TULPA

Con la inesperada victoria en la votación, Jonathan lo celebró instantaneamente con un grito al aire mientras levantaba ambos puños. Aceptó con mucha gratitud el puño de Anton, chocandolo con una fuerza que parecái sacada de los propios votos que recibió. En cambio, Apollo se sentía un poco desanimado y en medio de una gran incertidumbre. ¿Que tanto va a cambiar el club? ¿Cómo va chocar esto con la actitud conservadora de la institución que no es moco de pavo? y la pregunta fundamental: qué rol le obligaran tomar para participar activamente en el club. Esta ultima incognita era lo que más ansiedad le daba, ser "relevante" en algo.

Jonathan: Muchas gracias, compañeros y compañeras, por votar este cambio clave para el club. Como ya dije, cederé el puesto de representante en el consejo estudiantil a Gia. Yo seré un miembro más del club, más tarde hablaremos bien que rol ocupara cada uno de nosotros, dependiendo de que cosas pueden aportar para el bien común. Una vez más, gracias por querer un cambio.

De uno de los pliegues del pantalón, específicamente la parte doblada de donde tendría que estar su pierna amputada, saca una caja de cigarrillos de sabor frambuesa de la nefasta marca Imperial Embassy, No llegan a ni a ser de cuarta marca. Mas alquiltran que tabaco, un fumador en abstinencia preferiría fumarse un filtro tirado en el piso que agarrar esa porquería, pero Jonathan lo amaba. Era mas por una cuestion de nostalgia y de habito. Empezó a fumar (a escondidas) Imperial Embassy cuando salia con una chica del instituto, Adeleid Rheinfelden. Como era lo más barato y lo único que se podía conseguir en el contrabando que ofrecian algunos de cuarto, solo conseguían eso para matar el vicio. Artista nata, ahora es una más del selecto grupo de famosos de cuarto año. "El hijo de puta de Sebastian seguro habra estado con ella" pensó fugazmente el muchacho. Con solo nueve cigarrillos en la caja, se llevo uno al costado de la oreja y fue repartiendo uno por uno los que quedaba, mientras decía:

Jonathan: Lo que le estoy dando no es un regalo para que empiecen a fumar, como lo hago yo. El tabaco es malo, causa cáncer y, como ya saben, esta completamente prohibido por la dirección. Es algo mas simbólico. A faltar de una medalla o insignia, le estoy dando una muestra de pertenencia al el grupo. Un simbolo de que, mientras tengamos este tubito de porqueria - dice señalando el cigarillo colgado en su oreja-, todos seremos iguales dentro del club y la opinión de cualquier de nosotros importa y vale lo mismo. ¿Es una idiotez, una cursilería? Sí, lo es, soy un romántico. Demasiado tarde para "desvotarme" jajaja. Es broma, es broma.

Cada uno decide si agarra o no el cigarrillo. Apollo toma uno de los Imperial Embassy un poco por inercia y sin saber que hacer con él. Lo guarda en el bolsillo y mira si sus otros compañeros hicieron lo mismo.

Luego de ese pseudo ritual de "marcar" la igualdad en el grupo, Carlos procedió con otro ritual mucho mas importante: el grimorio que abre el Tercer Ojo. Ambos jovenes se sentían super ansiosos pero por motivos diferentes: Apollo por fin sabría si existe realmente todo lo que estuvo viendo dentro del club y Jonathan daría un paso fundamental para saber la verdad sobre todo lo que le pasó.
La visión de Apollo lo llevó al interior de una gigantesca acropolis, ubicado en lo mas alto de una montaña y a cielo abierto. En uno de los escalones cercano a los titanicos pilares que sostenía un techo inexistente, un joven y hermoso hombre, completamente desnudo y vestido solo con una corona de laurel tocaba una lira mientras miraba amistosamente al italiano. Ocho mujeres, tan hermosas y tan vestidas (con excepcion de una) como el hombre de lira, aparecieron detras de los pilares y empezaron a danzar alrededor de Apollo. Su conocimiento sobre la mitología griega lo ayudaba a reconocerlas: eran las Musas, amantes del dios olímpico Apolo. Cada una conectada a una rama artística y del conocimiento, todas las musas llevaban algo consigo que delataba su identidad. Calíope, musa de la elocuencia, llevaba, igual que el dios Apolo, la corona de laureles y la lira; Erató, musa de la poesia, portaba una corona de rosas y una cítara; Clío, musa de la Historia, sostenía una trompeta y un libro abierto; Melpómene, musa de la tragedia, era la única que iba vestida y usaba la mascara trágica; a Polimnia, musa de los cantos sagrados, le cubría el rostro un velo blanco y sostenía unas cadenas de hierro; Terpsícore (o Esther Piscore, dependiendo las traducciones), musa de la danza, lucía una guirnalda de flores; Talía, musa de la comedia, sostenía un racimo de uvas que comía mientras bailaba; Urania, musa de la matemática y las ciencias exactas, llevaba consigo un compas. Apollo las contó a todas, solo ocho musas se habían presentado ante él. Faltaba una, que no tardo en aparecer. Euterpe, musa de la música, surgió entre las sombras del propio Apollo. Lo agarró de atrás, completamente desprevenido al italiano y le lanzó el grito mas fuerte que escucho en su vida. La visión se iluminó fuertemente, obligandolo a abrir los ojos. Aturdido y con un desequilibrio en su oído interno, se alejó del grupo dando tumbos para luego vomitar en uno de las cajas con archivos.  
La visión de Jonathan fue completamente distinta. Su conciencia se encontraba flotando en un lugar muy familiar para él, pero que hace mucho que no visitaba: la desolada ruta 63, ubicada a unos 27 km alejado de Londres. Esta escena ya lo vivió. Es de noche. Por un lado, un Mercedes Benz manejado por un tal Thomas Amery viaja lo mas tranquilo por la ruta. Por el otro, estaba él mismo: Jonathan Baker conduciendo una Ducati modificada azul. Era él, pero a la vez no, bah, el Jonathan de la vida real no se reconocía a si mismo dentro de la visión. Una especie de raices de tejido muscular salían del cuerpo del muchacho y abrazaban la carrocería del vehicula, formando casi una unidad indivisible entre maquina y hombre. A su vez, la moto iba ridículamente rápido y por segundos parecía como si "parpadease", como si por unos instantes desapareciera de la ruta y volviera tan rápido como se fue. El verdadero Jonathan miraban con inquietud la secuencia, ahora era testigo presencial de su propio accidente. Gritaba con todas su fuerzas para que uno de los dos se detenga, pero, como no estaba realmente ahi, ni el Jonathan falso ni Thomas lo escucharon. No llega a ver la colisión. Segundos antes de que el Ducati/Jonathan Baker arrasé contra el Mercedes Benz de Thomas Amery, alguien le toca el hombro y lo obliga que se dé la vuelta. Era él, el culpable de todo. El Navegante, con su aspecto de encapuchado enmascardo, se presentaba ante Bready, un año despues del accidente.

- ¿Qué hiciste? ¿QUÉ HICISTE? Tuviste que haber dejado que maduré solo...

Colocó su mano sobre el torax de Jonathan. La efigie ubicada en su pecho comenzó a iluminarse y cubrirlo todo de fulgor. Justo en el momento al fondo de la escena, se escucha el choque que protagonizó un año atrás. Abre los ojos, obligado por la luz blanca que cubrió toda la visión. Agotado por la visión, cae de la silla de ruedas. Le arde el pecho y siente como todo su cuerpo recuerda una vez mas el dolor de que se te rompan todos los huesos. Como si su misterioso "amigo" le hubiese hecho rememorar tal sufrimiento. Un ojo mucho mas sensible que la de una persona normal vería cierta "presencia" alrededor de Jonathan, quizas un destello en la zona del corazón. Traspirado, adolorido, con los brazos temblorosos, hace el esfuerzo titanico de arrastarse hasta la silla de rueda y se sube como puede a ella. Mra a Carlos con una sonrisa desganada

Jonathan:-Ni el hachis mas fuerte del condado te hace sentir asi.... tienes buena mierda, Carlos.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], con la cabeza gacha. Había perdido, y se sentía realmente decepcionada. ¿Quizás estaba equivocada? ¿Quizás su forma de ver el futuro del club estaba errada? Cuando su rival comenzó a dar su discurso de victoria, sintió el impulso de pararse y tomar el cigarrillo, pero simplemente se quedo sentada. No podía permitirse aceptar ese puesto, era humillante. Suspiró. Del poco tiempo que llevaba en la sala había sacado un par de conclusiones: Gwen no le caía bien, y Sebastian y Anton le parecían dos imbéciles. A Tracy y Abraham ya los conocía. Apollo era callado, pero sentía que podía llevarse bien con el, mientras que Charles parecía un buen chico. Y Johnatan... era el origen de sus pesadillas.
Al momento en que Charles comenzó a hablar, levantó su vista y la fijó en el gremorio que había repartido. Y cerró los ojos.

Sintió frío. Mucho frío. Abrió los ojos, y tuvo que controlarse para no entrar en pánico. Un basto mar la rodeaba en todas direcciones, estaba a varios metros de profundidad. Sin embargo, ante sus ojos hizo presencia un ser que calmó su corazón. Era un zorro, o al menos eso parecía, pero su cuerpo estaba formado por el mismo agua, y la parte trasera de algo negro, que dejaba restos a medida que se acercaba a Gia. Notó como comenzaba a quedarse sin aire. Intentó nadar hacia arriba, pero la superficie estaba muy alto, y perdió el conocimiento a medio camino. Se despertó en plena oscuridad, acostada en una fría piedra. A pocos metros de ella, una fogata se iluminó, y a su alrededor, a la luz del fuego, pudo ver nueve estatuas iguales a ella, con una inscripción en la frente. De las sombras surgió, una vez más, la criatura que había encontrado en el agua. Al mirarla, sintió como el zorro le indicaba que debía mirar cada estatua.

Al ver la primera, directo a los ojos, sintió como se metía dentro de su propia cabeza, y su propia voz resonaba dentro de ella.

"Moverás los objetos a placer"

Miró la segunda.

"Los objetos te hablarán"

La tercera.

"Explorarás la mente de los que te rodean"

La cuarta.

"Detendrás a tus enemigos"

La quinta.

"Para ti, viajar será un suspiro"

La sexta.

"Volar estará al alcance de tus pensamientos"

La séptima.

"Protegerás a los que amas"

La octava.

"No necesitarás palabras ni letras, solo tu mente"

La novena.

"Tus enemigos encontrarán el descanso".

