TULPA

El mayor miedo que paralizaba a Jonathan, más de lo que ya paralizado fisicamente esta, era más el de explicar a Draco sobre por qué tenían a un robot gigante dentro de la habitacion que rompió la cama que la cama partida en sí. Por suerte o por causas místicas su compañero hizo caso omiso a su tulpa, vio directo la cama destrozada. Miró de reojo al golem y este tampoco entendía, comunicándoselo encogiendo los hombros. Escucho a lo que dijo Draco con una cara de desconcierto y bajó la cabeza, intentando cumplir otra vez su papel de victima: si funciono una vez...

-Jonathan: Entiendo, Drac. Intentare resolverlo hoy mismo. En menos de que te des cuenta, parecerá qu no paso nada jajaja.

El muchacho dijo eso con mucha soltura, pero, a su problema del grimorio chamuscado, el golem/moto y su acoso extradimensional se le sumaba una cama rota. ¿Dónde conseguiría una nueva o una forma de arreglarlo?. Agarro su billetera y un par de ahorros que tenia guardado detrás de un cuadro de Stirling Moss. No llegaba ni a comprar un tercio de una cama y ya había pasado el limite de su tarjeta de crédito de emergencia. Había una única salida en forma de libro chamuscado: si la magia le permite separar partes de sus cuerpos y convocar entes de hierro, ¿por qué tan increíble fuente de poder no serviría para arreglar una simple cama?. La cuestión es qué tipo de hechizos seria útil para tal hazaña. Tampoco pudo hacer mucha investigación con su grimorio destruido, un molesto barullo que salia del pasillo retumbó en toda la habitación y no le permitió concentrarse. Salio de la habitación para ver qué era y se encontró con algo inesperado

Ser el centro de atención de gran parte del estudiantado masculino no hacia mas que ponerlo a Apollo en una situación critica de ansiedad. El ojo de quien sabe cuantos alumnos lo analizaban de pies a cabeza preguntándose qué mierda estaba haciendo para que de él salga tantas canciones juntas. Ignoraba a su tulpa correteando por ahí con lo que quedaba de su colección de monedas. ¿Su ruidosa presencia era mas llamativa que la aparición de una criatura fantástica en el colegio o directamente no lo veían? no tardo tanto en darse cuenta que era la segunda opción. Apollo siguió corriendo a su tulpa ordenandole que pare hasta que finalmente lo hizo... aunque otra cosa lo detuvo. Casi al final del pasillo, Euterpe estaba parada en frente de un coloso mecánico y a su derecha se encontraba con el peor de los nuevos: el revoltoso Jonathan Baker, el Lutero del club rebajado con cigarrilos de mala calidad y una amputación de pierna. Ambos reconocieron casi al unisono qué era lo que lo acompañaba al otro, sea por instinto o porque algo de lo que leyeron del grimorio se les vino a la cabeza: "¿ESO ES UN TULPA?" se señalaron con un grito el uno al otro cual meme de spiderman. Euterpe, ni lenta ni perezosa, aprovecho la distracción de los dos para saborear el gusto musical de Bready. En un agil movimiento soltó su lengua morada disparada hacia la cara del muchacho pero el golem estuvo rápido y de un derechazo repeló su lenguetazo. No obstante, el veloz movimiento hizo que se le trabara el hombro derecho, que quedara rígido como robot oxidado o viejo artrítico.  

-Jonathan: ¿Qué haces acá en medio del pasillo haciendo todo este lío? ¿De dónde sale tanto ruido?

A Apollo no le gusto demasiado el justificado reproche de su compañero. Frunció el ceño, miró de reojo detras suya atento de la todavia curiosa mirada de algunos compañeros que salieron de sus cuartos, a su rebelde tulpa y por fin a las monedas musicales que llegaba a escuchar como se fusionaba sin querer un tema de George Micheal con uno de Cannibal Corpse.

-Apollo: Es todo por culpa de estas monedas - dice el italiano señalando las que tiene en el bolsillo- Mejor dicho, todo es culpa de mi tulpa. Desde que apareció no responde a mis ordenes. ¿Me... me ayudas a detenerlo? - Apollo miraba a Jonathan a regañadientes. Era como pedir ayuda al Diablo, pero si seguía con la tonteria de perseguir a su tulpa no solo ponia en riesgo el hecho de que todos lo reconozcan, sino también la propia integridad del club

-Jonathan: !Obvio que te voy a ayudar, mi gran amigo! Para algo somos camaradas del club- Bready acentuaba lo maximo posible el sarcasmo de su voz... aunque siempre y cuando me des tu cama. La mía la rompió este grandote y no tengo donde dormir.

Apollo pensó que era una broma de mal gusto, mirándole con una cara de extrañado. Al ver que el chico de silla de ruedas no remataba el "chiste" cayó que lo decía en serio. Euterpe no tardo en sumar 1 con 1 y darse cuenta de que si se quedaba ahi esperando cómo negociaban, la iban a atrapar. Lanzó el resto de las monedas hacia arriba con la discografia compelta de Manu Dibango sonando a todo lo que da y luego disparó varias ondas sonidas hacia adelante para despejar el camino. El tulpa de Jonathan con su actitud protectora y con un solo brazo funcional se puso en frente del muchacho a aguantar los golpes. Habia un equilibrio de fuerzas: las ondas sonicas no eran lo suficientemente fuertes como para empujar al golem pero la maquina-tulpa de Jonathan no poseia la suficiente resistencia como para avanzar y fulminarlo de un golpe. Apollo le ordenaba a gritos a su tulpa que pare pero hacia oidos sordos. Se limito a recolectar el restos de las monedas sonoras para completar su robada colección.

— No puedo entender como nunca me mostraste esto, ¡es genial! ¿Tienes más?

La sonrisa en la cara de Gia era monumental. Nunca había visto a sus personajes tan bien representados. Ella misma no dibujaba mal, incluso había publicado los primeros tomos de Crow con algunos de sus dibujos. Ante la oferta de escribir para ella, sus ojos se iluminaron. Hizo una exagerada reverencia, apoyando la frente sobre el escritorio de la muchacha.

— Por favor, dibuja para mi, maestra Tracy—solicitó, riendo, mientras se incorporaba—. Habría que solucionar unos temas legales, pero no será muy difícil, solo deberías firmar uno o dos contratos. Crow, por Gia Birdwhistle. Ilustrado por Tracy Harper—fantaseó, abriendo sus manos en el aire, en forma de arco—. Los libros se están vendiendo muy bien, así que podrías ganar tu propio dinero.

El sonido de la alarma de su celular la bajó de su lecho de nubes, y pronto recordó lo que debía hacer. Se acercó a su armario y buscó su hoodie violeta y miro a Tracy.

— Debo salir un rato, Tracy. Mi hermano estará esperando en la cafeteria Lucciano's. ¿Te gustaría venir?

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Desde un comienzo, el ademán relajado de su compañero sacudió a Carlos. La última imagen que tenía del acólito era una de ira, dejando la sala del club con una furia que nunca había mostrado a Carlos ni a nadie más en el club, ni siquiera a Anton durante sus.. debates. Incluso su primera frase, lo relajado y amistoso del ademán de Abraham avergonzó un poco a Carlos en su aproximación.

Vaya.. ¿A qué estoy jugando? No es un agente del gobierno ni nada por el estilo… es Abraham. Debería relajarme un poco.. y confiar un poco más en el.

Sin embargo, el moreno joven, a pesar de relajar su cuerpo un poco, seguía con una saludable cantidad de suspicacia sobre la situación… Y esta suspicacia se vio justificada por las próximas palabras de Abraham.

Desde el principio, Carlos se pudo dar cuenta de que sus sospechas eran correctas.. Abraham sabía más sobre lo sobrenatural de lo que aparentaba. El moreno dejó que el chico de lentes inspeccionara el grimorio. A pesar de ser solo una fotocopia, el libro tenía una presencia única… Una que se hizo aparente para él y sus compañeros luego del ritual de la noche anterior. Carlos escuchó silenciosamente a Abraham, sus ojos calmados y su actitud relajada, hasta que lo miró a los ojos, y le hizo una pregunta que atravesó su mente como una bala.

“¿Ya viste el tuyo, Carlos?”

Carlos sopesó esa pregunta unos momentos. Mientras las imágenes de los Tulpa de sus compañeros atravesaban su mente, el ruido del café alrededor de los chicos se comenzó a desvanecer. Finalmente, la mente de Carlos llegó a esa imagen que había estado en su cabeza desde anoche.. Ese sol que vió en la visión que les dió el ritual, ese ojo… ¿Un Tulpa…? No.. Para Carlos, eso se parecía mucho, mucho más… A Dios.

Cuando Carlos levantó la vista para responder, el restaurante a su alrededor no era más que un fondo borroso y difuminado, y los ruidos que se oían antes no eran más que susurros en la periferia de los chicos. No es que le importara mucho a Carlos, después de todo, lo otorgaba a la concentración que tenía en su conversación con Abraham.. Pero estos sonidos de fondo, ni siquiera parecían humanos.

”No, Abe, yo… Yo no tengo un Tulpa. Si vamos a entrar en esto, quiero que sea a través de mi propia fuerza que pueda protegerme.. protegernos. No quiero controlar a otro… Y no quiero traer algo a la vida que no pueda controlar, tampoco.”

Luego de esta respuesta, Abraham le comenzó a contar a Carlos sobre los Tulpa. Carlos asintió con la cabeza mientras escuchaba las palabras de Abraham, después de todo, él compartía estos miedos, lo aterrorizaba lo que podría pasar en el caso de que los Tulpa de sus compañeros les.. hicieran daño. Los hombros de Carlos se tensaron, y su vista bajó… Después de ni siquiera poder ver su aura anoche, el chico miró sus propios dedos… Y no pudo distinguir ningún color saliendo de estos. Sus puños se apretaron en sus rodillas, maldiciendo su propia debilidad de manera interna… Hasta que Abraham le pidió su ayuda.

Carlos levantó la vista, parpadeando un par de veces, confundido… ¿Abraham le pedía ayuda a él..? ¿Como hermano.. Como iguales…? Carlos cerró sus ojos, lleno de dudas… Pero una vez más, la imagen de Dios invadió su mente, la imagen de esa luz resplandeciente, mirándolo desde arriba, como si estuviera esperando su acción… Carlos incluso podía sentir el calor en su espalda, tal como lo sintió durante su visión. El joven moreno levantó la vista una vez más. Sus hombros y manos relajados de nuevo.. Y sus ojos, una vez más, mostraron decisión.

”... Abe, te ayudaré… Pero bajo una condición.” Hojeando el libro que se encontraba una vez más sobre la mesa, y casi como si fuera por fuerza de voluntad, Carlos movió las páginas hacia las que había visto anoche. El guerrero resplandeciente, de quien los demonios huían despavoridos. ”... Puedo ver que ya sabes sobre esto.. Que estas peleando en contra de esto… Asi que quiero que me enseñes lo que sabes. Quiero que me entrenes, para estar en el mismo nivel que tu… Y poder ayudar a los demás… De la manera correcta. La manera que yo sé que está correcta.”

Carlos no lo sabía, pero Abraham vería detrás de él, manifestada en este espacio borroso, una gigantesca esfera de llamas, de luz resplandeciente que miraba directamente hacia los dos jóvenes. Una luz que Carlos no tenía idea se encontraba dentro de él, o en este espacio con ellos.. Un espacio que Carlos ni siquiera sabía existía.

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Gwen y Anton habían llegado hacía unos minutos al café. Afortunadamente, habían mesas afuera, y el local se encontraba lo suficientemente ocupado esta mañana como para que la muchedumbre los escondiera de Abraham. Anton tenía la capucha de su sudadera puesta, y unos lentes de sol bastante grandes, a pesar de que la mañana no era particularmente soleada, y echaba miradas de reojo a su amigo dentro del local mientras con su dedo martillaba ansiosamente la mesa. Hizo visibles sus dientes en un gruñido y suspiró, dirigiéndose a su compañera.

”Hijo de puta no lo entiendo… Llevan mirándose a los ojos sin decir ni una mierda desde que llegamos… Entiendo que al niño del coro le guste que lo toqueteen los sacerdotes pero honestamente dudo que haciéndole ojitos logres sacar algo, Carl… ¿Qué mierda están haciendo?”

El joven expiró un bufido frustrado, cruzando sus brazos sobre la mesa. Esperó a ver qué le diría su compañera, considerando simplemente decirle que esto era un fiasco e irse… Pero una vocecita chillona que no había escuchado hacía un buen tiempo hizo que cambiara de parecer.

“¡Papi papi quiero un rollo de canela!”

“Hahaha, esta bien Marieanne, vamos, ahí hay una mesa afuera para que podamos disfrutar del clima.”

