En el ojo de la tormenta

- Tu no eres un dios.

Intentaba pisar a todos los escorpiones que se me acercaban, tomándome la muñeca lastimada. Miré a la figura con odio, ganas de clavarle mi florete en el cuello no me sobraban.

- Si quieres que adivinemos, entonces danos pistas. Podrías ser cualquier persona, las posibilidades son demasiado grandes. Más del 5% de los magos de todo el continente puede llegar a tener la capacidad de crear un plano astral a pesar de no obtener los resultados de uno creado por un dios.

Mireia sonrió, mirando a uno de los escorpiones que había pisado, que se sacudía como podía. Con ayuda de mi florete bloqueé el primer ataque y ensarté al no muerto. Esquivando y "matando" a dos más, como podía, hablé.

- ¿Hasta cuando seguirás con esta tontería, Darius Brennian?. Hay una guerra que se aproxima, al menos, si tu intención y la de los tuyos es hacernos caer, deja que lo hagamos de la forma que consideremos preferible. Deja de retenernos aquí, hombre, los vivos aún tenemos cosas que hacer.

- Tu conociste a Evanna Nailet, la maga blanca más famosa y poderosa que haya pisado Nártidan, el continente y el mundo en general. Ella nunca confió en ti, pasaste muchos años bajo su ojo de águila que nunca dejó de sospechar del tan famoso como macabro Darius Brennian. Nunca pudiste engañarla, y mucho menos ganarte su confianza, ella supo desde un principio que, tarde o temprano, terminarías traicionando a Crow. Fue una pena que ella no te hubiese matado. Entonces... ¿Qué es lo que quieres de nosotros, si puede saberse?.

Yo solo pasaba en silencio casi sin moverme a no ser que el me atacara, evadiendo todo lo que venga hacia mi, un plano Astral, un no-muerto, escorpiones dorados, y luego los corsarios, ya se quien es, pero al parecer no logre decirlo a tiempo, tiempo de no verte, Darius.
Solte una pequeña risa, cuando observe a Darius, y le dije:
-Vaya que te has tomado tu tiempo en no dirigirme la palabra, ¿no? admito que me divertia con las cosas que me contabas, intentando convertirme en alguien de la Mano Negra, pero bueno... Hice un rostro de decepcion, cuando prosegui:
-Me enseñaste mucho, y te lo agradezco, pero no entiendo a que se debe que vengas a hablar con nosotros, y intentar recordar a Zalek, que por cierto, una vez el sepa que estas vivo, no creo que vaya a estar muy feliz, ¿no crees? dije cuando lance una risa alta, y segui:
-Zalek Alarion... no me gusta su ideologia, pero aun asi lo admiro, consiguio un poder inigualable gracias a ti, y supongo que te lo agradece... aun asi, ¿estas seguro que tienes la victoria asegurada, Darius Brennian? el peor error que puede cometer alguien en una pelea es pensar que tiene la victoria asegurada, este mundo esta lleno de sorpresas.
Dije, con una sonrisa en mi rostro, cuando para finalizar dije seriamente:
-Le mandare saludos de tu parte a Zalek.

-¿Mi madre? claro que le mandare saludos, ¿no quieres tambien mandarle una carta o flores? no tengo problema.
¿En serio cree que me provocara? lo que hagan mis familiares a mi me tiene sin cuidado, es su vida y su cuerpo, no me jodan, solo estaba al parecer sonriendo ante esas provocaciones a punto de reirme.
-En estos dias no puedes confiar ni en los animales que ya andan esparciendo rumores falsos, que tristeza, que te responda alguien mas.
Dije con una sonrisa.

Miré a mi alrededor, algo molesta. Respiré hondo y suspiré, mordiéndome el labio.

- No son tus asuntos, Brennian. Mete tu putrefacta nariz en el culo de Sithis, nosotros tenemos cosas que hacer. Será mej-... ¿Qué demonios?.

El florete comenzó a iluminarse y calentarse de golpe. No había alcanzado a quemarme, pero cada vez se ponía más caliente. El lugar comenzó a temblar, y destellos blancos comenzaron a generarse dentro de la Hacienda Nailet. Una voz retumbó en la habitación. Era una voz femenina, que iba acompañada de un eco duradero.

- Darius Brennian... ¿Haz sido tu quien ha osado alterar mi florete?. ¿Haz sido tu quien ha osado a agredir a una de mis guardianas en esta inmundicia de plano astral?.