Las voces comenzaron a resonar en su cabeza cada vez más fuerte, todas a la vez, hasta tornarse insoportable. Miro a la criatura, desesperada, y simplemente comenzó a brillar, hasta que se vio obligada a despertar.

Volvió en si, alterada. Estaba cubierta por su propia transpiración, fría. Se puso de pie, tomando el gremorio y su novela. Miró a Johnatan, algo temblorosa. No por miedo, la visión no le había dado miedo: estaba tiritando por el frío.

— N-no puedo defender una idea e-en la que no creo.

Metió sus cosas dentro de la mochila y se acercó hasta la puerta.

— Y-yo... lo pensaré.

Y salió.

En efecto, han sido preguntas complejas. Bien se dice que para acabar con el enemigo debes de conocerlo primero. Fue lo único que dije de manera pacífica y sin ninguna intención de ser ofensivo, tranquilo e impasible. Me había tomado mi tiempo para analizar con cuidado a los demás, sus respuestas, sus conocimientos. En verdad que este club está condenado a la autodestrucción, desgraciadamente... Mi mirada era compasiva, como si tuviese piedad en verdad de todos los que estuviesen aquí.

Luego de eso y del fracaso en las votaciones, cruce mi pierna, siguiendo con las demás rutinas del club. Todo auguraba a que iba a ser pesada y molesta para algunos, pero todo cambio cuando [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Al tan solo ver el libro, mis ojos se abrieron en señal de sorpresa y consternación, no podía creer lo que ellos habían encontrado en ese exacto momento y lo traían a los demás. Oh, por Dios...

Escuchaba de donde había sacado ese libro profano con mucho asco, mi postura se había erguido completamente de manera defensiva. Alguien, "the Thinkerer", había soltado esta bomba en un lugar donde miles y miles de personas lo pueden intentar, pueden querer ir más allá de lo que podrían entender solo por curiosidad a lo desconocido, sin temor, sin reglas, solo llevados por el caos. Alguien que no tenga conocimientos de esto simplemente causara daños a todo el mundo, esto es una emergencia... Mi rostro claramente empezó a sudar, agitado. En esta noche, uno de mis mayores miedos se estaba volviendo realidad.

No dije nada, simplemente me quede en el salón. En mi mano derecha, dentro de uno de mis bolsillos, un rosario estaba entrelazado en mis manos. Antes de que Carlos llegase a "empezar su viaje", de manera pesada les dije a todos una advertencia clara. Ninguno de ustedes sabe en lo que se está metiendo, no lo saben... — Y al decir eso, en voz baja susurré un "Kyrie, Eleison".

Al momento, todo se fue oscuro para la mayoría. Visiones de todo tipo, sentimientos mezclados, naturalezas puras saliendo a flote. Bondad, maldad, caos, oscuridad y orden. En todos ellos y en mi habitaban esas esencias, en unos mas fuertes que otros. En el "viaje", nauseas y desagrados podía sentir de todos lados, un futuro caótico amenazaba el mundo gracias a esto. Sus almas estaban en peligro, al igual que sus seres cercanos. Y a pesar de mi protección y consciencia, visiones de un cura enseñándome de pequeña edad al respecto de los demonios me azoto, un recuerdo que no existe, un recuerdo falso. Al "despertar", mi mirada con los demás no era la misma. Ahora denotaba una pesada mirada llena de conflictos internos, ellos habían tomado su decisión de manera precipitada. Señor, en verdad, ten piedad. Podía ver esencias de todo tipo emanar de sus cuerpos, mostrando mi mayor rechazo hacia Sebastián y Baker, los demás de cierta manera igual, aunque en algunos no había tanta mala esencia como en otros, incluyendo especialmente a Gia y Tracy. Una cosa era segura, eso si. El semblante oscuro de mi mirada y el frío brillo que emitía esta era algo que jamas en sus vidas habían presenciado.

Me levante ajustando mis gafas con un rostro de malhumor y me dirigía a la puerta. Gia se había marchado, y justo al salir, voltee levemente hacia los demás, especialmente hacia Gwendolin. Ustedes no saben nada de lo Oculto. Su conocimiento era lo único, pero conocimiento, experiencia y práctica eran cosas distintas. Cerré la puerta de manera normal y me iba directamente hacia la Iglesia, debía rezar. Rezar por todos nosotros y lo que se avecina.

Pre Ritual:

Anton y Carlos tomaron cada uno el cigarrillo que les ofrecía Johnny. Carlos no fumaba, pero apreció el gesto, sonriendo y colocando el cigarrillo en la cadena de plata que le pendía del cuello. Junto a una hermosa cruz, la cual tenía la imagen de Cristo en ella, colocó el pequeño cigarrillo. Lo tendría que guardar en un lugar más escondido en algún momento, pero creyó que sería la manera más simbólica de llevarlo consigo.

Anton fué bastante más vocal, jugueteando con la varilla, haciéndola girar diestramente entre sus dedos mientras comentaba.

”Vaya Bread-boy, ¿fumas esta mierda? Ahora no me sorprende que estés inválido.” Rió un poco Anton, dejándole saber con la mirada que simplemente bromeaba. Anton encendió el cigarrillo, le dió un tirón largo, y lo exhaló, apagando el cigarrillo casi completo, pegándole una mordida al filtro, su marca, y guardándolo dentro de su propia cajetilla. ”Efectivamente es una cursilería romántica. Pero ahora eres de los mios, asi que lo guardaré con respeto viejo.” Anton dijo, sonriéndole con una mirada a los ojos, antes de enfocarse una vez más en el ritual de Carlos…

Post Ritual:

Anton se encontraba en shock ante las palabras frente a el. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], toda esta mierda era real… Los vellos de su nuca se pararon, y un escalofrío recorrió su espalda. inmediatamente luego de su visión, se abalanzó sobre el grimorio, sus ojos rápidamente recorrían sus páginas introductorias… Proyección astral, espíritus, demonios, ángeles, rituales, hechizos, contrahechizos… Y un glosario del tipo de habilidades que podrías encontrar aquí, pero uno de los conceptos resaltó a su vista: TULPA. No estaba seguro de por qué, pero ese concepto lo llamaba, lo atraía profundamente… Estaba a punto de ir a esa página… Cuando oyó el vómito de Apollo y la caída de Johnny.

Anton y Carlos levantaron la vista, con Carlos levantándose y tambaleándose un poco mientras se encaminaba a asistir a Johnnathan para subirse de nuevo a su silla, Johnny hace el chiste sobre el hachis; haciendo que Anton siguiera con la broma.

”Por supuesto, nuestro Mexicano Narco nos trae todo directo desde el cartel, ¿no?” Anton rie, golpeando a su amigo en el hombro por encima de la mesa.

Carlos solo se gira de ojos con una sonrisa y agita la cabeza.

"We con esos no se hacen chistes, son bien chingones para su mamada.” Rió Carlos.

Pero cualquier tipo de risa fué interrumpida con el súbito abandono de Gia, y el abandono furioso de Abraham de la habitación. Las palabras de Sebastian y Gwen, seguidas de las suyas, dejaron a Carlos completamente mudo. Lleno de culpa, miró hacia el paquete de tela que seguía sobre la mesa, con la varilla de incienso ya consumida humeando en un pequeño hilo. ¿Habría sido demasiado apresurado con esto?

Mirando la frase que se extendía sobre esa primera página al rojo vivo, Carlos no pudo evitar pensar en lo que dijeron Gwen y Abraham. Durante el momento de silencio en el club, ahora 2 estudiantes menos, un leve viento helado de otoño entró por la escotilla de la sala, dándole un escalofrío a Carlos y cortando el hilo de humo. El mexicano levantó la vista y miró a sus compañeros; los viejos y los nuevos. Gwen, Sebastian, Anton, Apollo, Johnny.. Y por último, su vista descansó sobre Tracy. Definitivamente se veía como la más afectada internamente.. No había dicho nada desde que despertaron de su trance.

".... ¿Se encuentran bien, chicos? ¿Apollo, Johnny, Tracy?.” Hizo una pausa, sus dedos entrelazándose  sobre la mesa y apretando fuertemente. Sus oscuros nudillos tornándose pálidos, mientras sus ojos bajaban a mirar una vez más la bolsa con el ojo quemado. "Yo.. Lo lamento. No quería… Afectarlos de esta manera. Solo quería hacer algo para unirnos.. Y esto es lo más increíble que hemos encontrado en años.. No sabía la seriedad en la que nos estaba metiendo, Yo-.”

Anton lo interrumpió, colocándole una mano en el hombro. Carlos devolvió su mirada hacia arriba. Sus ojos pardos se encontraban con los celestes de su mejor amigo. Su cara denotaba una seriedad y una madurez que no era la que usualmente mostraba, y luego de notar que Carlos estaba receptivo a el, alivianó su expresión; con una sonrisa un poco más relajada.

”Carlos, nos diste a todos la oportunidad de salir antes del ritual. No es culpa tuya.. Y además, solo “abrimos nuestro tercer ojo”, ¿Sabes? Por todo lo que sabemos, el texto puede ser una simple reacción química con los gases que emitieron las hierbas.. Y nuestras alucinaciones un simple efecto producto del mísmo químico. E incluso si todo esto es real… Estamos juntos en esto ahora. Puede que al niño Starbucks se lo coma un demonio.” Anton dijo, apuntando con el pulgar a Sebastian.  ”Pero los demás tenemos unos dos dedos de frente y estudiaremos los riesgos de esto antes de intentar nada.”

Anton hizo una pausa, mirando a la puerta abierta tras la cual habían cruzado Abraham y Gia. Que personas más problemáticas...

”Y no te preocupes por ellos… Birdwhistle ha estado rara desde que entró a la sala, y el Chico del Coro evidente se iría de bronca así cuando tiene que ver con rituales pseudo paganos… Volverán y se disculparán con el resto. Y hablando de eso...” Anton soltó el hombro de su amigo, poniendo su mano de vuelta en su bolsillo del pantalón, y mirando a sus compañeros.  ”Como se sienten, chicos. ¿Alto trip? ¿Ya vomitaste todo el spaghetti, Apollo? Y lo más importante.. ¿Quieren estudiar esto un rato más, o lo dejamos para el lúnes?” Anton dijo, mirando su reloj de pulsera. Ya eran las 9:00pm el viernes, faltaba alrededor de una hora para el toque de queda.

