TULPA

Carlos se sorprendió cuando Gwen lo agarró de la manga, por suerte pudiendo llevar consigo su mochila y el grimorio en el inesperado movimiento. Mientras la chica lo arrastraba del salón, miró atrás a Sebastian. El chico simplemente lo miraba sonriendo con calma… Y detrás de el, podría haber jurado ver a una figura sonriente mientras la puerta del salón se cerraba detrás de el.

Como Gwen no decía nada, ni le dirigía la mirada, Carlos se preocupó un poco… ¿Había dado en el clavo incorrecto con su pequeño discurso..? Veía la luz de luna llena pasar intermitentemente sobre el cabello castaño de la chica mientras avanzaban a través del pasillo, pasando varias ventanas. Cuando ya estuvieron cerca de la escalera, Gwen se detuvo. Aún sin mirarlo, le comenzó a hablar.

Mientras la chica hablaba, mirando hacia la luna, Carlos por fín pudo ver su cara. No se veía enojada. La luz lunar reflejandose en sus lentes hacía difícil ver su mirada, pero por su tono y el resto de su expresión, el moreno pudo distinguir que, al menos, no se encontraba demasiado enojada con el… Y por sus palabras, la expresión de Carlos cambió a una sonrisa de apreciación. Se notaba realmente que a Gwen le importaba su bienestar y el de los miembros del club.

Mientras respondía, apoyó la base de la espalda contra el pequeño muro que servía de barrera en la escalera y puso sus manos en sus bolsillos. Luego, mientras miraba a la luna, respondió. Su cara esbozaba la sonrisa relajada que usualmente llevaba.

”¿Valiente, eh?” Carlos rió un poco. ”Supongo que puedes llamarlo de esa manera, ojala que pueda poner mis acciones donde estan mis palabras..” El chico suspiró, frotándose la nuca, y enredando sus dedos entre sus rizos.
”Pero… No te preocupes, estamos juntos en esto. Tu, yo, Anton.. Todos. Además, lo que te hizo a tí podría tener.. muchas peores consecuencias que lo que me hizo a mi. Digo, que, ¿perdí unos 50 pence? Puedo recuperarme financieramente de eso… Pero me imagino el nivel de acoso que te harían a tí por ese tipo de comentario. Además...”

Carlos dejó de mirar la luna un momento para ver a Gwen, quien seguía jugueteando con el listón de su uniforme.

”Yo no considero que no seas amiga mia. En méxico, diríamos que eres de “mi banda”... No tienen realmente un termino asi en UK, ¿no?” Rió un poco, tratando de pensar. ”¿Tal ves “my crew”? Bueno, da lo mismo… Pero tranquila. Soy algo más resilente de lo que parezco, ¿sabes? Estamos juntos en esta.”

Dicho eso, miró una vez más hacia la luna, sacando un pequeño paquete de su bolsillo. Era chicle de sandía, su favorito. Se metió una de las barras a la boca y empezó a masticarla, ofreciendo el paquete a Gwen por si quería una. ”La luna está muy luminosa esta noche… ¿Será una superluna? Y... ” Carlos una vez más miró a la chica, sonriendo felizmente.  ”No me molestaría para nada caminar juntos un rato.”

En ese momento, su celular vibró con un mensaje… Pero no sería de buena educación revisarlo ahora, así que lo vería una vez que estuvieran caminando juntos.

Mientras Apollo buscaba desde el celular información sobre los tulpa en esas recónditas paginas de la internet para contrastar sobre lo que encontró en el grimorio, de la parte trasera del parlante salieron tres cables violetas que lentamente se enrollaban en su mano libre. Solo por sentir que algo extraño le tocaba la mano, se sobresaltó de inmediato. Se levantó rápido de la cama y encendió la linterna del celular para ver qué cosa lo había tocado. No tardo ni un segundo en ver que fueron los nuevos cables que mostraba ahora el parlante, pero bajo la luz del celular, el parlante sonó un viejo tema de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] que no hizo mas que asustar un poco más al italiano. Lo envolvió con las sabanas para silenciarlo y a los cincos segundos dejó de sonar. Estaba decidido, iba a enseñárselo al club. Con una mano lo destapó con la misma cautela con la que un especialista de explosivos desactiva una bomba y con con la otra sostuvo el celular para sacarle un par de fotos y mandárselo al server de DC preguntando: "Estuve probando el concepto de tulpa que esta en el grimorio. Este es el resultado: un altavoz que suena solo ¿Alguien ya lo haya experimentado sabe si es normal que sea así?". Dudaba mucho de que sus compañeros les respondan esa misma noche, por lo tanto lo mejor sería descansar luego de un día cuanto menos extraño y ver las respuesta que recibiría mañana bien temprano. Con una camiseta suelta que tenía apoyada en la silla de su escritorio envuelve con mucho cuidado el parlante/tulpa y lo guarda dentro de su mesa de luz, en el mismo lugar donde esconde su colección de monedas. Agotadisimo tanto física y mentalmente, se tiró a la cama entregándose a los brazos de Morfeo.

Pese que no agarró el cigarrillo, que haya dicho que aceptaba el cargo lo tomó como una gran victoria. Como todavía no llegaba su compañero, encendió el Imperial Embassy que le ofreció a Gia y pispeó un poco sobre los tulpa. Le cautivaba la idea de crear algo a partir de su mente, de usar su imaginación como la arcilla creadora de algo prometedor. Si se concentraba podía crear un tulpa que sirva de contrapeso de la cosa que tenía en su cuerpo, mantener a ralla los vestigios del Navegador que controlan su ser. Pero no llega a hacer el ritual... o no lo hizo consciente. Una impresionante presión craneal lo doblegó casi tirándolo de la silla de rueda. Fueron unos eternos diez segundos que parecían que la cabeza le iba a explotar en pedazos. Se acercó a la cama con la intención de descansar pero algo lo interrumpió. El humo del que estaba a punto de exhalar y del propio cigarrillo que sostenía en la mano se materializó en forma de protuberancia blanquecina que lo ahogaba y lo aferraba doblemente con una fuerza bestial. La silla de rueda se da vuelta hacia un costado, cayendo al piso. Las paredes de la habitación desaparecían como cartón en el fuego y eran reemplazadas por las lapidas de cada Bakers que lo precedía. Quería deshacerse primero del cigarrillo/tentáculo pero este mismo pasaba de una mano a otra sin que él pudiera hacer algo, como si se teletransportara por cada vez que pensara en siquiera tocarlo. A su vez, no tenía las suficiente fuerza en las manos como para librarse de los tentáculos ni tampoco tenia la movilidad en las piernas como para levantarse y huir ya qué la puerta de la habitación permanecía inalterada. Estaba ahogándose, completamente inmovilizado y sin ninguna posibilidad de salvarse. En esos últimos momentos de oxígeno lo único que podía pensar era en el maldito accidente que lo condenó a tener un cuerpo mutilado e indefenso, en la moto con la que acabó con la vida de Thomas Amery, en su propio linaje maldito por quién sabe qué Dios Antiguo y en Gia, que esperaba que no llore en su funeral. Le vibra el celular en el bolsillo y alguien abre la puerta. Cuando se despierta estaba acostado en su cama. En una mano sostenía el Imperial Embassy ya consumida hasta el filtro, en la otra la miniatura de una moto azul, el mismo modelo que conducía durante el accidente. ¿Cómo llego ahí y de quién era? Todavía adormecido no sé dio cuenta de la humareda que rodeaba habitación y que no era del cigarrillo, cosa que su compañero entrando a la habitación si lo noto. Alarmado, fue rápido a buscar el matafuego para apagar un cuaderno en llamas que estaba tirado en medio del a habitación, era el grimorio. Entre espuma del extintor y las llamas que devoraron unas cuantas paginas, Jonathan notó, amargado, de que la única parte perjudicada era curiosamente toda la sección de Dioses Antiguos. Se puso en su silla de ruedas, agarró el grimorio chamuscado para limpiarlo de la espuma lo maximo posible y miró a su compañero, con su mejor cara de victima, hasta incluso con lagrimas autenticas que eran una mezcla de desasosiego y frustración porque también se dio cuenta de que otra vez no pudo controlar su cuerpo.

Jonathan:- Te lo explicare todo luego, pero por favor necesito que me ayudes a salir de esta. No me entregues a la direccion. Te juro que te contare todo lo que pasó y si me salvas de esta te pagare de la manera que quieras.

Carlos rió un poco ante la reacción de Gwen. Si bien la chica quería hacerse pasar por una dama de hierro, era más bien una chica de peluche adentro. Mientras volvía a poner su goma de mascar dentro de su bolsillo, asintió con la cabeza mientras respondía.

”Ey ey, estamos en un club de investigación paranormal. Creo que eso nos hace a todos un poco bordes, ¿no crees? Digo, solo mira a Anton...” El mexicano rió, mientras escuchaba los comentarios sobre la luna de Gwen.  ”Huh… Pues supongo que tienes razón, pero de qué está brillante, está bien brillante. Pero sehh, vamos andando.” Carlos respondió, asintiendo y comenzando a bajar por la escalera junto a Gwen.

Mientras caminaban, Carlos removió su celular de su bolsillo, y por fin leyó el mensaje de Abraham. Por un lado, estaba aliviado de que se interesara por el club… Pero por el otro, el tono del mensaje le dejó un mal sabor en la boca.

”Ey Gwen, escucha esto.. “Necesito que me entregues una copia del libro. Es importante, Carlos. Por favor, necesito tu ayuda”... Pues, no suena exactamente como que haya cambiado de parecer con respecto al libro… Pero es Abe de quien estamos hablando… ¿Que crees tu?”

Mientras escuchaba la respuesta de Gwen, Carlos respondía el mensaje de Abraham.

Juntémonos mañana a hablar. ¿Suena bien un café en Moriarty’s?

Carlos sabía que lo más seguro era hablar con Abraham para tratar de entender su actitud cuando salió de la sala… Y el hecho de que ahora quería uno de los grimorios.. Si bien lo aliviaba, también le parecía extraño. Quería estar seguro de que estaba haciendo la decisión correcta… así que invitarlo a un café en una zona neutral parecía lo mejor. Moriarty’s era una cafetería indie que quedaba a poca distancia de la escuela, hacia el área de oficinas y rascacielos. Era un pequeño negocio que Carlos había descubierto por su cuenta, y que le encantó por su estética y buen café… Todas las semanas compraba al menos un desayuno ahí.

