampoco.

Sus piernas se relajaron un poco, revelando la cara pálida y pecosa de Hermes mientras su bufanda volvía a colgar más cerca de su cuello. El chico se movió un poco para ver a Alice de mejor manera, con una tímida sonrisa en su rostro.

”T-tranquila… Yo t-te conté mi secreto.. asi que.. M-mantendré también el t-tuyo... “ Hermes asintió suavemente con la cabeza.

Mientras Alice le contaba sobre su selección, Hermes no pudo evitar recordar ese dia también… Recordar las miradas de todos esos extraños sobre el, y lo cohibido que se sentía… Y por supuesto, tampoco pudo evitar recordar las caras de los Arthagon.

”C-confía en mi… Eres l-la mejor de los Arthagon… T-tu familia.. s-son bien abusivos… ¡S-sin ánimo d-de ofender!“ Aclaró el chico, y cuando Alice le dijo que era fuerte, casi se cayó hacia atrás de la camilla, agitando sus manos de lado a lado.

”¿¡Y-y-y-y-y-y-o fuerte!? ¡D-d-d-d-debes estar equivocada! Y-yo… Yo no puedo hacer n-nada.. p-por mi propia cuenta… S-solo soy bueno p-para.. hacer pociones… E-e incluso en eso fallo.. P-por mi condición.. “

Hermes pausó por unos momentos mientras pensaba en qué decir después, luego, mirando a los ojos a Alice, pudo decir algo:

”... N-no creo q-que sea demasiado tarde p-para.. ser amigos.. ¿s-sabes?“ El chico sonrió con esa ineludible timidez que lo caracterizaba.  ”¿... Q-quieres hablar… s-sobre tu madre?“

Vincent Sorum

Tengo su interés.. Brillante.

Vincent pensó. La manera en que Logan le miraba los ojos, sus palabras, todo su lenguaje corporal lo evidenciaba. Vincent se levantó, con un pequeño blandir de su túnica hacia atrás, y tomó la mano que le extendía Logan. El joven era destacablemente alto para su edad… Pero la altura de Vincent era suficiente para aun mirarlo desde un punto mayor. El saludo de Vincent no era constrictivo, pero tampoco era flácido. Su mano era firme, y la mantuvo por el tiempo apropiado antes de soltarla.

Los ojos que Logan vería parecían el lago negro a medio invierno. Sus mirada dotada de lejana profundidad, escondida como si los estuviera mirando a través de un muro de hielo. La expresión de Vincent, sin embargo, no había cambiado. Esa sonrisa tranquila se mantenía durante su intercambio.

”Ha sido un placer competir contigo, Logan.” El joven comenzó, ”Espero que podamos tener una revancha cuando haya más tiempo… Pero estoy de acuerdo, tú rascas mi espalda.. Y yo rascaré la tuya también.”

Mientras Logan y Kerran comenzaban a alejarse, Vincent llamó una vez más su atención con sus palabras, mientras bajaba su mano para que Oedon perchara sus patas carbonosas en sus largos y delicados dedos.

”Ah… Y un gesto de buena fé. Tengan suerte en su entrenamiento, hermanos Arthagon… Alguien bastante prominente estará observando.” Les dijo, con una sonrisa sapiente. ”Nos veremos por ahí… compañero~”


Una vez que los hermanos Arthagon hubieron caminado a través de las puertas escondidas de la sala de Slytherin, Vincent evaluó lo que había logrado obtener de su pequeño intercambio. Mientras se alejaba de la mesa, le dió dos pequeños golpes con su varita; repitiendo el encantamiento que ordenaría el tablero de ajedrez.

La chica que se parecía a Moira Arthagon se llamaba Alice. Por la tensión de Kerran, y las palabras de Logan, Vincent determinó que su relación no era la más fortuita… Según su hermano menor, a quien la ambición se le derramaba de la piel, ella era inteligente, pero no tenía ambición… Y lo más interesante: Había elegido exiliarse voluntariamente.

”No todos están hechos para la grandeza, ¿Eh Logan?” Vincent se susurró a sí mismo. Soltó una tenue risa… Tenía toda la razón. Con Oedon en su hombro.

Ahora la pregunta era… ¿Por qué había elegido exiliarse a sí misma, según Logan? Pensando en el sombrero mágico… Tenía sentido. Vincent se sentó junto al fuego de la chimenea, observándolo mientras recordaba su propia ceremonia de selección.

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“¿Queeeee?”

Sandra Weiss, de 11 años, había quedado sorprendida de haber quedado en Hufflepuff en lugar de Slytherin con su hermana. Cuando llegó a su mesa, los tejones la acogieron con cariño. El siguiente en la línea era Vincent.

El chico, delgado y de pelo negro, con los mismos ojos que mostraban desinterés en sus alrededores, se sentó en la silla de selección. La directora McGonnagal le colocó el sombrero encima, el cual comenzó a hablar.

“Vaya vaya… ¿Qué tenemos aquí? Un pequeño inquisitivo… Sediento de saber… Quieres respuestas, ¿no es así? O tal vez.. Te interesa más el viaje.. Tu harías un excelente Ravenclaw…”

Vincent escuchaba al sombrero, con sus ojos moviéndose hacia la mesa de los Ravenclaw. Efectivamente, el pensaba que calzaría bien ahi..

“... Pero tu, pequeño, no eres un Ravenclaw, oh no. A tí no solo te interesa saber… Ah, ahora lo veo… Hmm… ¿Un pequeño tan joven como tu, tan decepcionado con el mundo mágico…? Ahhh… Tu quieres cambiarlo, a través de tu saber… Tu quieres cambiar el destino de la sociedad… De la magia… Tu, jovencito… ¡ERES SLYTHERIN!”

Hubieron aplausos. Amigos de su familia chiflando hacia el, mientras Vincent se acercaba calmadamente a la mesa, tomando asiento junto a un chico mayor. Daphne Weiss estaba a varios asientos de el, pero a Vincent no le interesaba hacer amigos… Lo que el sombrero le había dicho esa noche se quedó con el, es más, despertó algo dentro de sí.. Y en la búsqueda de esto, es donde desarrolló su amor por los encantamientos.

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Alice podría haber sido una Slytherin.. Pero el sombrero detectó que lo que ella menos quería ser era eso, conjeturó Vincent. Eso quería decir que Alice Arthagon probablemente tenía tanto rechazo a su familia como ellos a ella… Ahora dos preguntas se embarcaban en Vincent: ¿Por qué? Y, más relevantemente, viendo como si esa mirada burlona estuviera frente a sí en las llamas… ¿Que tenía que ver con Moira Arthagon?

Sopesándolo por un tiempo, mientras frotaba el pecho y cuello de Oedon en su hombro, Vincent llegó a la conclusión de que, para obtener sus respuestas, debería hablar con la ravenclaw en cuestión…

… Pero hoy no era el día.

Vincent, satisfecho con lo que había logrado, se levantó del sillón, con Oedon al hombro, dio un giro. La parte baja de su túnica se levantó con el movimiento, con un elegante arco, y rápidamente volvió a su posición mientras Vincent hacía su camino hacia su lugar favorito de la escuela: La Biblioteca.


Chad Maximus:

Chad no pudo evitar reír con la reacción avergonzada de Althea. Puede que tuvieran la misma edad, pero la manera en que reaccionaba ante el amor le hacía pensar a Chad que parecía mucho menor. De cualquier modo, estaba feliz por ella.. Con una sonrisa algo melancólica, recordó el estado emocional de la chica luego de su ruptura con su novio anterior… No había aceptado las invitaciones de Chad a fiestas para tratar de alivianar el dolor de su corazón roto, pero a través del estudio y el quidditch, Althea había logrado recuperarse de eso… E incluso había logrado encontrar el amor una vez más.

Chad le iba a preguntar a Caroline que pensaba, pero cuando la miró, solo pudo ver el fuego en sus ojos. Como olvidarlo, ¡Caroline era una tomboy después de todo! Pero Chad sabía exáctamente qué hacer. Sacando “La Pipeta” de su cartuchera, su musculoso brazo apuntó hacia las escobas de repuesto que se encontraban al lado de las bancas. Con un “Accio!” por parte del fortachón, dos escobas salieron de sus casillas para dirigirse velozmente hacia el. Con poco esfuerzo, el chico agarró una en cada mano, ofreciéndole una a Caroline.

”Vamos, después de todo, tu eres más de aprender con las manos que los ojos, ¿no?.”

El titán rió mientras se subía en su propia escoba y se dirigía hacia el centro del campo, donde Elrand Lestrange, el capitán, se encontraba dando indicaciones a sus compañeros de equipo. Chad se aproximó con su escoba, evitando una Bludger que pasó cerca de su cabeza, y ofreciéndole un saludo típico de adolescentes de manera amistosa.

”¡Elraaaaaand! ¿Que pasa Dr. Strange?” Chad empezó, riéndose amistosamente. ”Estabamos viendo a tu nuevo chico con Carly aquí, y nos preguntábamos si te gustaría hacer un 2vs2 amistoso!”

