Heroes of Zophia

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]—respondió—. Déjame pensarlo, te daré una respuesta antes de llegar a Vakeria.

Mientras los magos intercambiaban sus primeras palabras de la mañana y comían los deliciosos bocadillos que Nerea les había preparado, la hija de Ergon y Katrielle hablaban en voz baja. Poco antes de que el grupo ingresara al despacho, Nerea le había contado lo que había pasado la noche anterior, y la pelirroja ya había tomado una decisión. Pero todavía no era momento de preocupar a sus compañeros con algo que resolverían a futuro. Primero, debían encontrar esa piedra, o su aventura no tendría sentido alguno. Luego de un largo rato en el que las hechiceras ultimaban los últimos planes, un leve carraspeo de Katrielle atrajo la atención del grupo. En su mano, la muchacha tenía un grueso fajo de papeles atados por un hilo.

— El Maestro Ergon tuvo la "amabilidad" de conseguir estos documentos para nosotros—dijo, mientras tiraba los papeles en medio de la mesa, a un lado de los bollos de canela. Nerea no pudo evitar reír al escuchar el tono en el que Katrielle había hablado para hablar de su padre—. Son permisos de viaje y documentos falsos. Los necesitaran para pasar por el control del puerto. Asegúrense de tomar el correcto. Los controles del puerto no suelen ser muy estrictos, así que no deberíamos tener problemas. Ni siquiera tu, Azghal. En el puerto nos estará esperando un barco pequeño, solo viajaremos nosotros. Sera mejor que vayan preparando sus cosas, saldremos dentro de na-

— Espero que aún haya lugar para uno más.

Los ojos de Katrielle se abrieron como platos, al mismo tiempo que dejaba caer la taza que tenía en sus manos, haciéndose añicos contra el piso. La pelirroja se llevó las manos al rostro, mientras que de sus verdes ojos comenzaban a desbordar algunas lágrimas. Del otro lado de la habitación, en el marco de la puerta, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] alto de ropas negras, con un bastón casi tan alto como el, totalmente empapado. No pudo decir nada más, porque en un momento Katrielle había cruzado la habitación y por poco lo tira al suelo de un abrazo.

— Me lastimas, Kat— Dijo, con los ojos cerrados, dando unas palmaditas en la espalda de Katrielle, mientras una calurosa sonrisa se dibujaba en su rostro, pasando a una mueca de dolor al recibir un apretón más fuerte— A mi también me alegra mucho verte.

Lo soltó, dándose cuenta de lo que había hecho. Sin embargo, la felicidad de ver a Alaric luego de tanto tiempo podía más. Tomo ambas manos del muchacho, examinando su rostro. Luego, se giró hacia Nerea, con el rostro fruncido.

— Juro que no lo sabia, mi padre no me dijo nada—se excusó.

— Yo tampoco sabía que estabas aquí, Kat, Ergon me lo contó hoy. No parecía estar muy contento.

— Mi padre nunca esta contento, Alaric.

Aún con el ceño ligeramente fruncido, Katrielle tomó la muñeca de su amigo y lo arrastró hasta la punta de la mesa, junto a Nerea. Hizo un ademán, señalando al mago con ambas manos.

— El es Alaric—lo presentó—. Cuando mi padre murió, no tuvimos mas opción que buscar refugio con su antiguo maestro. El me ayudo a descubrir mis poderes, y ahí conocí a Alaric. El también fue alumno de mi maestro, no hay persona en la que confíe más que en el. Es lo más cercano que tengo a una familia.

— Ergón me contó lo que planean hacer. No estoy lo suficientemente loco como para intentar detener a Kat, así que quiero ayudar. —Hizo una especie de reverencia— Espero que no sea una molestia para ustedes.

Ante el anuncio de Galeran, Lyndis no pudo evitar reír un poco, con buena naturaleza. Asintió con la cabeza mientras daba pequeñas palmaditas, antes de responder a su juramento.

”Pero qué galante, Galeran~ ¡Entonces contamos con tu cuidado! Aunque ya me puedo defender sola~”

Dicho esto, le dedicó al ex-soldado una amigable sonrisa. Lazarus, captando su mirada y riendo un poco ante la actitud de su hermana pequeña, le devolvió una mirada tranquila y agradecida a Galeran, asintiendo con su cabeza en señal de reconocimiento.

Pronto, Saphielle también se dirigió a sus compañeros de grupo. Lazarus, aliviado de que su aproximación al grupo mejorara desde la noche anterior, también sonrió y asintió con su cabeza a la joven elfa.

”Estamos en esto juntos Saphielle, nadie es un peso muerto.”

E inesperadamente, luego de esta declaración de Saphielle, Lazarus recibió una respuesta bastante colorida de Edulbo, lo cual en un principio hizo que sus cejas se arquearan hacia arriba, pero pronto regresara a su expresión usual, dando una breve carcajada, y asintiendo con su cabeza una vez más.

”Tranquilo, Edulbo, no creo que tengamos problemas.” Sonrió el mayor. ”Esperaré tus direcciones.”

Parecía que el grupo comenzaba a realmente aclimatarse a la compañía de cada uno. Lyndis incesantemente comía pasteles con un gusto que se notaba claramente en su cara mientras masticaba los dulces con las mejillas llenas, y mientras Katrielle les explicaba el procedimiento de la operación, y les entregaba sus papeles, Lazarus pacientemente sorbía su taza de chocolate, la cual estaba bastante menos endulzada que la de Lyn, que parecía más miel con chocolate que chocolate con miel.

Mientras Kat terminaba de instruirlos, Lazarus ya se estaba preparando para recoger las bolsas que habían traído… Cuando un visitante inesperado llegó a la reunión.

Mientras Lazarus y Lyn se tornaban para ver quien era la nueva persona, oyeron el sonido de cerámica resquebrajándose contra el suelo, y entre los 2 hermanos, Katrielle saltando por encima de la mesa para ir a abrazar a este misterioso personaje.

Mientras Katrielle lo abrazaba, Lyndis de alguna manera tragó la mole de dulces y pasteles que tenía dentro de su boca para hacer el siguiente comentario, con sus despeinados flequillos rubios rebotando levemente.

”Uwoooh… ¿El novio de Púrpura-sio?” Lyn preguntó, mientras miraba la cariñosa escena entre Kat y Alaric.

Lazarus no reprimió a su hermanita por ese comentario, ya fuera porque no era tan dañino, o porque efectivamente parecían novios perdidos. Sin embargo, algo de este chico le llamó a Lazarus bastante la atención. abriendo su resonancia, para tratar de observar al joven, se encontró con una frecuencia que no había experimentado hasta ahora: Una frecuencia dual. ¿Podría significar que este mago tenía cualidades similares a las suyas, de poder utilizar dos elementos distintos..? Hasta ahora, de las personas a quienes Lazarus había podido observar con su resonancia, él y Los Siete habían sido los únicos con este tipo de frecuencia… Pero los Siete tenían mucho más de 2 frecuencias, era como si sus resonancias fueran una orquesta… Tal como la de Nerea.

Sus divagaciones fueron interrumpidas por la introducción de Alaric por parte de Katrielle. Lazarus sonrió, asintiendo con la cabeza mientras se presentaba también.

”Mucho gusto, Alaric. Lazarus Graves”

Lyn levantó su mano en un efusivo saludo mientras se presentaba, siguiendo a su hermano mayor.

”¡Y yo Lyndis Graves! ¡Mucho gusto, novio de Púrpura-sio!”

Lazarus suspiró con una sonrisa. Aunque Kat había explicado su relación con Alaric, parecía que Lyn ya había formado la idea en su mente… Pero no era para nada hiriente, asi que la dejó pasar.

Raz tomo los documentos con cierta ansiedad y por las dudas intentaba memorizar cada minimo detalle de estos. Nunca se puede saber si de la nada, por el tema de la presencia de magos en el mercado refuerzan todas las medidas de seguridad. Aparte, fueron decenas las veces que acompañó a su padre al puerto a recoger o realziar alguna entrega de ultramar, el ser un habitue de ese lugar e "hijo de" era lo que mas lo podia hacer caer, pero Edulbo descubrió rapido la consternación del muchacho y disfrazó sus rasgos bajo la apariencia de un muchacho moreno de Azir, correspondiente a la identidad falsa de los documentos. De paso, con un mero pellizco, Edulbo cambio el aspecto de las orejas elficas de Saphielle a las de una mas... humana. En cambio del galileo, el mediano ni leyó los documentos, se limito aprenderse el nombre y a cambiar su forma para que coincida todo. Edulbo ya era un maestro de la imitación, el aparentar ser algo le parecía algo tan natural como a un pez nadar.
Mientras tomaba los documentos y repasaba los pasos del plan, la repentina aparición de un viejo conocido lo tomo por sorpresa al mediano tanto como a Kat. Levanto con telekinesis los fragmentos de la taza y con una precision casi quirurgica y en una demostración arrogante de sus habilidades separó el chocolate derramado del tapizado y lo coloco en una otra taza sin usar. Razvan miraba con curiosidad al nuevo integrante:"cuando más, mejor" pensaba a sus adentros. Además, tenia pinta de ser un mago experimentado y conociendo la arriesgada mision que tienen que hacer, otro hechicero habil al grupo seria de gran ayuda, incluso para el momento en el que tengan que aprender a usar sus poderes. El comentario de de la hermana de Lazarus hizo que el mediano lo acompañara con una fuerte carcajada.  