Al escuchar estas dos voces, Anton se encorvó encima de la mesa, cubriendo aún más su cabello extravagante con la pequeña capucha de su uniforme escolar.

”Ugh… Maldita sea… Tenía que ser esa niñata de mierda y el viejo idiota.. Oye, Cuatro Ojos, actúa natural, ¿quieres? No quiero lidiar con esas personas, asi que quiero pasar desapercibido hasta que se vayan..”

Fenrir simplemente miró a su maestro con una preocupación de cachorro, girando su cabeza hacia el lado y tocándole la pierna con su patita.

Cuando Carlos menciono que no tenía un Tulpa, enarque una ceja. Me preguntaba si el muchacho me estaba mintiendo, pero podía saber claramente que no era el caso. Al contrario, un brillo de sinceridad habitaba en sus ojos mientras me hablaba al respecto. Aún no ha experimentado al 100% su Tulpa. En cierta manera, incluso me alegraba profundamente su respuesta. El tenía mucho potencial por delante, lo había observado desde hace un tiempo al igual que a otro miembro del club, solo será de guiarlos por el camino adecuado... Junto a los demás, de un modo u otro.

― La cautela es una buena virtud, Carlos, pero lastimosamente es demasiado tarde, me temo decir. Aunque me alegra el hecho de que no desees controlar fuerzas externas, tu "Tulpa" ya ha tomado imagen y forma, solo que no lo has logrado manifestar todavía, seguramente por tu negación ante ella.  ― le dije, cruzándome un poco de brazos. Era obvio que el ser etéreo de atrás era lo que había creado la mente y espíritu de Carlos, era algo indiscutible, pero aún no se manifestaba ante él. Pese a ello, no sentía ninguna esencia negativa en ello; al contrario, es interesante. Seguramente dependiendo la persona, la creación del Tulpa pueda variar en todo tipo de seres, pues el que se encuentra detrás de él es extraño, me emana cierto tipo de empatía. ¿Un ser sagrado, podrá ser? Tendré que investigarlo más a fondo.

Cuando este movió las páginas hacia una en específico, tome el libro y lo empece a leer de manera superficial mientras este comentaba querer ser mi "discípulo". Claramente no tenía la experiencia ni el título para ostentar el rango de maestro, pero eso no me iba a detener, pues podía prepararlo. Puedo probar su potencial para ver si puede ser en verdad igual que yo. ― Yo no soy un maestro, Carlos. Aunque conozca mucho del tema, me faltan muchos años en esta vida para poder enseñarle a alguien los caminos de Dios con completa sabiduría. Aunque si te puedo reconfortar, estoy seguro de que aun el maestro más anciano y experimentado no deja de aprender hasta el día de su muerte. ― dije con una sonrisa calmada mientras seguía leyendo el libro.  ― Aun así, te enseñaré lo necesario para protegerte de las fuerzas de Satanás y sus esbirros. Eso sí, deberás de entregar tu corazón, mente y espíritu. Las mentes débiles son corrompidas, los incautos se pierden en la oscuridad, los impacientes terminan consumidos por lo desconocido. ¿Sabes por qué no deseaba que ustedes hicieran esta cosa? Al inicio, pensé que este libro era un chiste, tenía que haberlos detenido antes. Pero...  ― deje de leer el libro y concentrarme una vez más en él, de una manera seria,  ― fue mi falta de cautela que desato esto. Ahora todos enfrentan un mundo desconocido, violento, salvaje. Lleno de poder, lleno de conocimiento, pero para aquellos insensatos que no se cuiden estará lleno de sacrificio. Todos ahora estamos en un mismo viaje, y por eso pido tu ayuda. No obstante, debes ser consciente... Elegir el camino de Dios es el más duro, te enfrentarás contra la oscuridad misma, y entre nuestros compañeros algunos son muy afines a ella. ¿Estarías dispuesto a pelear contra esas fuerzas, entregando tu alma por el bien, por el orden? Si tu convicción es la suficiente para aceptar las verdaderas enseñanzas y convertirte en un guerrero, dímelo. Llegados este punto, es mi deber confirmarlo por tu bien, Carlos. Estás tomando un bando, recuerda esto. Una vez tomas una elección, no hay vuelta atrás. ¿En verdad tienes la determinación que se necesita para hacer el bien y solo el bien, sin importar el final?  ― me quite las gafas, mi mirada era afilada y con un brillo azul que parecía emanar fuego incluso, esperando la confirmación de Carlos.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ― La voz de Gia era dulce y estaba levemente contagiada de la emoción de Tracy. Miró los dibujos, maravillada. Cada uno era más perfecto que el anterior. Sintió algo de envidia, deseando poder representar su mundo de esa manera. ― Hagamos que el mundo conozca nuestros nombres, Tracy Harper.

Sonrió, sin poder quitar la vista de los dibujos de Tracy, hasta que la alarma volvió a sonar. No podría perder mucho más tiempo o de lo contrario llegaría tarde.

"Es hora de que sepas la verdad"

¿Qué había querido decir Quentin? ¿Acaso su familia le había estado ocultando algo?. Desde su accidente, no había vuelto a ver a su hermano. Si no hubiese encontrado una vieja foto de ellos que sus padres habían escondido en uno de los tantos armarios de su mansión en Little Hangleton, no hubiese podido recordar el rostro de su hermano. Era una foto vieja, algo estropeada, del quinto cumpleaños de Gia. Se giró, mirando hacia su escritorio. En un pequeño porta retratos, a un lado de su bloc de notas, un pequeño Quentin le sonreía, y una pequeña Gia lloraba por un golpe en la pierna subida a las espaldas de su hermano. Sonrió, con tristeza. Muchas de las memorias que tenía con su hermano se habían perdido el día del accidente, y aquel día era una de ellas. Habían pasado exactamente trece años desde esa foto, y ocho desde que había visto a su hermano por última vez. ¿Realmente conocía a su hermano? La mayoría de sus recuerdos se habían perdido, pero algo en su interior le decía que era una persona muy importante para ella. Se acercó al escritorio y tomó la carta que descansaba a los pies de la foto, volviendo a leerla una vez más.

"Querida Gia:

Ha pasado un buen tiempo, pero por fin me atrevo a escribirte. Lamento no haber vuelto a casa durante tanto tiempo, me llena de angustia el no haberte ido a visitar mientras estuviste en el hospital. Si hubiese sido por mi no me hubiese separado de tu lado, pero lamentablemente las cosas no siempre suceden como uno quiere. Me enteré lo de ese chico, Thomas. Quise escribirte en ese momento, pero nos hubiese metido en problemas. Espero que estés bien, siempre fuiste una chica muy fuerte. No has tenido una vida fácil, ¿verdad, pequeña?. A las personas buenas, les pasan cosas malas. Este mundo enfermo me lo ha demostrado más de una vez.

Se que este sábado será tu cumpleaños. Hace 18 años no me gustaba mucho la idea de tener una hermana pequeña, pero hoy puedo decir que eres lo más preciado que tengo, aunque suene extraño. Me enteré que estudias en Worthstone. Trabajo cerca, así que si quieres, te esperaré en la cafetería Lucciano 's el sábado a las 10 de la mañana. Entenderé que no quieras ir, pero hay cosas que debes saber. Es hora de que sepas la verdad.

Quentin.

PD: Me alegra saber que todas esas ideas locas que tenías de pequeña se hayan vuelto realidad en tus libros. Soy un gran fan, debo admitirlo."

Al terminar de leer se dio cuenta que su índice y su pulgar asían la misiva con fuerza. La dejó sobre la mesa y se giró para encontrar a una Tracy lista para partir. Juntas salieron de la habitación y caminaron por los corredores del colegio. Al ser sábado podían verse a muchos grupos de estudiantes y parejas disfrutando de la tarde, pero la mayor parte del alumnado estaba probablemente disfrutando de las atracciones de la ciudad. Una vez cruzaron el umbral de la entrada una leve brisa despeinó el cabello rosa de Gia. Continuaron caminando hasta abandonar los terrenos de Worthstone a través de la ornamentada puerta de barrotes. La pelirrosa estaba nerviosa, el hecho de volver a encontrarse con su hermano después de tanto tiempo la llenaba de dudas y a la vez emoción. Evitando hablar sobre sus nuevas habilidades, cuyo descubrimiento no terminaba de digerir, enfocó su charla en Crow y cosas sin demasiada importancia. Sin embargo, a medio camino, decidió confesarle a Tracy su preocupación.

― No te lo he dicho, pero no veo a mi hermano hace muchos años―se sinceró, dirigiéndole una sonrisa culpable―. No recuerdo demasiado sobre el. Será como conocer a una persona nueva. Gracias por venir conmigo.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] del dormitorio de hombres ante el impacto del brazo extendido del Golem mecanico de Johnathan y las ondas sonoras de Euterpe. Una descomunal batalla de fuerzas sobrehumanas comenzó a dar lugar, haciendo fluir el cabello de los dos jóvenes que los observaban. Sin embargo, esta era una lucha que tan solo Johnny y Apollo podrían observar. Mientras la batalla entre ambos golems procedía, ya fuera en su impasse o en una posición más activa, los demás chicos pasaban del lado de los golems como si nada pasara, sin embargo sorprendiendose algo ante la corriente de viento que les agitaba la ropa y el cabello.

“¡Que raro, creí que casi me golpea algo!” Comentó un chico de los que pasaban del lado de la pelea titánica.

“Haha, que dices Davis, seguro después dirás que un fantasma hizo que te sacaras un 0 en álgebra.” Respondió riendo su compañero, mientras caminaban tranquilamente del lado de Baker y Apollo. Los dos le lanzaron una pequeña sonrisa burlona al italiano, dado el papelón de las monedas musicales, pero al tenerle más respeto a Johnnatan, no le harían algún chiste pesado y simplemente pasaron de largo.

Mientras la pelea entre los dos Tulpa procedía, ambos chicos notaban que no se dirigía a ningún lado.. Después de todo, ambos tenían la misma cantidad de poder, y si ésta continuaba, daño colateral al pasillo podría comenzar a aparecer.

Euterpe, viéndose necesitada de un power up, bajó el volumen de las múltiples monedas en los brazos y bolsillos de Apollo, lo cual le dio un surjo de poder que la dejó comenzar a, lentamente, ganarle terreno al mecha, cuyos férreos pies se deslizaban levemente a través del alfombrado, tratando de la mejor manera proteger a los chicos de las ondas sónicas de Euterpe.

Fue en este momento que una figura se haría presente más allá de la zona de la pelea. Una figura que solo Johnnathan podría ver, la cual se encontraba parada en la escalera que llevaba a los distintos pisos del dormitorio. El Viajero observaba impasible la pelea, con una pequeña sonrisa, y con los ojos fijos en Johnny. En su mano, hacía girar una moneda lanzándola hacia arriba, y atajandola en su mano, repitiendo esta acción ad nauseum.

Dentro de la mente de Johnny, palabras cubiertas de susurros en lenguas antiguas surgirían al frente de sus pensamientos.

Parece que estás en problemas, Baker. Un problema que puedo solucionar.

La moneda que estaba lanzando el viajero cayó de vuelta en su palma abierta, la cual cerró en un puño.. Y de su puño, extendió tres dedos sosteniendo entre sus lados dos monedas:

YES, NO

….

Lo que no dieron cuenta los chicos, es de la suspicaz mirada de un observador, que se mantenía en la sombra del piso de más abajo. Un chico que bien podría estar pasando, con su mirada en su teléfono. El jóven de cabello oscuro empujó sus lentes hacia arriba en el puente de su nariz, antes de continuar su camino hacia abajo… Mientras caminaba, envió un mensaje a su persona más importante:

“H’ kadishtu”

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La caminata de Gia y Tracy era bastante pacífica. Estudiantes de Worthstone avivaban las calles a esta hora de la mañana, con autos pasando a través de la calle a su lado, y un clima bastante aceptable, además del ocasional corredor mañanero a su lado. Mientras las chicas conversaban, los sonidos de la mañana de Londres se movían a su alrededor.

Su camino hacia la cafetería no fue muy eventuoso, lo cual les permitió conversar tranquilas.. Eso es, hasta alrededor de la mitad de su camino. Pasando al lado de una gasolinera, un grupo de chicos mayores se encontraban fumando al lado de la calle. Por su vestuario y las latas de cerveza barata tiradas a su alrededor, las chicas probablemente podrían discernir que los tipos habían estado festejando desde la noche anterior, aún vivos durante el amanecer londoniense.

