Adolescencia Fluorescente [Priv. Roseliz]

Rol Privado, exportado de los Foros Monotemáticos, Creo que es obvio como funciona.

Nombre: Julian Céfiro
Edad: 18
Físico:

Físico:

Off: Espero a mi maestra...

Nombre: Amelia Rivera
Edad: 19
Físico:

Amelia :

On:
Luego de una larga caminata,lelgué al lugar en el que me reuniría con mi "alumno" espero que no haga ningpun comentario sobre mi corta edad para ser maestra...todos lo hacen
Amelia: Hmmmmm,tu debes de ser Julio...encantada, soy Amelia Rivera,tu maestra

Estaba sentado con las manos sobre el taburete que hacía de esta habitación una Aula, había un pizarrón, paredes celestes que pronto se teñirían de Rojo con la llegada de mi "maestra". La miré de arriba abajo, con una garra puesta en el labio.

Julian: Se pronuncia Julian, con "Y" Griega, "Yulian"... Espera... ¿Me estas diciendo que tu eres mi maestra? -Rió alto- Esperaba a alguien sin el pelo sangrado.*

Luego de la referencia al color de su pelo aplaudí levemente en una sonrisa.

Off:
*: Se refiere a "Pelo Sangrado" por su color de pelo, Rojo; como la sangre.

Luego del pequeño alago que me hizo reaccionó con un fuerte golpe en el taburete, Antes de eso, un concursito de miradas para definir quien era el mas firme, y sin duda lo miré con una sonrisa burlona, típico de mi.

Julian: Claro que quedó claro, Maestra -Levanté la mano como si tuviera una duda- Solo dígame, ¿Que planea enseñarme? Usted no es la primera que mandan a darme clases de lo que sea... o me va a enseñar a hacer... ESTO.

Mi cuerpo se disolvió como si de agua se tratara y poco a poco se notaba que se juntaba a un lado, un charco de color carmesí. Volvió a formarse desde la mas mínima gota, desde la cabeza hacia los pies a un lado del taburete y apoyé mi brazo derecho sobre este.

Julian: Oh, Querida maestra... Si usted ha venido a enseñarme modales está muy mal ¿Y si nos presentamos?

Reí y me tiré sobre el taburete sin desviar la mirada con ella.

Julian: Ya le he dicho mi nombre... Soy Julian Céfiro. Y como acaba de comprobar, no, no soy tal ves lo que usted creía... ¿Y si usted se presenta?

Extendí la mano derecha hacia ella, las garras bien afiladas reflejaban la luz proveniente de la ventana.

Retiré la mano y y paré en frente de ella, pues su propuesta me parecía llamativa, y estaba claro quien ganaría... No había que rebuscar mucho.

Di medio giro frente a la silla y Taburete y con un pié los empujé hasta la pared de un solo pulso. Su choque contra la pared fue seguido y mi segunda media vuelta para dar tres pasos hacia atrás de mi maestra.

Hice una pequeña reverencia a modo de saludo y crucé los brazos para pronunciar provocativas palabras.

Julian: Anda, Usted empiece, cabello sangrado, Las damas estrictas primero.

Si bien mi expresión era bastante provocativa, estaba serio, y esperaba si primer golpe para comenzar esta pequeña pelea entre Alumno y Maestra, se veía bastante entretenido.

Desenfundó su espada y olvidé la sonrisa por un momento, solo para que su golpe fuera certero y se insertara la espada en el centro de mi pecho, siendo así, simulé me había herido gravemente, sin decir ninguna palabra ni una expresión. Relajé los brazos y cuerpo y dejé caer mi peso sobre la espada.

Si se confiaba lo suficiente ( o no) tomaría iniciativa y caminaría hacia adelante, hundiendo mas y mas el filo de la espada en mi pecho, no sentía nada, tampoco sangraba, pero el tiempo corría y me apresuré, apra, al llegar cerca del mano, agarrarla de un hombro y disolverme una vez mas.

Me reformé tomando su brazo y hombro con seguridad, miraba hacia donde ella miraba. Debía tener cuidado, podría reaccionar fuerte y en menos de un lapso de 10 segundos era vulnerable, luego de hacer eso, pasados esos 10 segundos, podría volver a disolverme o incluso dejarme perforar sin recibir daño.

Miré hacia su cuello

Julian: Maestra... usted tiene un cuello tan... Bello... ¿Me dejaría besarlo... o mejor aún... Morderlo?

Su sorprendente velocidad llamó mi atención lo suficiente para lograr posicionarse detrás mio y dejarme a un punto crítico. Por mi parte solo contaba, ya iba por el siete y continuaba hasta el diez, en espera hasta que tuviera la posibilidad de contraatacar.

En verdad, un movimiento muy astuto, pero había que tener en cuenta que el tiempo estaba a mi favor.

Pues, por eso habían traído una maestra tan bella como ella  a enseñarme algo asombroso: El Arte del combate.
Sin duda era una profesora excelente en ese sentido, pero no dejaba de ser eso, otra maestra mas.

La cuenta se acercaba y levantaba los brazos, hacia arriba, por el lado exterior del filo de la espada, dejándola entre mi cuello y codos.
Cercanía de mis garras a su cabeza, solo para acercar la mía a la suya, justo mis labios a su mejilla. Acción de típico adolescente, me encantaba.