Chad esperaba que el capitán Lestrange accediera. Después de todo, se habían conocido en varias de las fiestas que Chad hacía luego de los partidos de quidditch, desde mucho antes que el chico se volviera capitán de Slytherin.. Y vaya que era mejor capitán que el castor idiota que tenían antes. Este chico era tan bueno para el quidditch real como para el “beer quidditch”, pero incluso si no accedía a entrenar algo con Chad y Caroline, estaba perfectamente bien! No es que Chad tuviera pocos pasatiempos despues de todo.

Se le escapó una pequeña carcajada cuando empezó a sonar un clásico de los Ramones desde el gramófono. Era algo inusual pero capaz en un futuro no tan lejano estará normalizado que de los gramófono suene música muggle moderna o serán reemplazados por algún reproductor de música un poco más actual que sea compatible con la magia. Brad aceptó la sugerencia de sentarse en el piso para habla par a par sobre lo que les compete.

- Todavía no ideé nada muy complejo. Recién ayer nos informaron sobre el torneo y ademas estamos pisando sobre terreno desconocido aunque esto no quiere decir que no tengo algo en mente.

Se llevó a su boca uno de sus caramelos de café y le ofreció uno a su nuevo compañero de conspiraciones, por si quiera. Mientras miraba al horizonte a su amiga, dijo:  

- Hay tres cosas que tenemos qué hacer cuanto antes. La primera: saber a la perfección qué es el Torneo de Hogwarts, cómo se va organizar, cuáles son las cuatro pruebas que tiene el torneo, qué profesores se van a involucrar en ella. Si queremos sabotear al torneo, primero tenemos que conocer su lógica. Con una incursion en la biblioteca o explotando la afinidad que tengamos con algún profesor es probable que lo consigamos. Segundo paso: quiénes serán los elegidos para participar en el torneo para así sabotear la participación de los ochos o, si la suerte esta de nuestro lado, ganar la amistad de uno de ellos para poder tener un aliado dentro del evento. Obviamente seran la crème de la crème de cada casa, así que solo nos queda especular quiénes seran elegidos. ¿Tienes algún nombre en mente?. Y el último y no menos importante: necesitamos reclutar mas gente para nuestra causa. No dudo de tus habilidades o de tu entusiasmo, hacer algo tan grande como arruinar el evento principal del año de Hogwarts es una empresa que necesita más de dos personas.

Al sentir las finas patas en su hombro, además de su usual tirón de orejas, Sophie supo que su amigo estaba junto a ella. Se giró, intentando agarrarlo, aunque ni siquiera los reflejos de buscadora de los que tanto se enorgullecía fueron lo suficientemente rápidos para atrapar a al animago. Lo observó, curiosa, sin prestar demasiada atención en las palabras de Lowell. Lo siguió con la vista, viendo como se perdía entre la espesura de los árboles. Habló, sin dejar de mirar en aquella dirección.

— Lo siento, Lowell... —dijo, casi en un susurro—. Recordé que tengo algo que hacer, volveré enseguida.

Sacó su varita y, con silenciosos pasos, comenzó a caminar hacía donde se había perdido Brad. "Auris Magna", pensó, e inmediatamente empezó a oír sonidos que hasta el momento se mantenían oculto entre el trinar de los pájaros y el débil movimiento de las hojas. El sonido de una vieja banda, que creía haber oído en el despacho de su padre alguna que otra vez, llegó a sus oídos. Camino, intentando hacer el menor ruido posible, rezando porque las hojas secas no la delataran, que a sus propios oídos parecían papas fritas crujiendo. Cuando ya estuvo lo suficiente mente cerca como para oír las voces de Brad y otra persona más, se escondió detrás de un árbol.

"Así que, imagino que siendo el gran alumno rebelde de sexto año, en cuanto anunciaron esta competencia empezaste a idear un plan... dime, ¿En qué puedo ayudar?"

¿Esa no era la voz de Jamie Fen-Vixen? Nunca le había caído bien ese chico, y a ese chico nunca le había caído bien Sophie. Incluso se sentía algo traicionada por su amigo, sabiendo lo que Jamie pensaba de los hijos de muggles como ella. La joven pelirroja apretó su varita con fuerza. ¿Acaso planeaban sabotear la competencia? No era tonta, sabía que algo así iba a suceder, y no le sorprendía saber que Bradly Donovan-Walwyn estuviese entrometido. Sophie sabía que la lucha interna entre los estudiantes todavía estaba bajo control, pero nada podían hacer si llegaban a sabotear el torneo. Sophie era hija de muggles, sabía que los muggles no estaban preparados para descubrir a la comunidad mágica. Ellos reaccionan con el miedo, lo tenía claro, y siempre iba a ser así. La mayor parte del alumnado, por ahora, si bien no habían elegido un bando claro, se decantaba por los ocultos, mientras que una minoría apoyaba abiertamente a los reveladores. Escuchó las palabras de su amigo, cerrando los ojos. No le sorprendía, estaba claro. Miró al piso, seria. Por el bien de ambas comunidades, la muggle y la mágica, debía evitar que eso sucediera. Y, por si fuera poco, esos chicos corrían peligro. Si, estaba de acuerdo que la comunidad mágica era algo arcaica, pero... ¿no era eso lo que la diferenciaba del mundo muggle? ¿Acaso estaba mal querer mantenerse alejado de un mundo donde abundaba la crueldad y el dolor? ¿Para que necesitaban sus artefactos y máquinas, si su magia podía ir más allá de cualquier invento muggle? Hogwarts y el mundo mágico era su hogar, y debía protegerlo.



[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] mientras atendía al calamar, casi obnubilado, sin sonreir. Espero, paciente, sin prestarle mucha atención al animal, observando como el cabello de Althea se movía con delicadeza. Recibió el frasco, aún serio, aunque intentó esbozar una débil sonrisa cuando se dio cuenta que quizás estaba viendo a la joven con demasiado detenimiento. Con un movimiento de su varita, el díctamo flotó hasta la túnica de Quentin y se escondió en el bolsillo del que había salido. Mentalmente se reprochó a sí mismo, estar con Althea y lo que había pasado sobre Alice lo tenían un poco disperso.

— No tienes por que agradecerme—dijo, mientras observaba como el tentáculo se perdía dentro del agua. No era usual que su mirada estuviera tan perdida.

Salió del agua, con cuidado de no salpicar a medida que caminaba, y luego de secar sus propios pies con el útil (y algo complejo por su movimiento) encantamiento de aire caliente, se puso sus medias y sus zapatos.

— Es lindo, ¿verdad?—preguntó—. El lago negro, quiero decir—se explicó, pues la pregunta no había sido muy clara—. Extrañaré mucho este lugar... Hogwarts.

Frunció un poco el ceño. Desde que había vuelto al castillo este año, no había dejado de pensar en que sería su último año, y un poco lo deprimía.

— El año pasado, al principio, creía que me estabas evitando. Luego entendí lo mucho que te estabas esforzando. Por eso me puse muy contento cuando supe que te habían elegido como Premio Anual, incluso más que cuando me enteré que me habían elegido a mi también. Trabajaste duro, Althea Inkwood.

Le sonrió con amabilidad, mientras se agachaba para recoger su túnica y colgarla en al rama de un árbol cercano.

— Gracias por defender a Alice de esa manera. Es una chica brillante, y no merece que la traten de esa forma. —Bajo la vista, mirando su varita mientras la hacía bailar lentamente entre sus dedos. — Me gustaría que, antes de que deje este lugar, pueda tener un verdadero amigo.

Brad anota en su libreta mental los nombres que va barajando Jamie. Le da poca importancia a la cosa que esta viendo su compañero de crimen. Probablemente este mirando a un pájaro u otra criatura silvestre que viene de los bosques. Cuando menciona a su amiga se lleva la mano a su labio inferior, pellizcandolo mientras piensa. No habia pensado que su querida amiga podría ser una de las protagonistas principales del evento. Intentar convencerla para que se una a su plan era una tarea titanica, para no decir completamente imposible. Lo mejor que podía era como solía hacer siempre: abusar de su confianza. No era primera vez que lo haría pero eso no significaba que no sintiera un poco de culpa. Su amistad con Sophie era... distinta a muchas otras de las que tiene. Para él, ella no era una mera herramienta, pese a que su posición como prefecta la hace más valiosa que cualquiera de sus otros contactos.

- Yo podría hablar con Wenlock ahora mismo. La vi por acá cerca, estaba jugando a la pelota.  también creo que puedo encargarme de Inkwood, más adelante. Tengo cierto regalo que quizás le endulce un poco los oídos para lo que le tenga que decir. Y con el tema de Slytherin podría tirar de un hilo un toque peligroso: hay una del séquito de los Arthagon que me debe un favor, podría usar ese proxy para que me dé información o acercarme a uno de dicha familia.. aunque dudo mucho que quieran hablar conmigo debido a quién soy yo jajaaja. En el peor de los casos, en las cuatros casas hay estudiantes marginados o problemáticos como nosotros y, con las palabras indicadas y los gesto adecuado, nos servirían como informantes o "agentes activos" para la causa, si se les nota comprometidos. El tema es encontrarlos

Al ver que Jaime no aceptó el caramelo, decidió meterselo en la boca con el primero todavía siendo mascado entre sus muelas.