Pasando al lado de ellos, sin pensar mucho, las chicas continuaron su camino. El grupo tampoco les dió demasiada atención. Sin embargo, la vista de uno de ellos se desvió hacia la chica pelirosa que pasó a su lado. Notando que a su amigo le había llamado la atención, Lem le puso la mano en el brazo a Nick, quien simplemente lo apartó y fue hacia las chicas con paso acelerado. Unos 3 de sus amigos lo siguieron, ya fuera porque también estaban interesados en las jovencitas, o porque simplemente querían ver en qué tipo de problema Nick se iba a meter. Los otros, notando que el grupo se estaba dividiendo, decidieron despedirse y hacer su camino a su casa o trabajo.. De hecho uno de ellos fue hacia la gasolinera. Lem estaba apunto de hacer lo mismo.. Pero conociendo a Nick, y con mala espina, emprendió el camino de vuelta para asegurarse de que esos idiotas no hicieran nada ilegal.


“¡Oye, lindo cabello nena! ¿Te gusta festejar? ¿De dónde eres?”

Nick rápidamente se aproximó a Gia y Tracy, rodeandolas e interrumpiendo su camino. Durante la detención momentánea de las chicas, en la brevedad que les tomaría ahuyentar a este malavida, los amigos de Nick ya habrían llegado a posarse detrás de ellas, encajonandolas mientras Nick trataba de conversarles.

“Vamooos, no sean así, ¿Qué tal tú, chaparrita? ¿Por qué no vienen con mis amigos y hablamos un rato, eh?”

Con esa frase, entre lúgubres risas y en un movimiento practicado, los tipos usaron sus cuerpos para empujar a las chicas hacia un callejón que se encontraba a su lado.

A una distancia de varios metros, Lem vio la acción de sus amigos, y se mordió el interior de la mejilla.

“Mierda Nick… No hagas nada idiota”

Mientras consideraba si llamar a la policía, pero recordando que su celular estaba completamente muerto la noche anterior, Lem no pudo hacer más que acelerar el paso.

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Mientras su contractor, Sebastian, esparcía su influencia entre sus compañeros de grupo, Harasha se encontraba bastante relajado en su sombra. Observando su propio espíritu, el demonio sonrió… La malicia de Sebastian era amplia, y reparaba hermosamente el daño que había sostenido cuando ese hijo de puta de Faust… Bueno, era mejor no pensar en eso.

La sombra de Sebastian era bastante amplia, y esto le servía hermosamente a Harasha. Las sombras, después de todo, sirven como uno de los pasajes menos comunes entre el plano espiritual y el terrenal… Y sabiendo esto, Harasha observó una oportunidad perfecta hacía algún tiempo. Existiendo como una sombra, vinculado a un humano, el demonio podía vivir en el limbo entre el plano terrenal y el astral… Viviendo en este corredor, en este límite, el demonio rara vez podría ser observado… Definitivamente no por aquellos que buscarían dañarlo en el plano terrenal.. Ni aquellos que buscarían lo mismo en el espiritual.

Harasha había pasado bastante tiempo la noche anterior teorizando sobre lo que vió en el club de actividad paranormal. Cuando había visto la distorsión que se generaba en la computadora del chico mexicano… Él sabía que había una herramienta poderosa ahí… Y si Sebastian podía usarla.. Harasha podría. Lo que nunca se pudo haber esperado era el efecto que ese grimorio tuvo en cada uno de esos chicos. Despertando su capacidad espiritual innata… Luego de deliberación plena durante la noche, Harasha determinó los tres factores que más le interesaban.

El primero, y más importante: La niña tímida del grupo. Definitivamente tenía algo de sensibilidad espiritual antes… Pero su reacción luego del despertar le indicó que definitivamente lo podía ver. Eso no era algo que podría hacer cualquiera, no de la manera que Harasha se escondía… Después de todo, Harasha no era un demonio débil en ninguna medida. No solo estaba camuflando su presencia.. Oh no, Harasha había creado una manera de existir en un plano completamente teorético, uno que otros espíritus ni siquiera sabían que existían.. Y esa chica fue capaz de verlo. Harasha se preguntaba qué tanto más podría hacer… Definitivamente Tracy tenía uno de los mayores potenciales del grupo, ya fuera para su mal.. O si jugaba apropiadamente sus cartas, para su bien.

El segundo, era la aparición de esos seres… Harasha los había notado esta mañana, una cristalización de poder mental y espiritual fuera de lugar… Criaturas así no eran para nada comunes… Eran una abominación. Eso emocionaba bastante a Harasha, al punto que estaba pensando en sugerirle a Sebastian que tratara de crear uno por sí mismo.. Pero lo más interesante de estas criaturas, era que existían en el mismo plano que Harasha… Un plano teorético entre el espiritual y el terrenal. Sin embargo, estas criaturas podían ser vistas desde todos los planos.. E interactuar con estos. Eran muy, muy interesantes… Y tendría que estudiarlas bien.

Y el tercero.. el chico beato. Había demostrado alto conocimiento sobre el orden angelical durante ese… “concurso” estúpido que habían tenido la noche anterior. No solo eso, sino que Harasha lo había visto la noche anterior.. Mientras hacía una visita al chico mexicano. Con esas pequeñas demostraciones, un incauto podría no pensar nada.. lo más probable era que sus compañeros no pensaran nada al respecto. Harasha levantó su dedo pulgar y lo mordió, mientras miraba con suspicacia el horizonte. ¿Podría ser una coincidencia? Si, podría serlo… Pero Harasha no había llegado así de lejos por descuidado. Después de todo, no podía olvidar a otra persona con estas habilidades… El bastardo de Faust.

Mientras Harasha pensaba en esto, formulando su plan de acción.. Su plan para quitarle el riesgo implicado a estos factores, sintió una.. sensación familiar. Mirando hacia el lado, sus párpados bajaron en interés.

“¿Oho..? Pero qué tenemos aquí... “

Dentro del café, detrás de múltiples personas, Harasha pudo observar una distorsión espiritual. Para su ojo experto, esta distorsión parecía bastante inestable… Un campo que fluctuaba entre el plano terrenal y el espiritual, tratando de hacer que los dos se mezclaran en uno, y afectando el espacio dentro de sí.. Desde afuera, Harasha no podía observar el efecto que tendría dentro de su espacio… Pero lo que sí podía ver era que, si bien era inestable, el campo no estaba en riesgo de colapsar. Quien fuera que estaba dentro de ese campo había practicado esta habilidad bastante… Y esta habilidad tenía, sin lugar a dudas, un alto precio en su cuerpo… Y por la frecuencia espiritual de este, Harasha tenía una idea de quién podría ser. Su boca, aun mordiendo la larga y negra uña de su pulgar, emitió una suspicaz sonrisa, la cual daría nota de su afilada dentadura… ¿Sería sabio entrar en esta distorsión, si fuera solo para ver lo que dentro de esta sucedía? Esa sí sería una movida de alto riesgo… Pero la tentación… Era muy, muy fuerte.

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Las palabras de Abraham movían la llama interna de Carlos. Su fé, su manera de pensar… Al mismo tiempo, las palabras del joven lo asustaban y lo incitaban. Carlos se vió tentado a decirle que sí, a seguirlo, a darle su mente y alma… A que le enseñara su fuerza… Pero se detuvo a sí mismo.

Carlos cerró sus ojos, y por un sólido minuto pensó en lo que Abraham le había dicho. Se sentó hacia atrás en su silla, y con sus manos juntas, dedos entrecruzados y cubriendo su boca, el joven los volvió a abrir, dándole su respuesta a Rockwell.

”Mi alma le pertenece a Dios, y mi mente me pertenece a mi..” Comenzó Carlos. ”... Si tu peleas por el bien, soy tu aliado. Si vas por la justicia, y el orden.. Soy tu aliado. Sin embargo, no creo que el fin justifique los medios… No voy a hacer nada que esté en contra del bien, de la justicia.”

Dicho esto, Carlos se echó hacia adelante, con los codos en las rodillas. Sus ojos bastante más confiados de lo que habían estado previamente, mostrando la astucia que había hecho de el y Anton tan buenos amigos. ”Abe, dime que quieres hacer con los chicos, con sus Tulpa. Dices que quieres protegerlos.. Pero suena como que quieres eliminarlos. ¿Por qué no les enseñamos a controlarlos? ¿A defenderse de ellos, como quieres enseñarme a mi...?”

Carlos no preguntó esto como un enemigo, en ninguna medida. Él consideraba a Abe un amigo, y definitivamente estaba de su lado. Esto era una negociación amistosa, sin embargo, nunca había visto a Abe de esta manera… El joven cálido y amable que siempre estaba ahí para dar consejos no era quien estaba frente a él… Este era un experimentado espiritista, con quien había que tener cuidado.

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Si Dios existía, definitivamente se estaba riendo de Anton ahora. Cuando el chico pensó “Esto no se puede poner peor”, con el paseo de mierda de su padre y su estupida hermana menor… Ahora llegaba el miembro del club MÁAAAAS SIMPÁTICO a hacerles compañía.

El desteñido se mordió la lengua tratando de pensar en que mierda decirle para ahuyentarlo… Su mente estaba andando a 1000 por hora, ¿una apuesta? No, demasiado obvio. ¿Un consejo? ¿Por qué mierda le pediría consejo a él?l, ni siquiera eran amigos. Vamos Matthews piensa piensa…

Pero su mente se fue completamente en blanco cuando Gwen dijo su respuesta. ¿Eh? ¿Eh eh? ¿Una cita? Su primera reacción interna fue la de rabia. ¿¡Como mierda iba a andar en una cita con la cuatro ojos!? ¡Preferiría salir con un chimpancé que con ella! No pero… Asi es como se veían, ¿no? Dos adolescentes uno al lado del otro, solos, en una mesa sin sus otros amigos… Ughhh que idiotez más grande… Pero, ¿había una mejor explicación? y más allá… ¿Si Anton la rechazaba, no se pondría sospechoso Nielsen? Maldita sea… Gwen de mierda, tenía que reconocer su genio donde estaba… Pero ahora mismo, Anton se enfrentaba a su mayor enemigo: Su propio orgullo. ¿Realmente valía la pena traicionar a su mejor amigo, y la confianza que tenían, al echar su cubierta por la borda, y revelar que estaban adentro discutiendo sobre qué mierda le pasaba a Abraham? No… Nooo, no valía la pena. Ughh… Realmente venir fue una idea increíblemente estúpida.

Anton tragó saliva, y en lo que fue un solo instante, le dió una mirada de muerte a Gwen, y volvió la misma hacia Nielsen.

”Seeeeeep. Es una cita, nos descubriste. ¿Qué? ¿Triste por que no estoy en el mercado, lindo? Tranquilo primor, puedo salir contigo la próxima semana. Ah, no te rayes Gwennie, sin compromisos.”

El peliblanco echó un suspiro, rodando los ojos mientras trataba de divertir a Sebastian para que se largara de ahí, tratando de mantener su voz lo más inconspicua posible, para no atraer la atención de su padre y su hermanita, quienes estaban ordenando.

”Ya sabes como es men. Una chica tiene un crush y no importa cuantas veces la rechaces, igual va a seguir y seguir tratando de conseguir una cita contigo. ¿Molesto, no? Seeeh, se lo dije a ella también… Pero supongo que una sola cita no podría hacer daño, y ya me tenía bastaaaaante cansado con cuantas veces me lo pidió… Además, es bastante cute, ¿no crees? Ah, pero supongo que a ti te importa poco eso.. Con como tu tipo son las rubias retrasadas de mierda, ah, y los hombres. Pero si men, estorbas. Como se vería si el “galanazo” de Worthstone estuviera molestando a una pareja de ñoñazos durante su cita, ¿no? Seguro tendrías a las perras haciendo fila. Ya tendrás tu oportunidad, ahora shoo shoo, scram.”

Anton había tomado la oportunidad para reírse un poco de Gwen durante el pequeño intercambio con Nelsen. Después de todo, si ella lo había avergonzado a el, lo único justo era que el la avergonzara de vuelta, ¿no? Ahora, esto estaba andando bastante bien, y parecía que saldrían de esta sin mayores problemas…. Cuando la pequeña “parejita” escuchó una voz detrás de ellos que definitivamente era exáctamente la que querían oir.

“¡Señor Matthews! Que casualidad encontrarlo aquí esta mañana.”

“¡Ahhh! ¡O’Donell! Solo disfrutaba de un pequeño descanso con mi hija. Marieanne, saluda al Tio Richie.”

“Hola tio Richie!”

El joven abogado se rió, saludando a la pequeña.

“Sabe Sr. Matthews, de hecho quería preguntarle un par de cosas sobre el caso Sorum”

“Ahhh si la contrademanda de Horace, ¿no? Dejame ver en qué te puedo ayudar hijo…”

La mirada de Anton se fue a blanco por completo, fija en los ojos de Gwen con quien compartía un saber completo de lo que estaba pasando detrás de ellos. Oh Dios definitivamente se estaba riendo de el ahora mismo.