¿Debería decirle a Gwen o Anton sobre la reunión que tendría con Abraham…? No todavía, al menos… Primero quería escuchar lo que Gwen tendría que decir. Sabía que Anton, si bien era inteligente y probablemente se ajustaría al plan, también tenía la mecha bastante corta, y ante cualquier tipo de provocación; irrumpiría en la reunión… Gwen, por otro lado, tal vez no lo haría… Pero tenía que pensarlo.

De cualquier modo, se guardó el celular una vez más en el bolsillo, y continuó su placentera conversación con Gwen.

”Asi que.. ¿Que opinas de los nuevos, y Gia? Tracy parece una chica dulce… Johnny un tipo cool, pero honestamente no sé qué pensar sobre Gia.”

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Draco, el compañero de habitación de Bready, se encontraba bastante feliz consigo mismo. Había tenido un Live bastante exitoso ese día, en un gaming café que acababa de abrir… Para promocionarlo, tuvieron a varios streamers utilizando sus instalaciones, y “MeliMeli” había sido una de ellos. Por supuesto, les hizo firmar a los managers un NDA para evitar que el hecho de que “MeliMeli” era hombre saliera a la luz… Ya tenía suficiente con los sospechosos entre sus fans, pero había logrado convertir esa auténtica amenaza en un meme. Ya se había cambiado la ropa y quitado la peluca rubia, volviendo a su usual disposición de un chico de 16 con cabello oscuro… Pero cuando entró a su habitación, se llevó un gran susto.

“¿¡O-O-OYE BREADY QUE MIERDA!?”

Draco botó al suelo su bolso cerrado, y corrió a el closet al lado de la puerta; el cual tenía dentro de el un pequeño extintor. Rápidamente le quitó el seguro y roció el libro en llamas en medio de la habitación… Phew, crisis evitada. Mientras Bready recogía y limpiaba el libro, Draco se encaramó en su cama y abrió la ventana, dejando que el humo saliera de ahí mientras se cubría la boca y la nariz con el cuello de su camiseta. Ante el pedido de Bready, Draco no pudo evitar suspirar y frotarse atrás de la nuca.

“Vaya lío… Tranquilo men, ya se que tienes un problema de sonambulismo. No diré nada, pero me debes una, ¿eh?” El chico rió, tratando de soltar la tensión mientras el humo salía de la ventana, pudiendo respirar normalmente una vez más. “A este ritmo vamos a tener que atarte a la cama como en los manicomios, ¿no crees?”

Jonathan se sintió mucho mas aliviado con al actitud indulgente de Draco. Nunca se sabe como alguien puede reaccionar al encontrar su habitación con un principio de incendio. Se secó las lágrimas y se quedó pensando en ese chiste no tan chiste que tiró su compañero. Con unas ataduras bien armadas no habría peligro de que El Navegante vuelva a tirar de sus hilos para "titeretearme".

Jonathan: ¿Y por qué no hacerlo ahora?. ¿Tienes cuerda, cinturones, algo que sirva para atarme a la cama? No es nada kinky, te lo prometo. Es que no quiero que vuelva a pasarme esto y, conociéndome, volverá a pasar. Es una medida muy extrema, lo entiendo.. pero me siento muy avergonzado por esto y no quiero que se repita a lo largo de todo el año.

Con el grimorio en la mano, arrancaba con mucho cuidado las paginas inservibles, esas mismas que no le pudo dedicar ni media hora de estudio y que eran fundamentales para sus objetivos. ¿Qué va hacer ahora? ¿Explicarle mañana que por obra de ESO su grimorio ahora esta arruinado y necesita uno nuevo? ¿Pecar de confianzudo con Gia y pedirle el suyo para estudiar sobre los Dioses Antiguos? ¿Sincerarse con todo el club sobre lo que le pasó y su pasado marcado por estos entes de otro mundo? Esto último era demasiado y, si el Navegante reaccionó así porque casi le cuenta todo a Gia, qué cosas haría si se lo confesara a sus compañeros de ocultismo. Un precio muy alto por algo que no vale la pena. Coloco el libro destrozado en su mesa de luz y notó que aquella miniatura de su antigua moto lo tenía ahora en su regazo. ¿Cómo llego ahí? ¿De quién era?. Lo agarró con su mano derecha y se lo mostró a su compañero Draco.

Jonathan: ¿Este juguete es tuyo? No sabía que coleccionabas replicas de motos en miniatura. ¿Sabias qué justo este modelo lo llego a conducir antes de quedar postrado en esta silla?

Mientras Carlos escuchaba a su compañera, asentía con la cabeza. Le sorprendia la presencia de mente que tenía… Después de todo, daba la impresión de ser un poco impaciente y caliente de cabeza. Pero ahora mismo, la chica hablaba con templanza sobre sus compañeros y los pensamientos que tenía de ellos.. Carlos pensó que Gwen era realmente analítica cuando se proponía a serlo.. En ese sentido, tenía mucho en comun con Anton.

”Sobre Tracy… bueno, si puede que esté usando esto como duelo… Pero con todo lo que hemos visto, tal vez logre hablar con su madre difunta, ¿no crees…? O al menos, a través de este extraño viaje que acabamos de empezar.. Pueda llegar a términos consigo misma.”

Sin embargo, cuando Gwen le mostró lo que había en las redes sociales de su compañera de cuarto, los ojos oscuros del chico se ensancharon.

”... Realmente, es una coincidencia demasiado peculiar. No tenía idea… Probablemente es por eso que estaba actuando tan extraña y reservada en el club… Digo, casi ni interactuó con Abaham, y ellos habían estado juntos en el club hace tiempo. Ugh… realmente espero que esto no traiga demasiadas tensiones… Si somos optimistas, tal vez les sirva a ambos como algun tipo de consolación… Una manera de cerrar ese capítulo. Pero… Bueno, habrá que verlo.”

Luego de eso, la mirada del chico volvió al camino frente a sí. Ya habían traspasado a la zona que abría a los dormitorios. Los de los chicos se encontraban en el segundo piso del edificio, mientras los de las chicas en el primero. Escaneó el oscuro pasillo para asegurarse de que no habían monitores… Nop, todo tranquilo. Mientras caminaban hacia la habitación del mexicano y Anton, Carlos relató lo que estaba en su mente con respecto a Abraham.

”Creo que tienes razón, con respecto a Abraham. Probablemente quiere evitar que aprendamos lo que está en el libro… Pero es nuestro compañero, después de todo. Ha estado en el club desde el comienzo, por una u otra razón. Pero me sorprende, realmente creí que dirías que lo mandáramos a la chingada.” El moreno rió.  ”Pero… Sabemos al menos la motivación de seguir este camino de Sebastian, que quiere más poder, y la de Abraham, que es.. pues, detenernos. La mia es.. bueno, volverme más fuerte...” Dicho esto, el joven tornó su mirada a Gwen. ”¿Cual es la tuya, Gwen?”

Los jóvenes se detuvieron frente a la puerte con “12” escrita en la placa. La habitación que tenían Anton y Carlos ese año. Luego de escuchar su respuesta, y revisar la fotografá que Apollo había enviado a su canal de discord… El ceño de Carlos se frunció un poco.

”... Hey, ¿Te gustaría pasar un rato? Tengo algo que discutir contigo y Anton.. Y hablar de lo que acaba de enviar Apollo.”

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“¿¡E-e-ehhh!?”

Draco miró de lado a lado incómodo, tosiendo en su puño un par de veces de puro nerviosismo.

“Viejo, era una broma.. pero… bueno.. puede que tenga un par de ah.. sogas y que se yó. Espera un segundo.”

Draco abrió su bolso, asegurándose de que Johnny no viera los contenidos.. dudosos; pero del bolso removió una considerable cantidad de metros de soga. Mientras se la aventaba al parapléjico desde el otro lado de la habitación, asegurándose de tapar bien el bolso, miró la figura a la que se refería.

“Hm… No es mía men… Pero vaya que está bien detallada. ¿Y era la que manejabas? Pues.. Tal vez alguien te está tratando de jugar una mala pasada… Pero peor para ellos, podrías vender una miniatura así en ebay por unos cuantos qüid, ¿no crees?” Draco bromeó. “Ey… Necesitas ayuda con esas sogas, o crees que puedes manejarlo tú mismo?”

Estaba en mi habitación justo antes de dormir cuando recibí el mensaje de Carlos. ¿En el Moriarty's? Ese lugar en verdad es demasiado concurrido, no estoy seguro si podría hablar de eso con él allí, o al menos, en una hora tan concurrida. Me acosté, cansado. En verdad ha sido un día agotador, y necesito estar completamente listo para lo que se avecina. ¿Será este el fin de todas las cosas? ¿Por qué está sucediendo esto ahora, que es lo que me quieres decir, Dios?

Está bien, Carlos. Te estaré esperando, cuento contigo. Al apretar enviar, me acosté mirando al techo. Sea cual sea el resultado, lo aceptaré y actuaré acorde a ello, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]


Cerré los ojos. Todo estaba completamente oscuro, el sueño pesado me envolvió de manera abrigadora, pero al mismo tiempo, era como si tuviese un sueño lucido. Caminaba por los pasillos de los dormitorios, existen muchos espíritus protectores, pero las sombras de la maldad están acechando más que nunca. Solo soy un acólito, pero no puedo quedarme de brazos cruzados. 1, 2, 3... Avanzo sin temor, sabiendo mi destino. 4, 5, 6... Aunque me encuentre rodeado de oscuridad, mi fe jamas se quebrantara... 7, 8, 9... Dios esta conmigo y cuida de su rebaño... 10, 11 y... 12...

Mi mano tocó algo. Fue solo un instante, pero toco algo. El mensaje era claro. Servir de herramienta para dar a entender a uno de sus guerreros que no debe de elegir el mal, que debe de ver la luz. Uno de mis hermanos está perdido, al igual que mis conocidos. ¿Lograré enseñarles la calidez de mi padre, o se hundirán en lo más profundo de las brasas? Un fuego eterno esta esperando a las almas incautas que están experimentando con cosas que no están preparados para enfrentarse, una cantidad exagerada de ojos los rodean. ¿Se perderán en las miradas llenas de desesperación y maldad, o lograrán ver a través de ellas y seguir la luz sagrada que les quiere iluminar? Ver la vida y la muerte en un abrir y cerrar de ojos debe ser algo aterrador, en verdad. Pero por muy doloroso que sea, es algo que todos experimentaremos. Ya sea tarde o temprano, ya sea en un convento o en las calles. No todos se dan cuenta de lo que existe más allá de los ojos, pero los que sí... Solo tienen dos futuros: la corrupción, o la salvación.