- Estoy segurisimos que Chad Maximus también sera elegido como representante de mi casa. Lo mismo con el otro Premio Anula que mencionaste, Bythesea nosécuanto. Después, no se me ocurre ningún nombre más. No conozco tanto la habilidad de muchos estudiantes como para nominarlos como futuros competidores.
Ya con los objetivos más o menos planteados... ¿Qué quieres hacer ahora? ¿Vamos a la biblioteca, nos separamos para hablar con los posibles elegidos, buscamos a esos marginados?

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]—preguntó, mientras se acomodaba un poco las mangas, acomodando la camisa blanca sobre el pliegue del codo. —. Mis aspiraciones no son tan altas, o al menos eso creo. Tengo mis habilidades para algunas cosas, pero realmente creo que soy un mago bastante promedio en muchos campos de la magia. Aún así, estoy feliz de que pienses así de mi.

El pelirrojo sonrió, contento por las palabras de Althea sobre Alice. Con un movimiento de su varita, las hojas secas que descansaban en el suelo comenzaron a flotar y moverse por el aire, alrededor de los estudiantes, como si estuviesen bailando.

— Eres una gran hechicera, Althea, y te esfuerzas más que cualquiera por mejorar. Ayudas a los demás sin esperar nada a cambio. Personalmente, creo que por eso mismo la profesora McGonagall decidió que no había nadie más indicado que tu para ser Premio Anual. A veces nuestro corazón importa más que lo que tenemos aquí.

Con la mano libre, Quentin se dio dos toques en la cien.

— Volveré, estoy seguro. —Hizo una pausa.— No se cuando, pero me gustaría volver. Este lugar ha sido nuestro hogar durante los últimos seis años, así que es normal que duela despedirse. Ya te dije que me gustaría ser fabricante de varitas, pero también me gustaría convertirme en profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras—explicó, para luego volver a dejar un silencio—. Aunque, para ser sincero, una de las cosas que más extrañaré de este lugar será pasar tiempo contigo.

No se atrevió a mirarla a los ojos, pues luego de decir lo que había dicho, casi inconscientemente, le daba un poco de vergüenza. Las hojas empezaron a moverse más lento, como si los sentimientos del mago se viesen reflejados en su danza. Sin embargo, a pesar de lo mucho que le costó, decidió mirar a la muchacha a los ojos.

— Eres una de las personas más maravillosas que conocí durante todos estos años. No deberías tener miedo por el futuro, estoy seguro de que te espera uno brillante. Me gustaría estar cerca cuando eso pase.



Suspiró, sin hacer ruido. Desde hace tiempo había asumido que su vida en Hogwarts no sería tranquila, y ese año no sería la excepción. Si la noticia de la enfermedad de su padre no era suficiente, ahora tendría que lidiar con los planes de Brad y compañía. Sin embargo, al menos había podido recabar algo de información, y tenía nombres de sus posibles objetivos. Chad Maximus y Althea Inkwood, de Hufflepuff, Quentin, en Ravenclaw, los Arthagon. Y por si fuera poco, ella misma, la maldita Sophie Wenlock. Tenía ganas de salir de su escondite, solo para ver la cara que ponía Brad cuando se diese cuenta de que los había estado escuchando. ¿En serio se creía capaz de convencerla? Brad y ella se conocían demasiado bien, lo suficiente como para que el Hufflepuff supiera que reclutar a Sophie era una perdida de tiempo, mucho más ahora que sabía con quien estaba tratando.
Debía asegurarse de hablar con Chad, Althea y Quentin antes que ellos, o al menos, intentar hacerles entender que esos planes no eran buena idea. A sabiendas de que Quentin tenía un pensamiento similar a ella, lo dejaría para después. Debía actuar economizando todo el tiempo que pudiese. A su pesar, decidió que ya era suficientemente arriesgado seguir escondida de los muchachos, pero ya tenía algo de lo que agarrarse. Solo por precaución, decidió utilizar el hechizo desilusionador, arrepintiéndose levemente cuando la inundo la sensación de un huevo crudo deslizándose por su cabeza. Una vez que estuvo lo suficientemente lejos retiró los encantamientos que había utilizado y, al salir del bosque, noto que Lowell y los muchachos ya habían empezado a jugar. Se acercó, intentando ocultar la preocupación y el agobio que sentía.


— ¡Hey! Espero que me hayan guardado un lugar.

Vincent Sorum:

El joven llegó a su santuario. El aroma de los viejos pergaminos y tomos en las estanterías llenó sus sienes instantáneamente. Su espalda y hombros se relajaron ante este sentimiento.. Sí, realmente este era el lugar al que pertenecía.

Mientras caminaba entre las familiares estanterías, notaba los murmullos y correteos de los pocos estudiantes que se encontraban tan temprano aquí este domingo. Desde los más estudiosos 5tos, apanicados por los venideros T.I.M.O.s a final de año, hasta los más relajados 3ros que habían dejado la tarea del lunes hasta el último minuto.

¿Pero a qué venía Vincent? Pues, realmente no era a demasiado. No tenía ninguna tarea atrasada, por supuesto… Su estudio para la primera semana ya había terminado. Oh no, Vincent se tomaba los domingos para algo mucho más especial… Su propia investigación.

Ya había recolectado suficiente conocimiento de encantamientos para poder modificar y manufacturar el hechizo indicado para cada ocasión. Ahora, Vincent se embarcaba en la búsqueda de algo mucho más abstracto… Las leyes y fundamentos de la magia. Llegando a la estantería indicada,

[Teoría de la Magia, Adalbert Waffling]

El libro fundamental que todos los primeros años tenían… Pero como era tradicional, la mayoría no había leído más que los capítulos necesarios para la clase… Sin embargo, Vincent revisitaba este manual una vez más. hizo su camino hasta una de las largas mesas de estudio presentes en este santuario, y tomó su lugar junto a una de las altas ventanas, con la mejor luz para leer. Oedon dejó su hombro, y se posó junto a la ventana, mirando hacia afuera inquisitivamente. Por supuesto, antes de ponerse a leer, Vincent también miró a través del cristal.

A la distancia, a su derecha, podía ver el campo de quidditch, en el cual las siluetas verdes de las capas de Slytherin brillaban contra la luz matutina… Escaneando hacia la izquierda, hacia la entrada del Bosque Prohibido, junto a la cabaña del Señor Hagrid, notó varios estudiantes.. Interesante, generalmente no habían tantos por esos lados. Notó dos parejas sentadas en distintos lugares.. Una de ellas eran 2 chicas, Slytherin y Hufflepuff. Sin duda las gemelas Weiss… Y más allá, ese gryffindor de cabello azul inconfundible, hablando con un Hufflepuff que desconocía… Interesante, según había notado, este Gryffindor era bastante infame por su actitud de odio activo hacia los magos, y parcialidad a los muggles.

Más allá, un grupo de Gryffindors jugando a una especie de juego por equipos, en que pateaban una pelota entre ellos. Hm… Más juegos muggle, ¿eh? A pesar de sus altas marcas en los exámenes de estudios muggle, el nombre de ese juego en particular se le escapaba… ¿Baloncesto, tal vez? No no, no tendría sentido.. No había una cesta.. Bueno, no importaba demasiado. Probablemente era un deporte poco popular.

Vincent abrió el tomo, y con su dedo índice, exploró el glosario… El libro estaba escrito en lenguaje bastante básico, para que cualquiera pudiera entenderlo. Sin embargo, contenía información que recordaba de esa clase de teoría mágica en primer año.. Y que ahora le seviría bastante.

Cuando su dedo llegó al lugar indicado, sus ojos se relajaron, y un asomo de sonrisa se dibujó en sus labios.

“Capítulo 2: Las leyes fundamentales de la Magia.”

Chad Maximus:

El titán rió ante el entusiasmo del joven Slytherin. Se notaba que era un buen chico, y no quería meterle miedo ni nada por el estilo. Después de todo, ¿cuál era el punto de caerle mal a la gente? Chad creía en la buena voluntad, y en hacer sentir a todos tán comodos como pudiera.

"Bueno, ¡por que no hacemos un amistoso de 25 puntos! Con Carly y Elrand como Guardianes y Dill y Yo como cazadores. Algo simple para iniciar la temporada, y que nos servirá a ambos de entrenamiento, ¿no? ¿Que dicen?

Dicho esto, el titan sonrió a gusto.


Hermes Paracelsus:

El chico rió tímidamente junto a Alice, sonriendo algo sonrojado bajo su bufanda ante la explicación de ella de lo que consideraba fuerte de Hermes.