Carlos no me debes una viejo, me debes mil.

― No, realmente no me gusta festejar―balbuceó, débilmente, mientras se veían obligadas a meterse dentro del callejón.

Buscó a su alrededor, en vano, pero en esos momentos la cuadra se había vuelto casi desierta. Con la mano derecha metida en uno de los bolsillos de sus jeans, maldijo al darse cuenta que su gas pimienta no estaba ahí. ¿Acaso había quedado dentro de su mochila?. Casi sin darse cuenta, su mano izquierda aferraba con fuerza la muñeca de Tracy.

― Ahora mismo estamos algo ocupadas, chicos. Mi hermano nos está esperando―se apresuró a agregar.

Dentro de su bolsillo, encontró su teléfono. Volvió a maldecir, deseando haber tenido el número de su hermano, pero enseguida recordó. Con una pequeña combinación entre los controles de volumen y de bloqueo podría disparar una llamada de auxilio al 911. Pero... ¿la policía llegaría a tiempo antes de que pudieran hacerles algo?. Sin embargo, antes de que pudiera decidirse por hacer la llamada, vio la figura de un chico que se acercaba hacia el grupo a paso rápido. Los ojos de Gia se clavaron en el, totalmente fijos, implorándole ayuda. A pocos metros, en la mente del muchacho, pudo escuchar claramente la voz de la pelirrosa.

"Ayúdanos."

Mientras tanto, el tipo que les había estado hablando se había acercado a ellas cada vez más.

― Realmente tienes un cabello muy lindo, ¿sabes?―dijo, maliciosamente, mientras con una de sus manos intentaba tocar el mechón que descansaba sobre la frente de Gia.

Una voz resonó en su mente.

"Detendrás a tus enemigos"

Abrió sus ojos, aún más que antes, y los clavó en los del sujeto. La mano que se acercaba a su rostro se detuvo inmediatamente y comenzó a temblar levemente. El muchacho luchaba contra su rígida mano. Había sido parcial, pero había perdido el control de su brazo por unos segundos. Quizás, el tiempo suficiente para que el chico que cada vez estaba más cerca pudiese ayudarlas.

El empate de poder no hacia mas que desesperar a ambos muchachos. Apollo sin efecto alguno continuaba dandole ordenes a Euterpe, que la ignoraba de manera simple y enfocada en derribar al tulpa del postrado y escapar de la escena. Aunque su mayor preocupacion era la atencion de la gente que despertaba sus monedas musicales, que no hacian nada más que repetir las mismas canciones que les pego el tulpa. Jonathan, por su parte, desde su silla se sentía inútil porque no había nada dentro de sus posibilidades que sirviera para el combate (no por ahora). El italiano notó un cambio en las monedas que jugaría a su favor (o a su contra, depende de la perspectiva): el sonido de las monedas disminuia de a poco cual radio que se quedaba sin pilas, pero los golpes sonicos de Euterpe tomaban una potencia que antes no tenian. Avanzaba de lento pero seguro, la fuerza que recupero de las monedas ponia la batalla a su favor. El golem cumplía su rol de custodio y buscaba proteger a su creador de los ataques de Euterpe y frenarla a toda costa, incluso si eso incluía su propia destrucción. Cada golpe sonico lo desgastaba, abollaban su metalico cuerpo como quien, en un ataque de furia, destroza una moto con un bate. Jonathan se percataba de eso y ya no sabía que hacer. ¿Agarra su celular y comunicarse con alguno del club para que le echen una mano? tardaria mucho, hasta que lleguen al pasillo el tulpa de Apollo ya estaría arrasando con todo. ¿Poner el cuerpo a la situación? un suicidio asegurado. Su aparente solución vendría del lugar menos esperado. Sintió el habitual dolor de torax que indicaba que Él estaba ahí, con ellos. Verlo una vez mas puso a Jonathan completamente pálido, como si hubiera visto un fantasma, un fantasma cosmico que le hace la vida imposible. Su presencia le hizo rememorar ya una ¿cuarta, quinta vez en la semana? su dichoso accidente, que vino acompañado con dolores en su cuerpo (imaginarios, reales, solo él sabe). La propuesta del ente cosmico no le hacia mucha gracia. ¿Se puede confiar en algo que le hizo lo que le hizo y que hace no tanto casi provoca un incendio en toda la habitación? si la pregunta tiene alguna respuesta, a Jonathan no se le venia ninguna. De a poco el muchacho retrocedia a la par que lo hacia su tulpa, la situación en la que estaba era desesperante. Jonathan pedia a los gritos un mínimo de ayuda a su compañero de club pero parecía que sus palabras se las llevaba literal las propias ondas disparadas por Euterpe. Virutas de golem saltaban de los golpes y su brazo no funcional estaba mas atrofiado todavía. la desesperación lo consumía, no quedaba otra que aceptar la ayuda de Él. Desvió su mirada un momento del combate para clavarlo en los ojos del Viajero o a lo que asemejan a unos.

- Sí, acepto tu ayuda...confirmaba Jonathan, resignado..

Carlos en este momento era como un libro abierto en "mi dominio", aunque me mostrase con una postura seria en el exterior, aunque mi rostro fuese severo, muy en el fondo de mi ser estaba disfrutando ver la reacción de un acólito de Dios que desea saber más sobre su mundo, sus dones, su gracia, pero claramente tiene dudas. Todos las tenemos, incluso yo las tuve y las sigo experimentando. ¿Acaso esta misma sensación de gozo fue la que experimento mi padre al convertirme? No lo podía saber, pero, era algo cuanto menos satisfactorio.

En efecto, se podría decir que somos aliados en ese sentido. Un guerrero de Dios no busca la gloria, la vanidad ni el bienestar propio, sino al contrario. Pero en una cosa si te equivocas, Carlos. Dices que el fin no justifica los medios, ¿Cierto? me incline hacia adelante, una leve sonrisa apareció en mi rostro. En algunas ocasiones, ya sea si decides seguir tu vida normal o en verdad te unes a ser un guerrero de Dios, te darás cuenta de que para mantener el orden, para proteger la justicia que tanto tú aclamas al igual que yo, deberás hacer sacrificios, todo para mantener la balanza equilibrada y hacer el bien. Claro, todo esto dentro de los valores que nos ha enseñado nuestra Santa Iglesia y nuestro Dios, no te estoy diciendo que abraces el pecado con tal de proteger el bien, eso solo te convertirá en todo lo contrario, ya que es imposible pelear al mal, con el mal. Luego de decir esto, mire a mis alrededores. ¿Cuánto tiempo habrá pasado allá afuera? Lo mejor seria no mantenerme demasiado en este plano ya, ha transcurrido mucho y seguramente se mirara extraño, aunque no es que eso importe en verdad.

Cuando me pregunto al respecto del porqué no le enseñaba a los demás, me hice hacia atrás y me lleve la mano a la sien, pensativo. Claro, ¿Por qué no le enseñaba a los demás? ¿Qué era lo que me detenía? Si los Tulpas son creaciones del ser humano, no tienen nada en contra del Reino de Dios, ni a favor de los seres infernales. Carlos logró colocarme en dudas por un segundo, pues esto es algo que nunca he enfrentado con anterioridad. Tienes razón, Carlos. Podría enseñarles a defenderse, al menos a ellos, pero el problema es que no estoy seguro. Te he convocado a ti, porque de todos, tú eres el que tiene más afinidad hacia el orden, luego de ellos te sigue ligeramente Apollo y para tu sorpresa, Gwendolyn, aunque se avergüence y lo quiera rechazar, aparte de su personalidad. Al sentir afinidad hacia nuestro Dios, hacia el bien, es menos la probabilidad de que estas habilidades creadas por sus mentes no se salgan de control, y en dado caso lo hagan, poderlas enfrentar con los poderes de los Sacramentos. Los chicos del grupo son buenas personas, pero... Están conociendo limites que jamás han experimentado, poderes más allá de su comprensión por ahora, y todo por este libro. , coloque mi mano en él, mientras lo miraba. Yo quiero investigar estos Tulpas, mi curiosidad me quiere llevar allí, pero tengo miedo. ¿Tú crees que si descubriste esta cosa en el internet, cuantos hasta ahora no han hecho lo mismo? ¿Cuántos crees que habrán manifestado ya sus habilidades? ¿Qué crees que podrían desatar? Esto va más allá incluso de mis capacidades, y por eso dudo. Al mismo tiempo, por eso quería convocarte a ti primero, porque al menos en nuestro grupo, tú eres la voz de la razón entre ciertas personas que sabes son de poca fe. Tú puedes ser ese faro en medio de la oscuridad que podría evitar que al menos ellos se pierdan, mientras investigo este libro, y las consecuencias que seguramente sucederán dentro de poco. No puedo enseñarle a nadie que seguramente pueda evolucionar en algo oscuro y retorcido, más no significa que no los supervisaré. Puedes tomarme como quieras, un observador, mediador, un cobarde. Pero lo único que te digo, y te aseguro en nombre de nuestro Dios Todo Poderoso Carlos, es que si ellos se llegan a convertir en una amenaza para nosotros, o para los demás, tendré que intervenir rezando para que sus almas aun puedan ser salvadas y eliminar de raíz el problema. Y en este caso, espero no llegue ser así, tendré que utilizar todas mis habilidades... Solo espero que nadie se desvíe demasiado del camino del bien, solo por el poder y la ambición...

En este caso, Carlos, no te pediré ahora una respuesta inmediata. Piensa en lo que te he dicho, recapacitalo, y hazme saber en la noche tu respuesta. Claro esta, si pediré que lo que hemos hablado en este momento no se lo cuentes a nadie, sabiendo que es posible que lo desees comentar a Anton. No es obligatorio, pero prefiero que los demás no se enteren de esto, o de mis conocimientos, por favor. Además, me quiero llevar el libro. Te doy mi palabra que no sera para destruirlo, quemarlo, o para "exorcizarlo" - dije como una broma- , solo quiero dedicar este día para poder estudiarlo con cautela. Lo llevaré a la reunión de hoy, por lo que no debes de preocuparte al respecto. ¡Ah, si, cierto! Si me puedes proveer también de donde sacaste este libro, me vendría perfecto. Al final, debo de indagar en todo esto rápidamente. Al comentarle todo esto, parecía ser que toda la seriedad y severidad de mi rostro y tono de voz había desaparecido y solo estaba el Abraham que suelen ver, tranquilo, amigable y sonriente.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], sintió esa leve presión en el pecho, esa con la que estaba tan familiarizado en el último tiempo. Las facciones del Viajero… Bueno, lo que podrían ser facciones, parecieron oscurecerse, o intensificarse. No es que Johnnathan pudiera verlas muy bien.

Las monedas dieron un giro diestro, y dos se volvieron una. Esta ya no decía “YES, NO”, tenía un símbolo completamente diferente. Un símbolo que, de verlo lo suficientemente bien, le causaría a Johnny un flash directo a los sueños de su adolescencia, una sigla que se encontraba en muros y en especial, en puertas.

Con un leve movimiento de su pulgar, la moneda una vez más se volvió dos, y salieron disparadas en una parábola hacia los titanes luchando. La primera, llegó al interior de una de las bocinas en la espalda de Euterpe, y la segunda…. Directamente al pecho del golem mecánico de Baker.

Y tan pronto como las monedas hicieron contacto con los Tulpa, algo curioso sucedió. Las monedas parecieron ser absorbidas dentro de los cuerpos de los seres.. Y el punto en que hicieron contacto presentó, por tan solo un instante, una inscripción, como si hubiera sido quemada en ellos.. El mismo símbolo, el cual desapareció sin trazo alguno.

En ese instante, dos cosas sucedieron. En primer lugar, Euterpe, como si una profunda electricidad la shockara, cesó su movimiento. Paralizada por un momento, la figura de la Tulpa se retrajo con el ruido de metales siendo doblados y aplanados, hasta convertirse en nada más que una pequeña radio, con un cuerno decorativo parecido a las trompetas que de su cuerpo salían antes… Pero no callada del todo, ya que leve estática salía de la radio.

La segunda, fue lo que le sucedió a Baker. Tan pronto el golem de metal recibió su moneda, parecido a Euterpe, fue como si la vida se extinguiera de sus ojos, y el gran cuerpo de metal cayera hacia adelante, colapsando en el piso de pasillo. Johnny probablemente estaría bastante más preocupado.. si su propio pecho no estuviera sintiendo esa presión, ese dolor tan familiar para él. Para cuando el joven mirara hacia arriba, El Viajero ya habría desaparecido, pero dentro de su cabeza, Johnny podría escuchar sus palabras una vez más:

“Todo tiene un precio, Baker.”