Dentro de la casa comenzó un viento terrible, que abrió las puertas y las ventanas de par en par. Misdent, con su poder divino, había comenzado a alterar el plano astral. Darius acababa de cometer un gran error, y ese era haber realizo un acto "injusto" frente a tres indefensos magos. Una de las características de Misdent más ignoradas siempre había sido el incremento de poder ante cualquier injusticia que la diosa presenciara. El dolor que sentíamos ceso, y fue transmitido inmediatamente hacia Darius, mucho más potente de como lo habíamos recibido. De pronto se escucharon truenos y comenzó a llover torrencialmente. Un rayo, que inesperadamente no afectó los magos, ingreso por la puerta principal y dio de lleno al pecho del Brenniar.

- La injusticia que haz cometido me da todo el derecho a castigarte, Darius Brennian, ya sea aquí o en cualquier otro lugar. Libera a los magos, ahora mismo.

Miraba seriamente a Darius, al parecer no era tiempo de bromas, pero mas que una mirada seria sin darme cuenta parecia una mirada asesina, que lo observaba directamente a los ojos.
-¿Que necesitas saber? nosotros con Arkay no tenemos nada que ver, a lo mas conocimos a uno de sus subditos, de alli no es nada nuestro.
Dije con una voz grave y seria.

A Darius le encantó la mirada de Asthar, le traía bellos recuerdos de cuando el Alarion era apenas un pequeño crío y él lo visitaba en los sueños.

- El nombre del mensajero de la Muerte es Szorantar Aleanduis. Fue un rey de Faerún en la Primera Era, asesinado por el fundador de Cohal. Se le otorgo un lugar entre las fuerzas de Arkay por su astucia y su poder. Consideren esa información un regalo mío, muchacho. Arkay no es alguien en que confiar ¿Por qué creen que los Cincos Grandes limitaron su poder sobre los vivos?  Para él, todos los mortales son pedazos de carne y hueso a quien esclavizar. Para bien o para mal, tiene mucha similitudes con Sithis con respecto a su pensamiento.

El no-muerto hizó que volvieran todos al oscuro y lugúbre escenario original.

- Sithis solo quiere su mundo para crear caos y destrucción, no tiene ninguna ganas de gobernar como un emperador supremo, como haría yo si estuviese en su posición. Esto es una guerra innecesaria que un dios demente inicia por su inestable naturaleza. Por eso mismo, yo, Klaus, Arthas, Tirion y Uther queremos derrocarlo...por esa razon les digo que entre sus filas  hay traidores, muchos traidores.

Lance una sonora carcajada, se notaba en mi rostro que estaba disfrutando ese momento, y es cierto, muchas cosas estan pasando por mi mente en este momento, Arkay debilitado, Darius practicamente nos esta reclutando, Sithis, no puedo evitar reirme...
Pero... lo que voy a hacer tendra demasiadas consecuencias, pero si es por los demas... por la humanidad... me convertire en un villano.
-Ju juu, vaya forma de intentar reclutarnos, ufff, me has dejado impactado. Dije con una sonrisa, mientras empezaba a caminar al lado de el, hasta estar cerca, y con una sonrisa decirle:
-Darius Brennian, yo respondo a tu llamado, ahora estoy de tu lado.
Dije con una clara sonrisa de satisfaccion en mi rostro, ahora no hay vuelta atras, mi plan esta en marcha, perdon chicos, pero el destino de la humanidad esta en juego, ¿saben?
-Lo siento. Dije con un rostro serio mirando a los demas.

Miré a Ashtar, y no podía creer lo que estaba haciendo. Di un paso hacia atrás.

- Desde que te vi dentro de aquel templo supe que no eras más que basura. Que el invierno te tenga piedad, Ashtar Alarion... cobarde imbécil. Sácame de aquí, Misdent.

Darius estaba más contento que nunca. Colocó su mano en el hombro de Asthar y ambos desaparecieron sin dejar rastro. El plano astral temblabla violentamente, se colapsaba por la ausencia del arquitecto. Mireia volvió a su cuerpo con ayuda de Misdent, Glover tuvo que utilizar la runa de liberación para irse del lugar.  Ambos despertaron en unas camillas de la enfermería del cuartel general. Delante de ellos estaba parado Galerion, sorprendido y a la vez preocupado.

- Sé que estuvieron en un plano astral, entraron los tres en un profundo estado catatonico. Se lesionaron, vomitaron sangre, el cuerpo de Asthar se desvaneció. ¿Qué pasò?

- Darius Brennian es lo que pasò. Entramos en su dimensión. Nos interrogo, jugó con nosotros y el canalla de Asthar nos traicionó a todos...cuando tenga la oportunidad, lo hare sufrir y lo disfrutare como nunca.

- Eso es mi culpa, tuve que haber entrado a ese plano astral en el momento que sus mentes abandonaron este mundo. No lo hice porque era peligroso entrar a una dimensión desconocida, muchisimo más si desconoces quien es su arquitecto. Es frustrante perder casi todo un dia en esto.