Al soltar lo que había tocado, abrí los ojos rápidamente. Estaba sudando un poco, fue una experiencia clara. Solté un suspiro pesado sin moverme, volviendo a cerrar los ojos para encontrar verdadero descanso.

Al oír la explicación de Gwen sobre su razón para adentrarse en lo que le deparaba el grimorio, Carlos soltó una sonrisa relajada. La chica parecía ser bastante confianzuda, por sobre todas las cosas; pero al fin y al cabo, realmente solo quería destacar y ser su propia persona… De alguna manera, le recordaba algo a Anton y a sí mismo.

”¿Una persona de la que puedes estar orgullosa, eh? Pues.. Yo creo que incluso si no llegamos muy lejos con el grimorio, tienes de que estar orgullosa. Después de todo, eres la más ávida del club.” El chico rió un poco ante la actitud avergonzada de Gwen. ”¡Pero tranquila, no hay ni un problema en que pases! Bueno, siempre y cuando no se enteren los monitores. ¡Pero adelante!”

Carlos abrió la puerta para que Gwen pasara, y sintió vibrar una vez más su teléfono. Mientras la chica pasaba frente a el, el moreno agachó la vista para revisarlo.. Pero tan pronto como abrió el mensaje de Abraham, sintió una extraña sensación en su espalda.. Y ante sus ojos, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Los más profundos abismos de inferno se abrían ante el, almas en pena llorando y gimiendo mientras sus pecados quemaban su espíritu, sufriendo de todo tipo de torturas y desquicios, con seres monstruosos atormentandolos. Se veían como una montaña, cada uno tratando de escalar fuera de el abismo sobre los demás. Ese oscuro, profundo abismo daba paso, cuando dirigía su mirada hacia arriba, a un lugar de paz y harmonía, seres alados rodeando las almas en pena, previniendo que pudieran pasar… Y por encima de todo, esa luz. Ese calor, esa existencia más cálida que el sol, vigilando como un gran ojo todo lo que estaba debajo de sí.

Y en el centro de todo, mirándolo fijamente, estaba su propio compañero, Abraham. Sus tobillos y piernas agarrados y desgarrados por las almas que intentaban arrastrarlo hacia el abismo, y su mano extendida hacia arriba, hacia esa luz y los seres alados, quienes alcanzaban a tocarlo con las puntas de sus dedos.

Con la mirada de Abraham quemada en su mente, su voz retumbó dentro de sus oidos.

“Haz lo correcto Carlos. No puedo salvar sus almas sin tí.”

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Existir entre planos era excedentemente fortuito para Harasha. Después de todo, de esta manera el tenía la visión de todo lo que sucedía a su alrededor.. Y la posibilidad de esconderse de cualquiera de los dos lados. No le había costado evadir detección por parte de otros seres astrales durante su estadía en la sombra de Sebastian… Y es por eso que le sorprendió tanto que esa pequeña pudiera verlo tan nítidamente. Probablemente estaría algo más preocupado de no ser porque esa niña no podría ni rasguñar una mosca.

Pero lo que Harasha veía ahora, mientras su invocador descansaba, le trajo una amplia sonrisa a su rostro.. Muchos de los chicos tenían guardianes espirituales bajos. Un aspecto de su angel guardian.. El cual Sebastian ya había renunciado cuando decidió hacer el contrato. Almas vagantes, pequeños wisps… Algunos espíritus malignos.. Realmente lo que esperas ver cuando estás en una aglomeración de personas.

Lo que no se esperaba, fue ver la nítida proyección astral del chico devoto del club… Quien, con un fuerte y saludable hilo de plata, caminaba hacia la habitación en que los chicos que habían huido tras la muestra de influencia de Sebastian.

Esto era bastante interesante… ¿Tan joven y tan capaz de hacer semejante viaje? Definitivamente había algo más sobre este chico… Si Harasha no hubiera ocultado su propia aura mezclandola con la de Seb, es probable que este joven lo hubiera identificado… Pero, ahora Harasha tenía la mano más alta.. ya que el sabía más, en este momento, de lo que Abraham.

“Vaya vaya… Un pequeño borrego perdido tratando de encontrar su rebaño, ¿eh?... Este pequeño club se está volviendo cada vez más interesante…”

El demonio rió para sí mismo.. Ni siquiera Sebastian comprendía del todo sus ambiciones… Pero sería muy, muy interesante ver cómo seguía el desarrollo de todos…

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Carlos tropezó al regresar en sí, agarrándose del marco de la puerta para no caerse. Gwen, al haber pasado, no estaba en su camino, asi que no cayó sobre ella. Jadeando mientras se volvía a orientar, se da cuenta que aun tiene el celular en la mano, y que realmente solo ha pasado un instante. Mirándolo, puede leer el mensaje que, conectado con lo que había experimentado recién, le hizo más sentido.

“Está bien, Carlos. Te estaré esperando, cuento contigo.”


El chico frunció el ceño cuando lo leyó… Se sentía dividido, ahora mismo. Realmente tendría que hablar con Abraham mañana para comprender su punto de vista mejor.. Tal vez.. tal vez tenía razón.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] quien estaba sentado en la cama de abajo del camarote; la cual estaba ordenada para servir de sofá, interrumpió los pensamientos de Carlos, trayéndolo de vuelta al presente.

”Vaya, creí que no permitían mascotas.” el peliblanco rió. Estaba en pijama, una simple camiseta negra y unos pantalones de cuadros rojos. ”¿Que les trae por acá? Si quieren besuquearse puedo ir a otro lado.. A menos que quieran musica de fondo, no cobro mucho.”

La sonrisa bromista de Anton se fue desvaneciendo a medida que notaba la mirada seria de Carlos. Dejó de tocar la guitarra, poniéndola hacia el lado e incorporándose cruzado de piernas, mirando a Gwen a medida que Carlos cerraba la puerta de la habitación detrás de el.

”... Dejame adivinar, ¿pasó algo serio?”

Carlos suspiró, indicándole un puff pera a Gwen mientras sacaba su propia silla del escritorio donde tenía su PC.

”Por donde empezar...”

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Una vez terminada la explicación de Carlos, Anton tomó la guitarra que había descartado, y comenzó una vez más a tocar el suave tema mientras resumía.

”Entonces Apollo mandó una foto de una bocina extraña al chat del grupo, que nunca había visto antes, y el chico del coro quiere una copia del grimorio; pero no tenemos idea de por qué… Entonces que, ¿la pregunta es si darle una o no?”

”Bueno.. no exactamente. Me voy a reunir con el mañana en la mañana… Voy a llevar el grimorio, pero.. Quiero escuchar lo que tiene que decir. Ustedes dos son quienes más confío en el club.. Así que quería saber si podrían estar.. no sé, a cierta distancia mientras hablo con él, si tan solo para tener más perspectivas sobre lo que vaya a decir.”

Anton rodó los ojos, su mirada fija en la guitarra en su regazo, sus ojos acariciando el puente mientras tocaba cada nota.

”Va a hablar pura mierda. “Oh no se metan en cosas satanicas” y bla bla. A ti te lo tolero porque no tratas de metármelo por el culo, Carl, pero probablemente va a querer convencerte de no meterte en esto del Grimorio… Honestamente, me importa más lo que mandó Apollo. ¿Una bocina física? Lo único que he alcanzado yo es imaginarme a un cachorro.”

Anton dijo, acariciando imaginariamente la cabeza del cachorro que, imaginariamente dormía a su lado.

Carlos calló en este momento, algo pensativo… Su mirada se fijó en Gwen una vez más, esperando su respuesta e insight.

Agradeció la soga de Draco con otra de su sonrisas. Tomó la cuerda de ambos extremos y la tensó lo mas fuerte que pudo. Es lo bastante resistente para contener a un discapacitado de 18 años, pero ¿servira contra Él que reside en su interior?. No le queda otra que intentarlo.
Antes de pedirle a su noble compañero a que lo ate a la cama, le sacó un par de fotos a su grimorio quemado para cuando mañana tenga que pedir otro. Quizas se lo tomen muy mal, que lo consideren como una irresponsabilidad el no cuidar algo tan importante como libro mágico. Es preferible que lo tomen asi y no que se enteren que es por culpa de un ente cósmico que lo tiene de títere.

Jonathan: Sí, sí, voy a necesitar tu ayuda. Me voy acostar ahora y no creo que me pueda atar bien a mi mismo. Hacelo con gentileza por favor, soy nuevo en esto..

Bready ya tenia pensando tirar un par de débiles gemidos cuando le ate las muñecas solo por mero hecho de incomodarlo y reirsele en la cara. Necesitaba hacer esa ultima broma antes de dormir, terminar un dia tan pesado, tan cargado de sentimientos con un par de carcajadas le parecía hasta algo obligatorio

Anton comenzó a reír cuando vio que la chica se sonrojaba de esa manera. No era más que un chiste, pero verla así de avergonzada por algo tan inocente era un tanto hilarante para el. Pero cuando lo impactó la almohada en la cara, sin esperarlo, su cabeza y cuerpo se fueron hacia atrás, aterrizando en los cojines que estaban entre la cama y la ventana del segundo piso.

El peliblanco se sacó la almohada de la cara, y con sus ojos llenos de enojo se proponía a preguntarle cuál era su problema.. Pero cuando habló y le agradeció por lo que había hecho antes en el club, su enojo se desvaneció, y evadió su mirada con un poco de vergüenza propia por el acto.

”No te preocupes por eso.. No me gusta que idiotas como Nielsen se salgan con la suya aprovechándose de los demás… Además… Se que te hubieran traído problemas si se viralizaba eso. Así que no te rayes, ¿si? Por último, ahora me debes un favor a mí.”

Dicho esto, la vergüenza en su rostro dio paso a una sonrisa confiada, adecuada a la soberbia que traía consigo en casi todo momento.

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Carlos sopesó la respuesta de Gwen, asintiendo con la cabeza, pero el primero en comentar una vez más fue Anton.

”¿Circuitos sin una personalidad? Siiii, eso suena como Apollo, de seguro.” Rió Anton, cambiando la dirección de su mirada a Carlos. ”Pero creo que pasaré del sermón del niño cura. No te lo tomes mal, pero creo que tengo mejores cosas que hacer en la mañana que andar espiando a ese acólito… Aunque… Sabes, mejor si voy. Después de todo, eres bastante malo para decir “no” a veces, ¿sabes?”