-Edulbo: No serán novios pero están ahi nomas. Son "esposos" de armas

Dejo a su amiga a que tenga todo el contacto físico posible con el recién llegado para luego acercarse a Alaric
con una cara amistosa. La forma que tenia Edulbo era su "forma original": la de un mediano con su característica mascara de sombras. Hizo la misma técnica que uso con el chocolate derramado pero esta vez con la ropa del mago.  

-Edulbo: ¿Dónde mierda estuviste en todo este tiempo, hijo de puta? estabas bien desaparecido. Me alegro que hayas vuelto, hay que ponernos en tema.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] se tornaron coloradas en un instante al escuchar a Lyndis, aunque lejos de avergonzarse no pudo evitar largar una carcajada mientras se sacudía el cabello, tan rojo como su cara. Alaric, en cambio, aprovechó el estar junto a su amiga y la tomó por la cintura, poniendo a Katrielle pegada a su dorsal.

— Si, somos novios y pronto nos vamos a casar—anunció el mago.

Se hizo un repentino silencio en la sala, un silencio incomodo y particularmente largo, hasta que una sonrisa se formó en los labios de Alaric, que terminó por romper en una carcajada al ver la cara de perplejidad de sus nuevos compañeros. Soltó a Katrielle y le dio una fuerte palmada en la espalda, que la hizo perder el equilibrio al punto de tener que sostenerse de la mesa para no caer de bruces.

— No, no, Katrielle y yo no somos pareja. Lamento mucho decepcionarlos, compañeros. ¿Edulbo? Me extrañaría que no estés aquí, es un placer volver a verte, amigo.

Mientras Alaric hablaba, Katrielle intentaba recomponerse. El golpe había sido particularmente fuerte, nada que la muchacha no pudiese aguantar. Luego de toser un par de veces, se incorporó para volver a mirar a su amigo.

— Si no estuviese tan feliz de verte con vida luego de no verte durante seis meses te golpearía yo misma hasta que mueras—dijo, frotándose el pecho.

— Y no lo dudo—contestó Alaric, riendo.

La pelirroja intentó lanzar una mala mirada al muchacho, pero tal era el sentimiento de alegría que le había generado el volver a verlo que le fue imposible. Simplemente lo miró y le sonrió, con una especial dulzura. Estaba vivo, y eso era lo más importante. Sin embargo, ya tendría tiempo para hablar sobre lo que tenían que hablar. Volvió a mirar hacia adelante, a todo su grupo.

— Bueno, ya todos saben que hacer. Busquen sus cosas y reúnanse aquí, saldremos en grupos con una distancia de cinco minutos entre cada uno, para no levantar sospechas. —La voz de Katrielle se había tornado más seria que de costumbre.— Nos jugaremos la vida en esto. Cuídense, y cuiden a sus compañeros.

Las cejas de Lazarus se alzaron ante la declaración de Alaric, y luego de un silencio algo incómodo, Lyn no pudo evitar chiflar con los dedos y aplaudir fuertemente ante la supuesta “Pareja”

”¡Yaaaay boda! ¿Puedo llevar las flores?” Lyn dijo, riendo bastante mientras aplaudía.

Sin embargo, cuando Alaric confirmó que era una broma, ni Lyn ni Lazarus se vieron demasiado sorprendidos, y Lyn no se vió decepcionada.

Mirando al chico nuevo, Azghal no pudo evitar que una media sonrisa se asomara en la esquina de su cara. Había algo diferente entre este chico y los demás… Él tenía la misma manera de moverse que Katrielle.. Lo cual para Azghal, significaba que este chico, al igual que su aliada, eran diestros en combate. El príncipe rezagado soltó una carcajada ante la broma de Alaric, levantando su cuerno con leche endulzada hacia el.

“¡Ya me gusta este chico!” Clamó Azghal, antes de dirigirle una mirada relajada y confiada a Nerea. “Entonces, ¿Encaminemonos? Ya se me estan atrofiando las piernas.. Y mientras antes partamos, mejor. Los guardias de Nueva Zophia no despiertan de la resaca hasta al menos un par de horas más.”

Fue entonces que Katrielle les proclamó al grupo que alistaran sus menesteres. Lazarus levantó el bolso que había preparado de su habitación, aventándolo hacia la esquina de la muralla.

”Me imaginaba que tendríamos que movernos rápido, así que Lyn y yo estamos listos.”

Su hermanita sonrió y asintió felizmente, orgullosa de la preparación de su hermano mayor y ella misma.

Azghal solo se levantó de hombros, mientras calmadamente tragaba leche del cuerno.

“No me preocupa, realmente. No suelo llevar más que una bolsa de oro, después de todo..”

Dicho eso, el joven rubio desató la bolsa de oro que traía al cinto, lanzandola levemente y atrapándola para que el grupo pudiera sentir su peso, antes de atarla a su cinto una vez más.

“No tienen idea lo útil que es una máscara para ser un caza-recompensas.”

Lyn se frotó la barbilla con su dedo índice y su dedo pulgar, pensando sobre si le faltaba algo al dúo de hermanos. Una vez que se le ocurrió, chasqueó los dedos y le preguntó a Nerea:

”¡Nerea-sio! ¿Tienen armas que podamos llevar por si acaso? Lazo-sui y yo somos increíbles con una lanza, después de todo!”

Lazarus se sorprendió de la proactividad de su hermanita, y le preocupó un poco.. Que estuviera pidiendo eso solo indicaba que la chica estaba dispuesta a utilizar violencia si era necesario.. Y lo único que quería Lazarus era que ella estuviera fuera de peligro. Suspiró levemente, y se rascó el cuero capilar.

Bueno… Supongo que es mejor que tenga la habilidad de defenderse en caso de cualquier eventualidad...

Ante la mención de armas, Gale pone instintivamente la mano en el mango de su espada, para removerla rápidamente al darse cuenta del gesto y suspirar, sin duda, aún le falta mucho para poder aprender a relajarse.
Haciendo un gesto con la cabeza, apunta a su espada y comenta, de la forma más tranquila posible

- Concuerdo con que puede ser buena idea tener armas a mano... por suerte, yo traigo mi espada conmigo, así que no necesito nada más, pero si es posible conseguir algo para los demás, sería ideal-

Saphielle, con una sonrisa tranquila, apunta a su cinturón, del que cuelgan una cimitarra y una daga pequeña enfundada. La chica no había salido de su hogar sin portar con ella las pocas armas que sabía usar, en especial considerando que el resto fueron donadas al círculo

- Supuse que podrían ser necesarias, también, así que yo tomé mi daga y mi cimitarra antes de salir de casa, por mi no tienen de que preocuparse... ¿Azurea, Anric? ¿Ustedes saben usar armas? -

- Bueno yo... soy una panadera, puedo golpear fuerte con un palo o bastón y poco más- La chica ríe, avergonzada... nota que todos sus compañeros tienen mucha más habilidad y poder que ella, en todo sentido, y aún así, quiere poder ayudar -Así que en cuanto a armas se trata, no soy muy útil...¡Pero me gustaría aprender! Si es posible, claro-

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El primer grupo en salir fue el que lideraba Edulbo. Era un grupo pequeño, fácil de manejar, y el carácter de Edulbo podría mantenerse bajo control. O al menos así lo había juzgado Katrielle. El trayecto hacia el puerto había sido tranquilo, sin tener en cuenta la repentina lluvia que los había sorprendido a mitad de camino. La presencia de la guardia imperial había disminuido comparado con el día anterior, aunque cada tanto podían ver a algún soldado interrogando a los transeúntes. Para su suerte, no se vieron involucrados y pudieron llegar al puerto a salvo. Uno de los guardias a la entrada del puerto se encargaba de revisar las autorizaciones de viaje. El control de documentos fue, a su fortuna, rápido, para evitar que los documentos se estropearan. A salvo, se mezclaron entre la multitud, esperando al resto del grupo.
En el momento en que comenzaba a llover, el segundo grupo salía camino al puerto. Nerea dirigía con rapidez a Azurea, Azghal y Razvan. La lluvia había obligado a muchos de los ciudadanos a regresar a la comodidad y el calor de sus hogares, por lo que la calle estaba mucho menos transitada. Estuvieron cerca de ser detenidos por uno de los guardias, que los había elegido para interrogarlos sobre los incidentes del día anterior, pero el abrupto grito de un vendedor lo obligo a dar media vuelta y perseguir a un ladrón con los bolsillos abarrotados de manzanas. Lograron llegar al puerto sin mayores complicaciones. El control de los documentos fue muy tenso, el rostro de Azghal y el que figuraba en los papeles no eran demasiado parecidos, pero gracias a la capucha del príncipe fugitivo y a la rapidez que requería el asunto, pudieron continuar su camino.
Una vez que los cinco minutos hubieron pasado, un gesto de Katrielle fue suficiente para que Lyndis, Anric y Galeran lo siguieran. Dejaron detrás suyo al despacho de Nerea, vacío (porque Alaric se había marchado poco después que el grupo de Edulbo). Estaba nerviosa. Llevaba a un niño, a un desertor del imperio y a la hermana menor de uno de sus compañeros a su cuidado. Si algo le pasaba a alguno, no se lo perdonaría. Cada vez que un soldado pasaba cerca se le erizaban los pelos de la nuca, mientras que Anric no se despegaba de su lado. Estaban llegando al puerto, cuando de repente una voz los hizo detenerse.

— Alto ahí.

Un corpulento guardia, al que Galeran no reconoció, se acercó con rapidez a ellos. Katrielle bajó levemente la cabeza, y murmuró.

— Tenemos prisa, nuestro barco parte en unos minutos—explicó, mostrándole el permiso de viaje junto a su boleto.

