Farewell [Rol]

El fuerte ruido hizo que Bart saltara de la cama literalmente. Cayo al piso y se le abrió el labio inferior al morderselo sin querer por el impacto. Le sangraba mas que dolerle pero no se quedo ahí lamentandose por, la curiosidad de ver qué paso con el ruido de afuera lo impulsaba a no hacer eso. Se levanto rápido y fue a ver por la ventana para terminar con la intriga. Lo único que encontró era un muchacho que intentaba ayudar a una chica inconsciente en medio de la fuerte lluvia. No le quedaba otra que ir a ayudarlos,  dejarlos a su suerte era una negligencia que Bart es incapaz de hacer. Se limpió como pudo la herida del labio, se vistió con lo que tenía a la alcance de la mano, agarró uno de los paraguas colgados en el perchero del hall y salio disparado a por ellos dos, completamente descalzo.
Al estar frente a frente con los sujetos desconocidos, mira preocupado a la desvanecido para después clavar sus ojos en el muchacho

- No soy quién para decirlo pero el asfalto en plena lluvia no es exactamente el mejor lugar para una siesta. Si no quieres que don neumonía te visite a ti y a ella, les recomienda que venga a refugiarse a mi casa. Sin embargo, antes que nada, me gustaría saber quienes son ustedes, ya sabes, por un tema de meter "desconocidos" al hogar - ironiza el pelirrojo- aunque también me gustaría saber que le pasa a ella y si vieron que cosa genero ese gran estruendo, el que paso hace segundos.

Para sobresalto de todos, Evie despertó de un salgo. Miraba de un lado a otro, con los ojos completamente abiertos, como si buscase algo. Al final, su mirada se frenó en los ojos de Ethan, sin notar que había más gente con ellos debajo de la lluvia.

— ¿Ethan? ¿Dónde está la máquina?

Miró a su alrededor, notando que se encontraba frente a una joven versión de su padre adoptivo y una muchacha, que no tardo en reconocer como su madre. Quizás fue el golpe, o la emoción, pero el cuerpo de Evie no aguantó y volvió a perder el conocimiento.

No le sorprendió para nada la llegada de Frannie al lugar. Teniendo en cuenta lo cerca que vive uno del otro, era lógica que ella escucharía ese mismo ruido y saldría por su inagotable curiosidad. La recibió con una sonrisa pero ni siquiera se molesto en compartir el paragua con ella. Ante la pregunta de "¿Qué vamos hacer?" Bart iba a responder con una contrapregunta para presionar a su amiga y ver como se hago en un vaso de agua pero la mención de una maquina en esos segundos de lucidez que tiene la chica hace que el pelirrojo gire hacia la pareja de jovenes, con una ceja arqueada

- Espera un momento...¿De qué maquina esta hablando ella?

No le dio muchas vueltas a la explicación de Ethan, su nuevo vecino. Es verdad que la chica llamada Eve no estaba con sus facultades a pleno, lo mejor era tomar con pinzas cualquier cosa que pueda decir.

- Entren a mi casa, no les cobrare la entrada por esta vez.

Dicho esto, Bart pego media vuelta y volvió a su casa, esperando que Frannie y los nuevos vecinos lo sigan. Tenía toallas secas, bebidas calientes y teléfono para llamar a una ambulancia si la situación lo amerita. Lo único que esperaba es que no despierten a sus padres. Mientras ellos entraban a su hogar, el pelirrojo ponía su atención en estos nuevos vecinos. ¿Cuando se mudaron al barrio? Ni él ni su familia llegaron a ver a ningún camión de mudanza pero tampoco llego escuchar algún chisme sobre gente nueva en el vecindario, que era lo que mas le llamaba la atención teniendo en cuenta que cosas como esas se esparcían como la polvora

¿Y cómo se supone que voy a encontrarles? No será por gente. La aguja en un pajar.

Camino por unas calles oscuras y silenciosas. No sé dónde estoy. No entiendo las ciudades. Oigo de repente un estruendo. Unos gritos, una alarma de coche. Modifico mi trayectoria, pues como decía mi padre, si el río suena, agua lleva.

El sonido constante del coche me ayuda a encontrar el lugar del escándalo, pero cuando llego no veo más que la puerta de una casa cerrándose. Enfadado por no encontrar pistas, entro al bar más cercano.

Acepto la cerveza, pero por ser alcohol. Desgraciados ingleses que no tienen Medovuja. Me va a costar mucho esto.