Eso fue todo lo que la misteriosa figura le dejó.. Pero Johnnathan podría tener un presentimiento de que pronto, las cosas se volverían tanto más claras.. como complicadas.

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El paso de Lem se había acelerado. Su mente le mostró una imagen clara de la chica, de sus ojos suplicantes, y su voz.. “Ayudanos.” El hombre en este punto estaba corriendo hacia el callejón, jadeando.. Dispuesto a darle una paliza a Nick que no olvidaría.. Ya se habían metido en problemas por el chico de hacía meses… No podía dejar que eso sucediera de nuevo. No podia.

Pero lo que le esperaba en ese callejón no fue para nada su expectativa. Cuando Lem llegó a la esquina del callejón, sus amigos salían gritando y corriendo de él, empujándolo a un lado. Lem, confundido, vislumbró a Nick, quien se había caído en el suelo, levantándose a duras penas y corriendo, cojeando, del callejón, escapando de la chica más pequeña, quien lo observaba con un odio del que.. no parecía ser capaz.

“Nick, ¿que mier-”

Pero su amigo simplemente lo empujó a un lado, simplemente tratando de escapar tan pronto como podía.. con una maloliente mancha al frente de sus pantalones.

“¡MUÉVETE LEM, IMBECIL!”

En un instante, el callejón estaba silencioso de nuevo, con las chicas paradas ahí, completamente a salvo… Con sus ropas intactas, sin ninguna herida. Lem suspiró un respiro de alivio.

“Hey… ¿Están bien…? ¿Cómo alejaron a esos idiotas..? Eh… No les pido que los disculpen, pero.. Gracias por darles ese miedo, lo que sea que hicieron… Realmente necesitan un chequeo de realidad… Ah… N-necesitan algo más de ayuda?”

Lem simplemente estaba parado ahí, frotando la parte de atrás de su cuello.. Algo confundido por lo que había ocurrido, y un poco avergonzado consigo mismo por no haber siquiera podido ayudar a las chicas.

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Carlos escuchó pacientemente a Abraham, sus palabras, sus ideas… Sus justificaciones… Realmente tenía un carácter muy, muy único. Una vez Abraham hubo terminado su respuesta, Carlos asintió con la cabeza, relajándose hacia atrás, y dejando el libro en manos del chico. El joven levantó su café, el cual estaba en un vaso de papel con una tapa, y lo sorbió un poco antes de contestar.

”Está bien. Pero… personalmente, no creo que nadie vaya a… Ser completamente malo. Tranquilo, no… voy a mencionar lo que hablamos. Tengo mucho que pensar después de todo… Sin embargo, se que tu también les vas a hablar esta noche.

Quiero escuchar que tienen los demás que decir sobre todo lo que está sucediendo.. Sus opiniones, sus dudas, sus… esperanzas. Hablaré con ellos sobre.. este tipo de cosas, durante hoy.. Pero esta noche, creo que será mucho más interesante.

Dicho esto, Carlos se levantó. Puso su mochila al hombro, tomó su café, y se dispuso a salir, terminando la conversación que estaban teniendo. Antes de salir, sin embargo, le dirigió una vez más la palabra a Abraham.

”... Quedate con el libro. Échale una mirada hoy.. Yo también lo estaré haciendo. Quiero luchar contra esto, Abe.. Contra los que podrían usarlo para el mal… Y no tengo dudas de que los demás también.” Dicho eso, le sonrió pacíficamente a su amigo, antes de hacer su camino hacia afuera. ”Nos vemos esta noche, Abe.”

Mientras Carlos se alejaba de la zona de influencia de Abraham, y esta se comenzaba a disipar… El joven monje no podría evitar notar, tal vez por error, tal vez por coincidencia.. tal vez por tan solo un instante, la borrosa figura de una silueta en el “borde” de su influencia.. Una sombría silueta, que le dio nada más que una sonrisa antes de desaparecer.

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“¡Papi papi, es el bobo! ¡Vamos a saludarlo!” Marieanne dijo, siguiendo al Tio Richie.

“Hahahah, vale vale hija, vamos a ver como esta nuestro “bobito” Anton” Su padre le dijo con dulzura a su hija, mientras se levantaba para saludarlo.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], un silencio bastante poco característico. Si Gwen lo miraba, notaría que su quijada estaba tensa, pero no se podía ver mucho más de el bajo la capucha de su uniforme de deporte y los lentes de sol que llevaba.

Fenrir, sentado a su lado, miraba a su creador con la inocente empatía de un cachorro, tratando de frotar su pantorrilla, pero Anton no lo estaba escuchando.

Pronto, la pequeña niña llegó a su lado, y comenzó a tirarle la manga. “¡Bobo bobo! ¿Vas a hacer algo gracioso? ¡Siempre haces cosas graciosas! ¡Vamooos haz algo! ¿Esta es tu novia? ¿Cómo se llama? ¡No es tan bonita como mamá o Roselinde!”

“Hahaha, ya cariño…” El padre de Anton “Gwen no es una mala chica… ¿Cómo está tu padre, todo bien? Es maravillosa la manera en que maneja Worthstone. Espero ver un futuro tan brillante en ti como el de tus hermanos.. ¿No es así, Richard?” El hombre se rió una vez más, dirigiéndose a Gwen y a su hermano. Sin embargo, pronto su mirada volvió a enfocarse en Anton.

“¿Y cómo lograste tú tener una cita con una chica tan buena como esta? ¿Hm? Definitivamente no por esa actitud que tienes ¿eh, Hijo? Bueno, debe ser por ese buen perfil que sacaste de tu padre, ¿No es así?”
El señor Matthews rió una vez más, y con su mano, la cual esbozaba un hermoso reloj Omega dorado en su muñeca, asomándose de su traje Armani, le sacó la capucha a Anton, dejando que su rebelde cabello blanco saliera al visto, y sus lentes de sol cayeran en la mesa frente a las bebidas de él y Gwen. Sus ojos estaban fijos en la mesa, con una tensión tan alta como la de su quijada.

Su hermanita aun forcejeando su brazo, hablando las babosadas de una niña de 9 años, su padre hizo un movimiento que sería crucial.

“Bueno, aparte de esa mata desteñida que llamas cabello.. Cuando vuelvas a casa definitivamente te llevaremos al peluquero, para que te devuelva tu color natural y te deje decente…”

Dicho eso, el hombre puso su mano en la cabeza de Anton, sacudiendole el cabello, y agarrando una mata de este.

La mirada de Anton se quebró de la mesa, levantándose para mirar los ojos de Gwen, quien aun estaba sentada frente a él. Los glaciares ojos del muchacho no revelaban una disculpa, solo una advertencia de lo que estaba apunto de hacer. Si ella entendía, bien. Si no, realmente no le podría importar menos.

Con un latigazo del brazo que su hermana pequeña estaba forcejeando, el cuerpo de la pequeña fue empujado. La niña se tambaleó un poco hacia atrás, y se cayó de lado, rasmillandose el codo. Inmediatamente, comenzó a llorar.

El mismo brazo de Anton se lanzó hacia arriba, agarrando la muñeca de su padre. Su mirada cambió de esa sonrisa soberbia que generalmente esbozaba a una de dureza indisimulada. Primero soltó el cabello de Anton, haciendo un puño con su mano mientras trataba de forzar su antebrazo de la mano de su hijo.. Los dedos de Anton estaban blancos y rojos por la fuerza con la que sostenía el brazo de su padre, y era evidente que ambos estaban igualados en fuerza.

Entre dientes, su padre se inclinó hacia adelante, y con un tono severo, le susurró.

“Anton, no te atrevas a hacer una escena si sabes lo que es bueno para tí.”

Anton siguió sosteniendo la mano de su padre, y con bastante esfuerzo, logró apartarlo de su cabeza. El chico se levantó, y encaró al señor Matthews, cuya hija estaba ahora llorando y tirando de la chaqueta de su traje.

”¿Que no haga una escena, eh? ¿Que no haga una puta escena? Vaya. Bastante gracioso viniendo del tipo que viene a interrumpir la “Ciiiiita” de su hijo hablando de su puta personalidad como si fuera una puta roncha. Andate a la mierda viejo hijo de puta. ¿Y sabes que, Gwen? Esta es la peor puta “CIIIIITA” que he tenido. ¿Y gracias a quién es?”

En ese momento, Anton, con su rabia ya desatada, agarró el café en vaso de cartón que había recibido, y se lo arrojó en la cara a Sebastian, produciendo un violento salpicón que incluso llegó a las personas detrás de él, quienes comenzaron a levantarse y quejarse. Mientras los lloriqueos de Marieanne seguían haciéndose cada vez más altos.

”¡AL HIJO DE PUTA MARICON DE NIELSEN! ¡PARA LA OTRA BUSCATE OTRA PUTA MESA PEDAZO DE IMBECIL!”

Dicho esto, Anton empujó a su padre a un lado mientras se hacía paso para irse, completamente ignorando al hermano mayor de Gwen, quien sin duda estaba de lado a los actos del joven.

”ANDATE A LA MIERDA, PAPÁ, NO SOY TU PUTO MONIGOTE.”

Dicho eso, Anton dejó atrás el café, adentrándose en la ciudad con Fenrir caminando con las orejas bajas detrás de él.

“... Papá…. Odio… Orden…. Malo…No….Importa..”

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“Ya… ya hijita, ¿estás bien? ¿El bobo de tu hermano te hizo daño? Shh.. ya está bien..”

Marieanne dejaba de llorar, simplemente sorbiendo sus mocos mientras asentía con la cabeza. Ya se estaba calmando un poco el tema, y el Señor Matthews había pagado por las órdenes de los afectados por el drama que había sucedido.

“Vaya Richard… Lamento que tuvieras que ver eso.” Suspiró el padre de Anton. “Adolescentes, ¿no? Maldición.. Sabes, mi hijo mayor nunca fue así. Él era realmente un santo. Cuando se unió al clérigo, mi esposa y yo celebramos.. Pero este chico.. Si no fuera por su actitud, estaría definitivamente encaminado a Harvard. Bueno, supongo que algo más que su apuesta cara tenía que heredar de su viejo, ¿no?” Rió el mayor. Ya estaba en cordialidades en este punto….

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[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].. Que magnificas emociones, que magnifica malicia emitían estos humanos. Realmente, un alimento para el alma de un demonio… Y Sebastian Nielsen, este chico tenía un talento realmente innato para sacar la mayor malicia de la gente… Por supuesto, no era una calle de una sola dirección.. Mientras más malicia recibía Harasha, más le podía otorgar a Nielsen para ejecutar su tipo de hechizos.. Las habilidades que él mismo le había otorgado. Mientras Harasha degustaba esta oscura sustancia, como si fuera un exquisito vino, sopesaba lo que había observado antes.

Abraham Rockwell.. El joven tenía tal beata disposición en la reunión de la noche anterior… Pero como siempre, estos son los que tienen más secretos que esconder. Harasha había aprendido bastante de su pequeña… incursión. Y el riesgo que tomó valió toda, pero toda la pena… Abraham sabía más que el resto.. A pesar de que su conocimiento sobre demonología fuese limitado. Al parecer, todavía no había entrado plenamente al plano espiritual. Pero de ver su habilidad de la noche anterior y ahora… Y el conocimiento que demostraba…

“Así que le temes a los Tulpa, ¿Eh, pequeño borrego?” Sonrió Harasha, mientras se hablaba a sí mismo. “Pues me parece bastante bien.. Esos seres deben ser temidos, después de todo… Ahora, pequeño… ¿Serás un jugador más, o tan solo otra pieza~?”

El demonio rió para sí mismo, gozando del sabor de la malicia de estos adolescentes y adultos. Pronto, su mano se puso en el hombro de Sebastian, quien ahora podría escuchar sus susurros.

“Buen trabajo, Sebastian~ Realmente tenes un talento para esto… Con la malicia que logras juntar, tienes más que suficiente para mi… Y al parecer, tus amiguitos están comenzando a ponerse al dia contigo…~ ¿No puedes dejar que eso suceda, o si?”

El demonio pausó por unos momentos, dejando que su aterciopelada voz retumbara en los oídos del joven rubio antes de continuar.

“Si quieres estar seguro.. Mi recomendación para ti, mi joven amigo, es de establecer nuevos contratos…. Después de todo, ya eres un brujo mucho, mucho más adepto…~ Otro demonio.. Para ti, no debería ser difícil de controlar…~ Y no estoy hablando de rangos bajos, oh no… Estás listo para verdaderos hechiceros de las profundidades…~”

Dicho esto, sus palabras cesaron… Ahora solo restaba la reacción del joven.