— Su viaje tendrá que esp—Se detuvo, mientras se tomaba la cabeza con una mano, confundido.

Katrielle se había metido en la mente del soldado tan violentamente que había dejado su cerebro dando vueltas. El grupo continuó su camino mientras el guardia se recuperaba y, cuando volvió en si, habían desaparecido de su vista. El control del puerto no tuvo inconvenientes, sus rostros no aparecían en los carteles de "se busca". Katrielle vislumbró al grupo que ya se encontraba reunido cerca de una fuente, totalmente empapado, igual que ellos. Con un solo gesto de Kat entendieron que debían permanecer callados. Aliviada, Katrielle los guió a través de la multitud que ansiaba poder subirse a sus barcos para escapar de la incesante lluvia. Llegaron a uno de los muelles, donde un pequeño bergantín los esperaba. Sentado en el bauprés, mirando hacia el horizonte, los esperaba Alaric, mientras que un hombre mayor, canoso y al que le faltaban un par de dientes, les daba la bienvenida con una sonrisa mientras se acomodaba su boina de marinero, completamente negra. Tenía una espesa barba, tan blanca como su cabello, que colgaba hasta el pecho, atada cerca del extremo.

— Soy el Capitán Leroy, será un honor ayudarlos—se presentó—. He esperado años por este momento, señorita Vawynn. Por favor, resguárdense de la lluvia, les aseguro que habrá lugar para todos—dijo, señalando hacia la escalera que daba paso a los camarotes, hacia abajo, entre las dos escaleras que, a los lados de la nave, permitían acceder al puesto del timonel.

Katrielle le agradeció, con una sonrisa, y guió al grupo hacia la escalera. El interior de la nave era, para la sorpresa de todos y el regocijo de algunos, tan o incluso más amplio que el barco entero. Ante ellos había una sala llena de sillones y varias mesas, con una lujosa barra y un largo aparador detrás de ella repleto de bebidas y comida de todo tipo.
Al fondo, unas amplias ventanas dejaban ver el muelle, que poco a poco se iba vaciando, y entre ambas ventanas se extendía un largo pasillo, donde entendieron que se encontraban las habitaciones.

— Creo... que me encanta la magia—susurró Anric contemplando el lugar, asombrado, mientras el barco comenzaba a avanzar con un suave movimiento.

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La suave brisa acariciaba el rostro de Katrielle, que se encontraba apoyada sobre la borda, cerca del nacimiento del bauprés. Era temprano, y poco a poco los hechiceros iban despertando y saliendo a cubierta. El cielo estaba nublado, completamente gris, augurando una peligrosa tormenta. Aún quedaba tiempo para llegar a Vakeria, con suerte se encontrarían a mitad del viaje, y poco a poco se iban volviendo unos grandes marineros. El Capital Leroy les enseñaba como manejar la nave y a controlar las velas, y cada tanto le permitía controlar el timón a alguno. Cuando por fin todos estuvieron sobre la cubierta, que ahora parecía un tanto más grande que el primer día, Katrielle los reunió para dar un aviso.

— Buenos días—comenzó, sonriendo, de pie sobre la mitad del bauprés—. Nos encontramos a medio camino hacia Vakeria, así que creo que es el momento indicado para comenzar con su entrenamiento. Somos cuatro, cinco si contamos a Lazarus, los que conocemos y controlamos nuestros poderes. Los ayudaremos, y creo que todos estaremos dispuesto a ello—tanto Nerea como Alaric asintieron.—, a que puedan entender su propia magia. Anric, a partir de hoy trabajarás con Edulbo. Es un gran mago, así que podrá ayudarte. Lazarus, mi detección arcana reacciona de manera similar ante Saphielle y tu. Intenta ayudarla. Como puedo explorar a través de ellas, creo que lo mejor será que yo me encargue de Lyndis y Azurea. Nerea, Razvan y Galeran serán tu responsabilidad. Alaric, te encargarás de Azghal.

Le había costado mucho decidirlo, pero la charla de la noche anterior sobre sus posibles poderes que habían tenido luego de la cena le había sido muy útil. Todos tendrían maestros capaces, y lo mejor de todo era que Edulbo no tendría que tratar con Galeran ni con Azghal.

— Cuando lleguemos a Vakeria no tendremos tanto tiempo libre, así que será mejor que nos pongamos a trabajar.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] quien con una sonrisa camina hacia Lazarus, haciendo una leve reverencia, para luego reír un poco. Era claramente una broma de la chica, quien en estos días había comenzado a sentirse más cómoda con los demás, lo suficiente para permitirse bromear a veces.

- Entonces, ¿Debería llamarte Maestro Lazarus?-

Una sonrisilla en los labios de la chica y el brillo en sus ojos indica que es claramente una broma, pero que al mismo tiempo lo respeta, y está emocionada. También se la puede ver más confiada, mientras juguetea con algo que llevaba en su bolsillo, ansiosa de una buena manera

- Tengo fe en que puedo aprender mucho de ti...ya me enseñaste algunas cosas, después de todo-

Dicho esto, Saphielle saca la piedra que Lazarus le había dado aquel primer día, en el bar, y pronto comienza a no sólo flotar en su mano, sino también a girar levemente.
La elfa sonreía, orgullosa, pese a que sabía que no era demasiado, se sentía de todos modos contenta de su logro, pues había pasado bastantes horas en sus ratos libres practicando con la piedra, a la cual, de cierto modo, le había cogido algo de cariño

- No es demasiado, pero luego de algo de práctica puedo mantenerla flotando por mucho tiempo, y hacerla girar también, aunque sea suavemente. Requirió bastante concentración al inicio pero ahora...creo que es casi una segunda naturaleza-



Mientras tanto, Azurea miraba con una mezcla a partes iguales de emoción y nerviosismo a Kat y Lyn. La verdad era que, aunque para ese punto todos tenían ya una idea de sus poderes, y algunos incluso eran capaces de usarlos...ella aún no tenía mucha idea de nada, salvo que sus compañeros le habían comentado que a veces, al dormir, levitaba unos centímetros por sobre su cama...pero por mas que tratase, no había sido capaz de hacerlo conscientemente.
Al menos, había descubierto que no tenía ningún problema en viajar en barco (y de hecho, le gustaba), y que se había acostumbrado a las tareas del barco bastante rápido...pese a que aún le pesaba no haber podido hablar con Raz, pues el chico parecía evitarla y a ella se le hacía cada vez más difícil juntar el valor para entablar una conversación.
La chica, sin embargo, intenta sacudir esas ideas de su cabeza, y se aproxima a las otras, con una sonrisa.

- ¡Será un gusto aprender con ustedes, Kat y Lyn! Estoy segura de que podemos lograr mucho juntas-



Al escuchar el anuncio, Galeran suelta un leve suspiro de alivio al saber que no tendrá que entrenar con Edulbo...es claro que al mediano no le cae bien, y eso haría aún más difíciles estos días de lo que ya habían sido, pues el chico había descubierto que el viajar en barco lo mareaba bastante, y por ello, debía esforzarse el doble para cumplir sus tareas, lo que lo dejaba cada noche agotado y con ganas sólo de dormir.
El muchacho de anteojos se aproxima a Nerea, con una expresión seria y decidida, listo para entrenar y poder ser útil a la causa.

- Daré lo mejor de mi para aprender todo lo que pueda, lo prometo-

OFF: Haganle loop al OST, no pude encontrar una versión extendida.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], Lazarus lentamente caminaba hacia arriba por los escalones que llevaban hacia la parte exterior del bote… Lyndis, por su parte, corrió pasado su lado. La chica, en este soleado altamar, llevaba pantalones más cortos, pero igual de sueltos que los que llevaba usualmente, y una camiseta blanca de mangas cortas, la cual dejaba descubierto su vientre. sus pantalones y la camiseta iban conectadas por suspensores, los cuales mantenían todo en orden.. Y debían hacerlo, ya que la chica, riendo feliz al salir a la borda, hizo una rueda con sus manos y sus pies, y lo terminó con un salto que la dio vuelta a través del aire, terminando con ella sosteniendo los rieles a los lados del bote, y saludando a las gaviotas que pasaban ruidosamente al lado de su embarcación.

Lazarus, por su lado, ascendió mucho más lentamente que su hermanita. Él tampoco llevaba su chaqueta.. Pero sus pantalones largos y su camiseta de siempre sí. Se notaba que el hombre llevaba durmiendo bastante mal desde que entraron al bote.. Para ser un artista marcial, definitivamente no se llevaba bien con altamar. Sin embargo, trataba de mantenerse positivo. Saludó con la mano a su capitán, quien ya se encontraba al timón, y una vez que el viento golpeó su cara, y sus pies descalzos pudieron sentir el polvo en la cubierta, Lazarus tomó un respiro de alivio… Al menos podría sentirse algo mejor hoy.

Mientras Lazarus y Lyndis comenzaban a conversar con sus compañeros, quienes se encontraban a bordo, el príncipe exiliado subía a la borda luego de comer sus raciones de desayuno. Con un mondadientes aun en su boca, y masticando los últimos pedazos de carne del desayuno mientras caminaba, Azghal aspiró el olor del aire del mar y sonrió. Tragando su comida, el rubio cerró sus ojos y dejó que el viento pasara por su cara y su cabello… Aunque la razón de su abandono al trono fuera una de principios, y rechazo por su familia, no podía evitar pensar que una vida en el palacio simplemente no le permitía tomarse este tipo de libertades.. El mejor tipo de ellas, mucho más que cualquier tipo de lujo o riqueza.