Apollo ni se molesto en contestarle a Anton. Se limpiaba el vomito de la boca mientras se sacudía la oreja de donde recibió el grito. Poco a poco recuperaba el equilibrio. Hice un buche con lo que quedo del café frió y lo escupió dentro de uno de las cajas. Mañana sera todo un reto ordenar y limpiar bien el club, pero eso sera un problema para el "nosotros" del futuro. Se fijo la hora en el celular: las 21:00. Ya no había mas que hacer. Mucho ocultismo y burocracia por un día. Se retiró del club todavía caminando un poco torcido de un lado a otro y apoyándose sobre las cosas. Antes de pegar un portazo, miró a todos sus compañeros, con una mirada que podía expresar solo un par de cosas: cansancio, odio, resignación. Ya fuera, se quedó un par de segundos parado detrás de la puerta, pensando qué hacer. ¿Era una buena idea ir detrás de Gia para ver si estaba bien? Mmm, sería mejor esperar mañana o preguntarle mas a la noche por Discord, si es que despues de bañarse no se quedaba dormido en la cama. Saco el cigarrillo y lo miró un poco. ¿Habia sido realmente todo una alucinación, una poderosa sugestión detonada por todo ese aparatoso ritual? Por un lado esperaba que sí, el "Temele a la oscuridad" no le causaba mucha gracia. Por el otro, si todo fue una mera reacción química, un fraude... seria un gran decepción que, sumándoles eso el tema de los cambios dentro del club y que el hijo de puta de Anton sabe sobre ESO, lo motivaba un poco a abandonar el grupo y unirse al otro club marginal de numismática. No daba muy buen augurio que un nuevo comienzo empezara de esta manera. Pero, antes de tomar medidas apresuradas, lo consultara con la almohada

Ya en la silla y ayudado por Anton, Jonathan se pasaba las manos por las extremidades que todavía se encontraba un poco entumecidas por el dolor. En medio de eso, Gia se va alteradisima de la sala, sorprendiéndolo al muchacho. Qué cosas habrá visto en la visión que la haya puesto de esa manera... ¿o fue la aplastante victoria que tuvo sobre ella? No la conocía muy bien, solo le queda hacer conjeturas. Un gran gesto como el candidato ganador habría sido ir a por ella para aclarar los tantos y tranquilizarme, pero un par de piernas es más rápido que él moviéndose con la silla y sus muñecas todavía no estaban muy dispuestas a mover las ruedas luego de sufrir una quebradura fantasma.

Jonathan: Si fuese por mí, seguiría acá hasta que amanezca, chicos, pero creo que tuvimos bastante por hoy. No sé que habran visto ustedes con esa porquería, pero ver cómo un gusano interdimensional te devora vivo no te deja indemne jajajaja. Aparte, siento que toda la movida de elegir presidente nos agotó a todos. Lo mejor sera seguir mañana y, cuando podamos, charlar en el server sobre qué cosa vimos mas o menos cada uno y tantear en que le gustaría ayudar para hacer crecer el club. En fin, hasta mañana, chicos. Duerman con los angelitos.

Hizó un cuasi saludo militar para todos y salio de la sala, dirigiéndose directamente al ascensor del quinto piso. Mientras lo esperaba, se preguntaba si lo que vio en la visión fue realmente lo que paso o fue pura ilusión derivad de una mala hierba peruana. Es casi imposible que sea algo inventado por su cabeza, Él se presentó en la visión y despertó algo en él que no sentía desde el accidente. Eso lo asustaba, lo ponía muy nervioso. Volver a perder el control del cuerpo y, por culpa de eso, matar a alguien era su mayor temor. ¿Tendría que dormir atado a la cama, como llego a hacer un par de semanas cuando tenia cursaba el segundo año? No, estando postrado en una silla de rueda era muchísimo mas indefenso que antes, por el simple hecho que no puede una vez mas agarra un vehículo y estrellarse contra el primer auto que se encuentre. Por más de dos meses soñó con la Mercedes Benz destrozado y el cuerpo de ese tal Thomas empalado dentro de su sarcófago de acero. No llego a verlo ese mismo día, pero navegando en la Internet, en menos de una hora se puede llegar a ver esas morbosas fotos. El remordimiento, como un tumor enquistado en su alma, sigue lastimandolo por dentro y eso ni el mas costoso de los tratamientos médicos de ultima generación ni el mas diverso de los cócteles de psicofarmacos puede arreglar eso. Él no es de este mundo y la solucion tampoco mundana.

Viendo a irse a Apollo con ese ademán disgustado, y a Johnny en el que parecía una excusa para irse, Carlos se sintió incluso peor sobre lo que había hecho. Con el evidentemente aterrorizado despedir de Tracy, Carlos trató de sonreir y desearle buenas noches, pero antes de que tuviera la oportunidad, ya habían partido. En la sala del club solo quedaban El, Anton, Gwen y Sebastian. Fueron los únicos en querer quedarse. Carlos se sacudió el cabello atrás de la cabeza, mirando hacia el lado, evidentemente afectado por la herida que había influido en el club.

"No lo sé chicos… Los demás ya se fueron y… Creo que no sería buena idea quedarnos… Además, ya casi es hora del toque, y yo.. Yo no se.”

Anton se veía preocupado por su amigo. Estaba en uno de sus episodios de retraimiento… Pero por mucho que odiara admitirselo a si mismo, tal vez era bueno que Gwen y Sebastian estuvieran aquí. Si habían personas que podrían sacar a Carlos de sus mierdas mentales, probablemente eran ellos.

”Bueno bro, si quieres ir a la habitación, dale. Yo me quedaré un rato leyendo sobre Tulpas.” Le sonrió con sus dientes, casi como un tiburón, y se sentó con la fotocopia entre las manos, hojeando una vez más a la sección sobre Tulpas.

Carlos se sorprendió un poco, mientras los otros dos también leían calmadamente.

"Pero.. ¿Y los guardias? Si nos atrapan es detención segura...” Dijo Carlos, tratando de buscar una excusa para largarse, pero Anton tenía todo planeado.

”Tranquilo Char-char, tengo memorizados los caminos de los guardias. No llegarán al 5to hasta las 12 e incluso si vienen, esta sala se supone que no tiene a nadie dentro… No será problema.” Anton le dijo, con una motivadora sonrisa. Finalmente, Carlos suspiró rendido, mirando a su amigo y los dos integrantes del club con una pequeña sonrisa.

"Pues ya qué… Veamos que tiene el Compendium.”

Carlos se sentó junto a su amigo, y los 4 integrantes leyeron en silencio un rato.

Anton se enfocaría en la sección sobre Tulpa. La introducción contenía una advertencia:

“A todos aquellos débiles de mente y carácter les imploramos se alejen. El arte de la Thoughtform es uno tan poderoso como peligroso. A diferencia de los demás en esta colección, el Tulpa es un ser que proviene del usuario, y si este no es cuidadoso, el súbdito podrá convertirse en el maestro, sin que incluso el maestro lo sepa.”

El joven peliblanco ignoró estas palabras de advertencia. Después de todo, el tenía un carácter y una mentalidad bastante fuertes, y no sentía amenaza alguna sobre algo que el creara.. En especial algo que no tenía que necesariamente tener una mente poderosa. Anton se fascinó por el contenido… A diferencia de algo como la brujería que incluía este libro, el único límite de un Tulpa era su propia imaginación… Su mente ya comenzaba a divagar sobre el tipo de criatura que podría crear con este poder, con los métodos que aparecían ahí… Debería ser bastante detallado para generar la criatura con mayor fortaleza posible, un ser con poder casi conceptual… Pero tal vez primero debería probar con algo inofensivo.

”Tulpas, ¿eh..? ¿Cuáles serán los límites de estos seres…?” Anton se preguntó en voz alta, mientras leía del origen de estos. ”Si alguien es suficientemente dedicado, estoy seguro de que hasta Dios podría ser un Tulpa.” El anti-católico rió, sabiendo que Abraham se saldría de sus casillas si lo oyera.

Carlos, escuchando eso, no pudo evitar hacer una mueca.

"Vamos we, no seas tan hereje… Incluso si fuera posible, dudo que algo que una persona pudiera imaginar incluso se acercara a.. Pues, a lo que realmente es Dios.”

Mientras Carlos decía esto, su mente divagaba de vuelta a su visión. A ese sol encima suyo, que lo observaba. El calor que emitía se sentía tan real… Pero no era calcinante, bueno, si lo era… Pero de alguna manera era reconfortante. Se imaginaba… Que así debería ser Dios, pero de la misma manera… Sus dedos rápidamente cambiaban las páginas del grimorio, de vuelta a la introducción, con las indicaciones sobre la base mental y espiritual para utilizar las técnicas escondidas ahí. Pensaba que no estaba listo para probar algo como los Tulpa, como Anton se sentía… Pero sabía que si ahora estaban metidos en esto, debería saber cómo protegerse. A el mismo y a sus compañeros.

"Parece que no es buena idea entrar en esto sin antes desarrollar la fortaleza mental y espiritual we… Sé que están ansiosos por intentarlo, pero trataría de al menos investigar algo de combate astral primero…””

En respuesta a su amigo, mirando a todos, Anton comentó:

”Pues con lo que sabemos sobre demonios y genios, parece ser que solo necesitas hacerles saber que eres más listo que ellos.. Si no te pueden engañar, no te pueden dominar. ¿Que opinan chicos?”

Caminó, sin saber muy bien a donde iba. El peso de su mochila le resultaba extraño, sentía que el libro que ahora llevaba dentro era más pesado de lo que parecía. Ya estaba más tranquila, pero... ¿era realmente la visión lo que la había puesto así? ¿O realmente lo que le inquietaba era otra cosa?. Su respuesta no tardó en llegar. No supo si fue su subconsciente o el azar, pero cuando se dio cuenta, se sorprendió al notar que estaba parada frente a la vieja habitación de Thomas. No pisaba ese corredor hace mucho tiempo, Thomas todavía estaba vivo cuando lo había hecho por última vez. Instintivamente, toco el pomo de la puerta con la punta de sus dedos.

— Me gustaría saber quien ocupa tu lugar ahora—dijo, casi en un susurro.

No se animó a abrir la puerta, aunque posiblemente estaría cerrada. Suspiró, sin saber realmente que sentir. Se giró, dispuesta a irse, pero frente a ella estaba alguien, precisamente la última persona con la que le hubiese gustado encontrarse en ese momento.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] abrió la nota que le había dejado. Mientras hablaban sobre sus perspectivas al respecto de que hacer, el chico moreno no pudo evitar conmoverse con el gesto de Gwen, y las palabras que le había dejado. Tenía razón… Ella y Anton. Aunque todavía sintiera un poco de culpa… Sabía que no era del todo culpa suya. La miró con una sonrisa agradecida silenciosa. La chica, que ya estaba sumida una vez más en este grimorio, era dulce en el interior, por mucho que tratara de ser dura y fuerte por fuera. Carlos tenía el presentimiento de que sería una de las que tendrían que proteger, si todo saliera mal… Pero no tenía dudas de que ella también estudiaría este libro de manera excelsa.