Se quedó helada por unos segundos, sin saber realmente como reaccionar. ¿Esa había sido Tracy? Tracy no hablaba así, esa no era su voz, estaba completamente segura. Y tampoco era algo que ella diría. Antes de que pudiese decir o hacer algo, el chico al que Gia había pedido socorro estaba junto a ellas. ¿Cómo habían alejado a esos idiotas? Realmente no tenía una respuesta, pero Tracy tendría que darle explicaciones lo más pronto posible.

― E-estamos bien―dijo, titubeando―. No nos han hecho nada. ¿Esos son tus... amigos?

Gia escudriño el rostro del muchacho, buscando algo, aunque no sabía realmente que. Quizás alguna señal, algo que le dijera que era digno de confianza.

― Creo que nunca se esperaron que alguien se resistiera mucho, quizás se asustaron o algo así. Estamos bien, solo un poco asustadas. ¿No, Tracy?―preguntó a su amiga, dedicándole una sonrisa algo nerviosa, la misma que luego dirigió hacia el muchacho―. Mi nombre es Gia, por cierto.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] De su boca pendía sin entusiasmo un cigarrillo encendido, cuyo humo flotaba en un fino hilo hacia el cielo, perdiéndose en el frío londinense. A su lado, Fenrir se acurrucaba contra la pierna del chico, quien gentilmente frotaba la cabeza del lupino.

Pronto, la chica castaña llegaría al lado de Anton. Antes incluso de escuchar su voz, el chico la reconoció por el perfume que llevaba… Que extraño. Ni siquiera había notado eso antes… Y más aún le extrañaba poder sentir ese olor por sobre el cigarro que permeaba sus sentidos. ¿Debería preocuparse al respecto? Bueno.. Realmente ahora mismo no le importaba.

Generalmente, Anton hubiera hecho algún tipo de comentario venenoso, algo irónico para suscitar la ira de la chica… Pero honestamente, ahora no tenía ni la energía ni las ganas para eso. Por una vez, Gwen podría ver al Anton genuino.

”Hey...” Habló el joven, su tono de voz mucho más bajo del usual, cansado. ”Qué extraño que me encontraras.. No estoy en camino de vuelta a la escuela.. Bueh, lo que sea.” El peliblanco suspiró, una pequeña bocanada de humo saliendo de sus labios. ”Oye… Disculpa. Perdí mi cool.”

Se notaba que el joven quería decir más, pero en ese momento su cuerpo y mente estaban cansados, así que caminó en silencio. A pesar de no haber mirado a los ojos a Gwen en todo este intercambio.. Honestamente estaba en iguales partes deseoso, y ansioso de escuchar lo que la chica tendría que decir. Después de todo, había visto lo más real que el chico tenía para mostrar… Mucho más real que la fachada de punk ultraconfianzudo que se gastaba en Worthstone. Sin embargo, esto es algo que ni el sabía.

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Lem dió un suspiro de alivio al ver que las chicas estaban bien, si algo asustadas por lo que acababa de suceder.. Y con buena razón. Sus amigos.. Bueno, desde la crisis realmente habían estado locos… O tal vez desde incluso antes, pero él nunca lo notó. Ante el comentario de Tracy, su cara mostró un gesto de dolor. El adulto evadió sus ojos, y se rascó la parte de atrás de la cabeza.

“... Crecimos juntos, ¿sabes? No siempre fueron.. así. Pero al menos les agradezco por asustarlos de esa manera… Con toda esperanza, dejarán de hacer esas porquerías.. Por miedo.”

El joven adulto se quedó sin palabras por unos momentos… Sentía la incomodidad del intercambio que estaba teniendo con las chicas.. Sin embargo, pronto sacó una boleta arrugada de su bolsillo, y un lápiz con poca tinta.

“P-por cierto.. Mi nombre es Lem. Soy mecánico, trabajo cerca de aquí.. Así que, si en algún momento necesitan algún tipo de ayuda, ya sea estos chicos u otros pandilleros… Llamenme. Después de todo, siento como si les debiera algo…”

El adulto soltó una pequeña risa incómoda, y le entregó a Tracy la boleta. En esta, estaba escrito su nombre y su número. Una vez finalizado este intercambio, el joven se despidió de las chicas, saliendo del callejón, y asegurándose de que sus amigos no estaban cerca antes de alejarse… Tenía bastante en que pensar, y una resaca que sacarse de encima.

Sammie, el fantasma que flotaba sobre Tracy, lo vió alejarse del callejón. Sus manos sobre los espectrales bolsillos de su espectral ropa… Pronto, le comentó a Tracy.

“... No parece un mal tipo. No fue de los que me atacaron. ¡Pero buen trabajo! Realmente les dimos un susto, ¿no crees~?”

Al irse el tal Lem, Gia por fin logró quedarse más tranquila. Tomó suavemente del brazo a Tracy, llevándola fuera del callejón, aún con el corazón acelerado.

― Bueno, será mejor seguir adelante, Quentin ya debe estar en la cafetería―dijo, mirando a Tracy, algo nerviosa―. ¿Estás bien? No se muy bien lo que ha pasado, pero no se que habría sido de mi si no hubieses estado aquí. Muchas gracias.

Le dio un leve apretón amistoso a Tracy en la muñeca que aún sostenía y la soltó. Le hizo una seña con la cabeza, indicándole la dirección que debían seguir, y continuaron su camino hasta Lucciano's. Al llegar a la cafetería no pudo ignorar el numeroso grupo de clientes que hoy habían decidido ir a desayunar. Quizás fuera mejor, un ambiente más movido quizás la ayudara a tomarse la situación con más calma. Miró a Tracy y, asintiendo, dándole a entender que ya estaba preparada, entraron a la tienda.
Lo divisó enseguida, sentado junto a una de las ventanas más alejadas de la puerta, con una taza de café humeante, llena casi hasta el borde. Gia se acercó, con cautela, experimentando una sensación de ansiedad que no sufría hace tiempo. Se aclaró la garganta, logrando que [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] dejara de mirar, casi hipnotizado, a través de la ventana. Fue como un detonante, casi como si un interruptor hubiese hecho clic dentro de su cerebro. Al cruzarse sus miradas, Gia no pudo evitar el acercarse a su hermano y rodearlo con sus brazos, con fuerza. Quentin respondió, algo sorprendido, al abrazo de su hermana. Aunque duró pocos segundos, logró que Gia por fin pudiese estar más calmada.

― L-lo siento, no quería-

― No te disculpes―la interrumpió, con una sonrisa en el rostro―. Yo soy el que debería disculparse, después de haber tardado tanto tiempo. Siéntense, por favor. ― Las chicas hicieron lo que Quentin había pedido, una al lado de la otra, frente al muchacho. ― ¿Ella es tu amiga? Es un placer, mi nombre es Quentin. Pidan lo que gusten, por favor. Luego, te explicaré que pasó durante todos estos años.

― Su nombre es Tracy―la presentó, con una sonrisa―. Pediré un Cappuccino, si no es molestia.

Cuando Carlos me expreso lo que esperaba de los demás no pude evitar sonreír con cierta simpatía ante él. A fin de cuentas, él no es verdaderamente consciente. No ha entrenado ni ha visto en verdad el verdadero lado de aquellos que se perdieron entre la oscuridad y se sumieron en la desgracia, lejos de la luz de nuestro Señor. — intentar catalogar su "desarrollo" en estos momentos es inútil, Carlos. No lo pienses. No por ahora, una vez estudie y comprenda más la situación actual podremos dar un juicio acertado. — fue lo único que le dije intentando disipar ese pensamiento y que no lo lleve demasiado tiempo en la cabeza.

Conforme fue hablando, al tener el libro en mis manos pude ver como este se levantaba, augurando que la noche de hoy sería más interesante. "En verdad desearía que no..." fue lo único que pensé, mientras el se dio la vuelta mis sentidos se pusieron en alerta al sentir un cambio en el ambiente. Algo había "invadido" nuestro espacio de plática, y al hacerlo chasqueé los dedos. Sucedieron dos cosas. Carlos, que se había "levantado" aparecía nuevamente sentado enfrente mío en un abrir y cerrar de ojos, notando nuevamente mi mirada fría y analítica observando detrás de él. Esa sombra, esa presencia, y esa sonrisa... En verdad no me dio nada de conformidad. Me levante con el libro en la mano, observando ahora al sentado enfrente mío. La diferencia de todo lo sucedido era peculiar, porque Carlos tenía su café intacto y parecía que en verdad el tiempo se hubiese distorsionado. — ¿Qué pasa, Carlos? Te veo confundido. — le dije sin mayor intención, mientras guardaba el libro en mi mochila y me disponía a salir inmediatamente del café en dirección al club de lo oculto sin decirle a nadie para prepararme en la noche. "Parece que las fuerzas del mal ya estan haciendo su jugada, eh... Para ser apenas un Acólito le tendré que hacer frente, Señor, dame fuerzas..." susurre, saliendo eyectado del lugar.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Su mirada seguía vagamente en la acera frente a sí mismo, caminando junto a ella.. Pero esa sinceridad en su voz.. Y lo que ella hablaba… hacían que hubiera un sentimiento cálido dentro de sí mismo. El entendía a la perfección lo que la chica le estaba diciendo; después de todo, él se sentía igual. Ella… Ella entendía. En toda su vida, solo hubo una.. bueno, tal vez dos otras personas que lo entendían bien.

Luego de unos momentos de silencio, respondió.

”... Ahora entiendo por qué Carl confió en ti.” El joven levantó por fin la mirada. Sus ojos azules conectándose con la mirada de Gwen, y una leve, pero suave sonrisa esbozando en su rostro. ”... Tú lo entiendes.”

Estuvo en silencio un par de segundos más, antes de continuar.

”Gracias, Gwen. Eres.. eres real, ¿sabes? Y en cualquier otra ocasión te aceptaría en un segundo ir a grafitear la oficina del viejo de mierda.. Pero francamente ahora no quiero ni estar en el mismo distrito que él.”

Y pronto, esa leve sonrisa se volvió una algo sarcástica, mientras ese destello típico volvía a sus ojos.

”Y tranquila, “Gwennie”, la cita fue absolutamente horrible.. Pero no la peor que he tenido~ Durante middle school, una chica me clavo un tenedor en la mano por perder el interés en su aburrida conversación durante una cita de sushi. Sabía que tuve que terminarla cuando la vi comer sushi con tenedor.” El albino rió, golpeando levemente el hombro de su compañera. ”Esta fue levemente mejor, solo un poco.”

Dicho eso, el joven suspiró más tranquilo, mirando al cielo que comenzaba a esclarecer, y luego una vez más a los ojos de Gwen.

”No soy el tipo de chico que confía fácilmente… Pero estoy bastante cerca contigo. No hagas algo que arruine eso, ¿vale?”

Mientras Anton esperaba la respuesta de Gwen, su celular vibró con su tono de mensaje. Al revisarlo, el mensaje era de Carlos.

”Bueno parece que no fue solo nuestra cita la que terminó. Dice que nos juntemos en mi habitación. ¿Vienes?”
Dicho eso, Anton le dio otra sonrisa sarcástica a Gwen, tornándose en camino a Worthstone, mientras Fenrir lo seguía de cerca.. Moviendo felizmente su cola.

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Como si se tratase de un sueño, cuando Carlos parpadeó, se encontraba una vez más en la silla frente a Abraham, a pesar de estar seguro de haberse levantado ya, y tomado su camino… Frente a él, Abraham todavía se encontraba sentado.. Y su café, completo y todavía humeando.

El corazón de Carlos saltó, y sus ojos se ensancharon levemente… Pero disimuló bien su sorpresa. Una habilidad que desarrollas en México… Es la de no llamar la atención de la gente equivocada.

“¿Que pasa Carlos? Te veo confundido.”

La sonrisa calmada con la que decía esto, su disposición, el hecho de que luego de esta frase Abraham tomara sus cosas y partiera…

… Todo esto le decía a Carlos que eso no fue solo una amistosa muestra de sus habilidades. Fué una amenaza… Como un narco asomando el mango de su arma.

Los lloriqueos de una niña fuera del café no inmutaron al joven, quien ahora solo en el café, lucía notorias gotas de sudor en su morena frente. Su pulgar se elevó hacia su boca, la cual mordió tensamente su uña.

... Mierda… ¿En que nos metimos…?

Carlos respiraba lenta y profundamente, tratando de calmarse. Lo que Abraham había hecho ahí.. Lo que Sebastian había hecho anoche.. Y los tulpas esta mañana. Todo se estaba volviendo demasiado real, y no solo eso.. Era peligroso, increíblemente peligroso… Tal vez… Abraham tenía razón. Tal vez esto era una estupidez y deberían simplemente.. Eliminar los tulpas de sus compañeros…

Pero en la cabeza de Carlos, una vez más surgió esa imagen, esa calcinante mirada observándolo, y lo que le dijo Abraham… “Tú ya has desarrollado un Tulpa”... No estaba seguro de a qué se refería el joven, pero de alguna manera… Logró al menos hacer surgir un sentimiento de determinación nuevamente dentro de él. A pesar de no reemplazar la ansiedad que sentía dentro de sí mismo, al menos logró darle la voluntad necesaria para… Hacerle frente.