El camarero y todo el bar me miran como si estuviera loco. La verdad que yo también lo pensaría.

Despertó dentro de una casa que no conocía. Estaban casi a oscuras, con una lampara de mesa iluminando la sala de estar. Le dolía mucho la cabeza y estaba totalmente empapada. Pronto recordó: el viaje no había salido como esperaban y habían tenido un aterrizaje complejo. Observó a su alrededor, tomándose la cabeza con una de sus manos a la vez que se incorporaba en el sillón. Ver a Ethan dentro de la casa la tranquilizó un poco, debían estar a salvo. Dentro del hogar habían dos personas más, las mismas que había visto antes de volver a desmayarse. Frente a ella estaban nada más y nada menos que su madre y su padre adoptivo. Sintió que algo dentro de ella se movía, se iluminaba, pero su rostro no dio señales de nada. "La misión es lo primero", pensó. Pero, realmente, su mente estaba llena de dudas. Habían encontrado a sus objetivos demasiado pronto, el lugar de aterrizaje debía ser a unas cuadras y no en frente de sus casas. Tendría que hablar con Ethan para encontrar una solución. El plan era simple: simular ser primos que habían venido desde Escocia en unas Working Holiday.

— Supongo que esta debe ser la casa de alguno de ustedes — dijo, en voz baja. — Gracias por ayudarnos. Ethan, deberíamos volver al hotel, ya me encuentro mejor.

Su rostro decía lo contrario, pero Evie necesitaba salir de ahí en ese instante, demasiado para ella.

Bart no dejaría pasar la mención del hotel, que entraba en contradicción con la idea de que ellos se estaban mudando, pero prefería hacerse el tonto en ese momento para indagar mas adelante. No obstante, Frannie, muy propio de ella, no aguanto ni un segundo la curiosidad y fue a remarcarles eso. Con la respuesta que dieron sus nuevos vecinos salieron bastante airosos pero todos los de la sala sabían un poco que no terminaría ahí.

- Llamar un taxi con esta lluvia no creo que sea la decisión mas sabia, pero bueno, ahí conseguiré que los lleve alguien.

Tomó su celular y de inmediato uso la aplicación Uber para llevar a sus vecinos al hotel mientras veía de reojo a su amiga, reprochandola con la mirada por "saltar" de esa manera. Si eran vecinos, no hay duda alguna que los vería de nuevo y no podía negar que sentía un poco de interés en ellos, sobre todo en la chica.

Evie entendió que había cometido un error, pero ya había encontrado la forma de enmendarlo. Prestó atención a como Bart pedía un taxi, o lo que fuese. ¿Acababa de usar su telefono? Para ella, el concepto de aplicaciones no existía. Alcanzó a leer "Uber" en la pantalla del smartphone.

— Los padres de Ethan son empresarios y el hotel es una de sus propiedades, así que nos han dejado la habitación todo el tiempo que queramos.

Al parecer, el conductor del vehículo estaba dando vueltas por al zona, porque se escucho un leve bocinazo fuera de la casa.

— Oh, parece que ya han venido por nosotros. Muchas gracias, Francine, Bart, por ayudarnos. Ya encontraremos la forma de agradecerles como corresponde.

Otro error, que reconoció de inmediato, y esta vez no sabía como camuflarlo. Quizá podría decir que lo escucho mientras estaba desmayada, o lo mejor sería hacer de cuenta que nada había sucedido.

En el momento en el que la chica se despedía y dijo el nombre de ambos, una alarma se prendió en la cabeza de Bart. ¿Que indicaba ese alarma? ¿Interes, peligro, advertencia?Ni él mismo lo sabia, quizás era su mente alertandole que el propio "curiosimetro" de Frannie llegó a niveles críticos. Tomó de los hombros a su amiga y la sacudió las veces necesarias para calmarla un poco. Era lo único que funcionaba según el manual de cómo funciona la cabeza de Francine Willow

- Sí, sí, tenes razón. Ellos ocultan algo, huelen a podrido pero hay que ser cautos y usar la cabeza. Primero, va volver cada uno de nosotrs a su casa y vamos a descansar para reponer fuerzas. Sí, vas a tener que hacer el esfuerzo de controlar tu neurosis para dormir un poco porque una Frannie con sueño es una Frannie que no rinde. Segundo, hay que ser los mas discretos posibles porque ellos no son tontos y saben tanto que cometieron erroes como que tú te percataste de eso debido a que no supiste controlar tus impulsos. Tercero, hay que ver qué intenciones tienen porque quizas, solo quizas estamos desvariando un poco por tener el sueño interrumpido y nos montamos unas conjeturas que en realidad no son, y quinto y ultimo: VETE A DORMIR.