Mientras Carlos oía lo que Sebastian y Gwen tenían que decir, su mente divagaba de vuelta a su tierra natal… Antes de venir al Reino Unido. Recordó vivir aterrado de los hijos de narcos que asistían a su escuela.. Recordó las palizas y madres que recibió a manos de ellos, y lo que le hicieron a otros compañeros suyos. Su mano inconscientemente fue a su antebrazo, frotando gentilmente por encima de una cicatriz dejada por esos hijos de puta… Una de muchas quemaduras de cigarrillo. Su mano se cerró apretada sobre su brazo.. Y su expresión cambió. A través de este grimorio.. Carlos ya no era débil. A través de este grimorio, alcanzaría una fuerza que no dejaría que ni a el ni a sus amigos los hicieran sufrir de nuevo… Ya fuera personas, o demonios. Lleno de determinación, y mientras contestaba, sus dedos cambiaron las páginas hasta encontrar el manual referido al combate astral.

"Dios es uno… Son las personas las que lo interpretan de manera diferente. Al menos, eso es lo que creo. Sebastian, yo que tu me leería todo lo que hay que saber en el libro… Más vale eso que que te coma un demonio, no crees? Y… sabemos que ellos existen, por lo que vimos en el thread y lo que dice en el grimorio, así que no veo por dónde habrían dudas de la existencia de Dios… Pero no los voy a tratar de convencer de eso, ustedes pueden creer lo que crean, después de todo.”  

Carlos sabía que este era un punto contencioso, en especial con su amigo y compañero de habitación, quién lo miró con una sonrisa. Sabía el desagrado que le tenía a gente como Abraham y su familia, quienes trataban de meterle el catolicismo por la garganta.

”No creo que sean prueba de la existencia de Dios men, después de todo, los demonios podrían ser algo completamente diferente a lo que creemos. Tal vez una recolección de emoción negativa, una amalgamación de almas en pena.. Quien sabe, ¿sabes? Pero creo que ambos tienen algo de razón… Sabemos bastante, pero hay que saber más.”

Dicho eso, Anton agarró un cuaderno de su mochila, escribiendo en este lo que hasta ese momento había adquirido del grimorio.

”Veamos.. Para hacer un tulpa es necesario diseñar su forma, su mente.. Y si quieres que sea de cierta manera, su alma.. ¿Diseñar un alma? Pshe...” Anton escupió en uno de los archivadores. ”Suena como la mierda que hacen los padres. Sin embargo, también puedes dejar que desarrollen su propio ser, independiente de tu intervención, alimentándolos de conocimiento… Vaya montón de mierda. Suena como un amigo imaginario con extra pasos.”

Anton rió, pero en su mente guardó los pasos a seguir para crear un Tulpa.

”Pero si es de creer lo que dice el grimorio… Bueh, al menos puedo probar la proyección. Después de todo, nadie se ha muerto por un amigo imaginario, ¿no?”

Mientras Carlos leía sobre combate astral, Anton comenzó a pensar en que tipo de Tulpa sería adecuado hacer… ¿Un mago? ¿Un angel? ¿Una waifu? Las posibilidades eran bastante amplias. El chico se echó hacia atrás en su silla, entrelazando sus dedos en su nuca, enredándolos en su alba cabellera… Y mientras miraba hacia arriba a la tenue luz que provenía de la luna, algo vino a su mente. La visión que había tenido, con esa bestia acechándolo… Tal vez la clave era empezar con algo inocuo, algo que no pudiera ser amenazante para el ni para nadie… E inspirado en ese can, miró hacia adelante, a una pila de cajas de archivos… E imaginó a un cachorro sentado ahí.

Perritou:

Un pequeño perrito negro de ojos carmesí, simplemente sentado en esas cajas. Lo imaginó mirándolo, moviendole la cola, y con la lengua afuera. Anton sonrió un poco… Le recordaba algo a su propio perro, Sven, un husky que desafortunadamente había tenido que dejar en su casa con sus hermanas de mierda.

Carlos, a su lado, leía sobre el tipo de habilidades que tendría un guerrero astral… Se lo mostraba como un fuerte individuo, cubierto de un aura de luz; y con demonios a su alrededor atemorizandose de él. Sus párpados bajaron un poco, mientras su mente una vez más divagaba hacia sus compañeros que habían decidido irse... En especial a Abraham.

El cachorro de Anton trataba de encaramarse sobre una de las cajas.. Pero sus pequeñas piernas traseras no le dejaban subirse encima, pataleando sobre el lado de la caja.. Antes de que sus pensamientos fueran interrumpidos por las palabras de Carlos.

"¿A que creen que se refería Abraham, cuando nos dijo que no sabemos en lo que estábamos metiéndonos… y que no sabemos nada de lo oculto?”

Anton miró a su amigo, desvaneciendo la forma imaginaria del cachorro. Lo que no notó fue que, al darse vuelta, había un pequeñísimo rasguño en el lado de una de las cajas de archivos. El punk se encogió de hombros, sin darle mucha importancia.

”Probablemente solo nos decía eso porque es “mierda hereje” o algo así. Dudo que tenga mayor significado.”

Carlos se cruzó de brazos. Puede que Anton tuviera razón… Pero incluso si la tenía, algo le decía que Abraham sabía algo más de lo que ellos sabían. Pero miró a los otros para conferir, después de todo, Gwen lo conocía hacia tanto tiempo como ellos.. Y Sebastian parecía tener bastante conocimiento “hereje”.

En una escena con la pantalla divida en dos podríamos ver a Apollo y a Jonathan simultáneamente hojeando muy por encima el grimorio dado por Carlos. Apollo ya lo hacía desde la comodidad de su cama y ayudado con un velador prendido bien al mínimo para no molestar a su compañero de cuarto. No es que este durmiendo, mas bien se encontraba hablando con su novia por Skype y lo menos que quería hacer el italiano es aparecer de refilón en la videollamada. Le parecía muy buen material, dotado de una gran cantidad de información para ese entonces desconocido para él, en especial el concepto de tulpa. Con uno de los marcadores fosforescentes destacaba las palabras claves para luego, quizás, armar un apunte con eso. Con una lapicera anotaba al margen de los párrafos preguntas que formulaba su cabeza y quedaban medio en el aire, como por ejemplo :"¿Cuáles son las limitaciones  que existen en su formación? ¿Si diseño una persona real, qué tanto parecerá a su copia verdadera?. Más adelante mandaría esas preguntas al Discord para que las responda algún rezagado que estén en el server. Motivado por las amplias posibilidades que abría la creación de un tulpa, Apollo fue directo al baño. Con la excusa de cepillarse los dientes para sacarse los restos de vómito de la boca, con una mano sostenía el cepillo de dientes y con el otro repasaba los pasos para crear un o una tulpa... pero ¿qué cosa crearía?. Mientras se enjuagaba la boca, su mente revisaba página por página un catalogo imaginario de criaturas mitológicas inofensivas. El que salio ganador es el querubín cristiano, aunque usaría la versión renacentista de ese tipo de ángeles y no el carro celestial que describía la biblia. Trabó la puerta del baño, cerró los ojos y comenzó con el diseño del tulpa. Pero no todo salio bien: en medio de la creación, una idea intrusiva lo interrumpió: ¿qué fue realmente la visión que tuvo durante el ritual? ¿Por qué Euterpe apareció detrás suya atacándolo de esa manera?. Cuando se dio cuenta que ya no pensaba más en el querubín, paró con el procedimiento pero ya era demasiado tarde. Volvió a marearse, esta vez porque sentía como si la frecuencia de mil radios pasaran por sus oídos. Lo que duró pocos segundos a él le pareció casi una hora. Cuando abrió los ojos no había querubín, ni renacentista ni bíblico, nada de nada. Eso sí, el espejo del baño se encontraba quebrado en varias partes y con una fuerte magulladura en el centro como si lo hubiese roto un fuerte golpe. Lo extraño es que en frente suya, arriba de la pileta del baño, se encontró con un [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] conectado a nada que antes no estaba. Lo tocó con suma precaución y usando primero el cepillo de dientes para hacer contacto. No reaccionó al primer golpe. Probó varias veces, sin respuesta alguna. Se atrevió a tocarlo con las manos desnudas para guardarlo en el bolsillo. Al tacto, el altavoz reprodujo por unos pocos segundos la canción de Adele-Hello. Instintivamente Apollo lo soltó y se le cayó al piso. "¿Sera por qué pensé en Euterpe cree un tulpa que es una bocina?" conjeturaba el muchacho. "No pensé tanto en ella con para que se desarrollara, quizás por eso es un simple altavoz" se autorespondía con la misma facilidad que hizo la pregunta. Volvió a tocar el altavoz pero esta vez no sonó nada. Lo guardó en el bolsillo, tomo el grimorio y salio rápido del baño, pensando que excusa le dará a su compañero por el espejo roto. Volvió a la cama y comenzó a examinar el altavoz. Para sonar sin estar conectado a nada tendría que tener una conexión vía bluetooth con algo. La cuestión es que el altavoz es tan viejo que ni siquiera anda con pilas o, por lo menos, no encontró donde se depositan las mismas. Le sacó una foto al altavoz y dudaba si mandarlo al grupo de DC para preguntar ya sobre los tulpa o esperaba mañana.
Mientras tanto, volvemos a la otra mitad de la pantalla donde vemos a Bready haciendo una lectura diagonal al grimorío mientras esperaba y bajaba por el ascensor. Como paso con el italiano, le interesó el concepto de tulpa, pero lo que el realmente buscaba era otra cosa: información sobre los Antiguos Dioses. Con el grimorio entre sus piernas y moviéndose mas o menos sin ver hasta su habitación, casi termina chocando a Gia Birdwhistle. Frena a tiempo pero se le cae el grimorio al piso, justo abierto en las paginas donde habla sobre la estructura organizativa de los cultos que adoran a estos Antiguos y con un escueto glosario de organizaciones o cultos conocidos. La presencia de su derrotada rival le sorprendía, sobre todo encontrarla en frente de la puerta de su habitación ¿Cómo que era suya? Eso era lo de menos. Sonrió, mostrando una postura conciliadora con ella. Lo menos que quiere a esta hora es pelearse con Gia o tener que consolarla por sus llantos. La visión lo había agotado en todos sentidos, con suerte tenía energías como para irse a su habitación a descansar.