No pasó mucho tiempo antes de que Kat reuniera al grupo para una pequeña reunión ejecutiva…

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El mayor del grupo alzó las cejas y parpadeó un par de veces, asintiendo ante la asignación que Katrielle le hizo.

Solo Saphielle, ¿eh? Que extraño… Me esperaba seguro que me asignaran a Gale y Azghal.. Incluso a Lyn… Pero..

El mayor miró a los maestros a quienes cada joven mago había sido asignado, y sonrió calmadamente.

Están en buenas manos, definitivamente.

El comentario de Saphielle, sin embargo, le perforó la mente a Lazarus, quien involuntariamente se dio vuelta para expresar su rechazo ante tal nombre… Pero la calmada y alegre disposición de la joven elfa le dio a entender que solo se trataba de una broma. Lazarus suspiró aliviado y rió un poco con el comentario.

”Lazarus servirá bien por ahora. Haré mi mejor esfuerzo por enseñarte, Saphielle, pero solo tengo el método de mi tío para enseñar..”

Con la respuesta de Saphielle, y su demostración de destreza con la piedra que le había otorgado, las cejas de Lazarus se alzaron una vez más, y una sonrisa decoró su rostro. A él le había tomado alrededor de una semana llegar a ese nivel, pero se daba cuenta de que la chica tenía bastante talento.

”Vaya… Has avanzado increíble Saphielle, ¡buen trabajo!” El mayor asintió, abriendo su resonancia hacia la chica y la piedra. No tener que usar su inhibidor en los últimos días había sido.. una experiencia bastante liberadora. A través de esta, pudo sentir que en la pequeña roca redonda, la frecuencia de Saphielle ya se comenzaba a sentir de manera notoria. ”... Y veo que este pequeño recuerdo ya tiene una nueva dueña.” Rió Lazarus, señalándole a Saphielle para que viniera con él. Miró a su hermanita para desearle suerte, y Lyn, entendiendo con una mirada lo que quería Lazo-sui, le sonrió de oreja a oreja, asintiendo con emoción.

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Una vez que Lazarus y Saphielle encontraron su propio rincón del bote, Lazarus apoyó su cadera contra el riel en el costado del bote y comenzó su pequeña explicación.

”Veamos… Me dijiste que ahora mismo es como una segunda naturaleza, ¿Cierto Saph? Pues estás precisamente en lo correcto.” Lazarus pausó, asintiendo dos veces con su cabeza antes de continuar. ”Verás.. Nuestra categoría de magia, el elementalismo, no requiere tanto pensamiento como varias otras.. De lo que he observado, la magia de Kat, la de Edulbo, la de Nerea.. son más complejas, y sus efectos doblan la realidad de maneras mucho más complejas que la nuestra…”

El joven pausó, haciendo una expresión seria mientras cerraba los ojos… Antes de abrir uno de ellos, con una sonrisa.

”O eso es lo que creen. Nuestro tipo de magia radica en algo más natural.. Más terrenal. Eso es especialmente cierto para la geomancia.. Pero es eso mismo que es nuestra mayor ventaja. Mientras más sepas sobre lo que existe bajo el suelo, sobre lo que podemos mover.. Te darás cuenta de todo lo que podemos hacer.”

Para ilustrar su punto, Lazarus extendió su mano hacia el lado, con su palma abierta hacia arriba. De su cabello, dos colores particulares de polvo flotaron hacia esta y se condensaron en dos pequeñas piedras, del tamaño de dos piezas de gravilla.. Y en un instante, haciendo a ambas chocar, una explosión de luz tan fuerte tomó lugar que Saph tendría que cubrir sus ojos.. Al abrirlos, vería un fuego verde saliendo de la roca combinada, el cual Lazarus haría flotar en su mano, antes de extinguirlo y lanzarle el pequeño pedrusco a Saph, el cual ahora sería un cristal color jade.

”Y si estoy en lo correcto… Lo que yo puedo hacer está bastante más limitado que lo que tu puedes lograr.” Sonrió el mayor. ”Después de todo, tu presencia se siente mucho más parecida a la de mi tío, mi maestro.. Y el puede manipular no solo el suelo, sino que lo que reside en el.”

Dicho esto, Lazarus, con gentileza, cerró los dedos de Saphielle alrededor de la piedra que le había regalado en la taverna hacia algunos días.

”... Cierra los ojos, y siente la piedra que está en tu mano.. No con tu piel, sino con la segunda naturaleza que me mencionas.. Con tu magia.. Dime, ¿Que es lo que puedes discernir?”

Si Saphielle sentía lo mismo que Lazarus, podría sentir como su mana se extendía hacia dentro de la roca.. pasando por su superficie, sus poros… Tal vez no por completo todavía, pero la forma en que su mana entraba a la roca, sería como raíces.

Lazarus esperó la respuesta de la chica, y su reacción, antes de continuar.

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Cuando Lyn fue elegida por Katrielle, y su compañera elegida fue Zuri, la chica dio unos saltitos de emoción, haciendo que su soleada cabellera flotara levemente con sus movimientos, antes de sorpresivamente abrazar a Zuri y Katrielle.

”¡Yaaaaay! ¡Púrpura-sio nos enseñará a Zuri y a mí como ser magas geniales!! ¡Zuri, por fin descubriremos nuestros poderes! Aunque verte flotar de noche ha sido divertido… ¡Así que no dejes de hacer eso! ¿Ok?”

La chica rubia rió mientras soltaba a su maestra y su compañera. Ahora que había entrado en confianza con ellas, y como buena chica de campo, cualquier tipo de inhibición social había desaparecido. Zuri era muy divertida, y hablar con ella había sido una nueva experiencia para Lyn.. Después de todo, no había muchas chicas de su edad en su pueblo. Y Púrpura-sio les había enseñado ya todo tipo de cosas con el capitán Leroy, quien le había tomado cariño a la chica al verla columpiarse colgada de las sogas para izar las velas como una mujer de la jungla, y por supuesto, Lyn lo había apodado como “AbueLeroy”, lo cual probablemente le hacía sentir algo al viejo lobo marino. Sin embargo, su favorito definitivamente era Razvan, ya que ese joven ya tenía amplia experiencia navegando.

Siguiendo a las dos chicas, Lyndis no paraba de sonreír y hacer pequeños saltos y piruetas con el mecer del bote en que se encontraban. ¡Tener una cubierta tan espaciosa era, después de todo, super conveniente!

”¿Entonces que nos enseñarás primero Púrpura-sio? ¿A hacer que las cabezas de los soldados enemigos exploten?” Con esa referencia, la chica hizo mímica de Katrielle disparando su arco, con todo y soniditos de “¡pew pew!” ”¿O a levantar murallas como Lazo-sui? ¡Oh oh! ¡O a invocar mascotas raras como Edulbo!” La chica rió, pensando en el puerco con trompa del mediano, a quien le había sigilosamente alimentado de pasteles que había guardado del desayuno del dia anterior.

Sobre todo, se notaba que Lyn estaba motivada y alegre de por fin poder controlar sus poderes mágicos, como su hermano mayor y Katrielle.

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Azghal se aproximó a su maestro, mirándolo de arriba a abajo. Saludando a Alaric con la mano, el joven príncipe estaba en ambas partes algo decepcionado e intrigado. Si bien el chico era de los más jóvenes de los magos del grupo, también era el más enigmático… Tenía una buena impresión de lo que era capaz Katrielle, quien esperaba que fuera su maestra.. Y Nerea tenía amplias habilidades, que no escatimaba de usar para sus conveniencias diarias… Supongo que eso es lo que un mago criado alrededor de magos haría, después de todo. Edulbo… Bueno, el mediano no gustaba nada de Azghal, y Azghal respondía con un alzar de hombros con desinterés. Si él no podía ver más allá de lo que su sangre representaba, no valía la pena. Pero Alaric… Era con quien menos había hablado, y sin embargo, era el más cercano en edad a él aparte de Razvan, quien había estado gran parte del viaje evadiendo a Azurea… Esos dos deberían besarse y yá.

Sin lugar a dudas, Alaric era quien más interesaba a Azghal, y si Katrielle lo tenía en tanto cariño y tan alta estima, definitivamente debía haber más al chico que una cara linda y un bastón. Comenzando a hablar, el príncipe esbozó una sonrisa intrigada, y cruzó sus tonificados brazos sobre su sólido pecho.

“Vaya vaya… Así que me toca con nada más ni nada menos que el misterioso Alaric, ¿eh? Pues espero ver que tipo de cosas puedes enseñarme...”

Dicho eso, el joven príncipe adoptó una postura de pelea. En parte como una broma, en parte en serio, y en parte por costumbre, ya que con su tutor personal siempre comenzaban de esta manera. La postura en sí era bastante estándar cuando venía a artes marciales. Sólida, con brazos y piernas separadas… Pero alguien experto notaría que la de Azghal tenía ciertos factores únicos. Su balance era distinto, y ciertas partes de su cuerpo estaban más o menos protegidas que en la postura tradicional; sin duda por las peleas que había ya experimentado.. Después de todo, aprendió bastante joven que una pelea callejera, una pelea real, tenía prioridades muy diferentes a la pelea dentro de un dojo.

“¿Tal vez gustarias de un pequeño duelo, para empezar?” Propuso el joven, su mirada perforando los ojos de su maestro.. Antes de relajar su pose, volviendo a una normal. “O no, está a tu discreción… Tu eres el maestro, después de todo.”

Después de decir esto, el joven estiró sus brazos y piernas, mirando hacia el lado.