"Amablemente" Bart empujó a Frannie fuera de su casa y se fue directo a su habitación, pero durmió poco. Le costaba admitirlo pero el misterio detrás de ellos, sobre todo el de Eve, si es que se llama así, lo tenia tan cautivado como a su amiga.

— No... no lo fue. Pero debo hacerlo.

Ni siquiera cuando fue rescatada de su secuestro Ethan la había visto de esa manera. La muchacha estaba realmente conmocionada. No estaba triste, sino shockeada y emocionada. No dijeron nada más hasta llegar al hotel, donde se registraron. Mientras esperaban que les asignaran una habitación, la muchacha se dio el tiempo de examinar lo que sería su nuevo hogar. Era un hotel de cinco estrellas, pero parecía un palacio, o al menos eso fue lo que pensó Evie. Quizá porque en su época lugares así no existían, pero las columnas de mármol blanco talladas a mano, la decoración en madera antigua y el uniforme rojo carmesí de los empleados del hotel la tuvieron hipnotizada unos momentos. Al entrar en su habitación se sorprendió, pues era mas grande de lo que esperaban. En el medio de la sala principal había un sofá de tres cuerpos frente al televisor más grande que Evelyn había visto jamas. A espaldas del sofá, en una suerte de cocina comedor, tenían una mesa y mas allá un horno, un microondas y un refrigerador. Solo quedaba la habitación, tan ostentosa como el resto del hotel, con una cama matrimonial cubierta con un edredón de terciopelo rojo, además de las dos mesas de luz de madera de roble rojo que le daban un toque más moderno.
Luego de dar un par de vueltas por la habitación y antes de irse a dormir, Evie le dio unas pocas instrucciones a Ethan.

— Seremos primos. Mañana por la mañana iremos a por ropa, no podemos aparecer vestidos tal cual hoy. Lamento haberte puesto en un aprieto, cometer esos errores no es propio de mi. Descansa, soldado.

Antes de desaparecer tras la puerta de la habitación, le dedicó una pequeña sonrisa a su compañero. Cuando la puerta se cerró, y Ethan entendió que, a partir de ese momento, el sillón sería su nueva cama.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Quizás fue por el golpe anímico, el mal aterrizaje o el cansancio, pero había conseguido dormir mejor de lo que había pensado. Eso si, antes de caer dormida había llorado un largo rato, en silencio, como no hacia hace más de diez años.
Los ruidos de la cocina le dieron a entender que Ethan ya estaba despierto, incluso había encendido la televisión. Decidió tomarse su tiempo, así que eligió darse una larga ducha en el baño contiguo a la habitación. Ahí también lloró, pues seguía emocionada por, luego de tantos años de solo escuchar su nombre, conocer a su madre. Una vez que terminó esperó un rato esperando en vano que se le deshincharan los ojos. Luego de unos minutos, sabiendo que ocultarlo sería inútil, salió del cuarto para encontrarse a Ethan, que la esperaba con un gran desayuno. Se le dibujó una sonrisa en la frente, una genuina, mientras se sentaba en una de las sillas del salón.

— Veo que cuando Bart dijo que cuidaras de mi lo tomaste literal.

— Estoy bien, Gray.

El tono de voz de Evelyn fue cortante, sin llegar a ser agresivo. Había aprendido algo nuevo: Ethan habla mucho por la mañana.

— Pero gracias por esto.

Comenzó a desayunar, mientras repasaba todo lo que había pasado ayer. Habian pasado meses informándose sobre la época y preparándose emocionalmente para el choque que significaba un viaje al pasado. El primer viaje en el tiempo que se había hecho en la historia. Debían actuar con cautela, o las cosas podrían terminar aún peor que en su realidad. Mientras se preparaba sus tostadas con mantequilla, se acomodó para retirar lo que llevaba del lado interior de la cintura del pantalón y dejarlo sobre la mesa. Era una Five-seveN completamente negra, 9mm, de municiones perforantes: el arma personal de Bart. A pesar de haber insistido en que no necesitaba llevar un arma, su padre adoptivo la había prácticamente obligado. Luego de terminar su desayuno, se puso de pie y se limpio el rostro con una servilleta de papel.

— Estuvo delicioso. Ahora, ¿estás listo para conocer los centros comerciales?