Jonathan: Hola, Gia. ¿Estas mejor? ¿Viniste a hablar sobre lo que pasó en el club? Si es por el tema del puesto que te ofrezco, podemos negociarlo bien mañana, cuando estén todos los miembros del club presente..

Negó con la cabeza, con los ojos cerrados. Cuando los abrió, posó la punta de sus dedos sobre el número de habitación dorado que decoraba la puerta.

— Esta era la habitación de Thomas Avery—dijo, con la garganta seca.

Al pronunciar el nombre del muchacho, no había podido evitar que sus ojos se llenasen de lágrimas. Sin embargo, sabía que era algo que jamás iba a superar.

— Conocí a Thomas en primer año. Siempre fui una niña solitaria, no había tenido amigos hasta que llegué aquí. Entre al club por el, el pensaba que era una buena idea que hiciera nuevos amigos, así que le hice caso. Poco tarde en enamorarme de el, y a mitad de primer año empezamos a salir. Fue la mejor época de mi corta vida, si te soy sincera.

Giro su cuello, y su mirada se fijo en la de Jonathan. Sus ojos estaban tan notoriamente brillosos que no pudo evitar notarlo.

— Y lo fue, hasta el verano pasado. Mi madre me despertó angustiada y me contó que Thomas había muerto en un accidente automovilístico, su Mercedes Benz se había estrellado con una motocicleta. Murió en el acto. Nunca pudieron explicar como el chico que viajaba en el automóvil y su hermano murieron, mientras que el chico que conducía la motocicleta sobrevivió, perdiendo solo una pierna—hizo una pausa, mirando fugazmente las piernas de Jonathan—. Después de su funeral no salí de mi casa por días, hasta que me enteré que el chico estaba internado en un hospital a pocos pueblos de mi casa. Te fui a ver, y al verte dormido en la cama intenté odiarte, pero no pude. Thomas no lo hubiese querido. Era un buen chico, ¿sabes?. Tan buen chico que aún no entiendo como se fijo en alguien como yo, que lo único que sabe es escribir historias. Quizás se hubiese convertido en el Primer Ministro Ingles, era lo que siempre decía la gente mayor.

Se acercó, despacio, y al llegar a su lado se puso en cuclillas, apoyando una de sus manos en la pierna sana del muchacho.

— Cada vez que te cruzo por los pasillos se hace más doloroso. Cuando entré a ese salón y te vi tuve ganas de vomitar del shock. Eres la viva imagen de mis pesadillas, Jonathan Baker—dijo, casi en un susurro—. Pero no te culpo. No se como te sentirás al respecto, pero si en algún momento lo hiciste, o aún te sientes así, no te culpes.

Sebastian hablaba y hablaba, haciéndose parecer el interesante. Carlos escuchaba neutral, pero Anton no estaba para nada feliz con lo que estaba hablando este chico lindo. Miró a Gwen, la chica que menos caería por esta mierda, según el creía.. Pero incluso ella estaba engatusada con lo que estaba hablando el grandísimo hijo de puta. Cuando el rubio terminó de hacerse el interesante, Anton simplemente puso sus pies encima de la mesa una vez más.

”Vaya bluff, Nielsen, casi lloro con la actuación. Tal vez eso funcione con las huecas de segundo que te levantas en fiestas, pero aquí tenemos unos dos dedos de frente… Al menos eso es lo que creía.” Anton le echó una mirada a Gwen, quien trataba de ocultar su interés en la historia del popular. ”Que algo sepas de demonología no te hace una especie de maestro del inframundo, y severamente dudo que hayas experimentado algo en tu vida más que una funa en redes sociales.. Y en este punto te vendría bastante bien, ¿no crees? Y Gwen...” Ahora Anton miró a la chica directamente, cruzándose de brazos con una actitud desafiante. ”No me digas que te estas tragando esta mierda.”

Dicho eso, pasó la pelota a su compañera para que dijera lo que tenía que decir. En su mente, imaginaba al cachorro a los tobillos de Sebastian, mordiéndole los tobillos y rasgando su pantalón. Se sonrió a sí mismo con este pensamiento… Y en otro plano, tal vez Harasha mismo tendría que conseguirse un nuevo par de pantalones.

Carlos no dijo nada al respecto. Por un lado, quería darle el beneficio de la duda a Sebastian, y ver lo que tenía que decir.. Pero por el otro, también se encontraba bastante escéptico a lo que hablaba el joven. ¿Y quién no lo estaría? Un chico que ha estado todo este tiempo en la escuela, en un círculo social completamente removido de los suyos, y que llega hablando como si ya llevara tiempo experimentando con información que les había salido a la luz hacia tan solo unos días… Era poco creíble, por ser gentil. Pero ahora ese no era su problema… El chico sacó su celular, ingresando la contraseña para sacar su pantalla de bloqueo e ingresar a sus mensajes de texto, donde fue hacia el contacto de Abraham.

Hey Abe… ¿A que te referías con que no sabemos en lo que nos estamos metiendo? ¿Y que no sabemos nada de lo oculto? Quedé algo preocupado luego de que desapareciste… Responde cuando puedas men. La mayoría volvió ya a sus habitaciones, solo quedamos Anton, yo, Gwen y Sebastian en el club.

No esperaba  para nada esta noche  escuchar el nombre de Thomas Avery, muchísimo menos de la boca de Gia. Fue como un baldazo de agua fría. Su cuerpo se tensionó y bajó la mirada, apenado, con una culpa que era casi palpable. Escuchaba con atención su historia mientras por otro lado se les escapaba las palabras de la mente. El elocuente Johnny, que dió tres discursos en menos de una hora y derrotó de una manera casi dialectica a su rival, se quedo callado, con un labio inferior tembloroso y con unos ojos lagrimosos Cuando ella se acerco, Jonathan procuró mantener cierta distancia de ella. Si ya no puede ni verle la cara, que se acerque tanto lo ponía incomodo.

Jonathan:- Una cosa es decir que no sienta culpa y otra es poder sacarme de encima esta pesada carga que permanece enquistada en mi conciencia. No te pido perdón porque nadie me puede perdonar, ni siquiera yo mismo.

Una mano se la llevó a su muñón. La otra clavaba sus dedos en su pecho, imaginándose en cómo se arrancaba la efigie de su corazón y se lo mostraba a Gia. "Este es el culpable de todo. El único que salio impune de la situación. No me odies a mí, por favor " le hubiese gustado gritarle mientras se desahogaba pero por obvios motivos solo sucederá en su mente. Sin embargo, aunque pudiese hacer tal proeza anatómica, exponerla a algo tan desconocido incluso para él como es la efigie y la influencia del Navegante es lo último que quería.

Jonathan:  Me retracto. Sí, te pido perdón. Pido perdón por ser el hijo de puta que te arrebató el amor de tu vida de una manera tan injusta... tan gratuita. Comprendo a la perfección tu desprecio, hay dios que ni yo mismo me aguantó. A veces pensaba que todo sería muchas mas sencillo  si el que hubiese muerto en ese accidente era yo y no Thomas Avary porque estoy cansado de pagar diariamente por lo que hice acá y acá - se señalaba la sien y la pierna faltante- pero mas tarde me di cuenta que fui usado. Fui el títere de una escena a la que no pedí protagonizar.

Rodeó a Gia por la derecha con la silla de ruedas y agarró el grimorio caído. Le echó el mas rápido de los vistazos al glosario de sectas adoradoras de los Antiguos Dioses. El nombre de su familia no aparecía en ningún lado. No sabe si sentir alivio o frustración, quizás con una la lectura mas intensa podría rescatar algo para su investigación. Seguía sin mirarla a ella, mas que nada porque las lagrimas ya desbordaban de su ojo y caían silenciosamente por su rostro. Hablar del accidente luego de revivirlo en una visión alucinógena tampoco hacia las cosas fáciles. Dándole la espalda a la chica, fue directo a la puerta de su habitación. La abrió pero se quedo en medio de la entrada, con una rueda adentro y otra afuera de la habitación. Titubeo en entrar porque eso significaría zanjar con un tema del que ya esta cansado, pero era a su vez su oportunidad de hablar con alguien cercano a su victima, ya que nunca tuvo el valor de hablar con la familia Avery. Dio media vuelta y con un valor sacado de quién sabe donde y la miró a los ojos.

Jonathan: ¿Quieres entrar un rato para ver la habitacion de Thomas?... sin ninguna doble intención, obvio.

No dijo nada, simplemente asintió con la cabeza. No supo muy bien por que aceptó, pero quizás era algo que necesitaba. Caminó con calma hasta la puerta, y el primer vistazo la descolocó un poco. Lo que estaba frente a sus ojos no se parecía ni un poco a la habitación de Thomas Avery, pero no podía esperar otra cosa. Por mucho que le costara, esa ya no era la habitación de Thomas Avery. Se quedó parada en la puerta, sin atreverse a entrar. La última vez que había pisado esa habitación había sido la última vez que había visto a Thomas con vida.

— No te desprecio—dijo, con la garganta seca. Se detuvo para aclararse la garganta—. No creas eso, lamento que lo hayas pensado. Creo que no lo conociste, pero quiero que sepas que el hubiese estado triste su supiera como te sientes ahora mismo. Y, por favor, no vuelvas a decir que hubieses preferido morir en su lugar. Solo hace que duela más.

Respiró hondo y entró. Se sentía incómoda, pero sin embargo caminó y se sentó sobre la cama. Se quedó en silencio unos instantes, mirándola. No eran las mismas sabanas ni el mismo edredón, pero si era la misma cama donde había dormido tantas tardes.

— Pase mucho tiempo aquí, pero ya es otro lugar completamente distinto—dijo, mirando a los ojos al muchacho—. No te desprecio, Jonathan, y tampoco creo que haya sido tu culpa. Fue un accidente. Pero tendrás que aprender a vivir con lo que pasó, tal y como estoy tratando de hacerlo yo.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]el demonio sonríe, tiene un buen plan, y es algo que demostrará lo que dice Sebastian... algo que el chico espera con ansias.
Sintiendo la adrenalina que le da el poder correr por sus venas, el chico sonríe y, mirando fijamente a los ojos a Carlos, comienza a hablar.