”B-bueno… Si tu dices q-que.. eso es fuerza, entonces… s-supongo que puedo creer que… ¡hay algo f-fuerte en mí, despues de todo!“

Hermes escuchó atentamente lo que Alice tenía que decir sobre su madre… Realmente le llegaba profundo, después de todo.. El tenía una historia bastante similar, con su padre. Mirándola con ojos comprensivos, fijos en los de ella, el chico habló sinceramente.

”T-te entiendo… E-estoy en una situación similar, con mi p..padre. El n-no… N-no es una buena persona, ¿Sabes? A-asi que… N-no me gusta hablar mucho de el…“

El joven pausa por un momento, antes de reír por lo bajo, y dirigirse una vez más a Alice.

”E-eres una persona m-más amable de lo que m-muestras, ¿s-sabes? E-eso me parece… Y n-no me molesta t-tener una amiga como tu... “

El joven pausó por unos momentos… Pero con un pequeño salto, el cual hizo que su cabello rebotara levemente, saltó de la cama y se puso a hurgar entre los ingredientes que podía ver en la estantería de la enfermería.

”¡T-tal vez p-pueda.. Hacer algo, p-para ayudarte, tambien!“

Con lo que parecía una sonrisa determinada, poniendo su bufanda bien sobre su nariz y boca, y generando un flujo de agua con su varita cenicienta dentro de un mortero, el chico comenzó a poner los ingredientes que había cuidadosamente seleccionado para comenzar a crear una poción.

Caroline quien estaba concentrada en el chico sly, desvia la mirada hacia las escobas que ahora tenia Chad. Sus ojos se iluminaron pues logro darse cuenta de lo que queria hacer su compañero. Ella monta la escoba, asiente con una sonrisa en el rostro y sigue a Chad al campo.

La chica deja el dialogo a Chad y Erland. Ella mientras tanto miraba al joven Dill intrigada por su talento y esperando que el quisiera unirse al amistoso que su amigo habia propuesto. Definitibamente estaba entusiasmada con la idea.

Al escuchar el entusiasmo en la primera respuesta del joven sly, la joven no puede evitar mostrrar si gran sonrisa y mirada competitiva. Saca del bolsillo de su capa sus goggles de la suerte. Solo faltaba que los chicos de sly aceptaran la ultima propuesta de Chad.


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Lowell tranquilo le responde a Sophie: - Tranquila, estaremos aca un rato por si te desocupos más tarde. - le sonrie y luego comienza a preparar a los demas del equipo para su entrenamiento al estilo mugglel.

Lo primero que planteo con sus compañeros es la semejansa de deportes muggles con las diferentes funciones de cada posicion y planteo una espesie de entrenamiento para cada uno.
Al guardián titular y al de reserba les hablo sobre los arqueros en el soccer y el handball, a los golpeadores les hablo del baseball y a los cazadores sobre el handball y el basketball.

Lowell planeaba hacer un poco de todo durante el entrenamiento, partiendo por el handball, ya que cubria la mayoria de los jugadores.

Althea

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Althea no puede evitar un gesto de sorpresa, mientras sus ojos se ponían ligeramente vidriosos por la emoción... ¿Será que, por esta vez, puede permitirse un lujo? ¿Una persona a la que mantener cerca, pese a todo?
La chica no estaba segura, y le daba miedo abrir más su corazón, y lo que podía pasar cuando el chico se enterase de que había ocurrido en su pasado, la culpa que había llevado todos estos años y le pesaba cada día más... pero tal vez, si era Quentin...
No, aún no es el momento, contarle podría ser mala idea... así como abrirse demasiado.
Cerrando los ojos un momento, para ocultar en ellos el dolor que sentía, vuelve a sonreír como siempre al abrirlos, no demostrando ni una pizca de sus dudas.

- Bueno... este no tiene por qué ser el final, ¿O si? Aunque nos graduemos podemos seguir hablando, sin importar a donde la vida nos lleve, los lazos que formamos aquí permanecerán...o eso quiero creer, porque la verdad es que no me gustaría perderte.
Tal vez vuelva a Hogwarts algún día... no estaría mal, la verdad, le tengo mucho cariño a este lugar y a la gente que he conocido aquí, pero si vuelvo, espero que eso sea cuando haya conseguido ser la mejor versión de mi misma.
Y yo creo que serías un excelente profesor, Quentin, tus explicaciones son claras y dinámicas y los alumnos menores te adoran, serías todo un éxito... aunque para ser sincera, creo que serías exitoso sin importar lo que eligieras-

Una pequeña risa de la muchacha, mientras sus mejillas se teñían de un leve tono rosado, pensando que tal vez estaba siendo demasiado sincera y directa con sus pensamientos, pero si no lo decía ahora luego no tendría la chance, así que era mejor juntar aunque fuera un poco de valor.

Dill

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] el muchachito asiente vigorosamente con la cabeza, montándose inmediatamente en su escoba, listo para participar del amistoso con los 2 chicos de Hufflepuff, que se veían bastante amables y competitivos, un poco como él, lo que hacía que no le pusiera nervioso el que fueran mayores que él.

- ¡Suena a una genial idea! No tengo tanta experiencia, pero daré lo mejor de mi, ¡Hagamos de esto un amistoso divertido!-

Una sonrisa radiante de parte del pelinegro, y una risa amable de parte del capitán de Slytherin, quien se monta también en su escoba, con una mirada ligeramente desafiante, pero en un buen sentido.

- Será una buena demostración para los demás, así que iniciemos en cuanto ustedes estén listos-


Alice

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] si bien las pociones no eran el fuerte de Alice, tampoco se le daban demasiado mal... los encantamientos siempre habían sido su fuerte, y eso probablemente se lo debía a los genes de su madre.
Mientras miraba los movimientos del muchacho, y viendo como se cubría tan cuidadosamente la nariz y la boca, su mente empezó a pensar.
Hermes usaba esa bufanda para que esta absorbiese los humos de la poción, en otras palabras, la tela estaba cumpliendo la función de un filtro de aire, pero algunas veces no era suficiente, y por eso terminaba en la enfermería... debe haber algo que se pueda hacer al respecto.
Como en un trance momentáneo, distintas imágenes llegan a ella... de libros que no ha leído, notas que no son suyas, conclusiones que no le pertenecen...como cada vez que busca un encantamiento, la respuesta llega a ella a través de estos mensajes crípticos, que si bien sabe de donde vienen, a la chica a veces le gustaría no tenerlos...aunque ahora probablemente serían útiles.
Ignorando el creciente dolor de cabeza luego del torrente de imágenes, la chica saca su varita y con una sonrisa, pues está segura de que tiene la idea correcta, apunta hacia la bufanda de Hermes, y dice con voz segura, pero baja

- Chlamydem absorbet fumus-

Una ligera luz celeste envuelve la bufanda, que luego desaparece, como si nada hubiera ocurrido, y la chica asiente con la cabeza, satisfecha pese a que el dolor de cabeza haya aumentado considerablemente, al punto que la fuerza a cerrar los ojos y volver a recostarse

- N-nghh... los amigos... se ayudan entre sí, ¿No? Ese encantamiento debería hacer que tu bufanda absorba mejor el humo de las pociones.
Eres una buena persona, Hermes... me encantaría ser tu amiga-

Jamie

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo],el muchacho mira alrededor del campo, tal vez buscando inspiración, tal vez excavando en los rincones de su memoria toda la información que pudiera ser útil para lo que planeaban hacer.
Ahora...tenía que pensar sus opciones. Ir a la biblioteca sería algo muy extraño en él, por lo que podría levantar sospechas, aunque si iba a seguir el plan de mostrar un "cambio de corazón" para ganarse a los profesores, le podría resultar útil.
Hablar con los elegidos sin información podría ser apresurado, además, el no conocía realmente a ninguno salvo a Wenlock, con quien se había llevado mal desde el inicio y que seguramente haría más daño que bien.
Ahora...los marginados eran una opción interesante, conocía a varios de ellos, y aunque hacían el intento por evitarle la mayoría del tiempo para no empeorar su reputación...varios de ellos estaban interesados en Jamie, su conocimiento por el mundo muggle, y cómo podría conectarlos muy bien allí.
Entonces la pregunta era... ¿Biblioteca o buscar marginados? Y la respuesta era clara: Si quería poder cubrir todas las bases, tendría que hacer ambos en algún momento, no era una pregunta del qué, sino el cuándo.
Mirando al cielo, el muchacho llega a una conclusión, y sonríe para si mismo, extendiendo una mano a Brad.

- Si queremos cubrir todas las bases, deberemos hacer todas las cosas... sin embargo, y considerando que no tengo contacto previo con ninguno de los candidatos...o bueno, ninguno positivo, creo que es mejor dejarte esto a ti por ahora. Creo que iré a la biblioteca hasta el almuerzo a investigar, eso quizás también me gane unos cuantos puntos con los profesores, si puedo convencerles de mi "cambio de corazón" ante su benevolencia. Y por la tarde buscaré a los marginados con los que tengo contacto, se que varios podrían estar interesados en esto.
Dicho esto, ¿Qué planeas hacer tú? Aunque no sepamos en completo detalle los movimientos del otro, es mejor tener una idea general para no hacer las cosas al mismo tiempo y generar sospechas-

Chad Maximus:

”¡Ese es el espiritu!” Exclamó Chad, ”Arrojaré una moneda para ver quien comienza con la Quaffle! Y como siempre, ¡Hufflepuff elegirá cara!”