Cerca de darle un beso en la mejilla me disolví otra vez, algunos rastros de sangre se encontraban empapados en su ropa, y para reformarme fueron de extrema ayuda, pues dejaron formarme con los brazos en su abdomen y en el cuello, con las garras afiladas cercanas a su piel, todo el cuerpo restante en su espalda.

Tenía tantas ganas de morderla, un cuello exquisito, de una maestra exquisita, ¡Imaginar el resultado! Una excelente maestra, y además de eso, vampiresa.

Julian: Tan solo una mordida, maestra... Le prometo que no le dolerá.

Reí bajo, para que solo ella me escuchara, y lentamente exigía fuerza en mis garras, para intentar moverlas cual rastrillo , rasgar su piel Y seguir contando hasta diez.

La solté en cuanto suspiró y habló. No hice mas que escucharla y ver como extendía su mano y dándome su nombre... Si mal no recordaba ya me lo había dicho, pero era muy posible que no la hubiera escuchado, pues, era muy común que estuviera mi mente por las nubes.

Saludar con las garras puestas era incómodo de seguro, y no tardaría en molestar, así que opté por hacer algo que hace mucho tiempo no hacía, quitármelas.

Así fue, un pequeño tiempo de quitarme esas extensiones de hierro y dejarlas caer al piso, como herramientas, y con la mano derecha, tomar la suya con fuerza.

Julian: Pues venga, enséñeme todo lo que usted quiera, soy un libro abierto.

Su comentario me interesó, me senté sin soltar su mano y le hice una seña con la mano opuesta de que también se sentara.

Debía hacer que esta clase se extendiera, pues, tenía que ver si era otra maestra mas o una que valiera la pena, debía averiguar si no solo era una cara bonita después de todo.
Mi mente trabajó hasta que obtuvo la respuesta.

Julian: Dígame... Maestra... -Suspiré y bajé la mirada, como si tuviera cierta vergüenza - ¿Le apetecería bailar conmigo? Después de todo, es parte de coordinación y por consiguiente, del combate.

Me levanté , busqué su mano opuesta y la tomé de ella.
Tiré de ella para que estuviera a una altura suficiente para poder estar cómodos ambos. Aparté las garras a un lado, como lo hice con el taburete y la silla.

Julian: Pues, usted será el hombre y yo la mujer, ¿Le parece? Por mas que suene raro.

La terminología de la Danza era simple con respecto a lo que había dicho, El hombre guiaba, y la mujer seguía eso para obtener la armonía.

Enarqué una ceja...y luego me encogí de hombros...si era lo que el quería,está bien para mi.
Comcencé a tararear bajito los compases de un valz...de mi favorito,en realidad...y,tomando de las manos a mi "compañero" inicié la danza con movimientos lentos y suaves
Off: Posteo desde mi celuuu

Seguía sus pasos, siempre hacia atrás y lentos, en un momento se ve que hice un paso en falso y me tropecé, provocando una caída inminente, No me preocupé por el golpe, pues fue solo eso, un golpe, no era nada que yo no hubiera pasado.

Traté de reincorporarme usando las manos, fue una vieja experiencia que había olvidado, el usar las manos sin las garras, Tomé su mano en cuanto pude para tratar de levantarme, pero se ve que estaba desprevenida y la habré tirado al suelo sin esperarlo.

¡Qué vergüenza! Reí de tal manera que se escuchara en la habitación, dejé el intento de levantarme y relajé el cuerpo en el suelo. Miraba el techo y de reojo a mi maestra, se la veía bastante agradable en el baile, pues, no cometía ningún error, el único que lo cometía era yo.

Julian: Baila bastante bien, maestra.

Puse manos detrás de la cabeza y crucé las piernas, tal ves hacer ejercicio no estaría mal, algunas abdominales nunca caen mal... Pero no, debía ser algo mas controlado en estos momentos, ya que la maestra al ser mujer, podría ser mas Delicada (O tal ves no) y el ser algo rudo podría romper lo que se estaba convirtiendo lentamente en una amistad.

Me gustó el cumplido, eso de ser "curioso" me encantaba esa palabra, era tan... bueno, sin palabras.

Tuve esa pequeña sensación de querer liberarme ante ella, era algo que nunca hice, con nadie, pues siempre tenía ese típico "miedo" a que me dañaran ( Y yo los dañara mas a ellos... físicamente).

Julian: Curioso... ¿Eh? Pues... recuéstese en el piso, libérese, no se sienta limitada conmigo.

Traté de reincorporarme para no dejarla sentada sola, sin embargo la fatiga podía mas que yo. No tardé en darme cuenta de que era simplemente falta de voluntad y esfuerzo, y para eso separé las piernas y me reincorporé lo mas rápido que pude, sentado de piernas cruzadas la mire de reojo y poco después apoyaría el codo en la rodilla derecha y la mandíbula en los nudillos simulando al "mirón".

¿Qué hacer ahora? No se podía hacer mucho, ya que la clase en teoría había terminado con esa pequeña pelea de nada. ¿Enseñara alguna otra cosa? No sería una mala idea preguntarle. Aspiré aire profundo y abrí la boca con la incógnita.

Julian: Maestra, ¿Usted enseña algo mas aparte del combate?