- ¿Cómo que casi todo un día?

- Son las 2 y media schulz de la tarde...del día siguiente. La noción del tiempo dentro de un plano astral siempre depende del arquitecto. Puede hacer que un minuto en nuestro mundo se sienta como si pasase 100 años en el suyo o viceversa.

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Ashtar despierta en el duro suelo de un refugio subterraneo de alguna parte de Gro-Igron. A su lado esta Darius que lo ayuda a levantarse. Las paredes del refugio tenía tallado cientos de runas que evitaba ser detectados por cualquier tipo de hechizo o magia. A pocos metros de ellos dos, se encontraba Klaus Schreiber, el no-muerto que anteriormente visitó Valenhall. Observaba con extrañeza al mago negro y lo inspeccionaba con unos ojos opacos y muy agusanados.

- Él es uno de ellos, uno de esos guerreros que defienden Nártidan ¿Cómo te atreves a traerlo a nuestro escondite? ¿Acaso te volviste loco, Darius?

- Ahora es un aliado, un conspirador más de nuestro grupo. Conozco bien a los Alarion, son amigos de la oscuridad

- Zalek Alarion te traiciono cuando estabas vivo, Darius. Él es capaz de hacer lo mismo con nosotros

- Entonces haz que demuestre su lealtad.

- Sera facil...

Con un gesto de su podrida mano, aparecieron dentro del refugio un hombre, una mujer y una adolecente, maniatados y bajo los efectos de la Agonia de los Magos que le impedía realizar cualquier hechizo. Los tres eran gremialistas de Crow, secuestrados por un infiltrado de la Mano Negra. Klaus le dio su oxidada pero mortifera espada a Asthar y le sonrió.

- Supongo que ya sabes que tienes que hacer. Decapitalos y te considera un camarada más.

Despertaba sin saber en donde estaba, con una mirada fria y distante, en este momento no estoy de humor, acabo de infiltrarme en una base enemiga, traicione y me gane el odio de mis aliados, pero todo es por un buen motivo, al fin y al cabo estoy cumpliendo mi objetivo, encontrar al causante de todo esto y destruirlo, no importa el precio.
Observaba con seriedad al No-Muerto Klaus, al parecer tendre mas tiempo para pasar con el, un pobre hombre que fue traicionado por Nartidan, entrego su cuerpo y alma para protegerlo, y al final no recibio nada... una injusticia.
Tengo que asesinar a tres... ¿miembros de Crow?... lo lamento mucho amigos, pero sus muertes no seran en vano, recordare su sacrificio.
-Hmpf, eso es facil.
Dije mientras agarre la espada oxidada, son tres, asi que es tiempo de un poco de tortura, asi quizas logre ganarme mas confianza...
Me acerque primero a la mujer, observando a la adolescente, mientras decia:
-Vaya vaya, pobre chica... sabes, hay muchas maneras de torturar a una persona sin hacerle un daño fisico... tu por desgracia estaras en primera fila sobre como hacerlo, empezemos.
Dije cuando clave mi espada en la pierna de la mujer, y luego en el hombro, esperando a que lanzara gritos de dolor, mientras con una mirada fria le decia:
-¿Que es lo que puedes hacer en este momento tu? absolutamente nada, solo esperar tu turno, para morir y unirte a las filas de Sithis, ¿esa es una manera digna de morir? cuando inmediatamente de un corte rapido, le corte la cabeza a la mujer.
-Eres inutil en este momento.
Dije cuando clave mi espada en el estomago del hombre, nada profundo como para matarlo inmediatamente, pero morira desangrado.
-Tu no tienes la fuerza ni el poder para defenderlos.
Dije cuando me acerque hacia la adolescente, y levantando mi espada, dije las ultimas palabras que escucharia en su vida:
-Ojala en tu proxima vida tengas el poder para defender a tus aliados.
Y la decapite, para acercarme al otro tipo, y decapitarlo tambien, muerto o vivo.
Podia sentir como algo hervia en mi sangre, me sentia mal, muy mal de repente, ¿que es esto? pero... se siente muy bien, mis ojos de repente cerca del iris tomaron un color dorado brillante, pero aun manteniendo ese color verde en la mayoria, me siento mas... mas... no se que es, pero me siento muy bien...
Mire fijamente a Klaus, y le dije:
-¿Ahora somos aliados? con una mirada de muerto.