El mexicano suspiró, con una mezcla entre admisión de que su mejor amigo tenía razón, y alivio de que tendría a ambos de su lado la mañana siguiente.

”Gracias Anton.. La verdad estoy un poco nervioso. No se que esperar, ¿saben? No es como si Abe fuera a hacer algo malo… Es un buen tipo. Solo tengo un presentimiento extraño... ” Dicho esto, Carlos miró hacia Gwen que estaba sentada aun en el piso. ”Y Gwen, ¡no te sientas obligada a ir si no quieres! Pero… definitivamente apreciaría tenerlos cerca. De cualquier modo, lo mejor sería que pasaran desapercibidos… No quiero herir su confianza, después de todo.”

Dicho esto, soltó un largo bostezo, frotando sus ojos con el dorso de la mano y miando al reloj de su PC.

”... Vaya, se está haciendo tarde. ¿Que dicen si hablamos con el club mañana sobre lo que hemos descubierto? Honestamente ahora todo lo que quiero hacer es dormir.”

Anton estiró sus brazos hacia arriba, sus manos agarrándose de las tablas inferiores del camarote para ayudar a su estirón antes de soltarlos y asentir con la cabeza.

”Sehh, cero que ya va siendo hora.” replicó Anton mientras salía de la cama, poniendo su guitarra sobre el atril vacío al lado de su closet, y subiendo por las escaleras al banco de arriba.

”Ey Gwen… Gracias, por sacarme de la situación antes. Y a tí también Anton. ¿Nos vemos mañana, Gwen?”

Carlos esperó a que la chica respondiera y se despidiera, con Anton casualmente haciendo una seña de despedida con su mano mientras el mexicano abría la puerta para esperar que la chica saliera.

Una vez que la chica hubo salido y se dirigía a su habitación, Carlos miró hacia Anton, quien miraba un video en su celular.

”.... Oye, realmente no estamos...”
Anton sonrió, riendo para sí mismo mientras dirigía la vista a Carlos otra vez.

”Lo sé, pero esa reacción fue oro, ¿no crees?.”

Carlos rió con su amigo y le aventó desde abajo las almohadas propias de su cama, con su propia cama revelándose por debajo del pseudo-sofá.

”Fue bastante gracioso, lo admito. Bueh, buenas noches Ant”

El moreno, habiéndose cambiado a su pijama, y luego de apagar las luces, se acostó en su banco, sintiendo toda la carga del día caer sobre el mientras se hundía entre las sábanas. Levantó su puño por el lado del camarote, el cual Anton respondió con el suyo propio.

”Descansa Carl.”

El peliblanco respondió, dándose vuelta para estar en su posición favorita para dormir.

….
….
….

Sumidos en la oscuridad de la habitación, Carlos levantó su mano frente a su cara. La luz de la luna vagamente iluminandola. Trató de concentrarse en el sentimiento de esta, en la esencia, como decía el grimorio… Sintió que el borde de sus dedos se difuminaba frente a sus ojos.. pero no podía ver su aura. Se concentró más… y más… y sintió que estaba cerca de alcanzarlo…

Pero se quedó dormido.

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Con extrema incomodidad, Draco suspiró mientras ataba a Bready a su cama. Los pequeños gemidos del mayor hacían que el chico no pudiera evitar sonrojarse un poco, pero con manos expertas, Bready quedó completamente inmovilizado en su colchón.

“Bread, otro chistesito asi y no te desamarro en la mañana”, suspiró Draco, dejandose caer en su cama, que estaba al otro lado de la habitación. Una vez hecho esto, apagó la luz, diciendole a su compañero: “Buenas noches men”

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Anton se encontraba corriendo por un nevado bosque. A sus lados, sombras se entrelazaban entre los troncos saliendo del suelo.. Y él mismo también tejía diestramente a través del follaje. Sentía el olor de su objetivo, donde iba, el y las sombras a su alrededor. Un cazador, que se acercaba al ciervo que acababa de botar. Sintió sus fauces abrirse, su caluroso y jadeante aliento creando una nube de vapor constante frente a su boca.

Cuando él y las sombras estuvieron lo suficientemente cerca, Anton saltó hacia adelante con sus patas traseras; sus garras afuera y sus fauces dirigiendose hacia el cuello del cazador…

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A la mañana siguiente, cuando Carlos abrió sus ojos, vio una mancha negra frente a el… Que raro, generalmente eso no estaba ahí. Una vez que su visión se ajustó a la luz de la mañana, lo que estaba sentado frente a si era un lobo completamente negro, moviendo la cola de lado a lado.

Carlos gritó sobresaltado, arrastrándose hacia la ventana en su cama, lo más lejos que podía estar de esa criatura.

Anton despertó sobresaltado con el grito de Carlos, su cabeza golpeandose en el techo en el proceso. El chico gritó de dolor y puso su mano sobre el moretón, frotando levemente mientras gritaba hacia abajo.

”¿¡Carlos que mierd-!?”

”L-L-LOBO!!”

Anton arqueó las cejas, mirando hacia abajo del camarote. Ahí, en el suelo de la habitación, estaba sentado un lobo del tamaño de un perro relativamente grande, moviendo su negra cola de lado a lado, mientras miraba con curiosidad a Anton.

Los ojos de Anton se ensancharon cuando vieron al can. Lo reconoció instantáneamente… Era su Tulpa.

”Carlos.. ¿Puedes verlo?”

”¡P-pues como no lo voy a poder ver!” Respondió el mexicano, con el terror evidente en su voz.

Anton rió extático, y saltó de su cama hacia abajo, parándose frente al can.

”Sientate! Dame la pata! Gira! Descansa!””

Con cada comando de Anton, el lobo hacía el truco canino que le pedía, volviendo a sentarse, y jadeando con la lengua afuera, luego de esto.

Carlos estaba completamente incrédulo y sorprendido, y Anton se dió la vuelta para mirarlo con emoción.

”¡Carlos, creé un Tulpa!”

Había despertado de mi tranquilizador sueño. Pacifico, sin mayores turbulencias, completamente rejuvenecedor podría decir. Me levanté muy temprano mirando el techo de mi habitación. Seguramente mi compañero estará dormido, y es mejor que siga así. Hoy era un día normal, como todos los demás. ¿Pero cuánto tiempo seguirá así esta paz, ahora que ese libro esta por allí? ¿Cómo estarán experimentando los demás esas habilidades, hacia donde los estará llevando? En mi pecho lo único que albergaba era preocupación, son simples fanáticos que no saben el alcance de las fuerzas con las que juegan.

Me levanté, agradeciendo a Dios por un día más de vida. A pesar de ser temprano, tenía que arreglarme para hoy. Tenía una reunión cuanto menos importante con Carlos. ¿Será que lograré hacerlo entender? Que Dios me ponga las palabras necesarias para convencerlo, yo sé que podre con su ayuda. Me levanté evitando hacer demasiado ruido, algo en lo que era bueno. Aliste mi cama, prepare dos botellas de agua y las coloque en mi pieza de habitación, mientras rezaba "Exorcizo te, creatura aquae. In nomine dei patris omnipotentis et in virtute spiritus sancti. Amen. " vomo oración de protección al salir, guarde esas botellas en mi mochila, asi como un plumón negro de gran grosor. Ya arreglado, era mi momento de moverme. Al salir de mi habitación, con mi celular le escribía un mensaje corto a Carlos, esperando que cumpliese con mis requisitos.


Al mandarle este mensaje, apague mi celular y me dirigía hacia la sala de intendentes, tengo que entrar en la sala del club. No tenía que pensar demasiado en la excusa, tenía que dejarla fluir. Con mi buena imagen, claramente no tendré mayores problemas en obtener las llaves hasta la noche. Buenos días, lamento la molestia tan temprana... ¿Podría brindarme las llaves del club, por favor? Sucede que he olvidado apuntes importantes por un descuido allí adentro, y los necesito para prepararme hoy... Lo lamento mucho por mi descuido, no volverá a suceder. Les dije con una sinceridad tan pura, que después tendré que rezar por mentir de esta manera, pero es la única forma de lograr obtener las llaves. Espere la respuesta del cuidador para movilizarme al club