Dicho esto, Chad sacó una moneda de su bolsillo, y con un golpe de su pulgar hacia arriba, la lanzó girando hacia los cielos. La moneda atravesó bastante altura antes de aterrizar sobre su palma abierta, la cual cerró antes de poder ver que era, y que luego colocó sobre el dorso de su otra mano. Una vez revelada, se pudo ver que en la moneda estaba el sello.

”Ah bueno, la suerte no está siempre de el lado de uno, ¿no? Pero que vá, ¡Ey Dill, tu empiezas!”

Chad llamó hacia el chico que ya estaba sobre su escoba, lanzandole una Quaffle para que la atrapara. Mientras tanto, Chad montó su escoba y junto a Caroline, se elevaron a sus posiciones.

Tan pronto Dill estuvo preparado con su Quaffle, Chad tomó una de sus técnicas patentadas de Quidditch. Sosteniéndose en su escoba a pura fuerza de sus poderosos muslos, Chad abrió sus brazos de lado a lado, aumentando su rango de operación. Con un movimiento de sus piernas, la escoba de Chad se propulsó hacia donde estaba Dill, tomando la iniciativa para robarle la Quaffle mientras Caroline protegía los 3 aros detrás de el.

”¡Listo o no, aquí voy Dill!”

Hermes Paracelsus:

La poción comenzaba a lentamente tomar un color púrpura mientras Hermes mezclaba.. Y por supuesto, a medida que los ingredientes iban impregnando la mezcla de sus propiedades, las reacciones entre estos se elevaban como humos. La mayoría de los alquimistas y especialistas en pociones utilizaban estos y sus propias narices para darse cuenta de cuando la pócima estaba lista… Hermes era la excepción de esto.

Cuando comenzó a sentir el cosquilleo particular en su nariz de la raíz que había utilizado para la mezcla, Hermes trató de respirar menos, aguantando el aliento mientras su bufanda filtraba lo mejor que podía los humos… Generalmente hacía un buen trabajo, pero el chico suponía que tendría que conseguir una nueva bufanda encantada.. Eso sería difícil… Pero estaba seguro de que sus abuelos podrían ayudarlo.. solo que tomaría varios meses.

o al menos, eso es lo que Hermes pensaba hasta que escuchó el encantamiento de Alice… Al ver la tenue luz en su bufanda, sus ojos se abrieron con sorpresa, y parpadeando un par de veces… hermes tomó unos olfatos tentativos dentro de su accesorio.. No había nada de olor… Alice había arreglado… No, mejorado el encantamiento de su bufanda.

Pausando el proceso de mezclar la poción, Hermes tornó su vista hacia Alice, con una sonrisa sonrojada escondida bajo las capas de algodón que ocultaban su boca y nariz.. Pero sus palabras llevaron a los irritados ojos del chico a generar lágrimas de gratitud, con su voz resquebrajándose mientras el chico respondía a la declaración de Alice.

”A-alice… Yo.. y-yo no se c-como agradecerte... “ El chico comenzó, con un pequeño sniff de su nariz, mientras la manga de su túnica secaba sus grisáceos ojos. ”G-gracias.. Esto r-realmente me ayuda.. Y… Espero que esto te ayude a ti también...“

Dicho eso, Hermes le alcanzó el mortero, el cual ahora contenía un líquido corpulento, con aroma a lavandas.

”U-una especie de b-brindis.. p-para celebrar nuestro e-encuentro...“ Hermes rió un poco, a través de las lagrimas que gentilmente perlaban las esquinas de sus ojos.

Una vez que Alice bebiera el líquido, sentiría instantáneamente una ola de alivio y claridad de mente, comenzando por su cabeza y extendiendose a su pecho y sus piernas. Luego de un momento, sentiría un comfort y una calidez propias de una taza de buen té.

”E-espero que t-te funcione.. e-es una que inventé p-para uso propio, p-pero  c-creo que te ayudará t-también... “

Dicho esto, su bufanda se resbaló un poco de su cara, revelando su sonrojada sonrisa, y sus pecosas mejillas. Una mirada que ahora denotaba confianza, lealtad y cariño.



Vincent Sorum

La Primera Ley Fundamental de la Magia: Mientras más profundamente un mago o bruja intente entrometerse con los Misterios y leyes base de la magia, más drásticas serán las consecuencias de sus actos.

Los ojos de Vincent se entrecerraron ante esta afirmación. Por un lado, Vincent podía ver de dónde salía esta ley…. Los grandes misterios de la magia, tales como el alma, el amor, la confianza, los juramentos, la fé, los deseos.. La magia en sí. Todos conceptos intrínsecamente contraintuitivos, pero cuyos efectos y naturaleza iban estrechamente entrelazados con los hechizos, las pociones, las maldiciones, y demás… Conceptos que no se basaban en la razón, como tantos otros que también estaban estrechamente relacionados con la magia y su funcionamiento…

Pero, ¿Como era posible que no se buscara entender estos conceptos? ¿Cómo era posible que, la primera ley fundamental de la magia fuera “Si exploras estos conceptos, sufriras por ello”? Esto era lo primero que se le enseñaba a los primeros años, en un nivel muy base… Disuadiendolos de intentar utilizar las artes oscuras, en base a infantil miedo.. Pero para Vincent… Para el…

No hace sentido temerle a los misterios.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un sonido a su izquierda. Vincent desvió la mirada para ver de qué se trataba… No era nada más ni nada menos que Oedon, tocando el cristal de la ventana con su pico.

La mirada de Vincent se relajó, y sonrió levemente a su compañero.

”¿Que pasa pequeño, quieres salir a esparcir tus alas un rato?”

Como si Oedon comprendiera las palabras de vincent, se dió vuelta para observarlo, ladeando su cabeza de lado a lado mientras esperaba la acción de el.

Vincent rodó sus ojos, y sacó su varita. Apuntando hacia la pata de Oedon, con un encantamiento simple colocó un anillo plateado que, a tacto, hablaría las palabras “Si me encuentras, devuelveme a Vincent Sorum, 6to año de Slytherin”. Luego, apuntando al cristal que Oedon había estado tocando, Vincent pronunció el siguiente hechizo:

”Evanesco.”

Dicho esto, el cristal en la ventana se desvaneció, y Oedon apresuradamente caminó hacia este, comenzando a agitar sus alas mientras daba brincos.

”No te metas en problemas, ¿oiste?” Vincent le dijo a su ave con calma.

Oedon miró a su amo, y como respuesta solo soltó un “CAW”, antes de echarse a volar. Vincent no pudo evitar reir con la actitud de su mascota. Estaba seguro de que, cuando cumpliera 17, lo convertiría en su familiar oficial. Por ahora, Vincent volvió a su lectura, tornando páginas hacia los misterios de la magia.


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El vuelo de Oedon lo llevó al lugar más libre de Hogwarts. Navegando entre los altos techos de las torres con facilidad, el cuervo dejó atrás el palacio de piedra…. Y rápidamente, las orillas del Lago Negro y el amplio expanso del Bosque Prohibido se presentaban ante el. Sin embargo, hoy hubo algo que atrajo su atención…

Abajo, cerca de la cabaña de Hagrid, una bola peluda y blanca jugueteaba alrededor de dos chicas… El sol de la mañana hacía que su pelaje brillara como una joya. Pensando que esto sería excelente para su nido, Oedon planeó hacia abajo, donde se encontraba esta criatura.

Oedon se perchó en el arbol que cubría el picnic de las hermanas Weiss, y su gato, Morgan, movía su cola de lado a lado con un hipnótico ritmo. El cuervo bajó hacia donde estaba el gato, y acercandose con pequeños brincos, miró atentamente la cola, siguiendo con la mirada su movimiento… Hasta que, en el momento clave, abrió su pico, y…

Chomp

Tiró unos cuantos pelos de la cola de Morgan, echando a volar hacia atras, pero manteniéndose a la vista del gato, con su premio de pelaje entre las dos piezas de su pico.

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Las palabras de Althea quedaban resonando en la mente del muchacho. Por mucho que le costara aceptarlo, Althea y Quentin seguirían caminos separados, encontrarían a alguien a quien amar y con quien poder compartir su vida. Sin embargo, las palabras de la muchacha lo reconfortaban, el hecho de que Althea pensara así de el le ponía muy feliz. Pero, ¿qué posibilidades podía tener un mago como el?. Sin saberlo, Quentin Bythesea, que siempre había dado lo mejor de si, no se sentía suficiente y, sin embargo, el hecho de que no se hubiese alejado de la Althea estaba reflejado en su fuerte convicción de que, si tuviese la oportunidad, haría lo que pudiera para verla feliz.