-¿Tan bueno es ese espectro? hmmm, espero que asi sea, al fin y al cabo es el gran Klaus Schreiber.
Dije mientras avanzaba a paso firme siguiendo a Darius, ¿a donde me quiere guiar ahora? ¿alguna otra clase de prueba? sea lo que sea ya estoy listo en este momento para lo peor.
-¿Que es lo que tanto deseas enseñarme, Darius?
Dije cuando observe el lugar, era tenebroso, insectos, ramas caidas y secas, fango por todos lados, ¿esto es lo que me queria enseñar? no lo creo, mi mirada parecia fria y muy penetrante, como la mirada de un asesino.
-

No pude contestar a Galerion. Mi estómago se revolvió y comenzó a dolerme insoportablemente, mientras que sentía que la cabeza me explotaría. Elrohir, que había entrado en la habitación, se acercó a mi, sabiendo que había ocurrido. Lo miré, con lágrimas en los ojos, las cuales no sabía si eran por el dolor o por la pérdida de mis familiares.

- Alguien ha... matado a Elvanna y a Juliette...

No pude evitar pensar que su asesino fuera alguien más que Asthar. El dolor de cabeza desapareció instantaneamente, al igual que el dolor de estómago. Habían sido sustituidos por la tristeza y el enojo.

- Si el ha sido, habrá cometido su último error.

Me puse de pie y, sin decir una palabra, salí de la habitación. Comencé a buscar a mi primo, el debería saberlo. Luego de un rato lo encontré en la habitación de una de las posadas cercanas al cuartel. Estuve unos minutos detrás de el, callada, hasta que se dio vuelta y me miró. No había llorado, pero su tristeza y dolor eran demasiado notorios.

- Ashtar Alarion ha elegido su camino, Mireia. Quizás tenga sus motivos y no lo sabremos, por que estoy seguro de que lo matarás antes de que pueda decir media palabra.

Hice una especie de reverencia y salí de la habitación. Cuando volví al cuartel general, en una de las habitaciones encontré al padre de Ashtar junto con Nitry y Elrohir. Hice una seña, suficiente como para que los dos salieran de la habitación.

- Malthreus Alarion, padre de Ashtar. Viene a dar una mano a la nación de la nieve eterna, sin saber que su hijo, en estos momentos, ha traicionado nuestra causa y se ha unido al enemigo, sin mencionar que ha asesinado a tres miembros de Crow, dos de mi propia familia. Lamento decirle que, en estos momentos, la Casa Alarion y el gremio que usted lidera han perdido mucha jerarquía en estas tierras.

Al parecer, al padre de Ashtar no podia creer eso, pero luego su mirada parecio muy seria y fria, y le respondio:
-¿Estas hablando en serio, Mireia Nailet? no es el mejor momento para empezar a hablar sobre tonterias y sus jerarquias, ¿sabes los problemas que tenemos ahora al enfrentar una legion de no-muertos? no es momento para hablar sobre politicas, el error que mi hijo a cometido podriamos resolverlo despues de esta guerra, ¿o crees que es el momento adecuado, exactamente unos dias antes de iniciar una guerra contra el Inframundo? una vez salgamos de esto, mi casa respondera por los actos de Ashtar Alarion.
Dijo mientras observaba fijamente a Mireia, el sabia que no era momento para meterse en cosas politicas, una guerra pronto empezara y no hay tiempo que perder en tonterias.
-Y yo nunca vine a dar mi mano a la nacion de nieve; vine porque hay una guerra que si las naciones no trabajan juntas, todas caeremos, esto ya no se trata de una simple guerra, si no trabajamos juntos ahora todos moriremos, ¿y tu crees que es el momento para venir a mi y decirme eso? muchacha, el tiempo se agota.

- ¿El momento para venir aquí y decirte eso?. Creo que aún podemos darnos el lujo de tomarnos un momento para pensar en lo que puede generarse si un hombre no mantiene a raya a su gente. Solo te he venido a advertir que las cosas no serán igual que antes para ustedes, Alarion. Cuando la gente se entere de lo sucedido los suyos verán afectado su honor y su imagen, al menos a los ojos de los demás. Intenta que tu casa no nos haga caer aún más, ¿Entendido?. Ya estamos en una posición demasiado mala como para que sea peor. Pero no se aflija, traidores hay en todas partes. Que tenga un buen día, si lo necesitamos lo llamaremos.

Y salí de la habitación.

-Creo que al saber que mi hijo acaba de traicionar a Nartidan es obvio que nuestra familia tendra muchos problemas, pero a nosotros no nos importa, la imagen, honor, todo es no importa, solo es un titulo o una imagen que tienen los demas sobre uno mismo, primero esta guerra, luego vendran las consecuencias de lo que hizo mi hijo, buen dia Mireia, y no mueras.
Dije, mientras miraba seriamente y con algo de enojo al cielo, maldita sea Ashtar, ¿en que estas pensando? espero que si hiciste esto tengas un buen motivo o te juro que te buscare en donde sea que estes, vivo o muerto, y te dare la paliza de tu vida.