En el ojo de la tormenta

Solo observaba esa gran masacre que se hizo el Orco, aunque esos de la Mano Negra son astutos, no se arriesgan y mandan a otros a hacer su trabajo, ¿sera que solo estaban probando nuestras fuerzas? no lo creo, pero es una posibilidad...
Da igual.
-Buenas noches.
Dije cuando me fui a dormir, para despertar muy temprano, debo de ir a los barrios abandonados, a la zona mas pobre de la ciudad, quizas alli descubra algo mas.

Había dormido plácidamente, como hace tiempo no lo hacía. Un inusual calor me despertó. No era un calor insoportable, pero no era propio de Nártidan. ¿A tal nivel había afectado esta invasión que la nieve había desaparecido?. Así lo corroboré, mirando por la ventana. Me preparé a corridas y salí afuera, sin saludar siquiera a Elrohir que acababa de entrar por la puerta, quien seguramente no había pegado un ojo en toda la noche. Miré la tierra, descubierta, de un color, irónicamente, tierra.

- ¿Q-qué demonios?.

Al parecer no logre conseguir nada, que desgracia, pero al menos ya castigue a unos ladrones y hice una buena obra, lo malo es que ese dinero no les servira de nada para lo que se avecina, al menos quizas si son inteligentes, al igual que los ladrones, empezaran a irse de este maldito lugar.
Pero me molesta este calor, esto es completamente extraño, y si mi sentido no se equivoca, algo poderoso se acerca, algo muy malo.
Me acerque a Mireia, y le dije seriamente:
-Desde este momento mantente alerta, sea lo que sea, algo muy malo se acerca.
Dije mientras observaba mis alrededores, aumentando mis sentidos ya sea de oido, vista y olfato, tengo que estar lo mas preparado.
Un escalofrio recorrio mi cuerpo, se acerca.
-Se esta acercando.
Dije rapidamente y sali afuera, intentando ubicar el responsable de esto, es un espiritu seguramente, pero, para hacer esto, es muy poderoso, esto sera... ¿interesante? veamos que sera.

Iba a hablar, pero una conocida voz se me adelantó. Nitry, que llegaba acompañada de un basto ejercito de 500.000 hombres, tomó una de las flechas de mi carcajal y la cargó en su arco, para luego tensarla.

- Dile esto a Sithis de mi parte: ¡Púdrete en el inframundo, pues los guerreros de Dracarys están con el pueblo de Valenhall y de toda Nártidan!

Disparó la flecha, en dirección al putrefacto rostro. A sus palabras, los soldados que lideraba la pequeña híbrida vitorearon su nombre.

- Ya haz hecho suficiente, Nitry. Solo ordena un ataqué si yo te lo ordeno primero.

Nitry no respondió, solo me miró, seria. Sabía que se sentía mal, y seguramente aquellas personas hubiesen muerto en cuestión de días, pero había sido un error que si no cometía ella, lo cometería yo.

- Ven por mi, pregonero.

Me enfurecí al ver como Elrohir estaba siendo destrozado. Comencé a correr a una velocidad un poco mayor a lo que acostumbraba. No era normal que yo utilizara la velocidad que habíamos heredado de los Alvan que, a pesar de no ser tan magnífica como la suya, era digna de un aplauso. Ya había recortado la mitad del camino cuando, con mis dos manos al frente, pronuncie unas palabras incomprensibles para cualquiera de los presentes. Un potente halo de luz blanca, energía purificadora en su máxima expresión, salió de la palma de mis manos, impactando directamente contra Erwin.

- ¡Vuelve al descanso eterno, Erwin, hijo de Darius!.

Lo que faltaba, aunque no es lo que me esperaba, al parecer Valenhall tendra problemas graves en 3 dias, que mal, me sorprendio ver a Nitry; al parecer Mireia la invoco, era de esperarse, yo solo me mantuve al margen, ese acto fue algo tonto a mi parecer, pero que se le hara con esa... "¿chica?" oh no...
-Vaya Nitry, bien hecho.
Dije como regaño, mientras observaba como el elfo era golpeado brutalmente, ya veo, este tipo tiene fuerza sobrehumana y agilidad tambien; ese es un problema, pero mientras observo como Mireia estaba atacandolo con magia blanca pura, aprovecho.
-Danza de la Sombra.
Varias copias hechas de sombras empezaron a ir tras de Darius, ninguna le iba a hacer daño claramente, excepto una de ellas, pero este no era un daño normal, era un relampago oscuro; su efecto era dañino, atravesaba su alma, y le afectaba enormemente a su poder, debilitandolo y posiblemente extinguiendo su alma si no resistia ese ataque bien, ese ataque aparecio un segundo despues de que el ataque de Mireia tocara al espectro, estara debil ante ese ataque, debo de aprovechar.
-Adios.
Una vez hice ese ataque, de un salto retrocedi una gran distancia usando magia negra en mis piernas para impulsarme lejos, por si lo soporta y me intenta contra-atacar.