— Espero que tengas razón, Althea. En verdad me haría muy feliz—contestó, sin dejar en claro a que se refería en realidad.

El mago agitó la varita sobre su cabeza, aún con la mirada fija en los ojos de Althea, y todas las hojas que levitaban en el aire empezaron a juntarse en el espacio que había entre los dos estudiantes. Poco a poco el cúmulo empezó a tomar forma hasta que, donde hasta hace un instante habían hojas, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] agitaba sus alas y, luego de hacer un pequeño giro por detrás de Althea, salia volando en dirección al castillo. Era, quizás, la magia más bella que Quentin podía realizar.

— Será mejor que volvamos al castillo—musitó, esbozando una débil sonrisa—. Aunque sea nuestro último año, tenemos nuestro trabajo como Prefectos.

Sophie sonrió. Se sentía algo fuera de lugar, no conocía realmente bien a ninguno de sus compañeros exceptuando a Lowell. Sus antiguos compañeros, con los que había aprendido a jugar, especialmente Bathilda y Emily, se habían ido graduando durante los últimos años. La mayoría de los chicos llevaban pocos años en el equipo, y realmente no podía llamar amigo a ninguno. No escuchó las explicaciones de Lowell, y poco a poco su mirada se perdió entre las hojas del bosque, donde sabía que Jamie y Brad estaban aún reunidos. Cuando volvió en si, esperó hasta encontrar la mirada de Lowell y, dirigiéndole una sonrisa casi triste, comenzó a caminar, alejándose del grupo. Camino, sin pensar realmente hacia donde, hasta que terminó a la mitad del Puente Cubierto. Apoyó sus codos sobre el borde del puente, mirando hacia el lago negro, donde encontró a Quentin y Althea junto a la orilla, a la vez que el pequeño pajarito con la cola negra y de colores se posaba sobre su hombro.

Brad dio un buen apretón de manos a su compañero de conspiraciones mientras le contaba su paso a seguir:

- Intentare hablar con los potenciales competidores. No soy ni un lengua de plata, pero confió que podre sacar algo útil de ellos y quizas, si la suerte esta de mi lado, sentar las bases para una posible ayuda indirecta a nuestra causa. Reencontremonos en el almuerzo para ver qué consiguió cada uno. Hasta luego, Jaimes  

Hizo un cuasi saludo militar y salió del bosque, esta vez usando sus piernas de humano y no las alas de su forma animal. Iba a buscar a su amiga y ver cómo jugaba al fútbol, pero ya no estaba ahí donde la vio por la última vez. La busco por todas partes hasta que intento pensar como en ella para adivinar donde podria estar: Puente Cubierto. Efectivamente, encontró a Sophie allí. Intento acercarse lo mas discreto posible a ella para tirarle de la oreja, como ya habia hecho hace poco pero en forma de pajaro. Se apoyó sobre la cubierta del puente, dándole la espalda a lo que miraba ella aunque obvio no ignoro que dos de sus objetivos: Quentin y Althea por ahora estaban juntos. Si la suerte le sonreía, podía hacer un 2x1 o no..

- ¿Por qué dejaste a los chicos que estaban jugando deportes muggles? ¿Te cansaste o estas con la mente ocupada en EL GRAN TORNEO DE HOGWARTS?

Le dio mucha enfasis a las ultimas palabras y hasta extendio sus manos como si desplegara un gran titular imaginario

- ¿Habías escuchado antes alguna vez sobre el torneo? Para mí, es algo que van andar inventando en la marcha. Un evento nuevo mentía Brad

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Realmente quería quedarse un rato más con Althea, incluso su tarde estaba algo libre. Pero estar tanto tiempo con ella solo le causaba falsas esperanzas, nunca había pensado en la idea de que sus sentimientos fueran correspondidos. En su cabeza, Althea solo lo veía como un buen amigo, alguien en quien podía confiar. Y eso realmente le quemaba por dentro. Pero... ¿y si Sophie tenia razón? ¿Acaso tendría una oportunidad?

— El doctor Bythesea necesitara a su asistente para seguir atendiendo al calamar gigante—contestó, con una leve sonrisa, mientras se agachaba a recoger su túnica y comenzaba a caminar en dirección al castillo junto a la muchacha.

Las palabras de Althea habían golpeado fuerte en su interior. Quizá... no. No podía darse el lujo de interpretar mas allá. Quentin era un joven agradable, el lo sabía e intentaba ser amable con todo el mundo. Pasar tiempo con alguien como el debía ser agradable. Camino al castillo hablaron de cosas sin mucha importancia, hasta que llegaron al punto donde debían separar sus caminos.

— Gracias por acompañarme. Estoy feliz de haberme...—se detuvo. No podía decirlo. No era el momento, ni el lugar, ni estaba seguro si era correcto siquiera. — Nos vemos luego, Althea.

Luego de esbozar la mejor sonrisa que pudo, su figura se perdió entre un grupo de estudiantes que ingresaban al castillo.



— Al menos veo que recuerdas a tu amiga—le reprochó, mientras una débil sonrisa aparecía en su rostro.

No se tomó la molestia de mirarlo, le parecía muy interesante seguir el recorrido del señor y la señora Bythesea camino al castillo.

— Esos dos se ven muy lindos juntos, espero que Quentin tome el coraje necesario. O tendré que ponerme manos a la obra.

Sin apartar la vista de la pareja, rebuscó en sus bolsillos, pero luego recordó que la carta que había enviado su tío debía estar repartida en forma de cenizas por todo el bosque.

— Hablé con Quentin sobre el torneo luego de que la profesora McGonagall lo anunciara—explicó—. Es algo real, no es que se lo hayan inventado. Aunque si parece muy oportuna su vuelta, ¿no lo crees? No me preocupa mucho realmente—mintió—. Pero espero que si me eligen para participar, al menos sea divertido. ¿Que hay de ti? Se que eres muy competitivo. ¿No te gustaría participar?

Vincent Sorum:

El joven estudioso se encontraba sumido en el libro frente a él. Sus ojos enfocados en la descripción de la magia, y su origen.. ¿Hereditario? Vincent colocó el dorso de su mano contra sus labios, gentilmente acariciándose la barbilla mientras leía con interés. El texto parecía no tener muchos más detalles que ese.. Vincent suspiró. Era la historia general con muchos teóricos mágicos… No se adentraban en teoría meta-mágica, generalmente explorando tan solo los hechizos y sus efectos… Sin realmente comprender que es lo que causaba que estos tuvieran efecto en primer lugar.

Sin embargo, la palabra “Hereditario” comenzó a cosquillear su curiosidad. Un término como ese no era propio de los magos… Definitivamente era un término más muggle. Tal vez.. encontraría su conexión con la “ciencia” muggle si buscaba libros que se adentrasen más en este campo.. No como este tomo introductorio.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando oyó la voz de una chica. “Creo que esto es tuyo”, dijo, mientras Vincent tornaba su vista hacia ella.

”Daphne Weiss, ¿Qué te trae por aqu-?” El chico se detuvo al ver el rasguño en la túnica de Daphne, el cual manchado con sangre indicaba lo que había sucedido. ”Oh...”

Cuando Oedon fue despetríficado, inmediatamente el ave voló al hombro de Vincent, perchándose en este y escondiendo su cuerpo detrás de la nuca del joven mientras miraba con algo de miedo a Daphne, el mechón de pelo de su gato aún sostenido por su pico.

Vincent suspiró, dando levemente vuelta su cabeza para dirigirse al ave, y luego de vuelta a su compañera.

”Asi que te metiste en problemas de nuevo, ¿Eh, Oedon?.” Dijo Vincent, antes de dirigirle la palabra a Weiss una vez más. ”Ruego que me disculpes por el daño que ha causado. De verdad estoy muy avergonzado de él.. Sabe bien que no debe meterse con otros alumnos ni sus mascotas.. No tienes ni idea de a cuantas ratas se comió en el primer año...” Dicho esto, Vincent pausó mientras sacaba una vez más su varita. ”Por favor, permíteme.. ”

Vincent carraspeó levemente mientras preparaba los hechizos que iba a utilizar.

”Episkey.. Reparo.. Scourgify.”

Con el primer hechizo, el corte de Daphne habría de cerrarse inmediatamente. Con el segundo, el rasguño que Oedon había causado en su túnica habría de surcirse por su propia cuenta. Con el tercero, la gran mancha de sangre en su manga habría de evaporarse en el aire y desaparecer.

Una vez hecho esto, el joven miró a su mascota una vez más, solo comenzando su frase.

”Y tú, señor travieso...”

Como si Oedon supiera lo que se venía, graznó alarmado y se disparó hacia el tope de una de las estanterías más altas de la biblioteca.. Pero antes de siquiera haber atravesado un metro, Vincent lo apuntó con su varita y conjuró:

”Panusifors!”

Un haz de luz azul estalló de la punta de su oscura varita, el cual sin fallar llegó directo a Oedon, quien en medio de su vuelo se transformó en un pañuelo de tela negra, el cual lentamente flotó hacia abajo, cayendo sobre la mano extendida de Vincent.