“Toda esta relajación en los últimos días me tiene increiblemente tieso, después de todo… ”

Razvan se sentía entre extasiado, ansioso por el viaje, angustiado por los peligros inminente y nervioso por su posible reencuentro con sus familiares de Vakeria, su cabeza era todo ese cóctel de emociones y muchos más. Como todo galileo, el muchacho se sentía muy a gusto en el barco, cual pez en el agua: tanto acompañando a su padre en viajes como la propia cultura de Galilea, no seria descabellado afirmar que Raz se la paso mas tiempo viviendo en barcos que en tierra firme. Ayudaba a guiar el navío apoyándose en el astrolabio y el atlas estelar, charlaba con la tripulación, compartía anécdotas con el capitán, realizaba sus correspondientes tareas, maquinaba algun plan en medio de las comidas para acercarse a los Leenards de Vakeria, practicaba en la cubierta del barco con la espada curva y en la privacidad de su habitación jugueteaba un poco con su magia emergente, sin grandes resultados. El único cambio relevante que consiguio era que ahora escuchaba unas voces en el mar: susurros, balbuceos, algun que otro grito pero todos de las profundidades de las vastas aguas. Eran ellos, los peces que por una u otra manera rodeaba el navio.
Si podía, evitaba a toda costa estar en la misma habitación que Zuri. Entre que tenia la mente ocupada por demasiadas cosas y le daba mucha vergüenza acercase a ella, Raz tomó la decisión de no interactuar con ella. En los furtivos choques de mirada que tenían algunas veces, el muchacho se ponia rojo como una carpa y huía de la escena cual ladrón que recién comete una fechoría.
En cambio, Edulbo se la pasaba comiendo, tomando, fumando, escribiendo, durmiendo: eran casi como sus "mini-mini vacaciones". Soltaba a su ave vigia para que pulule por el barco o a su baku para fisgonear ante un posible polizón u otro tipo de peligro e información que le interese. Muy de vez en cuando salía del camarote y se comunicaba con sus compañeros con un seco "hola y adiós", con excepción quizás de Kat, Alaric y Nerea. Bien entrada la noche, cuando todos estan durmiendo, salia un rato a la cubierta a tomar aire y a entrometerse en los sueños ajenos de la tripulación, como quien alquila una película para pasar el rato. Su presencia era imperceptible pero quien era atento sabia que algo se había metido en su sueño. Edulbo se las arreglaba para que el visitado no recuerde dicho sueño, más que nada para no traer asperezas al mundo real.
El inicio del entrenamiento duplicó el entusiasmo de Razvan y le sacó una mueca de hastió a Edulbo. Raz se dirigió de inmediato con su entrenadora y miró de reojo a su compañero, Galeran. No le tenia exactamente toda la confianza del mundo porque no olvida que estuvo en el escuadro que fue a por su cabeza, pero aún así era muchísimo mas comprensible que el mediano

Razvan:- ¿Y cómo empezamos, maestra Nerea? Estoy listo para todo lo que me plante

Mientras tanto, Edulbo se acercaba al joven Anric... Steron. Tener a alguien de su linaje como discípulo lo ponía cuanto menos nervioso. "Hasta el arbol de damasco del tipo mas majestuoso se atrofia si no se le cuida bien desde que es un retoño" repetía Harashi cuando veia a magos con el potencial desperdiciado por culpa de sus malos maestros. ¿Estará a la altura de la situación? ¿podra probar los frutos del entrenamiento o este árbol crecerá torcido e infertil? lamentaba una vez más la ausencia de su maestro, él sabría qué hacer. La edad del muchacho y su aspecto de canijo tampoco ayudaba mucho con su nostalgia. Tendría la misma edad, un año más, un año menos, y la mitad de la altura cuando un misterioso azir enmascarado lo sacaba del pueblo de donde vivía y le contaba la verdad historia de todo. Edulbo inspeccionaba de cerca al muchacho con el rostro mas amistoso que podía. Parecía forzado, era probable que provocara el resultado contrario pero no quería intimidar a Anric, no por ahora.

Edulbo:- ¿Dime, Anric, has tenido alguna manifestación clara de sus poderes mágicos? ¿Tienes alguna idea de que eres capaz? Si puedes, dame una demostración. No hay mejor manera de aprender algo que sino es a traves de la practica pura, decía un viejo maestro mio asi que... dame con todo lo que tengas

Anric no se daria cuenta pero mientras Edulbo hablaba, el baku los adormecía a ambos con su niebla somnífera pero el escenario seguia siendo su barco aunque esta vez dentro del mundo onirico del joven. Las primeras veces siempre son complicadas, infructuosas, los nervios evitan una completa manifestación de los poderes, por lo que necesitan un empujón emocional para borrar ese bloque. Y no hay mejor emoción que desate el potencial mágico que el miedo. Usaría algun trauma u horror guardado en el mundo onirico para azuzararlo y obligar que ataque, tal como hizo Harashi con él en su primer dia de entrenamiento. Tomó la forma de la gran bestia que lo había atacado de chico y Edulbo intentó escapar con primigenias ilusiones y debiles manifestaciones de telekinesis. Una experiencia dura pero que valió la pena.

Rápidamente el numeroso grupo se vio disperso, dividiéndose en cuatro. Azghal esperaba las instrucciones de Alaric, Galeran y Razvan estaban junto a Nerea, mientras que Edulbo intentaba simpatizar con Anric y Lazarus ya estaba listo para guiar a Saphielle. Por su parte, Azurea y Lyndis miraban expectantes a Kat.

— Es mi primera vez haciendo esto, así que estoy tan ansiosa como ustedes—anunció, con una sonrisa tímida—. Aún no estoy muy segura de lo que puedes hacer con tu magia, Lyn, así que lo tendremos que ir descubriendo juntas. Ahora, síganme.

La muchacha se abrió paso hacia el interior del barco, que durante los dos últimos días se había convertido en su hogar. Las guió hasta un grupo de sillones individuales, forrados con un terciopelo negro, que formaban un triangulo entre sí, cada uno muy cerca del otro. Se sentó en uno, esperando que sus compañeras hicieran lo mismo.

— Lo que voy a hacer ahora no les gustará mucho—comenzó—. Utilizaré mis poderes para poder entender la naturaleza de su magia, así nos será mucho más fácil empezar. No se asusten, para ustedes no serán más que unos segundos.

Katrielle se inclinó hacia adelante, y con un dedo de cada manó tocó suavemente el pecho de sus compañeras. Los ojos verdes de la pelirroja se tornaron más brillantes, clavados fijamente entre el espacio vacío que había entre Lyndis y Azurea. Inmediatamente, ambas sintieron como el aire que respiraban se volvía más denso y daba la sensación de que estuvieses aspirando agua. Notaron una sensación rara dentro de la cabeza, una presión que les apretujaba el cerebro.

Primero, Kat se vio sumergida en un plano completamente vació, inundado por un incesante brillo que no le permitía ver con claridad. Unos pasos más adelante, la figura de una muchacha de aspecto descuidado la observaba. "Lyndis", pensó, y caminó con decisión hasta ella. No sentía miedo, no era la primera vez que experimentaba algo así. La muchacha levantó una palma, invitando a Katrielle a tocarla. Al hacerlo su cuerpo se lleno de sensaciones. Sintió como si todos sus deseos se pudiesen volver realidad, y se vio inundada por una felicidad inmensa. Una explosión de alegría que la llenaba desde los pies hacia la cabeza. Al mismo tiempo, una segunda Katrielle veía, frente a ella, a una chica de pelo rubio, casi blanco, que la esperaba. "Azurea", susurró. El lugar estaba rodeado por una densa neblina y no podía ver más allá de la figura de Zuri. Posó su palma sobre la de Lyndis, sin saber realmente que esperar. Pero, a diferencia de la otra Katrielle, apenas tuvo una respuesta. Tanto su cuerpo como su mente se sentían más livianos. No supo cuanto tiempo estuvo ahí, parada frente a Lyndis y Azurea. Días, semanas. Meses y años, intentando entender las capacidades de las hechiceras, explorando su pasado y sus pensamientos.

Sus ojos volvieron a la normalidad. Lo que para Lyndis y Azurea no había sido más que un instante, para Katrielle había sido una eternidad. Sin embargo, por extraño que sonara, aquella eternidad que, en su mente, Kat había pasado analizando tanto a Lyndis y Azurea, significaba para ella tan solo un pestañeo. En su cabeza, cuando su magia se ponía en marcha, el tiempo no tenía límites.

Carraspeo, aclarándose la garganta, y miró a Lyndis.

— Ayer hablé con Lazarus. Me contó lo que pasó en el mercado, como hiciste volar a ese ladrón. Dime, Lyn, ¿que fue lo que pensabas cuando el ladrón intentó robarle a Raikel? Lo siento, Zuri—se disculpó, mirando apenada a Azurea—. Tu mente es extraña para mi, no pude ver gran cosa. Pero, mientras descubrimos lo que puedes hacer, quizás pueda enseñarte a usar el arco. Creo que te sería muy útil—agregó, ahora con una sonrisa—. Quizás, si intentas controlar esa levitación estando despierta, tu mente se abra un poco.