No perdí tiempo en alegrarme por la victoria. Hice levitar el cuerpo de Ashtar hasta el de Elrohir y corrí hacia ellos. Sin siquiera frenar mi carrera correctamente, me arrodillé, "derrapando". Puse mi mano, cuidadosamente, en el pecho de cada uno y, mientras evaluaba el estado de cada uno, vertía en sus cuerpos calmantes que primero calmarían sus dolores, o al menos la gran mayoría. Una vez que decidí haber suministrado la cantidad de anestésicos apropiados comencé a curar sus heridas.
No supe cuanto tiempo estuve ahí arrodillada, pues el cielo oscuro no daba ninguna referencia. Solo supe que, al terminar, estaba muy cansada. Había sanado todas las heridas importantes, por lo demás su sistema inmunológico se encargaría. No podrían pararse por unos cuantos schulz, pero la energía que había quedado circulando por sus cuerpos se encargaría de terminar de sanar las heridas mayores. Por supuesto, la que había suministrado al cuerpo de Ashtar había sido tratada con tal cuidado de modo que no ocurriría nada si entraba en contacto con la propia energía oscura.
Agotada, pero satisfecha por mi trabajo, me acerqué a la multitud, que me miraba, mientras que una minoría lloraba a sus muertos. Los miré, sería, pero demostrando verdadero sentimiento y bondad en mis palabras.

- Habitantes de Valenhall, no es mi intención asustarlos, pero a partir de ahora las cosas no serán como antes. Primero, quiero disculparme por las acciones de mi compañera, pues hemos perdido vidas inocentes. Pero, que quede claro, que Valenhall no es un lugar seguro. Pronto llegarán nuestras fuerzas, y daremos la vida por proteger a Nártidan y a su gente. Lo único que les pido es que confíen en nosotros, y que nos de todo su apoyo.

-Que molestia, ¿uno no puede descansar? de todos modos, ya estoy mejor.
Dije mientras me levantaba, empezaba a estirar cada parte de mi cuerpo, se podian escuchar muchos crujidos fuertes, hasta despues de unos segundos, estar como nuevo, eso dolio mucho, es un dolor que no quiero volver a experimentar nunca otra vez en mi vida, estupido espectro, tendre mas cuidado a la proxima, a mi cuerpo le cuesta olvidar un poco el recuerdo de esa tortura, ¿esto es lo que sienten los demas cuando yo los torturo? que genial.
Sali tranquilamente, cuando observe que habia una niebla extraña, pero esa niebla la reconozco, "la muerte blanca", pero no parece como alguna otra que haya visto... esta parece... ¿diferente? eso no es bueno, y temo lo peor...
Me acerque, y empeze con mi mano derecha a crear esferas de absorcion, que absorveran la niebla, o al menos algo de ella, y la transformaran en energia oscura, pero explotaran a los minutos, mientras me mantengo alejado de la niebla en si.
Brennian...

Hice una seña con la mano a los medio-dragón luego de su ataque. Dudosos, aceptaron mi orden y bajaron sus armas. Los miré, seria.

- El está con nosotros, no es un enemigo.

Me acerqué un poco al espíritu, demostrando que realmente estaba de nuestro lado. Los medio-dragón hicieron una señal en modo de disculpa y siguieron observando, ahora curiosos. Nitry, que no había intentado atacar, me miró, pero negué con la cabeza.

- Si quiere acompañarnos... disculpe, no se su nombre. Por favor, sígame.

Comencé a guiarlo dentro del cuartel de defensa civil, hasta una habitación que había sido designada especialmente para las reuniones militares. Esperé que llegaran todos para hablar.

- Díganos todo lo que sabe, por favor.

¿Este espectro otra vez? si regreso es por algo, suerte que salio este espiritu y no otro corrupto, al menos este nos quiere ayudar.
Yo solamente seguia en silencio al espectro en silencio, ¿que quiere decirnos?

Ya estando los cincos a solas con el espiritu, el ente con un leve movimiento de mano verificó que no haya nadie escondido con magia u otro artilugios. Todos se manteían callados, atentos a lo que diría el mensajero de la Parca.

- Bueno, comencemos. Durante estos dos días he viajado por todo el mundo. Hable con muertos, con vivos y con seres que no entran en ninguna de estas categorias. Con esas platicas me enteré de que el Muro fue derrumbada y ahora toda una horda de orcos vendran junto con los no-muertos para invadirlos y matarlos.
Descubrí más o menos la ubicación del portal al Inframundo. Esta en una pequeña localidad de Gro-Igron llamada Losuakkar que esta muy cerca de la frontera con Nártidan. Esta muy bien custodiada. No pude estar mucho tiempo cerca del portal, la oscuridad que emana de ella me puede contaminar por completo.


Hizó una pequeña pausa. Recordó a varios de sus pares pudriendose por la oscuridad.