Vincent utilizó el pañuelo Oedon para suavemente frotar su varita, soplandola para eliminar cualquier polvo extra que pudiera haber quedado en esta, antes de guardarla en su bolsillo, doblar el pañuelo Oedon, y colocarlo dentro de su bolsillo de camisa delantero; con el diseño que representaba su cabeza y pico sobresaliendo de este. Una vez hecho esto, le dirigió la  mirada a Daphne de nuevo, con ojos avergonzados, pero actitud calmada.

”No te preocupes.. La transformación es temporal. Sin embargo, se que esto no quita lo que causó mi cuervo. Lo lamento mucho, Daphne.. ¿Hay algo que pueda hacer para compensarte? ”

Chad Maximus:

Chad se sorprendió con la presencia de mente del chico, quien mas que intimidarse ante la masiva figura del cazador de Hufflepuff como muchos de sus contrincantes en el campo, pensó rápido y utilizó la mayor diferencia entre ellos a su ventaja. Una sonrisa de grata sorpresa se esbozó en los labios de Chad.
”Nada mal niño… Nada mal”

Mientras Dill se alejaba del mayor, zigzagueando casi sin resistencia hacia Caroline, Chad miró a su compañera de equipo, haciendo una seña con su cabeza e indicando dónde se encontraría para interceptar la Quaffle cuando ella interceptara al joven Slytherin. Ahora mismo, Chad estaba pensando en lo mismo que Dill.. Para él, Chad era una Ford F-150, y él tenía la maniobrabilidad de un smart-car… Pero Chad llevaba su tiempo en el campo de batalla, y sabía cómo explotar su masivo cuerpo en su mayor capacidad.

Colocando sus manos una vez más en el mástil de su escoba, Chad utilizó su masivo peso, y la fuerza de la gravedad a su favor. Pisando con fuerza el pedal derecho de esta, al mismo tiempo que con su fuerza de brazos traía el mástil de esta al lado indicado. Con un movimiento entrenado y practicado, sin perder su aceleración, la escoba derrapó a través del aire, en un ángulo increíblemente agudo, el cual causó que su cuerpo emitiera una pequeña ráfaga de aire hacia el lado, haciendo fluir su estilizado cabello, antes de que se lanzara hacia adelante una vez más, listo para interceptar la Quaffle cuando Carly la lanzara.  


Hermes Paracelsus:

Hermes no pudo evitar sobresaltarse, con su cara sonrojándose ante el cumplido de Alice. Sus manos inmediatamente saltaron frente a sí mismo para agitarse en negación de lo que la chica le dijo.

”¿¿G-g-g-g-g-genio?? ¿¿Y-yo?? ¡D-d-debes estar e-equivocada! y-yo solo s-se un p-par de cosas sobre hacer p-pociones! N-nunca p-podría hacer encantamientos como l-los tuyos!“

Sin embargo, su tartamudeante y sonrojada cháchara se detendría de manera súbita cuando, con un sobresalto y una pequeña exclamación sorprendida de su parte, el pequeño y peludo gatito negro de Alice aparecería desde debajo de la cama, mirandola a ella y a Hermes con esos azules ojos.. Aquellos que le recordaban a ese chico de slytherin.

El joven Hermes escuchó la presentación de Alice de su mascota. Sus ojos tan amplios como la de la gatita mientras oía a su compañera. Adentrando su nariz en la bufanda que Alice encantó, el joven extendió el dorso de su mano hacia la pequeña, en señal de amistad. mientras la pequeña olfateaba la pálida mano del chico, murmuró a modo de saludo.

”M-mucho gusto, Aletheia… Y-yo soy H-hermes… G-generalmente n-no le gusto mucho a l-los animales, p-pero.. espero q-que nos llevemos b-bien...“

El chico no tenía muchas esperanzas. Solo esperaba que la minina no lo mordiera.. En el peor de los casos, solo se alejaría. Generalmente perros, gatos y lechuzas lo rechazaban por el olor a ingredientes tóxicos que tenía la ropa del chico.. Pero lo que hizo Aletheia lo sorprendió. Sintió el suave pelaje de la gatita contra su piel, y cuando abrió los ojos, notó que la pequeña estaba frotando su cabeza contra la mano de Hermes. El chico inhaló sorprendido, sus ojos anchos y su boca en una sonrisa sonrojada, mientras frotaba suavemente a la gatita.

”V-vaya… Es… es la p-primera vez q-que puedo f-frotar a u-un animal asi.. g-generalmente n-no les c-caigo bien, s-sabes..? D-de hecho.. s-soy algo alergico a l-los gatos.. p-pero gracias a tu encantamiento, n-no parece que t-tenga problemas..“ El chico rió suavemente, mientras la pequeña ronroneaba. ”E-entonces… Todavía es d-domingo…. ¿T-tienes algún p-plan..? Y… ¿Q-que electivo d-decidiste t-tomar?“

Cuando preguntó esto, sus ojos brillaron con anticipación… Pero causó que, lo más levemente, bajara su bufanda.. Y cuando la primera espora del pelaje de Aletheia cosquilleo la nariz de Hermes, el chico no pudo evitar el más delicado y pequeño..

A...Ah…¡Achís!

Soltó una debil carcajada como respuesta al reproche de su amiga y se dio vuelta para ver a los dos tortolos

- Que sea su ultimo año es presión suficiente como para que se confiese a ella, pero si no lo hizo hasta ahora capaz es muy cobarde y necesitara asesoramiento masculino mas que la ayuda de una chica.

Brad decía eso preparando el terreno para un posible acercamiento. No tenia confianza alguna con él, como mucho lo vio tres veces y siempre en presencia de su amiga. Tampoco Brad era un gran guru del amor, a lo sumo a lo largo de su vida tuvo una novia y un par de "amiguitas" que no le caian muy bien a Sophie. Pero de lo que carecia lo compensaba muy bien con su ingenio o esperaba lograr eso


- Es más que conveniente lo van a hacer el torneo, una clásica pantalla de humo... pero no vino acá para hablar de eso - "o sí..." pensaba en sus adentros Brad - Solo vine a ver cómo estabas. Y no, no creo que participe Es una perdida de tiempo, hay cosas mas importantes que hacer hoy en dia. Ya que quieres estar en el torneo ¿Sabes bien en que va consistir? ¿Ya estas 100% segura de que vas a participar?

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Esbozó una sonrisa algo triste, mirando por primera vez a su amigo. A medida que pasaban los años su relación con Bradly había cambiado bastante. Durante sus dos primeros años se habían vuelto inseparables, no había momento fuera de clases en que no estuviesen dando vueltas por el castillo uno al lado del otro. Sin embargo, el tiempo les había pasado factura, así como también la gente con la que el Hufflepuff había decidido involucrarse. Los negocios de Brad, sus amigos y la gente que lo rodeaban habían separado los caminos de ambos amigos. Por un lado, la Varita Roja de Gryffindor, la intachable Sophie Wenlock. Por el otro, El Tejón Negro de Hufflepuff, el problemático Bradly Donovan-Walwyn. Sin embargo, a pesar de todas sus diferencias, Sophie aún lo quería mucho, y era uno de las personas en las que más confiaba. Aún seguía siendo su mejor amigo.

— Según la profesora McGonagall—comenzó—cada casa tendrá ocho candidatos. Si el profesor Longbottom cree estoy lista, daré lo mejor de mi.

Levantó la mano y le acomodó el cabello a Bradly, que cuando se transformaba en perico siempre se despeinaba. Volviendo a sonreir, ahora más alegremente, recordó como a mitad de tercer año había intentado cortarle el cabello, y no había terminado de la mejor forma.

— Hable con Ginny. Con la profesora Wesley—se corrigió—. Ni siquiera ella pudo contarme en que consistía el torneo, aunque si se le escapó algo. El premio del torneo serán mil galleons. Pero supongo que ni siquiera eso llamará tu atención, ¿verdad?

— Supongo que así podrías sacar a tus familiares de Azkaban, ¿no crees, Brad?

Un chico de Hufflepuff alto, buen mozo, cabello color ceniza y ojos verdes se acercaba a ellos con tranquilidad. Hace un año, Fred Scottland era, a los ojos de Sophie, una de las personas más agradables que podría encontrarse en Hogwarts. A mitad de año, tiempo después de que Sophie terminara su relación con Zacharias Johnson, un Gryffindor ahora en séptimo año, Fred y ella habían sido pareja. No tardaron mucho en romper, cuando haciendo una ronda nocturna la pelirroja lo encontró saliendo de un aula vacía, despeinado y desaliñado, como si se hubiese vestido apresuradamente, de la mano con Samantha Porter, de Slytherin. Desde ese momento, no había persona a la que Sophie aborreciera tanto, quizás solo superado por Ravenna Arthagon. Sin embargo, la única persona además de Sophie que conocía aquella historia era Brad. La última vez que se habían visto, antes de las vacaciones es, también estaba con Bradly, y si no hubiese sido por Sophie, Fred hubiese quedado calvo y con los dientes de castor.