Pese a lo incomodo que puede ser sentir la fibra de la cuerda presionando el pecho y ambos brazos, Jonathan durmió sin ningun problema. Hasta pudo soñar... de nuevo con el accidente. Esta vez no era un testigo ajeno al hecho, él conducía la moto que minutos después se estamparía con la Mercedes Benz. El manubrio de la moto no el respondia a sus intentos de desviarse ni tampoco el freno de mano, una vez más tenía que experimentar por tercera vez el horrible siniestro. Cerró los ojos, resignado cuando ya tenía las luces del auto lo enceguecían. Pero no, esta vez no chocó. Una mano mecánica que apareció a uno de los costados de la moto golpea al suelo, impulsando tanto al vehículo como a Johnny varios metros hacia arriba. El accidente no ocurre, el auto de Thomas pasa por abajo de ellos y sigue de largo. Esto no quiere decir que Jonathan termina ileso. La mano mecánica que apareció en ese momento no interviene durante la caída, por lo que el impacto destartalo un poco la moto y le rompió un par que otros huesos pero nada comparado al accidente verdadero. El dolor lo hizo despertar. Se desperezó un poc y se e sentió un poco más... suelto, más elastico. Pies y manos tocaban el piso, como si se hubiese caido de ahi pero todavía sentia que estaba acostado con el tacto de la soga restrigiendole el torax. Cuando abrió los ojos por completo se dio cuenta el porqué de esta extraña sensación: todas sus extremidades estaba desparramadas por el piso y fraccionadas cual lección de anatomía. Por ejemplo, sus brazos los tenia separado en dos partes seccionadas por el codo y sus manos permanecían divididas en carpo, metacarpo y las falanges. Lo único que estaba arriba de la cama era su caja toraxica y su cabeza, que a su permanecía separada de su cuerpo pero no se cayo al suelo gracias a la almohada. Su compañero seguía durmiendo como u nbebe. Pese a parecer como un playmobil mutilado, no sentía dolor y de hecho era capaz de controlar cada fragmento de sus extremidades (obvio con la propia dificultad de tener desarmada cada punto de articulacion). Le salio un grito de desesperación de los mas profundo de su alma porque esto era de obra del Navegante, de ese hijo de puta que, ahora que esta en contacto con lo oculto, le quiere arruinar aun mas su vida, porque es probable que no tenga solución a esta división extrema de su cuerpo, que quedaría asi para siempre y todo por culpa de un libro de mierda. La exasperación hizo que aparezcan un amiguito a su ayuda, bah, mejor dicho dos amiguitos. De donde tendría que tener unidas las extremidades y la cabeza salieron decenas de tentáculos blancos que se movían de manera errática, como una anguila salida del rio. Ante el pensamiento inconsciente de querer tener su cuerpo unido, estos tentáculos empezaron armar el complejo rompecabezas que eran sus fragmentadas piernas, brazos, manos y pies. Cada pieza encajaba a la perfección. Similar a la receta de clavar spaghettis a salchichas, las protuberancias conectaron pie y mano con brazo y pierna, y brazo y pierna con torax. Por ultimo, los tentáculos blancos encastraron cabeza con cuerpo, finalizando el ensamblaje. En una de las esquinas de la habitación, un espectador silencioso que llegaba los dos metros de alto observaba toda la secuencia sin comprender que hacer. Era más maquina que persona, construido con los aparentes restos de su extinta moto. ¿Es la moto de juguete que "creció" de golpe?. Su presencia lo intimidaba. ¿Sera un agente del Navegante que viene a fastidiarlo, a imponer su presencia?. Jonathan empezó a forcejear con la cuerda para salir ya mismo de ahí. Con cada paso que el golem daba hacia él, mas nervioso y desesperado se ponía el muchacho. Pese a toda la fuerza que le ponga en su cometido, las ataduras no cedian. Con solo tenerlo un par de metros cercan, Jonathan empezó a llamar a Draco a los gritos para que lo desate pero no fue necesario. Un golpe descendente del golem cortó la cuerda pero tambien rompió la cama en dos. No era ofensivo o no lo parecia. Levantó de la cama rota como quien agarra un muñeco de trapo y lo coloco sobre la silla de ruedas. ¿Sera eso lo que decia el grimorio de los tulpas?. Su compañero de cuarto con tanto caos ya se habría despertado pero primero decidió ir a por lo importante: mandó un mensaje al server de Discord con las fotos del grimorio chamuscado que había sacado la noche anterior para pedir una segunda copia. Mando otra foto del golem preguntando qué es ya que no recuerda haber hecho el ritual y luego una tercera foto, mas bien un video corto: era él "arrancandose" el mano derecho mientras sostenia con la boca la camara. Era casi instintivo poder hacer eso pero desconocía cómo sacar los tentaculos o como seguir dividiendo su mano u otras parte de su cuerpo. Paso a paso
El despertar de Apollo no fue tan distinto que el de Bready. Obvio, no estaba ni atado ni tampoco su cuerpo dividido en numerosos pedazos. Lo que si tenía en común con el amanecer de Johnatan era la intrusion de su tulpa. Lo que lo despertó a Apollo era el ruido de alguien chupando algo, el de un ruido "húmedo ", viscoso, que cualquiera que lo escuchara lo incomodaría un poco. El joven italiano asomó un poco la cabeza afuera de las sabanas, para ver quién hacia tanto ruido ¿era su compañero de cuarto que estaba comiendo un caramelo duro o algo así?. No, su roommate no estaba en su cama, había despertado temprano para ver a un amigo y desayunar fuera del colegio. El culpable de tal asqueroso ruido era una criatura tan alta como un adulto, de colores blancos y azulados y con una gran cantidad de parlantes adosado a su cuerpo. Sentado en cuclillas, estaba lamiendo con una larga lengua purpura una por una de las monedas de su gran colección de numismático, monedas que algunas eran tan viejas y valiosas que tranquilamente podían pagarle por un par de años la cuota de Worthstone. Apollo lo reconoció al instante, mejor dicho LA reconoció al instante: su nombre era Euterpe, esa musa del dios Apolo que lo atacó en su visión y que ahora esa su tulpa. "¿Así que de un parlante evolucionó a ese ser singular?" pensaba Apollo, despues de ver que la mesa de luz donde lo había guardado la noche anterior estaba desarmado, como si algo lo hubiera destrozado desde adentro, y entre los restos del difunto mueble sonaba un [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] que Apollo nunca escuchó en su vida pero aún así conocía de qué artista era y cada uno de sus versos a la perfección. Se levantó de la cama de un salto y rápido tomó el grimorio para ver cómo controlar al tulpa, no era tan difícil. Euterpe, que seguía lamiendo las monedas dandole la espalda a su "dueño", lo ignoraba por completo mientras buscaba info. Apollo se acercó detras suya y con una voz imperiosa, firme, le ordena a su tulpa:

Apollo: ¡Euterpe, deja esas monedas, date la vuelta y mirame a los la os ojos, YA MISMO!

La tulpa paró en seco, dejando que un par de las viscosas monedas de coleccion caigan al piso. De a poco se dio vuelta y Apollo nota algo que no esparaba: Euterpe no tenia ojos para que lo mire. La musa de la música esbozo una sonrisa con un claro tono burlón. Un "NO, NO, NO" de Amy Winehouse salio de uno de los parlantes, su lengua agarró la maxima cantidad posible de monedas y salio a la fuga, no sin antes lanzar una onda sonica a la puerta para cerrarla de golpe y empujar a Apollo al piso. El italiano se recupero rápido, sea porque le estaban robando lo mas preciad de vida o no podiar dejar a una cosa como Euterpe suelto por ahí a la vista de todos. Termino corriendo detras de su tulpa en los pasillos de las habitaciones mientras ella cada tanto tiraba una de las monedas al piso para que lo agarre el chico. Dentro de ella contenía canciones que sonaban como si la moneda fuera una radio: desde himnos nacionales hasta temas de T-Rex, Bon Jovi y Lady gaga. Apollo guardaba cada uno de las monedas en su bolsillo pero estas no dejaban de sonar: el italiano era a efectos prácticos un ruidoso hombre-radio que hacia sonar un caotico remix de música sin coherencia alguna.

La pelirrosa despertó temprano. Si hubiese sido por ella, su ligero sueño hubiese durado hasta pasado el mediodia, pero una sensación... ¿húmeda? sobre su pecho la hizo despertar. Al abrir los ojos, tuvo que contenerse para no gritar, a medida que sus ojos se ensanchaban. El zorro que había visto en su visión ahora estaba sobre ella, en su propia habitación.

— ¿Kin...ku?

Sin saber realmente como, pudo saber que el zorro se llamaba Kinku. No era un zorro normal, su cuerpo no era algo solido, sino que estaba formado por una parte de agua y otra parte de tinta. A medida que el animal se movía, observando la habitación en la que se encontraba, dejaba un halo de agua y tinta que se desvanecía en el aire.

"No necesitarás palabras ni letras, solo tu mente"

Su voz retumbó en su cabeza, produciéndole un potente dolor de cabeza por unos segundos, obligándola a tomarse la frente con una de sus manos. Sin embargo, su curiosidad fue más fuerte, y clavó sus ojos en la mirada del zorro. Visualizó lo que quería decir en su mente y, casi sin quererlo, compartió su pensamiento con el cuadrúpedo.

— Hola. Mi nombre es Gia.

— Lo se—respondió el animal, ante la sorpresa de Gia. Su voz era dulce, como la de una niña pequeña, aunque percibía que el animal era macho. — Yo soy Kinku. ¿Eres tu quien me ha llamado?

La muchacha no supo que responder, simplemente asintió con la cabeza. No estaba muy segura, pero no había otra forma. Lo había visto en la visión, tenía que ser obra suya. Después de todo, ayer había hecho levitar a su compañera de cuarto, así que no estaba fuera de las posibilidades. Algo confusa, se levantó de la cama y caminó hasta el baño. Tardó pocos minutos en estar lista y, aún en pijama, utilizó la pequeña cocina que había en la habitación para hacerse su usual chocolate caliente. Cada tanto, le echaba una mirada al zorro, que la miraba expectante desde la cama. Se sentó en su escritorio, apoyando la taza sobre un posa vasos y encendiendo su MacBook. Por instinto, movió su mano hacia un lado del escritorio intentando tomar su bloc de notas, pero recordó que se encontraba en su mochila, que descansaba a un lado de su cama.

— "Moverás los objetos a placer..."—susurró, repitiendo las palabras de la estatua.

Estiró al mano y, tal y como Tracy había levitado por la noche, la mochila se elevó en el aire y, siguiendo el deseo de Gia, navegó hasta caer sobre sus piernas. Se quedo de piedra, una vez más. Aún no comprendía como, pero desde que había tenido contacto con aquel extraño grimorio, podía mover cosas y comunicarse mediante su mente, e incluso había creado a Kinku. ¿Que más podría hacer? Quizás el libro tuviese las respuestas.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] revolcándose con su juguetón Tulpa, Carlos seguía sentado boquiabierto. Se llevó la mano a la cabeza, tirando sus rizos hacia atrás mientras se movía sobre su frente. Anton le lanzaba una bola de squash a la puerta, y su lobo sombrío iba a buscarla y traerla moviendo la cola. Carlos no pudo evitar parpadear dos veces, antes de emitir algún sonido.

”.... Un.. un Tulpa… Vaya cosa, esto.. Esto es real, ¿no?”

Anton se disponía a responder, evidentemente contento con su nueva mascota espectral… Cuando escuchan un alboroto comenzar en el pasillo del dormitorio de hombres. Los chicos se acercaron a la puerta, y al abrirla, Anton se llevó una pesada sorpresa cuando una gigantesca lengua lo golpeó directo en la cara.

”¡OYE AMIGO QUE MIERD-!”

Pero al ver a la criatura que poseía tal lengua, sus palabras se detuvieron, y sus ojos se abrieron como platos. El y Carlos miraron a la mole de bocinas mientras corría de a brinquitos en el pasillo… Notando que botaba una moneda frente a su habitación que tocaba un tema de Kiss… Luego, notando que otras puertas estaban abiertas, pero con sus estudiantes mirando hacia el lado contrario del pasillo, los chicos dieron vuelta la cabeza, y ahí vieron a su compañero italiano corriendo y recogiendo múltiples monedas sonoras desperdigadas por el suelo, y sonando como el peor mixtape de la historia mientras pasaba frente a su habitación.

Carlos y Anton se quedaron mirando por unos momentos esta bizarra situación, con el can de Anton también asomando su cabeza hacia el pasillo, y girándola levemente ante su propia confusión.