- Alduin, el devorador de mundo, la muerte alada se liberó de su prisión en el reino de los muertos. Lo más seguro es que busque venganza contra su hermano, Dracarys. Aparte, he visto una legion completa de enanos salir de la difunta Belegost. Tenían armas peculiares y golems de hierro. También vi a los elfos oscuros de Faerùn dirgirse para acá con el estandarte de la Mano Negra. ¿Sus primos también vendran a luchar, no? - Dijo, dirigendose a Elrohir-

Volvió a hacer otra pausa y miró a Mireia con sus inexistentes ojos.

- Freylea esta siendo atacada desde ayer con gás y fuego demoniaco...dudo que puedan resistir por mucho más tiempo. Por otro lado, se aproxima el Ejército Real, la Casa Nailet y gremialistas leales al rey, comandados por el Archimago Vanus Galerion. Además, el ejército elfico de Cohal junto con su rey vendran para aca. Otra faccion que vienen a su ayuda son las  tropas de la gélida y no tan agradable isla de Ventalia, liderados por su gobernadora y emperatriz de Gristol, Elizabeth Kaldwin. También  se suman las fuerzas mercenarias de Lord Jastor Gallywix, Senescal de Kaer Maga, y la milicia Etheita junto con los Alarion y los toscos enanos de Forjarraz.  

El espectro se dirigió a Asthar y Glover a la vez.

- Tengo la mala noticia de informarles que su Majestad, Lowell IX de la honorable Casa Mortherius fue asesinado ayer. El autor del magnicio fue un camaleon, un sucio alquimista de los Banefort, contratado por la Mano Negra para que maté al rey de Etheit con tu aspecto, Asthar. La poderosa formula anhelada hace muchos siglos por los Banefort lo encontraron meses atras agentes de la Mano Negra y se la dieron a la familia de los camaleones. El asesino esta aquí, en Valenhall, trabajando para su siguiente misión. Gran parte de tu familia sabe la verdad pero los Mallory y otras muchas casas enemigas alimentan la mentira.
Bueno, creo que ya hice mi trabajo. Cuando me necesiten toquen la armónica que les dí. Hasta luego.

Sin más que decir, el espectro desaparecio.  

Solo pude lanzar una pequeña risa, ¿tan bajo a caido la Mano Negra para intentar imitarme? es gracioso, muy muy gracioso; pero si ese Camaleon esta aqui... si me separo de ellos, podra unirse a ellos y intentar destruirlos por dentro, cosa que no es bueno, pero tengo una idea.
-Malditos Banefort, mis condolencias al Rey, pero tengo otras cosas por las que ocuparme, escuchenme bien.
Mi mirada estaba seria, y al parece enojada.
-Lo que mas odio en el mundo son las imitaciones, y al parecer tengo a una imitacion muy buena que esta en este lugar... me separare de su grupo, y no volvere, si mi plan sale como espero, el clon vendra con ustedes a destruirlos por dentro, y en ese caso ustedes deberan matarlo, a no ser que les diga la clave, ¿y saben cual es? dije intentando molestarlos.
-Orsten.
Dije enseñando mi mano derecha que ahora posee un tatuaje, dudo que el imitador pueda copiar eso, asi que si no tengo esa marca, ya sabran quien es.
Sali afuera del cuartel, y empeze a observar mis alrededores, ogros, no muertos, enanos, golems, e incluso Alduin, esto sera una masacre...
Pero bueno, veamos que tal, me diriji hacia los barrios oscuros otra vez, a ver que puedo averiguar.

No tuve tiempo para preocuparme por la ida de Ashtar. Pensé en mi niña por unos segundos, pero deje de preocuparme cuando supe que estaría a cargo de mi primo, y sabía que no permitiría que le pasara nada y que la mantendría a salvo, en un lugar seguro. Me alegraba que estuviesen en camino, la guerra se avecinaba y teníamos que unir nuestras fuerzas lo más pronto posible.

- Supongo que... voy a necesitar algo más que mi arco.

Elrohir entendió perfectamente lo que iba a suceder a continuación, por lo que cerró los ojos, con una sonrisa en la cara. Puse mi mano a la altura de mi cintura, para que luego una luz potentemente enceguecedora iluminara la habitación por completo. Sentí un ligero peso y posé mi mano sobre el mango de Misdent. Era una espada famosa y codiciada, más de uno daría su vida por tocarla unos instantes.

- ¿Nos ayudarás esta vez, pequeña?

Me quedé pensando ahora en lo del imitador. Si había podido imitar a Ashtar, ¿Por qué no a mi o a cualquiera de nosotros?. No di explicaciones, tan solo salí a la calle. No era el momento preciso como para que tiraran mi imagen abajo.

Que demonios...
Simplemente saque una sonrisa, asi que ahora copia a Mireia, que malnacido... ahora estoy enojado, asi que no tendre piedad, ¿lo torturo? por supuesto.
Levantando la mano invoque una lanza oscura, parecia muy pesada y filosa; esta rapidamente ignorando a Mireia alzo vuelo hacia el impostor, clavandolo en su estomago y atravesandole, para rapidamente dar la vuelta y empezar a hacerlo una y otra y otra vez.