— Es una broma, Soph—añadió rápidamente, al notar la mirada furiosa de Sophie—. ¿No me digas que sigues enojada por lo de Samantha? ¿No estábamos bien?

— Vete, Fred. Ahora mismo—gruñó, molesta.

— ¿Acaso me has cambiado por este... por esto?—preguntó, como si el hecho de que Brad fuera su pareja le pareciera una ofensa.

— Brad es una de las personas más nobles que conocí en Hogwarts. Pero claro, ¿que sabes tu de eso?

Sophie sujetaba su varita con fuerza, casi temblando, a tal punto que de la punta salieron un par de chispas rojas. Por mucho que quisiera lanzarle un maleficio, como prefecta le era imposible. A su alrededor, la gente que había decidido disfrutar de los terrenos del castillo empezaba a acumularse.


Camino a la biblioteca, Quentin se encontro con Daphne Weiss que, varios metros delante suyo, seguía su misma dirección. Al llegar a la biblioteca, y mientras buscaba "Magia experimental: como no perder tus dedos en el intento", pudo ver toda la escena entre Vincent, el cuervo y la chica. Frunciendo levemente el ceño, aunque aligerando el gesto unos segundos más tarde, se acercó a paso lento hacia los estudiantes con el libro bajo el brazo. No pudo evitar la curiosidad y, brevemente, sus ojos se posaron sobre el libro que reposaba frente a Vincent.

— Me sorprende verte leyendo un libro tan básico, Vincent—apuntó—. Creo haberte dicho unas cuantas veces que los animales no están permitidos en la biblioteca. Pero... supongo que mientras se mantenga como pañuelo, no habrá muchos problemas. Aunque creo que los problemas ya te han encontrado—agregó mirando a Daphne, notando como la cabeza de un gato se asomaba por el bolso—. Los animales no están permitidos en la biblioteca, Daphne—dijo, con una sonrisa amable.

No era un grupo usual. No había compartido mucho con ninguno de los dos, aunque, como prefecto, había regañado un par de veces a Vincent por su cuervo. A Daphne tampoco la conocía demasiado. Habían hablado alguna vez, sin recordar realmente cuando o por que motivo, pero lo suficiente como para poder recordar su nombre, e incluso saber que se trata de una gran alumna. Sin esperar mucha respuesta de ninguno, dejó un buen espacio entre el y Vincent, y comenzó a buscar lo que necesitaba.

Brad anotaba cada data dada por su amiga en una especie de libreta mental. El joven cayó en la tentacion de tal jugoso premio: se imaginaba todas las cosas que podia hacer con mil galleons, el impulso que le daria a una futura reconstruida pandilla y a sus ideas "reveleadoras". No pudo dar tanta rienda suelta a la imaginación porque sus pensamientos se vieron interrumpidos con la aparición de uno de los mas nefastos de su casa: Fred Scottland. Habituados a los ataques a su familai, El Tejon Negro se maten tenia impasible, con una sonrisa que buscaba denotar una tranquilidad que en realidad no existia. Ya con ver con que actitud se presentó ante ellos, Brad sostenía su varita todavía enfundada, como vaquero de western que espera un duelo inevitable. Notaba la tension de su amiga, la manifestación de su varita. Pusó una mano sobre su muñeca, aquella con al que sostenia la varita y le susurró la oido

- No vale la pena jugárselo todo por un patán. Tienes muchas cosas que perder, Sophie. Déjame que me encargo yo.

Se separó un poco de su amiga y se dirigió a Fred. Los ojos curiosos que se acercaban a la escena lo ponían molesto. Demasiados testigos para lo que queria hacer.

- No, no estoy en Sophie. Mas que nada porque ella no es mi tipo. Me gustan mas los muchachitos...saltarines

Tan rapido como terminó la oración, sacó su varita y disparó varios destellos a los pies de Fred, quizas volviendo a referencia a alguna película western que vio con su padre.

Dill

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] mientras analizaba cual sería su estrategia, tomando en cuenta miles de cosas a la vez.
Lo mejor, pensó Dill, es convencerlos de que tiene un tipo de juego para luego mostrar uno totalmente diferente... una mirada rápida a su compañero le confirma que están en la misma línea, para derrotarlos, deben sorprenderlos.
En ese caso...sus primeros lanzamientos serían rápidos, pero no con demasiada potencia, convencería a los hufflepuff de que su mayor fortaleza era la velocidad, para luego sacar toda su potencia oculta...no dudaba de que Caroline podría atrapar ese lanzamiento, pero suponía que si la chica se confiaba, sería más propensa a un error.
Con eso en mente, Dill lanza la quaffle en dirección a Caroline, esperando ansioso la siguiente movida de ella y Chad.

Alice

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Aletheia siempre había sido una excelente jueza de carácter, y se notaba que el muchacho le agradaba.
La verdad, la gata solía ser una gran aliada para Alice en ayudarla a evitar gente desagradable por los pasillos, y una estupenda compañía...su única amiga, hasta ahora.

- Aletheia siempre ha sido buena juzgando a la gente, te sorprendería cuantas veces le ha gruñido a mis familiares...ellos están convencidos de que es una gruñona, pero no es así, ¿Verdad pequeña? Se nota que le agradas.

Ante el comentario, la gata maúlla, como para expresar que está de acuerdo, y en eso, justo antes de que pudiera responder a la pregunta, Hermes estornuda, lo que hace que Alice suelte una pequeña risita por lo adorable del estornudo

-La verdad, inicialmente no iba a tomar electivos pero...bueno, ¿Has escuchado los rumores sobre la profesora Magnum? Dicen que cuando terminó la escuela viajó por el mundo visitando lugares que los muggles consideran embrujados, se dice que incluso publicó un libro sobre eso en el mundo muggle, y que estuvo aprendiendo formas de magia antiguas, como el voodoo...además, suele hablar más con los fantasmas del castillo que con los otros profesores... y al final, todo eso me dio tanta curiosidad que acabé por tomar Estudios Ghoul, creo que la profesora Magnum seguro ofrecerá una clase como ninguna otra.
Y con respecto a mis planes de hoy pues...no se, ¿Encontrar un lugar tranquilo para leer o algo así? No tengo nada muy definido, cualquier cosa vale mientras esté tranquila, ¿Y tú? ¿Quieres que hagamos algo juntos?-

La chica sonríe, expectante...sería la primera vez que no pasa un domingo sola, y la compañía de Hermes la llenaba de un sentimiento cálido por dentro.
Como si le leyera la mente, Aletheia ronronea, aún cerca de Hermes, casi como si estuviera invitándole también a pasar tiempo con ellas.

Althea

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] mientras un leve rubor tiñe sus mejillas, mira al muchacho fugazmente, pero luego vuelve a dirigir su mirada al cielo, mientras camina un poco más lento de lo que acostumbra, intentando alargar el momento, aunque solo sea un poco.

- Por supuesto...yo...no me lo perdería por nada-

Responde la joven, que sentía como su corazón latía un poco más rápido ante la idea de pasar más tiempo a solas con el, pero sacude la cabeza...no puede permitirse albergar esas ilusiones, es algo imposible.
Althea escucha las ultimas palabras de Quentin, que le duelen y le alegran a partes iguales...y lo observa irse, para luego murmurar, para sí misma.

- Nos vemos luego, Quentin...me alegra haber pasado tiempo contigo-

Con el corazón un poco dominado por la melancolía, Althea camina sin rumbo, pues aún tiene algo de tiempo libre, y acaba por encontrarse con Brad, Sophie y Fred, con quienes no hablaba hacía un rato.
Esforzándose por sacudir la tristeza de su interior, la chica sonríe y se acerca a ellos, para saludar y tal vez charlar un poco...pero al notar el ambiente tenso, decide tratar de cambiar el foco.
No había que ser un genio para notar que Sophie y Fred rompieron en malos términos, y Althea no quería que las cosas escalaran

- ¡Sophie, Brad! Justo las personas que quería ver...¿Qué tal se encuentran? ¿Cuáles son sus planes para hoy? Tengo algunas tareas en las que no me vendría mal su ayuda, pero si están muy ocupados puedo arreglármelas-

Una mentira blanca, pues la chica en la realidad no tenía mucho que hacer ese día...pero esperaba que el comentario, y la aguda mirada en dirección a Fred fueran un indicador suficiente para que este se largara


Jamie

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Jamie escuchaba con atención las palabras de Vincent...así que el cuervo solía dar problemas, ¿Eh?, eso era buena información para entablar una conversación, sin duda.
Una mascota poco convencional...eso hablaba bastante de su dueño, quien para ser Slytherin, pasaba bastante desapercibido, lo que lo convertía en un potencial buen aliado...al menos, más accesible que las hermanas Weiss, que no parecían entablar relación con nadie que no fuera la otra.
De todos modos, lo mejor era averiguar las motivaciones de los 3 renegados, ver si alguno se uniría a la causa, y luego continuar investigando el torneo.