Mientras escaneaba la terraza del café, tratando de encontrar a sus amigos, quienes ya hacía un rato habían partido, y alcanzaba su celular de su bolsillo, Carlos analizó lo que sabía sobre las habilidades de Abraham y Sebastian…

Sebastian había logrado, con tan solo unas palabras, manipular su propia voluntad y la de Gwen.. y por como actuaba, parecía que ese no era ni sería el límite de su poder… Y Abraham.. Con él estaba menos seguro. Todo lo que sabía es que fue como si hubiera… Vuelto en el tiempo. Esto le daba algunas posibilidades…
La primera era que Abraham tuviera el poder de crear realistas ilusiones de la realidad. Eso haría que todo lo que Carlos vio fuera solo una ilusión creada por su parte… La segunda, era que Abraham tuviera el poder de moverse a sí mismo y a otros en el tiempo.. Pero si este fuera el caso, ¿Por qué habría dejado que hicieran el ritual? ¿No hubiera regresado y evitado eso…? Y la tercera… Que tuviera algún poder que alterara el tiempo.. O la realidad a su alrededor. Eso explicaría por qué Carlos regresó a su posición después de haberse levantado… Pero no podía determinar ninguna de estas posibilidades con la información que tenía presente. Por ahora… Tendría que tener ojo con Abraham y Sebastian.. Hasta esa noche.

Mientras en su mente se preguntaba si el resto de sus compañeros sabían más de lo que realmente decían, y comenzaba a alejarse del local, le envió un mensaje de texto a Anton.

Voy a la habitación, tenemos mucho que hablar.

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[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Una placentera sonrisa adornaba su rostro… Sebastian confiaba plenamente en él, y Harasha no había hecho nada para afectar esa percepción… Después de todo, Sebastian era la única pieza en el tablero hasta entonces… Pero con los nuevos ocultistas, sus inocentes y novatas percepciones… Abraham Rockwell.. El tablero tenía más y más piezas.. Sebastian, por ahora, era la única pieza negra, ¿pero los demás? Solo Rockwell era una pieza blanca hasta ahora.. Los demás eran piezas grises todavía, listas para ser pintadas por cualquiera de los dos lados…

Sebastian le había pedido un consejo, y Harasha tenía en mente justo el demonio apropiado… Uno que le ayudaría tanto a Sebastian como a sí mismo, uno que tenía una larga historia con Harasha…

Harasha produjo frente a los ojos de Sebastian un símbolo con su azabache uña, el cual se proyectó frente a él como si de tinta se tratase.

Símbolo:

“Las piezas están comenzando a moverse, Sebastian… Lo mejor que puedes tener es información. Este es el símbolo de Mátia, un demonio en quien confío, y que posee la habilidad que estás buscando… Se le conoce como “El de muchos ojos”.”

Harasha sonrió oriundo, mientras sus pupilas una vez más se dirigían al rostro del joven.

“El grimorio contiene un hechizo interesante.. un ritual que te dejará ver lo que él ve… Conectar tu ojo con los de él. Pero déjame advertirte, mi joven maestro, que no es para nada placentero… Lo que sí és.. es útil~“

Lo que Harasha omitió decirle es que él mismo tenía razones para observar a los compañeros del joven rubio… Monitorearlos, y observar quiebres… a través de los cuales podría entrar.

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Apollo suspiró aliviado, caminando hacia adelante y recogiendo del suelo el resto de las monedas desparramadas, además del ahora durmiente Euterpe.

“Vaya Bready, no se que hiciste pero funcionó. Supongo que te debo una, ¿no es así?”

Jonathan respiraba agitado, sosteniendo su pecho luego de la desagradable sensación del Viajero. A través de jadeos y con la cara cubierta de sudor, el joven temerario sonrió confiado, y le levantó el pulgar a Apollo. La verdad, no se sentía para nada seguro sobre lo que había pasado.. Y ver a su tulpa tirado ahí sin vida, sin ese brillo en los ojos, lo llenaba de preocupación… Pero ahora mismo, lo que le preocupaba era otra cosa.

“¡Pero por supuesto que no, mi buen amigo! ¿Para qué estamos después de todo? Pero como ya te dije.. Efectivamente voy a necesitar tu cama.”

Haciendo pequeñas pistolas con sus dedos y agitando sus cejas de arriba a abajo, Bready le señaló a Apollo que efectivamente hablaba en serio, y pues como Apollo ya había accedido, no tenía mucho más que decir en contra de esto.. Ya se las arreglaría para dormir de alguna manera.

“Vale vale… Pero parece que tu tulpa también está decomiso, no?” Dijo el chico italiano, de vuelta a su compostura y golpeando levemente al golem con su talón. Los ojos de Bready mostraron algo de preocupación al respecto de esto, porque por el peso de la criatura, no parecía que ninguno de los dos podría levantarlo.

“... Pues así parece… ¿Ahora como movemos la cama? Y realmente no quiero dejar un Golem con las llaves puestas en medio del pasillo..”

Apollo rodó los ojos antes de responder.

“De lo que leí, es posible hacer desaparecer a tu Tulpa si te concentras en ello, y que es parte del “control” de estos, o lo que fuere.. Intentalo, hacerlo desaparecer de tu percepción.. Por ahora voy a guardar estas monedas, y si no te importa, discutamos cómo mover la cama a tu habitación sobre algo de desayuno.” El joven suspiró. “Realmente necesito un café después de esto.”

Jonathan asintió con la cabeza, enfocando su concentración en su tulpa, cerrando los ojos y pensando en retraerlo… Efectivamente, el Tulpa desapareció como si se estuviera borrando de la realidad, de vuelta a los resquicios del psique de Bready… Pero afortunadamente, a pesar de estar apagado, podía sentir la presencia del golem ahí. Suspiró aliviado y movió su silla de ruedas hacia Apollo, que ya comenzaba a hacer su camino a su habitación.

“¡Suena genial amigo! Te ayudaré con eso de las monedas, después de todo, mientras antes las cuelgues, antes comemos, ¿no? Vamos vamos, ¡la mañana apremia!”

Dicho eso, ambos jóvenes hicieron su camino a la habitación de Apollo, para arreglar el problema que había causado Euterpe.

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Cuando Tracy y Gia entraron al local, y comenzaron a hablar con Quentin, todo parecía normal… Sin embargo, mientras Gia y su hermano tenían su momento de reunión, Tracy comenzaría a notar algo.. extraño. Ya cuando era niña notaba pequeñas sombras en su visión, el tipo de cosas que, al parpadear, se irían… El tipo de cosas que su padre le decía que eran normales, y otros estudiantes también, el tipo de cosas que simplemente podías creer que son trucos de la mente, pero ahora..

No se iban cuando parpadeaba.. Y ya no eran realmente sombras. Pequeñas criaturas, de diversas formas.. e incluso algunas amorfas, se encontraban alrededor de el local.. algunas flotaban, otras mordían personas, causando que se rascaran.. otras empujaban levemente tasas de café, causando que se derramara un poco en la ropa o el periodico de alguien… docenas de ellas…

…. Y cuando su mesera se aproximó a preguntarles que deseaban tomar, se dio cuenta de algo muy interesante en ella… Una gran sombra se encontraba envuelta alrededor de su cadera, con una especie de cola que pareciera entraba en su abdomen, a la altura de su cadera… Si miraba a la cara de la joven mesera, sin embargo, era como si ella no supiera que estaba ahí.

Lo más extraño era que… era el mismo tipo de sentimiento que le dió Sebastian anoche.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] mientras ella le hablaba, y le expresaba su sinceridad. Sus azules ojos se abrieron más, como si.. Pudiera ver realmente un lado de Gwen que nunca había visto. Ya le había dicho que era real, pero ahora estaba viendo exactamente qué tan real era la chica. El velo que mantenía se desvaneció por completo mientras la escuchaba.

Cuando sus ojos se encontraron, Anton no pudo evitar que sus pálidas mejillas se sonrojaran ante la intensidad de la mirada de Gwen; Por un momento no sabía qué decir… Pero ante las últimas palabras de Gwen, ese estupor ante el resplandor que mostró la chica dejó su cuerpo. Y las primeras palabras que salieron de su boca, sonriente y calmada, aunque aún un poco sonrojado:

”... Gwen, tú también eres importante para mí. Me acabas de mostrar exactamente lo que quería ver… Y puedes contar conmigo también. Sin importar lo que nos depare esta ruta.. Contigo, con Carlos, lo enfrentaremos juntos. Cuenta con ello… Gwen, mi amiga.”

Se detuvo un momento luego de esa última declaración. Luego de eso, cerró los ojos, poniendo ambos brazos detrás de su cabeza mientras suspiraba felizmente.

”Eres una chica llena de sorpresas, ¿sabes? Y bueno, si no quieres salir conmigo es tú pérdida~ La próxima vez que quieras invitarme a salir, deberías usar un corset gótico o algo por el estilo, de otra manera como sabré que hablas enserio, ¿eh?~”

El jóven rió ante su propio chiste, y viendo el paso ligero y alegre de la chica frente a sí, Anton no pudo evitar darle esa sonrisa suave una vez más… Ella había sido la tercera persona en todo el mundo en lograr que el joven bajara su guardia. La tercera persona en ver lo que había debajo de la fachada pseudo punk y rebelde. En lo más profundo de la mente de Anton, había un pequeño fuego formándose.. tal vez, solo tal vez,  había esperanza todavía de lo que Anton anhelaba más que nada: Una familia que lo quisiera; Y tal vez.. El club se podría volver esto.

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[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], su mano incluso ya en la manija de la puerta… Siente una mano más pequeña sostener su brazo, tirando de este febrilmente; y cuando ve de quien se trata, su mente acelerada se queda completamente en blanco. Encontrándose con los llorosos ojos de la chica más joven del club, su sorpresa dejó que su cuerpo fuera apartado con ella un poco hacia el lado.

”T-tracy? Que haces a..”

Las palabras de la chica cortaron las suyas propias, y lo detuvieron una vez más… ¿Criaturas? Carlos miró de lado a lado, pensando que se podría tratar de tulpas como los otros que habían visto hoy.. pero no logró ver nada. Sin embargo, las temblorosas manos de la chica, todo su tembloroso cuerpo que se aferraba a él, implorando ayuda y protección, no era falso. Carlos notó que la respiración de Tracy se volvía cada vez más corta, más rápida. estaba hiperventilando.

Los brazos del chico gentilmente cubrieron los delicados hombros de la más jóven; no forzosamente, dejando espacio relajado para que pudiera apartarse si lo necesitaba. Su propia respiración se mostraba calmada, lenta, adentro y afuera; como si tratara de guiar la suya propia, mientras su voz exhalaba palabras en forma de suspiro.

”Tranquila… tranquila, estoy aquí Tracy, no te preocupes, está bien.. Estoy aquí..”

Carlos no lo sabría, pero Tracy lo vería y sentiría.. Esa aura celeste que cubría a Carlos, la cual le había traído calma la noche anterior en el club, se expandió del cuerpo del chico, cubriendolos a ambos; cubriéndolos con esa misma sensación, como si fuera un suave manto sobre sus hombros. Si Tracy cerraba sus ojos, también sentiría una gentil calidez saliendo de Carlos, y la tenue luz que emitía desde detrás de su cabeza.

”Ven Trace, vamos afuera.. el aire es más fresco, saquemoste de aquí..”

El joven susurró suavemente, haciendo un gesto con su cabeza hacia la puerta. Trayendo a Tracy consigo, nunca dejándola de lado o soltándola completamente, atravesaron la puerta hacia la calle de Londres. Aquí afuera era mucho mejor que ahí adentro.. Si bien todavía había algunas de estas criaturas afuera, eran mucho menos que las que se encontraban concentradas dentro de la cafetería. Parecía que estaban atraídas a lugares con muchas personas.

Carlos estuvo ahí con Tracy en silencio por un tiempo, manteniendole compañía, asegurándose de que pudiera comenzar a calmar su ansiedad. Mientras esperaba, las palabras de Abe volvieron a su mente.. No sabían en lo que estaban metidos… Y si ver estas cosas era tan horrible como para dejar a Tracy en este estado, no sería mejor volver a su vida normal..? Tal vez… tal vez Abraham tenía razón. Esto era tan solo el comienzo, no habían preparado ningún tipo de conocimiento antes de hacer el ritual. Fue un error, o al menos así lo parecía ahora. Mientras su compañera temblaba entre sus brazos, el joven se mordió levemente el labio, maldiciendo su propia inhabilidad de proteger a sus amigos. Una vez más la imagen de Abraham apareció en su mente. Él quería eliminar a los tulpas de  sus amigos, quería devolverlos a su vida normal.. Abe se veía a la vez como una amenaza  y como un salvador. Carlos estaba conflictuado. Tendría que hablar de esto con Anton y Gwen también… Tal vez traería a Tracy con ellos, para protegerla mientras decidían que hacer con la información de su reunión.