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— Lamentablemente, el combate cuerpo a cuerpo no es mi especialidad—dijo Alaric, sereno—. Soy un poco más ducho para la magia, si tengo que ser sincero. Aunque Kat me ha enseñado un par de sus trucos. "Artes marciales", lo llaman. Pero mis habilidades arcanas no están muy bien definidas. Soy lo que los de nuestra clase suelen llamar un "mago negro". Utilizo las artes oscuras, la muerte, las sombras, la sangre, el dolor. Puedo doblegar la voluntad de algunas criaturas y que estén a mi merced. No es agradable, y es una magia poderosa. Y peligrosa. La búsqueda del poder puede llevarte a caer en un abismo del que no podrás salir. Oh, y también puedo utilizar un poco de magia elemental. Rayos, para ser más preciso.

Alaric caminó hasta la borda y, de un salto, se sentó sobre ella. Miro a Azghal a los ojos, mientras en el extremo de su báculo bailoteaba un pequeño rayo, que producía un eléctrico sonido.

— Un gran flujo de magia te atraviesa. La energía que desprendes es potente, supongo que por tu naturaleza. No te confundas, eso no quiere decir que seas más poderoso que los demás, pero si me deja entrever que tienes un gran potencial mágico. Sin embargo... los rumores sobre Azghal Loyset hablan sobre un guerrero feroz, capaz de luchar contra diez enemigos a la vez y salir intacto, pero... ¿qué puede hacer Azghal Loyset contra un mago?. ¿Qué es lo que puedes hacer, Azghal Loyset?.

Sin darle tiempo a reaccionar, el mago levantó el báculo, despidiendo el rayo hacia el cielo. Azghal, sin darse cuenta, cometió el error de fijarse en los ojos brillantes que adornaban la cabeza de águila tallada que decoraba el bastón. Inmediatamente, Azghal notó como sus piernas dejaban de aguantar su peso, pero cuando cayó de rodillas ya no se encontraba en el barco. Todo a su alrededor era negro, completamente negro, y solo podía ver su propio cuerpo. No había división entre el suelo y lo demás... fuera lo que fuera. De pronto, pudo escuchar la voz de Alaric. Era mucho más potente, y tenía un tono espectral que erizaba la piel.

¿QUÉ ES LO QUE PUEDES HACER, AZGHAL LOYSET?

Justo después de escuchar la voz de Alaric, pudo ver algo más. Algo que corría hacia el. O volaba. Algo que parecía un dragón. Algo que ERA un dragón, y parecía estar muy dispuesto a comérselo de un bocado.

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Anric miró a su nuevo maestro algo confundido. No entendía muy bien porque Edulbo era su maestro, pero si Kat creía que era buena idea, debía serlo. Intentó pensar rápidamente, y llego a la conclusión de que ella tenía que encargarse de las Zuri y Lyn por alguna razón. Quizás, como el ya tenía sus poderes, Kat debía enfocarse en aquellos que aún no podían hacer magia. Escucho la pregunta de Edulbo con atención, quería aprender rápido para poder ayudar, para poder proteger a Kat, a Zuri y a todos.

— Bueno, yo... creo que puedo invocar tormentas, o algo así. Kat nos encontró porque hice que aparezca una tormenta y le tire un rayo a Razvan... o algo así. Fue extraño, no lo volví a hacer desde ese momento. Estaba muy asustado porque creí que me iban a llevar con los guardias, así que... simplemente lo hice. Está bien, lo intentaré de nuevo.

Dudaba. No quería lastimar a Edulbo, pero si el decía que estaba bien... debía intentarlo. Se concentró, intentó sentir lo mismo que había sentido la primera vez. Inmediatamente, sintió como la piel se le erizaba, y un cosquilleo le recorrió la nuca. El cielo se volvió completamente gris, y, luego de que un potente trueno dejara retumbando sus tímpanos, un rayo salió despedido desde la punta de sus dedos, que apuntaban hacia Edulbo. Era poco potente, tan solo un poco más intenso que el que había sorprendido a Razvan, pero lo suficiente como para hacer algo de daño.

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— Solo Nerea, ya te lo he dicho—se quejó, frunciendo el ceño. Luego, cambiando su gesto por una leve sonrisa, continuó. — Yo no soy Kat, así que no puedo meterme en sus cabezas y averiguar que es lo que pueden hacer. Pero puedo mostrarles lo que yo se hacer.

Sonriendo, colocó su palma hacia arriba, y mágicamente una llama comenzó a danzar sobre su mano. Retiró el brazo rápidamente, y la llama se desprendió de su mano y se mantuvo en el aire, crepitando débilmente. Separó sus pies, ganando estabilidad. Apuntó con las dos manos hacia el borde del barco, que no estaba demasiado lejos, y los movió lentamente hacia dentro de la embarcación. Desde el revoltoso mar salió un ligero hilo de agua, que se posó justo debajo de la llama, como una especie de base. Nerea dio un fuerte pisotón sobre las tablas del barco y tensó sus manos frente a ella, haciendo un gran esfuerzo. La nube de polvo que ahora estaba suspendida en el aire gracias al golpe comenzó a condensarse bajo las manos de Nerea, hasta que formó una pequeña esfera de tierra. Con un ademán, la esfera flotó hasta posarse en el centro de la llama. Por último, para concluir su espectáculo, silbó. Acompañando su silbido, una repentina ráfaga de aire los hizo dar un paso hacia atrás, mientras Nerea los observaba, sonriente.

— Entre muchas cosas, soy una maga elemental. Eso quiere decir que puedo controlar los cuatro elementos principales. Ahora es su turno.

Cerró los ojos por un momento, mientras se quitaba el brillante collar que colgaba de su cuello. Era un cordón de tela grueso, que remataba con una brillante piedra color celeste, con forma de lágrima invertida. Se los ofreció, esperando que alguno lo tomara.

— Es una piedra de Inasha—explicó. Al notar el desconcierto de sus nuevos alumnos, tuvo que esforzarse para no poner los ojos en blanco. — Lo siento, a veces olvido lo poco que saben sobre la magia. Las piedras de Inasha están conectadas al mundo espiritual, al tocarla podrán entrar en sintonía con su propio yo, con su ser espiritual. La piedra de Inasha los ayudará a entenderse a ustedes mismos, y poder sentir la magia a su alrededor. La magia que nos rodea a nosotros, a este barco, y a todos los seres vivos de nuestro mundo. Eso, más lo que ya saben sobre sus habilidades, nos podrá ayudar a descubrir y entender sus poderes.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], sintiendo como la frecuencia de la chica comenzaba a armonizar con la piedra frente a ella, la cual tomaba su propia frecuencia, y la replicaba… su mente no pudo evitar divagar… La imagen de Saphielle en este estado de concentración trajo a Lazarus de vuelta más de 10 años, en un día de verano algo alejados de la granja Graves.

“Bien Lazito, ahora dime qué sientes de esa piedra.”

El joven Lazarus abrió los ojos, mirando hacia arriba y a los ojos a su tío Gilbert, mientras frotaba la suave esfera entre sus dedos. Habló con una voz semi-alta, aun no entrando en la profundidad que alcanzaría en su adultez.

”... Esta piedra ya no es solo una piedra… es.. como si fuera otro dedo, o algo parecido. Puedo abrirla, y cerrarla… Puedo levantarla, y bajarla...” Mientras el joven Lazarus hablaba, su palma se abría, y la roca que sostenía flotaba frente a sí mismo. El ya había pasado semanas con este regalo, y se notaba.. Sus leves movimientos dactilares hicieron que la roca levitara libremente, y el chico la hizo flotar a su alrededor a altas velocidades.. Incluso separandola, y volviendola a unir. ”Esta piedra… Es parte de mí… y yo..” Mientras decía esto, la piedra se ralentizó, y se volvió a posar en la mano de Lazarus, quien la acercó a su pecho, a su corazón, y una vez más cerró los ojos. ”... soy parte de ella.”

Gilbert sonrió a su sobrino, cruzando sus brazos por encima de su pecho y cerrando los ojos y asintiendo.

“¡Vaya Lazito, realmente tienes un talento para esto! Así es… Esta piedra es tuya ahora. Tenla contigo siempre, porque te ayudará a entender el mundo a tu alrededor.. Y a tí mismo.”

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Cuando Lazarus volvió al presente, estaba sonriendo bajo su poblada y polvosa barba. Su atención, sin embargo, se encontraba por completo en la joven elfa frente a sí. Al oír sus palabras, sus cejas se levantaron, y la nostálgica sonrisa que esbozaba se convirtió en una de orgullo… ¿Es así como se sentía su tío cuando le enseñaba?

Mientras pensaba en su propia respuesta, asintió con su cabeza, y una de sus manos comenzó a frotar su larga barba mientras respondía.

”Pues ya sabía que eras una joven inteligente… Pero con esto me lo has demostrado con creces. Has mejorado mucho… Así es. Tú ya conoces los componentes y los minerales de la piedra… Pero no tiene nada que ver con tu propia mente ni memoria.. Ya entenderás por qué. Creo que ya estas lista para el siguiente paso… Pero antes de continuar...”

Lazarus dejó de frotarse la barba, y gentilmente con su mano, cerró los dedos y la palma de Saphielle alrededor de la piedra.

”... Esto es tuyo ahora. Legítimamente… No la alejes de tu lado. Te enseñará tanto de sí misma como de tí.” Con esto, Lazarus le dió una sonrisa.. algo paternal. Parecida a las que le daba a Lyndis. Luego de alejarse un poco de la chica, el joven comenzó a mirar a su alrededor, en las olas y el agua que los rodeaban.

”Pero para el siguiente paso… ¿Como voy a poder enseñartelo sin el material indicado…? Hm...” Por un momento, el mayor estaba falto de palabras… Necesitaba al menos una piedra tan grande como para poder sentarse en ella… Pero como si por milagro, a la distancia avistó exactamente lo que estaba buscando. ”¡Ahá! Supongo que no tendré que preocuparme demasiado de esto.”