”... Oye amigo, que mierd...”

En ese momento, sus teléfonos vibraron en el escritorio, ambos aún conectados a sus respectivos cargadores.

Al aproximarse a ellos, y ver lo que Johnny mostraba; incluyendo su copia del libro chamuscada, el gigante de hierro junto a él, y el video de si mismo removiendo sus propios miembros como si se tratara de prótesis, los chicos no pudieron evitar sorprenderse. Cerrando la puerta, con su perro siguiéndolo detrás, Anton no paraba de reír, mientras que Carlos solo se sentó en shock en su silla de computadora.

”¡No me lo puedo creer! ¡Esperaba que no viéramos resultados en semanas o meses pero mira esto! Realmente debemos ser talentos paranormales, ¿no crees? ¿O era simplemente tan fácil desde el principio?” El chico dijo, riendo mientras su perro lo miraba con curiosidad.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] tratando de asimilar la situación completa mientras asentía con la cabeza. Recordando lo que el libro le había indicado, miró su propia mano, tratando de concentrarse lo más posible en generar su aura… Pero no logró nada.

”Bueno… Todavía no oímos de los demás… Para lo que sabemos, tú, Johhny y Apollo han mostrado nuevas habilidades.. Y Sebastian ya las tenía desde antes. ¿Tal vez ustedes tienen la mayor aptitud? No estoy seguro.. tendremos que ponernos al día con Gwen, Abraham, Gia y Tracy.”

En ese momento, casi como si se tratara de una sucesión premeditada de eventos, el celular de Carlos vibró otra vez, con un mensaje de Abraham:

“Te espero solo en el restaurante.”

Solo con ese mensaje, el ceño de Carlos se frunció levemente. Abraham era una de las figuras más enigmáticas en este embrollo.. Él y Sebastian. Se notaba que Abraham ya sabía algo, y que fue por lo que ya sabía que les dijo esa frase. “Ustedes no saben en lo que se están metiendo.” Sin embargo, esa única palabra en la frase le dio a Carlos mala espina: “Solo”. De manera involuntaria, su memoria viajó a sus años de preparatoria en México, donde los matones de su escuela le habían dicho exactamente lo mismo.

“Te esperamos luego de clases detrás del gimnasio… Solo.”

Los ojos de Carlos se volvieron distantes mientras recordaba las palizas que le daban, y el dinero; el poco que traía, que le quitaban. su mano estrechó su teléfono más fuerte… No, esta vez sería distinto. Ya no estaba solo, ni tampoco era el mismo.. Miró la hora en su teléfono, levantando la mirada hacia Anton.

”Ya va siendo hora we… Preparémonos.”

Su compañero peliblanco caminó a su armario, sacando las sudaderas que usaba para correr en las mañanas, mientras Carlos entraba al baño para tomar una ducha.
Mientras el moreno hacía correr el agua para que se calentara, volvió la cabeza hacia afuera del baño, mirando una vez más a Anton.

”Ah, y we, ¿ya tienes un nombre para tu Tulpa?”

Anton se detuvo, mirando al lobo que se portaba tal y como un perro bien adiestrado frente a el, mientras se frotaba la barbilla pensativo… Rápidamente cambiando su expresión a una de iluminación, mientras chasqueaba los dedos.


”¡Fenrir! Ese si es un nombre digno para un lobo.”
Carlos no pudo evitar reírse ante el comentario de su compañero, y mientras cerraba la puerta del baño para comenzar su ducha, comentó hacia afuera:

”Un poco grandioso para un perro común, ¿no crees?”

Anton también rió.. Pero lo que ninguno de los chicos notaron fue que, alrededor del cuello de Fenrir se produjo una cadena color ébano, con una placa que simplemente leía, en letra cursiva: “Fenrir”, con un símbolo peculiar grabado en la parte de atrás.

Símbolo:

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MeliMeli respiró hondo. Este era su debut, la máxima prueba de su carrera. Cuánto tiempo había trabajado para llegar a este momento. Su corazón latía tan fuerte que creía que iba a salírsele del pecho… Se llevó la mano al corazón, sus pechos estrujados contra este.

Era su momento.

Uno, dos, tres pasos, y frente a ella se desplegó un escenario, y una hola de fans adorantes que la esperaban. Saludando con las manos mientras corría al centro del escenario, las luces la siguieron, mientras la chica gritaba:

“¡¡¡Hola a todos!!! ¡¡¡Bienvenidos a mi primer live!!!”

Un grito ensordecedor de sus fans (que extrañamente sonaban bastante parecidos a Bready) se apoderó del escenario, mientras la melodía instrumental de su tema debut comenzaba a sonar de los amplificadores del escenario. MeliMeli se movía en el escenario como si fuera su propio patio, estaba completamente absorbida en su concierto, dejandole ver al mundo que, de verdad, si podía ser una idol.

Mientras cantaba, las voces ensordecedoras de sus fans gritaban su nombre: “DRACO! DRACO! DRACO!” … Pero qué extraño, si era MeliMeli ahora… ¿Y todavía sonaban igual que Bready? Bueno, qué más daba… Este era su momento, y nada podría arruinarlo.. ¡Nada de nada!

Nada….

Con el sonido estruendoso del armazón de la cama de Bready colapsando, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] saltando de su cama y alborotandose entre sus cubiertas, atrapado entre estas y cayendo de la cama mientras intentaba salir. Algunas tablas de la cama de Bready cayeron sobre su cabeza, dejando chichones impresionantes.

Eventualmente, Draco logró escapar de su sabanosa prisión, y miró a Bready en su silla de ruedas, y la cama destruida junto a él.

“.....”

Draco abrió la boca… Y la cerró. La abrió de nuevo, levantando un dedo.. Y la cerró de nuevo. Hizo el gesto de que iba a protestar una vez más… Pero también se quedó callado. Finalmente, el chico suspiró, levantándose del embrollo de sábanas que lo atormentaba, dió su camino a la ducha; pero antes de entrar se tornó una vez más hacia Bready.

“.... Si puedes resolver esto para esta noche, no voy a decir nada.”

Dicho eso entró al baño a ducharse… Tal vez tendría que pedirle a Alex que le prestara su habitación para hacer el stream de nuevo, asegurándose de que su compañero estuviera fuera.

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[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] secretaria de docentes, se encontraba tecleando en su computadora de trabajo. La máquina había sido mejorada con el paso de los años, pero el teclado y monitor que utilizaba aún era del tipo que podrías ver antes de 2010. Sin embargo, le servía perfectamente para lo que necesitaba hacer. Organizar calendarios, visitas directivas, e incluso jugar solitario de vez en cuando.

Muriel ya era una mujer mayor, cumpliendo hace alrededor de 3 semanas sus 67 años (Aunque ella te diría 59), pero no se quería retirar de su puesto. Despues de todo, ¡ayudar a mantener esta escuela era un empleo que había sostenido por 40 años! Pero ahora era casi como una abuela para todos los estudiantes de Worthstone, quienes acudían a ella cuando fuera que tenían problemas.

Mientras la Señora Muriel miraba su planilla de Excel a través de sus gafas de leer, vió aproximándose por la puerta de la sala de intendentes a uno de los alumnos más dulces de la escuela, Abraham Rockwell. El chico siempre le había parecido encantador. Desde que entró a la escuela, siempre lo veía por la capilla, e incluso los domingos iba a la iglesia en la que el Padre Rockwell, su guardián adoptivo, hacía misa.

“¡Abraham, cariño! Bienvenido hijo, ¿te gustaría una galletita?”

Dicho esto, la Señora Muriel sacó del lado de su escritorio un frasco de galletas recien horneadas. Todos los días hacía un bache fresco para los chicos de Worthstone, y las que sobraban, por supuesto, se las donaba a los hogares de niños desamparados, incluyendo el hogar en que Abraham fue criado.

“Bueno, ¿En que te puedo ayudar hoy, cariño? ¿Dejaste tu rosario en la capilla una vez más?” La mujer mayor rió suavemente, de la manera en que una abuela lo haría.

Cuando Abraham le explicó su necesidad, la Señora Muriel asintió con una sonrisa, mientras sacaba la gran rueda de llaves de su escritorio.

“¡Oh por supuesto hijo! No hay ningún problema.. ¿Así que el director decidió no cerrar el club después de todo? ¡Pero que bien! Estaba tan preocupada por la pobre Gwen.. Se que su papá está preocupado por ella, pero siempre ha tenido dificultades haciendo amigos, ¿sabes? ¡Y no la he visto tan feliz desde que se unió al club! Se que es algo extraño todo eso de.. la actividad paranormal, y que se yo.. cosas del diablo, pero yo también me fascinaba con historias de terror cuando era jovencita, ¿sabes? ¡Ju ju ju~! Lo único que espero es que no se junte con ese pequeño vándalo de Anton Matthews! Ya es extraño andar por ahí con el cabello teñido… ¿Pero hacer estragos? ¡Sus padres deberían avergonzarse! Oh pero bueno.. Ha sido un niño inteligente, y los problemas de bravucones han bajado desde que llegó. ¡Oh! Y la pequeña Gia volvió a la escuela, ¿no es cierto? ¿Como está? Pobre chica.. Estaba tan devastada cuando su novio tuvo ese accidente..”

La señora paró su laboriosa búsqueda en la argolla de llaves para secarse una lágrima que se asomó de la esquina de su ojo.

“Oh nadie merece morir tan joven.. Ni sufrir tal enviudamiento tan temprano.. ¿Sabes? Cuando yo era jovencita, tenía un novio también.. Él me escribía poemas tan bonitos.. Pero tuvo que ir a la guerra… Y pues no logró volver… ¡Oh pero qué más da, si son cosas del pasado! Bueno hijo, aquí tienes. ¡Mucha suerte con tus estudios! ¡Y recuerda que siempre puedes venir con la tía Muriel si necesitas cualquier cosa!”

Dicho esto, la Señora Muriel le alcanzó la llave de la sala específica a Abraham, y se inclinó por sobre el escritorio para plantarle un ruboroso beso en ambas mejillas, dejando una marca de rouge en cada una de ellas mientras se despedía del chico con su mano. Luego de esto, la mujer volvió a su rápido tecleo en su hardware retro.

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[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] caminaban tranquilos por las calles de Londres por la mañana. Anton usando un traje deportivo cualquiera, con la capucha levantada para ocultar su cabello blanco, y gafas de sol para ocultar su cara, Carlos con un atuendo casual. Unos pantalones estilo jean, zapatillas de calle, una camiseta gris y una “hoodie” blanca. En su espalda, Carlos llevaba su mochila escolar con dos copias del Grimorio dentro de esta.