”... Como te sientes Trace? Un poco mejor..?”

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Bready y Apollo se encontraban sentados en la cafetería, con sus respectivos desayunos frente a sí. Bready tenía un plato de desayuno continental; con todo tipo de carnes, dulces, frutas, panes y quesos; además de un vaso de jugo de naranja y otro de leche; frente a él, Apollo tomaba un espresso.

“Oye, ¿alguna vez comes?” Bready le preguntó al joven italiano a media mordida, con un gran pedazo de panceta colgando de su tenedor.

“... ¿Qué clase de pregunta es esa? Por supuesto que como, como una persona normal.. Un desayuno simple, un almuerzo simple, una merienda y una cena. Un café por la mañana es más que suficiente.” Respondió el italiano monótonamente, sorbiendo de su amargo café. Perfectamente aromático.
Bready tragó el pedazo de proteína que tenía en su boca, y se encogió de hombros, regresando a su desayuno.

Mientras comían, Apollo hojeaba lentamente el grimorio, leyendo todo lo que contenía sobre Tulpas.

“Es interesante, ¿sabes? Al parecer para crear uno, era necesario visualizarlos por años; pero para nosotros tomó una noche. Me pregunto cuánto habrá tenido que ver el ritual..” expresó el italiano.

“Bueno, han pasado muchas cosas extrañas. Los demás han estado bien callados; pero me imagino que también han tenido vivencias asi..” El joven dijo, antes de tragar la panceta en su tenedor. “Igual, es temprano, asi que hay mucho más que ver.”

Su discusión fue interrumpida por el resonar de tacones en el piso de cerámica de la cafetería. Acercándose a ellos, sosteniendo un grán bouquet de rosas entre sus brazos, se encontraba una chica de último año. Su negro y liso cabello, que caía hasta sus caderas, y sus rasgos asiaticos denotaban de quien se trataba: Seito Kaichou, la presidenta del consejo estudiantil. Un chico de cabello negro y lentes la seguía de cerca. El secretario del consejo, ¿Cual era su nombre? Bready no parecía lograr recordarlo.. Y con una mirada furtiva a Apollo, vió solo un encogerse de hombros, sin romper su templanza.

Seito se acercó a la mesa de los chicos, sonriendo cortésmente ante ellos, con postura y desplante perfectos… realmente la imagen de una “chica estrella” de Worthstone.

“Señor Baker, que bueno es tenerlo de vuelta en la escuela.” La chica comenzó, su voz era algo baja y aterciopelada, y su pronunciación no tenía ninguna falla; con un acento “posh” que parecería de película. “El cuerpo estudiantil estaba muy preocupado por usted cuando oímos de su accidente, fue una lástima y una trágica vivencia para todos los estudiantes de Worthstone.” Dicho esto, su sonrisa se convirtió en una suave mueca de tristeza. Una de sus manos cerrándose encima de su corazón. “La pérdida de otro estudiante en este evento también fue grán causa de dolor para todos… Pero no es tiempo de lamentar lo perdido, sino de celebrar la vida. A causa de ello, te queremos obsequiar estas flores como un regalo de bienvenida en representación del consejo estudiantil de Worthstone.”

Dicho esto, la chica le entregó el bouquet al jóven, quien lo colocó en su regazo; evidentemente algo incómodo por el.. contenido y la forma del saludo.

“Ah, y eso no es todo..” La joven prosiguió extrayendo una tarjeta del bolsillo frontal de su blusa, la cual le entregó a Bready. “Aquí tienes mis detalles de contacto… Como recién vuelves, puede que no sepas los últimos cambios en el curriculum. Ya sea si es este o.. Cualquier otro problema..” La joven destacó estas últimas palabras, con la más leve entrecerrada de sus párpados; afilando sus ojos como los de un felino. “No dudes en contactarme. El Consejo Estudiantil siempre está disponible para atender las necesidades de cada estudiante.” Dicho esto, los ojos de Seito regresaron a su cordial frialdad. “Bueno, Señor Baker, Señor Rossini, disfruten el resto de su día.”
Bready y Apollo observaron a la chica y el chico de lentes, quien no había dicho ninguna palabra en ese tiempo, mientras se alejaban. Una vez que los perdieron de vista, Bready volvió la mirada a su compañero.

“Oye, no crees que eso fue algo… Extraño?”

El italiano se encogió de hombros, y regresó impasible a su lectura, mientras traía la taza de oscuro líquido a sus labios.

“No lo sé, no tengo una razón para creer eso. Estoy seguro de que estaban solo siendo cordiales.”

Bready estuvo en silencio unos segundos, con el ceño bajo, mientras ponderaba sobre lo que acababa de ocurrir… Los últimos días habían tenido muchas ocurrencias de este índole como para creer que podía tomarse a la cara cualquier comportamiento extraño que veía. El jóven suspiró mientras volvía a su desayuno. ¿Era así como empezaba la gente a tener paranoia? Esperaba que no.

A pesar de notar el nerviosismo de su amiga, Gia asintió con la cabeza y la dejo ir. Esto era importante, y no podía aplazarlo más. Luego podría hablar con Tracy sobre lo que había pasado, se debían una charla. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], algo nerviosa, y pidió un chocolate caliente. No hablaron de cosas demasiado importantes hasta que la mesera llegó con su bebida. A pesar de ser casi un extraño para ella, estar con alguien a quien le guardaba un gran cariño le resultaba reconfortante, al menos lo suficiente para quitarse de la mente el incidente que las había involucrado un par de manzanas atrás. A pesar de no recordarlo con claridad, era su hermano, y la pequeña Gia había adorado a su hermano. Decidió confiar en el, a pesar de todas las dudas que la abarcaban en ese momento.

— Aún te gusta el chocolate caliente—dijo Quentin, bebiendo un sorbo de su café humeante mientras Gia dejaba su taza sobre la mesa—. La última vez que nos vimos, fuimos por un chocolate caliente. Han pasado más de diez años, pero aún lo recuerdo como si fuera ayer.

Gia no entendía o, mejor dicho, no recordaba. Sus padres le habían dicho que Quentin había desaparecido al cumplir los 18 años y nunca más lo habían vuelto a ver.

— ¿Por qué te fuiste, Quentin?. —La pregunta de la muchacha generó una sonrisa amarga en el rostro de su hermano. Sin embargo, Gia no se detuvo.— Después del accidente no recordaba nada. Ni siquiera como hablar, había recibido tanto daño cerebral que creían que no podría recuperarme.  Luego los doctores dijeron que nunca habían visto un progreso tan grande en una paciente como yo. No tengo ninguna secuela, más que no poder recordar mucho de mi vida antes del accidente. Solo...—titubeó unos segundos—solo recuerdo que te quería mucho, Quentin. Pero para mi, es la primera vez que nos vemos. Tengo memorias, recuerdos vagos de un hermano al que quería mucho. Creo que es el sentimiento más angustiante que he tenido jamás. Es una sensación de melancolía que me ha abrazado desde ese entonces. Sin ermbargo, de lo que estoy segura, es que ese hermano no hubiese desaparecido cuando me pasó lo que me pasó.

El hecho de enterarse que Gia no lo recordaba le generaba un dolor desgarrador. Sabía que había sido una recuperación dura, su madre se lo había dicho en una carta, pero no tenía idea de que hubiese sido tan duro. Gia tampoco parecía saber que el había sido el causante del accidente. Las palabras de su hermana calaban hondo en Quentin, pero no podía dejar las cosas así. Debía explicarle lo que había pasado.

— Si hubiese estado en mi, nunca me hubiese separado de tu lado, Gia. Eres la persona más importante para mi—se sinceró—. Cuando cumpliste ocho años, pedí prestada la camioneta de papá y fuimos a beber un chocolate caliente a tu cafetería favorita. Esta misma, aunque no se si lo recuerdas.—Gia negó con la cabeza, pensativa. No recordaba haber pisado Lucciano's hasta antes de ingresar a Worthston.— Lo cierto es que ese mismo día, cuando regresábamos a casa, tuvimos un accidente con otra camioneta. Cuando me di cuenta ya era demasiado tarde, solo atiné a girar el volante hacia la izquierda, para protegerte.—Hizo una pausa. Recordar sus pesadillas no era para nada agradable.— Sin embargo, la camioneta giró hacia el otro lado, y recibiste el golpe en mi lugar. Luego de eso, papá me hecho de casa y me prohibió acercarme a ti.

No tenía por que creerle, pero cada palabra que salía de la boca de Quentin le parecía tan real como el chocolate caliente que reposaba entre sus manos. Agachó la cabeza, intentando procesar lo que acababa de escuchar. ¿Su padre le había mentido durante todos esos años?

— Mamá intentó hacerlo entrar en razón, pero nada pudo hacer que cambie de opinión. Esa misma tarde junte mis cosas y me fui de casa—aferró la taza de café con ambas manos—. Mamá me dio un poco de dinero y me consiguió trabajo en la tienda de uno de sus compañeros de la universidad... y así continúe mi vida. Estoy seguro que no quiso decirme que tan grave había sido el diagnostico, ella no me culpaba.

— Fue un accidente, Quentin—lo reconfortó su hermana, con una sonrisa, mientras se inclinaba para hacerle una caricia en una de las manos que sostenía el café—. En mi interior siempre supe que nunca te hubieras marchado sin una buena razón.

— Saber que estabas bien era suficiente para mi. Mamá dijo que, por más que fuera doloroso, esperara que fueras mayor para encontrarme contigo, porque nuestro padre no podría hacer nada—explicó, con una sonrisa amarga. Que su hermana entendiera como se sentía era una caricia al corazón—. Ella me envió el primer tomo de tus libros, hizo que lo firmaras. "Para alguien muy especial para mi"—recordó—. Soy un gran fan, ¿sabes? Trabajo en una librería, cuando llega uno de tus libros son los primeros en agotarse.

Gia pestañeó, sorprendida. Su mente la llevó por un momento a aquel tomo, le primero que había firmado. Su madre le había pedido que lo dedicara. "Es para alguien muy especial para ti, cielo. No puedo decirte quien es, pero se que le hará muy feliz recibir esto de tu parte.". Sonrió una vez más, algo tímida.

— Se que no será fácil, no espero que volvamos a ser los hermanos unidos que éramos de niños. Pero me gustaría intentarlo—dijo Quentin, mientras respondía la caricia de Gia tomando su mano con la que le quedaba libre.

— A mi también. Me gustaría mucho, hermano—contestó, mientras veía como los ojos de su hermano se llenaban de lágrimas. Por fin, el muchacho podría cerrar un doloroso recuerdo. Y Gia lo ayudaría.

Pasado el tiempo, había regresado nuevamente al club. Teniendo las llaves en mis manos no fue ningún problema. — Bueno, bueno... Hay trabajo por hacer este día, eh... — Cerré con llave una vez mas el lugar, dejándome solo a mi adentro. No me tarde ni un segundo en enviarle una copia al padre Rockwell mientras podía sentir sus palabras rebotar en mi cerebro.

Citación :

Todavía eres un Acólito… Aún no eres un Iniciado. Quiero que recuerdes esto, y no te enfrentes a situaciones que están sobre tu graduación… ¿Está claro?

No estaba seguro de lo que eso podía conllevar, pero el tiene razón. Si llegase a enfrentar a una fuerza que me supera, podría ser consumido por ella y corrompido... Mi preocupación era grande, pero no debía de negarla. Dios esta de mi lado.

Al terminar con la copia al padre, empecé a dibujar sellos en lugares discretos alrededor de todo el club. Todos ellos están en peligro, pero al menos tengo que hacer este lugar una zona en donde pueda tener mas... ¨"protección", mas control en lo que pueda suceder por si todo se descontrola. No podre controlar toda la escuela yo solo, pero me asegurare de que este lugar asi como mi habitación o la misma iglesia sean un bastión impenetrable ante cualquier amenaza. Al terminar, empecé a hojear el libro en busca de información. No debería de siquiera jugar con esto, pero debe de haber algo aqui que me pueda ayudar a entender y evitar que esos Tulpas se sigan fortificando... — Tiene que haber algo aquí que me pueda servir para ayudar... ¿De donde ha salido este libro pagano, por que liberarlo de esa manera? Tsk... Esto en verdad no pinta nada bien...