Mientras decía lo último, apuntó a lo que veía más allá de las olas. A lo lejos, se divisaba asomándose del agua, una punta de piedra como aquellas que a veces se ven en altamar, probablemente un signo de un altiplano en el suelo submarino… Pero era exactamente lo que Lazarus necesitaba. Poniendo su cuerpo en la postura que Gilbert le había enseñado, le habló una vez más a Saphielle.

”Toma esto como una demostración, Saphielle, de lo que pronto serás capáz de hacer.”

Dicho esto, el joven tomó un profundo respiro. Lazarus aumentó su frecuencia, y su influencia en sus alrededores. Saphielle probablemente sentiría una presión leve sobre sus hombros, empujándola hacia abajo. El polvo sobre la borda del barco alrededor de Lazarus se levantaba a su alrededor, vibrando y girando con él como epicentro mientras su navío se acercaba a este pilar de roca… Y tan pronto como estuvo en el círculo de influencia de Lazarus;

”HORRAH”

El joven hizo un golpe en dirección a la gran roca. A pesar de solo golpear el aire frente a el, Saphielle sentiría el peso que había detrás del golpe, el cual causó una onda expansiva en el polvo a su alrededor… ¿Y la piedra? Pues el pilar, a más de cien metros de ambos, estalló en decenas de pedazos.. No solo lo que estaba sobre la superficie, sino también lo que estaba debajo de esta. El agua salada se levantó en rebelión ante el choque que acababa de sufrir.. Pero una vez que la bruma se hubo disipado, lo que se reveló no sería un montón de astillas desperdigandose.. Enormes fragmentos de la roca se encontraban suspendidos en el aire, quietos e impasibles, mientras su embarcación se comenzaba a alejar.

Sin romper su concentración, la postura de Lazarus cambió. Con movimientos fluidos, estos enormes pedruscos flotaron hacia el barco, en una formación como si de estrellas fugaces se tratara, y al llegar donde Lazarus y su alumna se encontraban, se tornaron alrededor de ellos, rodeandolos en un círculo flotante de afiladas piedras, las cuales giraron gentilmente a su alrededor antes de ponerse quietas. De alguna manera, Lazarus había creado una especie de campo de entrenamiento para ellos.

Alivianando su expresión, Lazarus relajó su cuerpo por completo. Las rocas a su alrededor ya respondían a su comando sin esfuerzo. El maestro pardo extendió su mano hacia Saphielle, y múltiples de las rocas a su alrededor comenzaron a flotar al espacio que se encontraba entre ellos, posándose gentilmente sobre la borda de la nave, y encajando perfectamente hasta que crearon un círculo, de unos 3 metros de radio. El resto de las rocas siguió flotando a su alrededor. Lazarus tomó unos pasos y subió a esta plataforma, invitando a Saphielle para que hiciera lo mismo.

”Tu siguiente lección, Saphielle.. Es lo que mi maestro llama “Uno con Todo”. Quiero que te sientes en esta plataforma, y medites.. Que hagas cada una de sus piezas tuya, y que utilizandolas, nos levantes a ambos.”


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[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ¡Era el momento! Se sentía como si estuviera a punto de revelar una mano ganadora en un juego de poker con Lazo-sui y el Tio Gilbert! Su corazón palpitaba tan rápido y fuerte que ni siquiera escuchó claramente lo que Púrpura-sio les dijo a Zuri y a ella… Pronto, la pelirroja colocó su mano sobre los pechos de las chicas, y por un instante, Lyn pudo ver como esa luz púrpura a su alrededor refulgaba fuertemente… Antes de que se sintiera como si cayera dentro de un profundo mar, cubierta de una luz blanca resplandeciente.

En este pequeño, ínfimo instante, en esta luz resplandeciente, Lyn pudo vislumbrar a la distancia dos figuras.. Un hombre y una mujer abrazados gentilmente. Pero antes de poder ver cualquier cosa más, la rubia estaba de vuelta en el barco, lanzándose hacia atrás, y casi tropezando sobre sí misma ante la extraña sensación a la que Katrielle las había expuesto.

”¡Gwaaah! ¿¿Qué pasó?? ¿¿Nos caímos al mar?? Ah.. ¿No? Pues entonces todo está bien~”

Lyn rió, respirando profundo y suspirando de alivio luego de la extraña sensación… Pero antes de poder decir cualquier cosa más, Lyn escuchó a Púrpura-sio comenzar a preguntarle sobre ese día fatídico. La joven rubia se rascó por encima de la cabeza mientras pensaba sobre lo que Kat estaba preguntándole…

”Hmmm… ¿El día en el mercado? Pues… De verdad no recuerdo mucho, esta bien borroso, ¿sabes? Pero.. ¡Pues había un poquito de lluvia y no había nadie en el mercado! Y Lazo-sui quería irse pero no habíamos vendido nada ese dia y pues se acercaba ese chico elfo a comprar, ¡Y no podía dejarlo irse! ¿Sabes? ¡Pero luego llegó ese malnacido ladrón y le comenzó a forcejear la mochila! Y.. ¡¡Y me dio tanta rabia!! ¡No podía dejar que ese asqueroso maleante saliera con la suya y ahuyentara a nuestro cliente! ¿sabes? ¡Lazo-sui y el Tio Gilbert y Mamá siempre dicen que ladrones asi son unos buenos para nada que no han trabajado un dia honesto en su vida! Y pues yo solo quería que se fuera, y lo quería y lo quería fuertemente.. Hasta que dije: ¡Ya basta!, y le di una de estas!” La chica interrumpió su frenético discurso para demostrar la patada aerea giratoria que había querido enactar ese dia, con un pequeño “¡Hiya!” para mayor efecto, antes de continuar. ”Y, y… Y luego lo mandé volando por los aires contra el puesto de al frente, y después no me acuerdo que pasó hasta que desperté contigo y Lazo-sui en el callejón, Púrpura-sio”

Con el fin de su pequeña historia, Lyn simplemente sonrió con su usual disposición. No entendía bien por qué Kat quería saber la historia de ese día, pero suponía que tenía algo que ver.

Iba a continuar, pero luego notó que a su lado, Zuri se veía alicaída ante el comentario de Púrpura-sio… Lyn, con ojos preocupados, se disponía a tomarle la mano, pero pronto Zuri misma encontró su propia motivación, con una sonrisa de determinación en su rostro. Escuchando sus palabras, Lyn le entregó su propia sonrsa de determinación, de motivación, y subiendo sus puños a su pecho, la chica asintió múltiples veces, con una sonrisa que quería motivar a su nueva amiga tanto como ella misma lo estaba.

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“Con que un mago negro ¿Eh? Que interesante… Magia oscura. Suena como el tipo de cuentos que mi padre nos contaría a mis hermanos y a mi para asustarnos… Y de cómo la “noble casta Loyset” doblegó a esos “viles magos”... Pura mierda, sin duda.

Sin embargo… Estoy curioso, Alaric, sobre tus habilidades.”

Pronto, su interlocutor expresó interés en las habilidades del propio Azghal, retirándose hacia atrás y haciendo una pequeña muestra de su magia… Y cuando lanzó el rayo, Azghal lo reconoció inmediatamente como un tipo de ataque. Instintivamente, su cuerpo lo lanzó hacia atrás en un pequeño salto, y sus brazos se levantaron frente a él. Cuando vez un ataque desconocido, debes alejarte y observarlo. Este pequeño adagio es el que lo había llevado a ganar tantas batallas.. y tantas cicatrices.

Pero este fue su error.

Desde los brillantes ojos de este báculo aguilesco, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], con las piernas del joven cediendo ante una presión antinatural. Se encontraba solo, en un expanso indefinido y oscuro… Esto es, hasta que una bestia rugió desde los cielos. Ante el visaje de esta monstruosidad, si las piernas de Azghal no estuvieran ya en el suelo, hubieran perdido las fuerzas… Un dragón, una criatura colosal que volaba desde este abismo directamente hacia sí. Un enemigo con el cual nunca había peleado.. Un enemigo contra el cual no le sería posible luchar.

“¿QUE ES LO QUE PUEDES HACER, AZGHAL LOYSET?”

Nada. Azghal no podía hacer nada en contra de este enemigo. Sus dientes presionados contra sus encías, sus puños apretados hasta sangrar… Azghal no podía hacer más que susurrar una maldición contra los magos. Una maldición contra este tipo de asalto…. Contra el cual no era capaz de defenderse. Pero lo que vió frente a sí cuando levantó la cabeza no fué el dragón que se le aproximaba. Era su propio padre;

Alduir Loyset I.

“Ahora lo comprendes, Azghal. ¿No es así? Ahora comprendes la realidad de las cosas. Los magos, esos viles seres, no juegan por las mismas reglas que el resto de los mortales… Sus habilidades no hacen más que suprimir y reprimir a los mortales. No hay nada que puedas hacer en contra de ellos... “

Azghal escuchaba las palabras de su padre incrédulo, pero dentro de su corazón… El elicitaba los mismos sentimientos contra los magos, contra la magia y la injusticia a la cual se veía enfrentado. La figura de su padre sonrió, continuando con su discurso hacia su hijo.

“Eres débil, Azghal. Siempre lo fuiste… No importa cuántos hombres derrotes, o cuanto intentes escapar de tu destino, porque la debilidad no está en tu cuerpo..”