Fenrir caminaba junto a Anton, observando el mundo a su alrededor, tomando todo esto para sus adentros y fascinando con la cantidad de cosas que existían. Olfateando cada pequeño objeto que pasaban mientras caminaban.

”Entonces, ¿Cual es el plan? ¿Entramos y le damos unos buenos golpes?”

Carlos rió, girando los ojos ante el ímpetu de su amigo, y agitando la cabeza de lado a lado.

”Nah… Honestamente, me preocupa algo todo lo que está pasando, y.. se nota que Abe sabe más de lo que nos deja saber a nosotros.” La expresión de Carlos se endureció mientras miraba adelante. ”Quiero hablar con él. No le voy a dar el grimorio como si nada.. Quiero que me diga lo que sabe, y asegurarme de que.. no lo va a usar como Sebastian.”

Anton escuchó a su amigo con una expresión algo aburrida e incrédula en el rostro, antes de responder.

”Hmmmm… Ya veo. ¿Entonces para que necesitas que Cuatro Ojos y yo estemos como support? No vas a pelear con el ni nada...”

Carlos calló unos segundos, colocando sus manos dentro de sus bolsillos antes de seguir hablando.

”... Francamente, temo que Abe trate de manipularme. Ya sea como lo hizo Sebastian, o simplemente con su propia coerción. El es más inteligente que yo, ¿sabes..? Por eso necesito que estén ahí.. Tu y Gwen, son más listos que yo. Pueden ver a través de esa mierda. Así que necesito tener sus opiniones, cuando acabe esta… confrontación.”

Ante esa respuesta, Anton asintió con la cabeza. Alzó sus brazos, entrecruzándolos atrás de su cabeza mientras se aproximaban a la esquina en que acordaron reunirse con Gwen.
En un principio, vieron solo a la chica, que parecía estar hablando con alguien. Se acercaron a ella mientras Carlos levantaba la mano para un saludo amistoso… Pero cuando tornaron la esquina, pudieron ver al descomunal humanoide que estaba al lado de Gwen. Ambos chicos retrocedieron en shock mientras veían a la criatura, con sus respectivos gritos de sorpresa.

”¿QUE MADRES?”

”¿PERO QUE MIERDA?.”

Y por supuesto, Fenrir simplemente se sentó junto a Anton, ladeando levemente su cabeza ante esta nueva criatura, y emitiendo un simple:

“¡Woof!”

De todas las personas, creo que no me esperaba para nada que allí estuviese la señora Muriel. Una sonrisa claramente amigable apareció en mi rostro, aunque en mis interiores estaban el "oh, rayos..." ... ¿Qué? Claro, que sea un buen tipo no signifique que no existan cosas que me pongan algo incómodo, aunque no es que me moleste o sea algo malo. Simplemente me abruma, es como la abuela que nunca tuve y que seguramente me hubiese vuelto gordo de tanta comida que me hubiese dado.

Aunque bueno, sus galletas eran deliciosas. De vez en cuando tenía que pedir perdón a Dios a veces por ser un malagradecido en mis interiores, pero la sensación era algo poderosa. Más de lo que gustase admitir, claro, sin bajar en ningún momento mi fachada, todo eso me lo guardaba yo solo, ya que siempre tenía que actuar con bien. — Es verdad que es un grupo muy variopinto, pero supongo que cada uno de ellos tiene sus virtudes. Ya sea Gwen, Anton, o Gia. Ellos han pasado por cosas duras en verdad, y aunque el club sea algo atípico nos encargamos de apoyarnos en lo que se pueda aún cuando no todos sean compatibles. — El problema ya con Anton es obvio, alguien con su naturaleza está destinada a buscar el conflicto y el poder, su sed de conocimiento es muy grande. El podría llegar a ser alguien con grandes habilidades y sabiduría si pudiese manejar mucho mejor su actitud o naturaleza, tan grandes como la de Salomón. En el fondo tendré mis problemas con el, pero si no fuese como es, seguramente tuviésemos un destino grande en nuestras manos, pero los planes de Dios son inciertos en ocasiones.

Con Gwen, pues simplemente es una niña incomprendida que busca el aval de su padre, aunque claramente para obtenerlo esta haciendo cosas que desconoce. A veces el desprecio o el hecho de pasar desapercibido ante un ser querido puede crear cosas espantosas, y es lo que deseo evitar.

Y Gia... No estoy seguro con ella. Es un caso en verdad demasiado peculiar, aunque la conozco desde hace ya un tiempo, desde el accidente ha cambiado y es normal, pues perdió a un ser amado. No sabría que esperar de ella, aunque no creo que sea algo malo.

— Le agradezco la ayuda, tía Muriel. Con su permiso, feliz dia. — me fui con tranquilidad, aunque si tenía un poco de ganas de irme rápido. No me tarde mucho tiempo en llegar al club y abrir la puerta con tranquilidad. El ambiente es más distinto de día en verdad, aunque lo sigo prefiriendo de noche. Examine los lugares del salón con mi plumón en mano. Deje una botella de agua en mi asiento usual esperando por mi en la noche. Al hacer eso, simplemente me retire no luego de mover la carpeta de la entrada, la manche con mi plumón y la volví a colocar en su lugar normal. Con esto al menos comprobaré una cosa, o estaré siendo demasiado detallista, pero con estas cosas no puedo dudar.

No tenía mucho tiempo que perder, así que claramente me dirigía hacia el lugar en donde me iba a reunir con Carlos. Iba a comer algo, leer un poco y esperar por su llegada para poder hablar con tranquilidad en solitario, llegando una hora antes de lo estimado.

A cada palabra de Tracy, el corazón de Gia se aceleraba un poco más. Tracy podía ver a Kinku, estaba segura. ¿Pero con quien estaba hablando?. La muchacha giro su silla GAMER 240Hz INTEL i7 10900K 126gb ram para mirar a su compañera de cuarto. No tenía sentido, no había nadie más en esa habitación más que Gia, Tracy y el zorro. Y ahí estaba Tracy, hablándole al aire con una gran sonrisa en su rostro, diciendo cosas sin sentido. ¿Fantamas? ¿Esa podía ser la explicación?

— ¿Puedes verlo? Es Kinku... creo que yo lo hice. Quizas el libro haya tenido algo que ver. Pero Tracy... ¿Con quién hablas? ¿Quién es Lonnie?

Al oír la explicación de Gwen, además del mensaje mental que Larium envió a su cabeza, Carlos no pudo evitar sentirse a la vez impresionado y preocupado. ¿Afectar la luz lunar…? ¿Compartir pensamientos..? Estas eran facultades… Bastante poderosas. Recordando el Tulpa de Apollo, y el de Johnny que les envió, Carlos no pudo evitar pensar de que… Ahora mismo tenían seres.. reales, con facultades inhumanas, a su disposición.. Y pensando en Apollo corriendo detrás de su Tulpa.. Se dió cuenta de que por el momento, ninguno de ellos sabía cómo controlar a sus nuevos seres. Una vez más, las palabras de Abraham reverberaron en su cabeza:

“Ustedes no saben en lo que se estan metiendo”

Por su lado, Anton estaba en el mindset completamente contrario.

”¡Increible! ¿Un Tulpa tan antropomórfico? ¿Que se puede comunicar con nosotros? ¡Vaya Cuatro Ojos, sabía que eras una nerd de estas cosas, pero nunca pensé que también tendrías ese tipo de talento!” Dicho esto, no pudo evitar una sonrisa algo burlona mientras hacía otra broma a cuestas de la chica. ”Entonces este es el tipo de chico con el que sueñas, ¿Eh?”

Luego de soltar una risa corta, emocionado, Anton miró atrás a Fenrir, preguntándole:

”¿Qué tal tú, Fenrir? ¿Tienes algunas palabras que decirnos?”

Fenrir estaba sentado, rascándose la oreja con su pata trasera, deteniéndose y prestando atención a Anton con una pureza en su mirada parecida a la de un perro cualquiera. Seguido de esto, una imagen apareció en las cabezas de los 3 chicos.

En la imagen, Fenrir estaba moviendo la cola mientras le lamía la cara a Anton, quien se reía y jugueteaba con él. Seguida de esto, hubo una imagen de Fenrir mordiendo el tobillo del pantalón a Sebastian, con el chico evidentemente exasperado por la imaginaria situación.

La decepción ante las imágenes simples de la mente de Fenrir era algo evidente en la expresión de Anton, mientras Carlos suprimía una pequeña risa.

”Bueno, supongo que eres un lobo después de todo, ¿no?” Suspiró Anton, de buena manera mientras le frotaba la cabeza a Fenrir, conllevando a que moviera la cola y ladrara felizmente.

Luego de esa pequeña interacción, ambos chicos oyeron las palabras de Gwen, poniéndose más serios sobre la situación en la que estaban apunto de entrar, ambos asintiendo con la cabeza.

”Este es el plan chicos… Voy a partir primero. Esperen unos dos o tres minutos antes de aproximar el café. les enviaré una señal en sus celulares cuando esté sentado con él. Luego de eso, bueno… Solo queda ver lo que responderá.”

Dicho esto, Carlos se despidió de sus compañeros, mientras se daba vuelta, tomaba un respiro profundo, y se embarcaba hacia el café.

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Bruce McKenneth, el compañero de cuarto de Sebastian, se levantó, como todos los días, infeliz. Como todos los días, miró la cama de su compañero… El muy hijo de puta ya se había ido. Obvio. Este imbecil probablemente tenía una cita con alguna chica rica como siempre… Como odiaba a Nielsen. ¿Que tenía el que Bruce no? Y para peor, el estatus social que había logrado luego de dos años de comerse la mierda de los más populares ahora estaba por los suelos… Todo por la puta de su ex novia. ¿Que mierda importaba que la hubiera presionado para tener sexo? Es lo que una novia debería hacer, ¿no? Ya estaba harto de ser un maldito virgen, después de todo… Pero la perra estúpida tuvo que ir a reportarle a las autoridades de la escuela.. Y si no hubiera sido por su padre, probablemente lo habrían expulsado. Que importaba ahora… Después de todo, su estatus estaba arruinado. Ninguno de los chicos populares querrían juntarse con un “””acosador”””, y Dios sabía que no iba a juntarse con esos malditos frikis antisociales de mierda. Maldita sea. Todo esto era culpa de gente como Nielsen, después de todo. El no había hecho nada malo.