- Bueno, la verdad es que entre tanto leer y teorizar me ha dado algo de sed... Carlos, un miembro recién llegado no debería pasar por esa incomodidad, ¿No te parece? Sería un muy buen gesto de buena fe y bienvenida que fueras a comprarme una Coca-Cola a la máquina que hay por aquí cerca y la traigas... vamos, te espero-

Carlos pestañea un par de veces, confundido, mientras un deseo de cumplir la voluntad de Sebastian se hace presente en el, y de pronto, con un asentimiento de cabeza y sin mirar a nadie más que al muchacho rubio, el joven sale del salón, ante lo cual Sebastian sigue sonriendo... ahora viene la parte 2.
El chico saca su celular y hace como si estuviera revisando su instagram, particularmente, su posteo de esta mañana, y entonces mira directamente a Gwen, quien aún estaba mirando la puerta por donde se había ido Carlos, intentando entender qué demonios había pasado

- Ah, Gwen... ¿Sabes que le falta a mi instagram últimamente? Algo de polémica, algún rumor, ya sabes, una cosilla que anime las cosas un poco, y sé que te encanta rebelarte contra los otros, así que... ¿Por qué no vas a mi última publicación y comentas algo? Algo controversial, un ataque venenoso, de ese tipo que hará creer a mis seguidores que estás celosa, tal vez incluso que tuvimos algo... ya sabes, algo que cause una conmoción, lo que tu quieras, encanto, mientras no menciones que formo parte de este club...pero que sea pronto-

Al igual que Carlos, Gwen pestañea un par de veces mientras su voluntad se ve doblegada y superada por su deseo de hacerle caso al muchacho, mientras toma su celular y, sin darse cuenta siquiera, comenta en la foto del muchacho "Poser de mierda, te crees muy lindo y popular, pero en el fondo todo lo que eres es un imbécil sin corazón ni cerebro, y cuando tu juventud se acabe te vas a hundir" y envió el comentario... para luego de unos segundos darse cuenta de lo que acababa de hacer y soltar el celular, el cual cae al piso.
La chica temblaba ligeramente, no entendía que había pasado...ella no querría hacerle caso a Sebastian Nilsen nunca, y sin embargo, cuando el dijo eso... todo su ser quería cumplirle el deseo, no entendía que pasaba, y sus ojos estaban muy abiertos.
Es en ese punto en el que entra Carlos al salón, y le entrega una Coca-Cola fría a Sebastian sin mediar palabra, para luego volver a su posición, y volver en sí mismo.
Viendo que todos habían salido ya de sus "trances" Sebastian vuelve a hablar, con una enorme sonrisa, que esta vez si se notaba siniestra, y una voz cargada de emoción algo macabra

- Terminada ya la demostración, procederé a explicar lo que acabo de hacer... damas y caballeros, eso es algo a lo que yo llamo implantación de voluntad.
Con las palabras correctas, y el tono correcto, si apelo a alguna parte de la persona, a algo que sea real en ellos... puedo convencerlos de hacer algo que de otro modo no harían, un pequeño trance, que luego los dejará algo confundidos, pero poco más.
Hasta ahora, sólo puedo convencer a la gente de cosas simples como las que acabo de hacer, y sólo si una parte de ellos, por pequeña que sea, puede llegar a estar de acuerdo con lo que yo acabo de decir... de no ser así, es muy probable que puedan resistirse a mi control.
En el caso de Gwen, utilicé a mi favor su deseo de ser diferente, de rebelarse contra lo que se espera de ella... y en el caso de Carlos, su intrínseca amabilidad y ganas de hacer que el resto se sienta cómodo.
Pero... ¿Saben algo? Este poder no es suficiente, poder hacer que la gente haga pequeñas cosas por mí no va a llevarme a la cima. Necesito que mi implantación de voluntad crezca, poder forzar a otros a hacer lo que yo quiera aún si están totalmente en contra... necesito más poder. Y esa, estimados compañeros, es la verdadera razón por la que estoy aquí.
Es una pena haber tenido que revelar mi secretito tan pronto, porque ahora estarán más en guardia ante lo que diga y eso hará la implantación, si llego a necesitarla, algo bastante más complejo... pero bueno, un pequeño precio que pagar para probar mi punto.

Durante el discurso, Gwen había dejado de temblar y tener miedo... ese chico no sólo era un imbécil, esas palabras, y lo que acababa de hacer... era muy posible que tuviera niveles de verdadera maldad en su interior, sus palabras siniestras y maliciosas lo indicaban.
Tenía algo de miedo del rubio ahora, la castaña no podía negarse esa verdad a sí misma...pero por sobre todo, estaba furiosa, y no se iba a quedar así.
Antes de que Sebastian pudiera reaccionar, la chica se había levantado de su asiento y le había dado una sonora cachetada, dejando la mejilla del muchacho enrojecida incluso.

- No habrá una próxima implantación, Nilsen. Vuelve a intentar algo así, o a usar cualquiera de tus "poderes" de cuarta en mi, y te juro por mi vida que usaré cada arma que tenga en mi mano para que lo pagues caro.
No soy tu juguetito, a diferencia de las otras imbéciles que te siguen como perras sedientas, bastardo hijo de puta-

Luego de eso la chica se vio tentada a irse de la sala... pero si se iba así, sabía que eso significaba darle la victoria a Sebastian, y no estaba dispuesta a eso.
Cerrando los ojos unos segundos, recoge su celular y vuelve a sentarse, mientras respira hondo, y no dice nada más... de pronto se le habían quitado las ganas de hablar, y quedaba ver cómo reaccionaban los otros 2, pues la chica creía que lo que Sebastian le había hecho a Carlos era un poco más invasivo... y no imaginaba que Anton fuera a estar contento con eso.

Cuando Gia aceptó su propuesta, Jonathan fue el primero en entrar para hacer la habitación un poco mas presentable. Tiró a la basura una pizza a medio comer, escondió detrás de la cama un bóxer y un par de medias que se le había olvidado mandarlas a lavar y metió dentro de la mesa de luz su cenicero/caja de zapatos. Dejó que investigara tranquila la habitación, en silencio. Las palabras que les decía Gia no aliviaban su pesada carga pero sí daba pie a una nuevo punto de vista en su introspección sobre el accidente. El dolor no se esfuma de un día para otro, no hay analgésicos para la consciencia. Se colocó a un lado de la cama y se puso cara a cara con Gia. Permaneció en silencio unos largo segundos sabiendo no muy bien con qué tópico seguir. Ya que era una noche de confesiones, no se le ocurrió mejor idea que contar su visión

Jonathan:- ¿Te puedo contar algo? Que esto quede entre nosotros, por favor. ¿Sabes qué es lo que vi en el ritual? Reviví segundo por segundo el accidente...

Al mencionar la palabra "accidente", Jonathan se llevó las manos a su pierna y a su hombro izquierdo, como si el dolor del pasado volviera por unos segundos a castigar una vez su ya frágil cuerpo.

Jonathan:- Yo, en realidad, no me acuerdo casi nada del accidente. No porque mi memoria lo haya suprimido por ser un evento traumático, para nada. Directamente el que conducía esa moto no era yo. No tengo recuerdos de subirme a ella y de alejarme tanto de Londres, ni tampoco tengo un esbozo sobre el choque en sí. Es como si hubiese estado en trance, en un profundo sonambulismo. Lo que sí tengo grabado a fuego en mi cabeza es el recuerdo de estar tirado en la ruta con todo mi cuerpo destrozado y muy bien sin saber en donde estaba.

Aguantaba con toda sus fuerzas no desmoronarse en frente de ella. Mostrarse tan vulnerable en el primer día que la conoce le parecía algo imperdonable, incluso aunque tengan la conexión que tienen.

Jonathan:- Sin poder encontrar una razón lógica sobre lo que me pasó o sobre por qué no termine yo aplastado por la camioneta y si viceversas, acudí al ocultismo para encontrar una respuesta porque me la merezco. La visión, capaz no tan confiable por su naturaleza critica, me dio una pieza con la que puedo seguir investigando. Estaba yo en la ruta con el piloto automatico activado y con mi cuerpo fusionado al vehículo. Dicha unión la mantenía una especie de tejido muscular que creo que es de origen...

Habló demasiado. A la vez que recorría por la sección de Antiguos Dioses del grimorio para enseñárselo a Gia, Bready sintió como el esternón se le partía en mil pedazos, como si una pesada mano lo estrujara con la misma facilidad con la que un hombre rompe la cascara de un maní. Se replegó de dolor y soltó de inmediato el grimorio que, por casualidad (o no) cayó en las paginas que explicaban qué era un tulpa. Captó la señal, no volvería a tocar el tema. Tan rápido como vino, el dolor desapareció y se recuperó intentando esbozar su mejor cara de tranquilidad.

Jonathan: Creo que me cayeron mal los pistachos jajaja. ¿De qué estaba hablando?... ah, sí, ya sé. De que el tejido muscular que me unía a la moto era de origen desconocido, es algo que nunca vi en mi vida. Cambiando un poco de tema y ya que estamos acá, ¿Sabes bien si vas aceptar o no el puesto como representante del club para el Consejo Estudiantil?

Aprovecha la oportunidad para ofrecerle una vez mas el Imperial Embassy que no tomó en la reunion del club. El joven en ese mismo momento no estaban interesado en su respuesta, la razón de su pregunta es alejarla del tema de accidente y no tener que arriesgarse a recibir otra llamada de atención

Carlos, al escuchar que su nombre era llamado por Sebastian, levantó su vista de su teléfono… Solo para que sus sentidos se nublaran ante lo que le decía. Si.. Tenía razón. ¿Por qué un nuevo miembro no habría de estar cómodo en el club? Después de todo, Carlos se las había dado de anfitrión.. Debería darle una bebida, si…

Anton rió ante la sugerencia de Sebastian, comenzando a hablar mientras se daba vuelta para encarar a Carlos.

”No seas idiota, Carlos no va a hacer eso solo porque lo pid-”

Su risa y sonrisa se esfumaron, frunciendo el ceño mientras veía a su amigo salir de la sala sin decir ni una palabra. Le devolvió una mirada de enojo a Sebastian, mientras el, impasiblemente, le hacía esa propuesta tan absurda a Gwen. Por alguna razón, Gwen también lo escuchó…. ¿Sería real, lo que estaba mostrándoles? Los pensamientos de Anton, acelerados, iban a través de los pasos necesarios para la hipnosis.. No, no los había hecho. ¿Mentalismo? Podría considerarse eso… Pero tenía dudas severas de que Nielsen tuviera ese tipo de conocimientos y habilidades, considerando su edad y como gastaba su tiempo. No, esto había sido demasiado fácil para el, había salido demasiado bien. La mirada de Anton se volvió perspicaz. No quería entretener el pensamiento, pero tal vez lo que había dicho Nielsen era real.

Carlos regresó al aula, haciendo los pasos casi de manera automática, y extendiendo su brazo con la lata helada de coca-cola hacia Sebastian. Tan pronto hizo eso, sus sentidos dejaron de estar nublados, y como si estuviera despertando de un sueño, confundido, miró a su alrededor y se preguntó exactamente qué es lo que estaba haciendo.