Se levantó de la cama, sin molestarse en ir hacia la ducha, y fue a buscar ropa para bajar a desayunar… Oh, genial. Su cajón de ropa interior estaba vacío. Pues qué más daba. Usaría la de Nielsen. El chico tenía demasiada ropa buena, después de todo. No iba a extrañar un boxer más o menos. Bruce se aproximó a los estantes de su compañero de cuarto, y sacó unos de los boxer briefs de Sebastian, poniendoselo.. Maldijo al hijo de puta por ser tan esbelto. Esta talla no le quedaba al cuerpo totalmente-sin-sobrepeso de Bruce… Pero que importaba, igual se sentían bien.

Sin embargo.. Algo llamó la atención de Bruce en el cajón.. Una fotocopia anillada… Ohhh Nielsen, perro de mierda… Bruce sonrió de manera siniestra. Un libro así, escondido entre la ropa interior de Sebastian, solo podía ser una cosa.. ¡Un colección de los Packs de chicas con las que había ligado!

Bruce agarró el libro, descuidadamente dejando caer calcetines y más ropa interior de Sebastian en el piso de su habitación. ¿Pero… Que mierda era este libro? No solo no había ningún pedazo de piel entre sus imágenes, sino que además estaba colapsado de mierdas paranormales… Y solo la mitad del texto entre sus páginas era legible. ¿Que, Sebastian era un puto friki de closet? Bruce rió cruelmente.. Ohh si jugaba bien sus cartas, tendría al hijo de puta de Nielsen bajo su pulgar…. Pero hubo algo ahí que le llamó la atención a Bruce.. El ritual para abrir el tercer ojo… El tercer ojo solo podía significar una cosa…

Que podría ver a las chicas debajo de su ropa. Bruce no tardó en guardar el libro donde Nielsen lo había dejado, y correr hacia afuera a la tienda, para conseguir los materiales de este pseudo-ritual. Si no le servía para ver debajo de la ropa de las chicas, al menos le serviría para ligar con frikis.

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Al entrar al café, el aroma familiar de granos tostados invadió las fosas nasales de Carlos. Su moreno rostro no pudo evitar esbozar una sonrisa. No importaba en qué lugar del mundo estuviera, el café siempre era un placer.

A pesar de lo ocupado que estaba el local esta mañana, con estudiantes de Worthstone y oficinistas bebiendo su bebida favorita, no le costó mucho a Carlos avistar a Abraham en una de las mesas, una con dos sofás personales mirándose el uno al otro. El chico dio un suspiro y fue a sentarse con su compañero.

Aquí vamos...

Carlos se sentó en la butaca frente a Abraham. Antes de cualquier cosa, una mesera se aproximó a él, saludándolo en español y preguntándole qué quería tomar. Esta chica, una española de unos 22, estaba en UK para estudiar, y se pagaba la vivienda y los estudios en base a su trabajo en el café. Ella y Carlos ambos se sentían bien de tener a alguien que hablara español en este país. Carlos le pidió un latte de caramelo, y la chica asintió con una sonrisa, diciéndole “Lo de siempre entonces!” y caminando hacia la cocina. Una vez que se hubo alejado, Carlos encaró a Abraham. Su expresión relajada, pero seria.

Carlos abrió el cierre de su mochila, extrayendo de esta el Grimorio y poniéndolo encima de la mesa… Sin embargo, no quitó su mano de encima de este. Su mirada fija en los ojos de Abraham, Carlos comenzó a hablar.

”... Explícame, ¿a qué te referías con que no tenemos idea en lo que estamos entrando? Abraham… Puedo ver que estás ocultando tu involucración en esto.. Estoy preocupado, por los chicos del club, y por tí. Así que… quiero que me cuentes todo.”

Los ojos de Carlos mostraban una determinación férrea.

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Anton estaba ladeado contra la muralla de la calle en que se habían reunido con Gwen. Miraba ausentemente su celular, tratando de memorizar tabulaciones de guitarra.. Cuando vió la notificación.

Fenrir jugaba con Larium, pasando entre sus piernas una y otra vez mientras el tulpa de Gwen trataba de capturarlo. Anton miró a Gwen, la intensidad de su mirada evidente detrás de sus anteojos de sol.

”Hora del show, vamos.”

— N-no soy quien para juzgarte.

Gia la miró, sonriendo y jugueteando con uno de los mechones de su cabello. Era extraño. Todo era muy extraño. Un zorro mágico había aparecido en su cuarto, aparentemente obra de ella, podía mover los objetos con la mente y su compañera de cuarto podía hablar con fantasmas. Y, extrañamente, no sentía ningún tipo de temor. Todo era demasiado natural. Sin embargo, algo que no pudo evitar notar fue el dibujo que bailaba por el aire. Podía ver claramente el retrato de Mireia Nailet y su caballo Edil, dos de los personajes más entrañables de las historias que Gia escribía. Salto de su silla y, dejando sus auriculares sobre el bloc de notas en el que planeaba sus primeros bocetos para sus próximos personajes (cada comienzo de capitulo iba acompañado por un dibujo de sus personajes). Sabía que a Tracy le gustaba dibujar, pero que incluso los dibujos de sus personajes fueran mejores que los de ella misma le sorprendía gratamente. Se puso de pie y se acercó con rapidez a la mesa de Tracy, tomando el dibujo que había visto.

— Tracy, esto es... ¡hermoso! ¡Son incluso mejores que mis dibujos!. — Los ojos de Gia brillaban de emoción. Siempre había visto fan arts de sus dibujos, pero nunca uno tan bueno, mucho menos hecho a mano. Levantó la vista del trabajo, fijando sus ojos en los de Tracy. — Ojala tuviese una ilustradora como tu ayudándome.

Antes de que llegase Carlos había pedido una taza de café sin azúcar. Me encontraba completamente concentrado en mi celular, investigando en una base de datos que me había otorgado mi padre para poder haces mis respectivas investigaciones respecto a mis estudios personales. En el internet claramente existen muchas afirmaciones, contradicciones y demás cabos sueltos respecto a estos seres... Estos "tulpas". ¿Por qué será que ese libro ha aparecido ahora, cuál es el fin de todo esto? No era de más el preocuparme conociendo a mis compañeros. Su imaginación, su inteligencia, y en algunos casos preocupantes... Su poca fe podría llevar a eso claramente en caminos oscuros, más allá de la salvación, cosa que Dios no quiera. No puedo permitirme eso, en el nombre de mi Dios, por mi fe, no puedo dejar que eso pase.

Al pasar la hora, cada vez mi preocupación era más. Mi rostro estaba sereno, pero en mi mirada reflejaba claramente mis verdaderos sentimientos. Al llegar Carlos, solté un suspiro pesado para entrar en completa calma, tenía que estar en armonía si quería que él me entendiese. Antes de siquiera saludarme, él pareció entablar una rutina con una de las camareras mientras lo miraba con una leve sonrisa pacifica, esperando que terminase. Al ver que puso el grimorio en la mesa sin soltarlo, así como por la manera en la que hablaba me hacía saber que en el fondo, él también está preocupado. Agarre mi taza de café (aprovechando que la camarera estaba allí para pedir otro) y le di un buen sorbo, mirando a Carlos a los ojos sin quitarle la mirada ni un segundo, como si lo estuviera analizando, pero más allá de lo normal, con un brillo peculiar.

— Primero que nada, Carlos, buenos días. — Dije, sin mala intención alguna. — Te agradezco que hallas venido tal cual y te lo he pedido. Comprendo completamente tu preocupación, tanto por los demás como por mí, pero por favor, no temas. Al igual que tú comparto tus sentimientos, no hay necesidad de estar tan tensos por ahora, al final, no es como que fuésemos enemigos, muy al contrario. — mire con curiosidad ese libro, analizando su portada. No había tenido mayores oportunidades de apreciarlo bien después de que me retirara. — Mira, Carlos. Te sere sincero, estudiar el mundo sobrenatural en verdad es algo de mucho cuidado, algo que no puedes hacer sin años de preparación mental, incluso física. Eso que hicieron ustedes fue un grave error, pero claramente no pude detenerlos. No pensé que ese libro en verdad fuese a funcionar... Y eso es un peso que tendré que cargar, independientemente de la manera en la que se desarrollen las cosas. Escúchame, pues de todos, a pesar de llevarte con Anton, tienes una fe cuanto menos interesante, lo puedo ver. —  

Mi rostro ahora estaba mucho más serio, mi mirada seguía fija en Carlos casi con la misma determinación que él estaba intentando emanar. — Un Tulpa. La materialización de un concepto dentro de nuestra mente, con habilidades de interferir en el plano terrestre. ¿Ya viste el tuyo, Carlos? — le pregunte por un segundo, esperando su reacción. — ... ¿Sabes que puede suceder con los demás si no controlan de esos seres? Si ya han aparecido, por ahora los tienen en su control. Pero con el tiempo, ganarán independencia. Una mayor consciencia. Pueden convertirse en muchas cosas... Desde un rayo de esperanza, hasta el color más oscuro de la desesperación. No soy consciente todavía de como podrían desarrollarse, cuál es su verdadera fuerza, o como combatirlos. — Agarre mi taza nuevamente, dando otro sorbo, como si siguiese hipnotizado en la mirada de Carlos mientras mis ojos brillan de manera leve y extraña.

— Yo tambien temo por los demás. Independientemente de nuestras relaciones personales, no puedo permitirme quedarme de brazos cruzados, y te necesito. Tú. Tú que estás cerca de quienes están sin luz en busca de poder y conocimiento, aun asi implique lo prohibido, tú puedes marcar la diferencia en la salvación de sus almas. Es verdad que no te he contado en al completo como sé tanto de esto, pero todo será a su momento, Carlos. Te he llamado a ti solo porque en verdad eres el único que puede hacerlo. Dime, ¿Puedo confiar en ti, como un Hermano, como otro hijo de Dios, con el fin de poder evitar el desastre que se avecina? Jamas en la vida se ha registrado un libro así, mucho menos que varias personas realicen el ritual y obtengan Tulpas, y así como lo hicieron ustedes... Quien sabe cuantos más. Necesito tu ayuda, Carlos. ¿Estás dispuesto a ayudarme? Quiero saber desde lo más profundo de tu corazón, con Dios de testigo entre nosotros, que es lo que piensas, Carlos. Déjame ver la verdad de tu alma y tu mente.