Antes de que Sebastian pudiera agarrar la lata de la mano de Carlos, Anton se levantó, arrebatándola y abriéndola. Mientras se daba vuelta alrededor de la mesa, tragaba los contenidos de la gaseosa, colocándose detrás de Gwen. El chico, con una altura mucho mayor, no tuvo problemas para sacarle su celular; abriendo Instagram y navegando rápidamente al post en que bardeó a Nielsen, borrando sin consentimiento el comentario y simplemente arrojando su teléfono de vuelta a su regazo. En lo que volvía a su asiento, se terminó la mayoría del contenido de la lata. Se lo veía impasible, con una expresión relajada y desdeñosa.

Carlos se había sentado de vuelta en su asiento, retraído por lo que acababa de suceder. Sentía su voluntad invadida, y los recuerdos de los matones en México se apoderaban de su mente… Los hijos de narcos robándole pesos a el y a otros, a los eslabones más débiles del salon. Sus brazos se cruzaron involuntariamente, sus manos frotando una vez más las quemaduras de cigarro que había sufrido a manos de esos hijos de puta… El se había prometido no ponerse en una situación así ahora que estaba en Inglaterra, y ahora que lo habían forzado de esa manera… Se sentía traicionero consigo mismo, y traicionado por su nuevo compañero. Pero no lo culpaba a el, sino a sí mismo… Sin embargo, cuando Gwen le dió una bofetada a Nielsen, su trance se quebró. Casi por instinto, extendió su brazo hacia Anton… Pero a diferencia de lo que esperaba, el teñido solo estaba parado con las manos en los bolsillos, mirando a Sebastian. Los ojos de Carlos se ensancharon… Nunca lo había visto de esa manera. Generalmente, tenía la mecha bastante corta y explotaba… Pero ahora…

”... ¿Anton?”


Anton alcanzó su bolsillo interior, removiendo su cajetilla de cigarros. Se puso uno en la boca, y lo encendió diestramente. Se notaba que ya tenía el hábito formado. Inspiró y exhaló el humo de manera calmada, mientras guardaba una vez más la cajetilla. Pasó unos segundos en silencio, antes de comenzar a hablar.

”Cuatro ojos me quitó las palabras de la boca… Las tuyas también, ¿No Nielsen?” El albo se refirió a la bofetada, un pequeño chiste mientras exhalaba más humo de su cigarrillo. ”Pues efectivamente confirmaste algo. Eres un soberano imbécil. Lograste obtener un tipo de poder sobrehumano, alegadamente, y gracias a el puedes sugestionar a las personas para hacer todo tipo de idioteces. Fantástico, te felicito.” Anton se inclinó contra la mesa, mirando hacia la ventana detrás del pequeño podio del club. La luna estaba semi-cubierta por nubes grices. ”¿Pero mostrar tu mano tan temprano solo para demostrar un punto a un montón de tipos que ni siquiera confían en ti? Amigo, debes ser un queso para el poker. Cuando tienes un full house, no apuestas todo al pozo… Y tú revelaste tu mano demasiado temprano.

Realmente no tengo idea que pretendías lograr con esa movida.. ¿Que te tengamos miedo? Porque lamento decirlo Nielsen… No te tengo miedo, y no me caes bien. Pero eso no importa, ¿verdad? Después de todo, tu mismo lo dijiste.. Quieres más poder.

Dudo que seas lo suficientemente inteligente para pensar en esto, pero veo lo que haces. Si nos muestras esto, estaremos preocupados de ese poder, de lo que puedas hacer con nosotros. Eso te da dos ventajas… Número uno, mientras tratamos de contrarrestar el efecto de tu implantación de voluntad, tu ya vas a haber desarrollado algún otro poder para doblegar a otros a tu placer.. Número dos, te va a ser fácil desarrollar ese poder si no te hablamos para prevenir que nos afecte tu habilidad, e incluso más fácil mantenerlo en secreto.

Entonces Nielsen, a sabiendas de todo lo que nos has revelado, dime..”

Con eso Anton estrujó la lata en la mesa, la dejó caer al suelo; pero la atajó con su pie, el cual punteó la lata para que sus pocos contenidos se derramaran sobre los zapatos de diseñador del rubio.

”¿Por qué mierda debería dejarte volver aquí, o siquiera llevarte el grimorio?”

Con el furor contenido de Anton, su cachorro imaginario mordió derechamente el tobillo de Sebastian.. Y ahora sí que el chico sentiría la sensación punzante en su piel, con pequeños hilos de sangre corriendo de marcas de una mordida efémera.

Un mensaje de teléfono hizo eco en el salón de la iglesia que se mantenía encendida solo con velas. Las ventanas estaban cerradas al igual que las puertas, y la única alma que se encontraba allí era yo. Me encontraba de rodillas ante un altar con un rosario en mano mientras rezaba fervientemente con los ojos cerrados, implorando perdón. — Pater...   llamaba a mi Dios en busca de iluminación, ¿Qué era lo que debía hacer? ¿Qué era lo correcto en este caso, esta es acaso una de tus pruebas para probar mi fe...? — Illo convincar iudice turpis ego, miserere petere, peccatorum veniam impetrare meo. no sabia en verdad cual era el camino a tomar, pero lo único que sabia es que había pecado. Cometí un error grave al no haber previsto que eso iba a suceder tarde o temprano, y las calamidades que esto traerá de ahora en adelante. Soy un pecador, Padre. Falle en proteger a tu rebaño y los lleve directamente hacia la boca del lobo, tanto será su culpa por todo lo que vayan a hacer como la mía, teniendo que cargar con las cruces de todos.

Et accedere te absolutum fiduciam
quia scio quod Malo paenitentiam peccatoris mortem... Amen. — Me persigné en el hombre del padre, del hijo, y del espíritu santo. Mi mirada era seria, tenía que tomar una decisión rápidamente. Sea como sea que obtuvieron ese libro, la cantidad de personas que empezaran a utilizarlo y el desbalance que habrá debido a ello, tenía que hacer algo. Mientras más me tardase, más iba a ser el daño. Al levantarme, fui directamente hacia mi celular. Revise el mensaje que habia recibido con un rostro serio y lleno de amargura. Ellos en verdad no saben en el caos que se han metido, no están listos. Caos, peleas, blasfemias, el pecado tomando poco a poco sus mentes y almas y arrastrándolos hacia el infierno... Su poca fe e incredulidad los matará, todo siendo multiplicado por ese libro blasfemo. Marcando un número que no se encontraba en el celular, para hablar con alguien en especial. La verdad es que era casi igual que como si estuviese hablando con esa persona cara a cara, pese a la distancia y el aparato. — Padre Rockwell... Necesito su ayuda. Algo malo está sucediendo en este lugar... — al decir esto, empezaba a explicarle la situación actual de todos los que he visto involucrados en esto, mi experiencia, y el libro. La Iglesia tiene que actuar inmediatamente, antes de que más vidas inocentes se vean envueltas en esto...

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Silenciosamente, el hilo de humo de su cigarrillo ascendía hasta el techo y escapaba por las rendijas de ventilación. Su cachorro imaginario había dejado la pierna de Sebastian, y ahora se acurrucaba junto a la pierna de carlos, fuera de la atención de Anton. Sin embargo, mientras el sabor del humo continuaba invadiendo su sentido del gusto y del olfato, mantendría al cachorro en la periferia de su imaginación… Después de todo, estaba tratando de “visualizar” el Tulpa, ¿no?

La mirada de Anton fingía indiferencia, pendiente a lo que Gwen proponía… Por un lado, lo único que quería era deshacerse de este hijo de mil putas… Por el otro, la chica tenía razón. Probablemente ellos, con el poder potencial que tenían en su mano, tenían más capacidad para enfrentar a Sebastian que cualquier otro imbécil en la escuela… El tema era que a Anton le importaba poco el bienestar de cualquier otro imbécil de Worthstone. Honestamente, no era problema suyo que otros sufrieran…. Pero lo que sí era su problema era darle ese poder a este pedazo de mierda, y dejar que tuviera algún tipo de autoridad.

El chico trajo una de sus manos de su bolsillo a su cigarrillo, removiendolo de su boca y exhalando el humo antes de comentar.

”Asi que tu dices que nos volvamos una suerte de “Guardianes” de Worthstone para este… Pues no me agrada para nada. Lo que sí me agrada es tener una razón para pisotear a este mamagüevo. Pero honestamente, la palabra final no es mía…”

Anton le dirigió la mirada a Carlos. Estaba serio, pero lleno de preocupación por el moreno. Carlos, mirando los ojos de Anton tán preocupados por el, y dándole otra mirada a Sebastian.. Y finalmente de vuelta al grimorio, con la imagen del guerrero de luz doblegando demonios con su presencia… Carlos se levantó, e inflando el pecho, manifestó su intención.

”Gwen, estoy de acuerdo. Sebastian, si debiste o no demostrar algo con tu poder… Si pretendias lastimarnos o no, eso no es problema mío… Pero esto va para ti y para todos los otros miembros del club. No dejaré que le hagan daño a ningún alumno de esta escuela, mientras tenga piernas para perseguirlos y brazos para atraparlos. Dijiste que tu objetivo era obtener poder, ¿Verdad? Pues no tengas dudas, obtendrás poder… Pero yo obtendré más poder, incluso más rápido… No nos dominarás de nuevo… Ni Gia, Tracy, Apollo, Abraham, ni Johnnathan. Tal vez sepa poco ahora… Pero aprenderé, mejoraré, y nadie aquí ni fuera sufrirá por ustedes. Así que Sebastian.. Espero que los poderes que consigas, los uses para el bien… O vendré por ti.”

Anton escuchó el discurso de su amigo en silencio. Cuando terminó, el chico simplemente cerró los ojos sonriendo… Ya no tenía de qué preocuparse.

El peliblanco tiró descuidadamente su propio grimorio en su mochila, la cual se colgó del hombro, y comenzó a caminar hacia la puerta de su salón.

”Ya se me agrió esta junta. Voy a la habitación, Carlos, nos vemos allá… y Nielsen, no te metas en mierda, o ya sabes lo que te viene.”

El adolescente sonrió, mostrando los dientes mientras miraba al rubio, y salió de la sala… Su cachorro lo seguía, correteando entre sus piernas. Lo único visible, sin embargo, serían minúsculas gotas de la sangre de Sebastian que decoraban el suelo detrás de Anton.

Carlos, quedándose solo con Gwen y Sebastian, no volvió a sentarse.. Esperando a ver cómo reaccionarían ellos ante la desición de Anton de volver a su habitación.


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“Fili mi…” El Padre Rockwell respondió a la llamada de Abraham. “Hablame de lo que te acompleja…”

La expresión del Padre era suave cuando le contestó al jóven, pero a medida que Abraham le explicaba la situación, y el ritual pagano, sus facetas se volvían más y más duras.

“Deus sanctus..” El padre respondió, sus brazos cruzándose y una de sus manos restregando su arrugada cara, cubriendo su boca mientras pensaba en las implicaciones de un Grimorio en manos de jóvenes como ellos… Compendium Astra Arcanis… Nunca había oído de tal manual pagano. Pero la manera en que Abraham describía el ritual… Eso si era familiar para el. El tipo de prácticas que brujas utilizaban durante la era de la inquisición para iniciar a sus más jóvenes.

“Abraham, hijo, hiciste bien en contactarme. ¿Nadie más que ustedes 9 tienen las manos sobre este compendium, verdad?”

Ante la respuesta afirmativa de Abraham, el padre continuaría su estratégia.

“Bien… Abraham, debo darte instrucciones de evitar que ese manual pagano se encuentre en más manos que las de ustedes. Si eres capaz de enviarme una copia, sería lo más óptimo. Por ahora, te he de pedir que reportes de los progresos de tus compañeros, y los intentes disuadir de continuar sus estudios del arte arcano… Comenzaremos una investigación y enviaremos a un misionario a tu escuela.”

En este punto, el Padre hizo una pausa, mirando hacia el lado en su despacho, a un retrato que tenía del jóven y de sí mismo, luego de su confirmación de la fé. Sus ojos se suavizaron con preocupación paternal.

“Y Abraham… Tanto tu como yo sabemos que tu talento es magno. Pero debo recordarte, que todavía eres un Acólito… Aún no eres un Iniciado. Quiero que recuerdes esto, y no te enfrentes a situaciones que están sobre tu graduación… ¿Está claro?”

Antes de despedirse, el Padre Rockwell miró gentilmente a el jóven. El sentiría como si la mano del anciano se posara sobre su hombro, mientras le daba su despedida.

“Hiciste bien en acudir a mi, meo fili… Ve con Diós. Deo ac Veritati.”

Dicho el tradicional saludo de su secta católica, el padre Rockwell cortó la comunicación con Abraham, quien una vez más se encontraría solo con sus pensamientos en la capilla escolar.

El [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] preocupado de mi padre era algo que en su momento yo también experimente. Esto en verdad es preocupante, de hecho, mientras le explicaba a él me preguntaba como estarían los demás. A pesar de ser unos paganos, son personas muy inteligentes. Podrán mantener el control por un tiempo, pero, la semilla del mal ya esta sembrada, solo debe haber un detonante para hacer que sus rosas oscuras florezcan...

— Desconozco si alguien más tiene este libro o no, Padre. Uno de mis compañeros lo encontró en el internet, por lo que en verdad podría estar ya en manos de muchas personas inconscientes... — mi preocupación era grande cuanto menos, mientras más sean los que demuestren interés en estos temas, peor serán las consecuencias.

Necesito además una copia del libro, por lo cual ya se a quien era el único tipo que se la podía pedir. Pero solo actuar como un observador... ¿Estará bien? Tengo mis dudas en verdad, pero si esa es la voluntad de mi padre ante este problema lo respetaré. De igual manera, tarde o temprano vendrá un misionero a ayudarme.

Ante su preocupación, una sonrisa gentil se dibujó en mi rostro, como si pudiese ver claramente su reacción. — Comprendo tu preocupación, padre. No te preocupes por ello, actuaré con sabiduría, y si el mal me acecha, Dios esta conmigo. — Sabía que cosas peligrosas iban a suceder dentro de poco, pero no temeré. Mi fe no me abandonará nunca.

Al despedirme de mi padre de manera formal, me quede enfrente del altar. Me arrodillé y me persigné una vez más con mi rosario en mano y empezaba a retirarme de la capilla. Debía de ir a descansar a mi habitación. Al salir de la capilla, agarrando otra vez mi celular le respondía el mensaje de Carlos. "Necesito que me entregues una copia del libro. Es importante, Carlos. Por favor, necesito tu ayuda. "Fue lo único que iba en el mensaje, esperando entendiese la importancia de esto, a pesar de que no puedo comentarle demasiado.

La muchacha se apresuró a ponerse de pie y levantar el libro que Jonathan había dejado caer al suelo. No le prestó mucha atención, aunque supo que se trataba del libro que les había dado Carlos. Sin embargo, una palabra que no conocía había quedado grabada en su memoria. "Tulpa".

— Creo que te haría bien dormir un poco—dijo, mientras ponía el libro sobre la mesa de luz del muchacho. Hizo una seña con la mano para rechazar el cigarrillo, cerrando brevemente los ojos. — Lo siento, creo que ya he tenido suficiente por hoy, recordar la muerte de Tommy solo hará que termine peor de lo que ya fue.

Sinceramente, Gia no entendía muchas de las cosas que estaba escuchando. Se había limitado a oír, sin interpretar mucho. Estaba realmente cansada, la visión de antes la había dejado agotada mentalmente.

— Aceptaré el puesto—contestó—. Al menos durante el tiempo que permanezca en el club. Que tengas una buena noche, Jonathan.

Sin decir más, le dedico una breve sonrisa y salió de la habitación. No tardó mucho en llegar a la suya, incluso el trayecto le había resultado sorprendentemente corto, quizás por el hecho de que no había puesto demasiada atención a su alrededor. A entrar en su cuarto, evitó mirar a su compañera y, después de tirar su mochila sobre la cama, cruzo la puerta que daba al baño y preparó la bañera para darse un baño reparador.

Gwen

La chica mira la puerta por donde se ha ido Anton, recordando que tendrá que hablar con el peliblanco via Discord para agradecerle por eliminar el mensaje, pues es algo que ella, en su orgullo, no se hubiera atrevido a hacer.
Notando que sólo quedaban 3 personas en la sala, y que no quería quedarse con Sebastian ni un segundo más del necesario, la chica se levanta para irse... y entonces mira a Carlos un segundo, y se da cuenta de que no puede dejarle solo con el rubio, por lo que se acerca a Carlos y le dice, con total calma, tomando su brazo.

- Carlos...vamos, ya no hay nada más que hacer aquí-


Sin esperar respuesta, la chica lo jala del brazo y lo saca del salón, y una vez están ya lo suficientemente lejos como para que Sebastian no vaya a oírlos ni verlos, la chica suelta su brazo y suspira, acomodando sus gafas para que no se note la leve vergüenza que tiene en el momento por lo que acaba de hacer.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]tranquila pero ligeramente preocupada, y sin mirar a Carlos directamente al rostro, intentando ocultar lo que siente.

- Lamento sacarte del salón así, pero no quería quedarme allí ni un segundo más con ese imbécil y no podía dejarte solo con él, por si acaso.
Lo que dijiste fue muy valiente, Carlos, y aunque el resto de la escuela me valga un soberano pepino, el club... lo es todo para mi, y lo protegeré a cualquier costo de gente como el, y eso te incluye.
Por eso, cuando le cuente a los otros miembros lo que ocurrió, no mencionaré lo que pasó contigo... bastante mal lo tienes que haber pasado ya, y si tienen preguntas o algo, no creo que esté bien que debas revivirlo, puedo lidiar yo con eso... dolerá un poco en mi orgullo, pero al final, prefiero eso que el que alguno de ustedes se vea afectado. Podremos no ser amigos... pero siguen siendo mis compañeros.
Ahora, tengo una sola duda, y no tienes que responder si no quieres pero la haré igualmente, ¿Te encuentras bien? No puedo acompañarte todo el camino a los dormitorios, pero al menos si una parte del trayecto, si lo necesitas-

Gwen seguía sin mirar al moreno a los ojos, concentrándose en cambio en jugar con el lazo que tiene su uniforme, para luego mirar por la ventana del pasillo... por alguna razón, la luna parecía más intensa que nunca esa noche, y creyó, por unos momentos, ver nuevamente unos ojos verdes flotando cerca, sin entender muy bien por que... pero la reconfortaban esos ojos, le recordaban a sus imaginaciones de niña, sobre cómo un ser astral debería ser, casi podía creer que ella misma lo había manifestado... pero seguramente sólo lo imaginaba.


Tracy

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Gia ya había entrado al baño... por lo que Tracy suspira y abraza su almohada, sintiéndose preocupada y algo sola, pues aunque entendía que Gia no quisiera hablar... a la jovencita le vendría bien hablar todo esto con alguien.

- ¿Necesitas una amiga, verdad? -

Al escuchar la voz desconocida, Tracy se sobresalta, y al levantar la vista de la almohada, ve la pálida figura de una joven que no parecía mucho mayor que ella, mirándola con una mezcla de simpatía y preocupación.
Asustada y temblando, la pelinegra traga saliva y luego de un par de intentos, sin éxito, por sacar la voz, finalmente consigue hablar

- ¿Q-Quién eres? P-Por favor, no me hagas daño... y-yo sólo quiero ver a mamá de nuevo...-

La muchacha espectral asiente, viéndose apenada, y muestra una pequeña sonrisa algo melancólica, para luego ofrecer una respuesta a la pregunta, esperando que eso consiga calmar a la temblorosa chica que tiene enfrente.

- Lo sé... hay alguien a quien yo quiero ver de nuevo, también, así que lo entiendo. No te preocupes, no quiero herirte, sólo... creí que necesitabas compañía, alguien que te echase una mano, y bueno... yo también podría estar un poco mejor con una amiga a mi lado-

- ¿C-Cómo te llamas? M-me gustaría una amiga, sí, p-pero... tengo miedo y a-al menos quiero saber tu nombre.
E-el mío es Tracy... Harper-

- Aunque me gustaría decirte mi nombre real... no puedo, te causaría más problemas que beneficios el saber quien soy. Pero, veo que te gustan los libros de Anima... a mí solían gustarme, cuando estaba viva, así que, por ahora, ¿Por qué no me llamas Lonnie?-

La joven médium asiente, algo más tranquila ante la referencia a uno de sus libros, la tensión de pronto dejando su cuerpo... si habían fantasmas así de agradables, tal vez esto no sería tan malo, después de todo.
Un bostezo se escapa de sus labios, mientras sus ojos comienzan a cerrarse, por mucho que ella intente mantenerse despierta para conversar con la agradable chica fantasma.

- No te preocupes, duerme... podemos hablar luego, descansa, Tracy-

Con eso, la fantasma vuelve a desaparecer, y poco a poco el agotamiento del día alcanza a Tracy, haciendo que caiga en un sueño profundo.