Dicho esto, Alduir se acercó al cuerpo todavía arrodillado de su hijo, y con su dedo índice, cuya uña estaba cortada en punta y lustrada azabache, perforó la frente de Azghal, extrayendo una queja de dolor del joven príncipe.

“Tu mente es débil, Azghal.. Tu carácter, tu espíritu. Tu simpatía es lo que te hace un niño débil, un príncipe débil.. Y es la razón de que estés en esta situación.”

El rubio príncipe sentía un cóctel de emociones burbujear dentro de sí mismo.  Una nauseabunda mezcla de rabia, de impotencia, de auto-odio, de inseguridad y de desesperanza.

Los desalmados ojos de su padre, viendo el patético estado de su hijo, le indicaron que este era el momento. Esta, era la oportunidad perfecta para dominarlo por completo.. En mente y alma.

“Pero, Azghal… Te ofrezco una salida.”

El príncipe abrió los ojos, dudoso, con un profundo odio hacia su padre… Pero con curiosidad. Su padre señaló hacia la bestia que aún se aproximaba, ahora definida en su tamaño, su forma, y sus macabras escamas; y de cuyas fauces escapaba la refulgente luz de la magia que contenía.

Desde el interior de su túnica, Alduir removió un objeto, el cual le presentó a Azghal… La misma flor de cristal que habían visto en el despacho de Nerea la noche anterior, pero más sofisticada… Más desarrollada. De su tope, la llama que contenía brillaba tenuemente.

“Tomala, Azghal… Toma La Llama, y destruye a tus enemigos… Con esto, ningún hombre.. Y ningún mago podrá ponerse frente a tí. Tendrás el dominio completo del campo de batalla… De tus enemigos…”

Los ojos de Azhgal se mantenían fijos en la Llama… La superficie cristalina del artefacto reflejándose gentilmente en sus ojos, mientras rotaba. ¿Realmente debería tomar este objeto…? ¿Realmente sería capaz de doblegar a un dragón ante sus pies…? Azghal visualizó a sus aliados, arrodillándose indefensos ante el artefacto.. Alaric, Nerea, Edulbo… Incluso Katrielle no podría escapar de sus efectos….

…. Pero eso no es lo que quería.

La furia de Azghal, las memorias sobre la tortura que su padre le hacía a hombres y mujeres inocentes… El trato hacia él y su madre…  La injusticia que el reino experimentaba bajo sus manos… La sangre en las manos de todos los Loyset… Los ojos de Azghal brillaban, una dorada y refulgente luz, la cual comenzó a cubrir sus extremidades.

“... No...”

La luz cubrió las piernas de Azghal, quien forcejando contra la gravedad invisible que las empujaba, comenzó a incorporarse.

“... No.. ¡No!”

Como si estuviera sujeto por invisibles sogas, el cuerpo de Azghal, rodeado de una brillante aura dorada, rehusaba a incorporarse por completo… Y Azghal se rehusaba a rendirse contra esto.

“¡NO, NUNCA TOMARÉ TU AYUDA, BASTARDO MALDITO!”

Con ese grito de furia, Azghal logró romper las cadenas, y de un manotazo, extinguir el visaje de su padre en nada más que humo, el cual se esfumó tan pronto como había aparecido.

Ahora… Lo que quedaba frente a él era este sombrío dragón, de cuyas fauces rayos violeta crujían y brillaban. Azghal golpeó uno de sus puños contra la palma de su mano, sonriendo con bravado.

“Vamos lagarto sobrealimentado… Muestrame que tan fuerte puede llegar a ser un mago.”

Como si la bestia respondiera a su llamado, rugió estruendosamente, como el sonido de un trueno, y con un batir tempestoso de sus alas, se lanzó contra el joven; con las fauces abiertas y suficientemente grandes para devorarlo completo.

Ahora… el joven debía pelear. ¿Y por qué pelear y no escapar? Pues… La luz que rodeaba su cuerpo lo hacía sentir una ligereza palpable… De alguna manera, Azghal sentía que podía defenderse contra esta masiva criatura.

Pero el cuerpo de Azghal no era lo único que se sentía más ligero. De alguna manera, su mente también estaba más despierta, más nítida… Casi como si pudiera predecir lo que este dragón haría. Y es esta nitidez lo que lo dejó, al caer las fauces sobre él, hacer un movimiento lateral y, antes de que estas alcanzaran al joven, utilizar toda la fuerza de su cuerpo para patear a la criatura en la mandíbula.

Ahora, Azhgal no era tan ingenuo. No esperaba que una patada así tuviera un gran efecto sobre la colosal criatura. Su plan era el de hacer suficientes impactos en su cabeza como para que su cerebro se golpeara contra su cráneo, y que perdiera el conocimiento… Pero para su sorpresa, ante el impacto de su pierna, la cabeza del dragón fue empujada hacia el lado, como si hubiera golpeado un puñetazo a un humano. Pero Azghal no cantó victoria… Este hecho solo pareció enfurecer a la bestia, quien con un nuevo rugido levantó su cabeza y preparó su garra, cubierta de rayo, para un ataque contra él.

La garra, cortando hacia abajo, tenía tal velocidad que Azghal no esperaba poder esquivarla… Pero algo dentro de sí mismo, una determinación férrea, le indicaba que podría. Las piernas de Azghal se movieron, y como una estela de luz, se movió más rápido de lo que jamás lo había hecho; evitando el impacto de la garra que cayó en el lugar anterior en que el joven se encontraba. Una, dos, tres veces… Con relámpagos esparciéndose en el suelo de este vacío cada vez que la garra impactaba… Pero Azghal podía moverse, él podía esquivarlas… Y tal vez, podía atacar a la bestia.

Las piernas de Azghal se inclinaron.. Se proponía a saltar contra el cuello de la bestia… Pero incluso sus elevados reflejos no pudieron evitar lo que vino luego. Un coletazo de la criatura lo lanzó hacia arriba, surcando por los aires… Y con un poderoso batir de sus alas, el dragón fue tras él. Sus afilados colmillos, y el interior de su boca, cubierta de rayos, lista para devorar al joven por completo… Azghal no tenía escapatoria. Pero los ojos del joven no desfallecieron.

“Vamos Azghal… ¿Eres un hombre, o un cobarde? Maldita sea… ¡Aquí voy, Mago hijo de puta!”

De alguna manera, Azghal logró estabilizarse en el aire, preparado para lo que se venía… Pero con una determinación que quemaba dentro de su pecho. Sintió en sus pies una energía tan concentrada, que con una patada, logró impulsarse incluso en el aire… Pero no alejándose del coloso. Su cuerpo se volvió una flecha de luz, su puño la punta de esta, mientras con un grito, entraba en las fauces de la bestia… Atravesandola desde adentro.

La ilusión se quebró.

Cuando Azghal se reincorporó, saltó hacia adelante; su mano agarrando la camisa de Alaric, quien todavía se encontraba en la borda sentado, y casi empujándolo hacia el agua… Pero sosteniéndolo ahí. En su mirada, se notaba una candente ira, y en sus ojos el tenue brillo que muy pronto se esfumó por completo.

”¿Cual mierda es tu idea de enseñar, huh? ¿Te parece muy gracioso abusar de tus poderes contra alguien que no se puede defender de ellos, Alaric? Maldito bastardo...”

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], Azghal notó como una leve corriente eléctrica recorría su cuerpo, una energía natural que estaba en armonía constante. ¿Eso significaba ser un mago? ¿Sentir tu magia todo el tiempo? Allí parado, tan tranquilo como se veía, el nigromante era uno mismo con la magia. No se inmutó ante la reacción del príncipe, el no haber sido golpeado era considerado un logro. Cerró los ojos brevemente y, para sorpresa de Azghal, una sonrisa se formó en sus labios.

— Creía que eras un tipo duro, Azghal Loyset—susurró—. Katrielle vio dentro de ti cuando se conocieron, me dijo que tenías una fortaleza mental tan sólida como la suya. Has tardado cinco segundos en sacarme de tu mente, para ser una habilidad que no controlas, realmente me has sorprendido. — La sonrisa se borró de su cara. — Perdón si creías que aprender magia iba a ser como beber una cerveza, muchacho, pero debo decirte que es más duro de lo que piensas. Tenemos poco tiempo, y muchas cosas que descubrir sobre ti. Que Katrielle haya decidido que debía enseñarte no es casualidad, ella creyó que iba a poder ser capaz de ayudarte a sacar todo tu potencial.

De pronto, sintió como la camisa de Alaric se le empezaba a escurrir entre los dedos. Al ver su mano, vio como el cuerpo del mago poco a poco se iba desvaneciendo,  y al levantar la vista buscando su rostro, ya no había nadie.

— Siento dentro de ti energía muy antagónica a la que yo puedo dominar, como si fueras la otra cara de mi moneda. — Al darse vuelta, pudo ver a Alaric de pie, en medio del barco. — Pero mucho más adentro, puedo ver oscuridad, una oscuridad tan profunda como la mía. Quiero que te sientes, Azghal. — Hizo un ademan, esperando que se sentara en la cubierta. — Quiero que cierres los ojos y te concentres, que busques en tu interior. Escucha el sonido del agua, del aire que atraviesa tus oídos, y déjate llevar, hasta que ambos sonidos se vuelvan uno solo y que poco a poco desaparezcan. Intenta encontrarte. Cuando lo hayas logrado, lo sabrás. Pero, por sobre todas las cosas, no le temas a la oscuridad, Azghal, o no podrás con ella.

No supo en que momento sucedió, pero de un momento a otro ya no se encontraba en el barco: estaba otra vez en el mundo de tinieblas de Alaric. Sin embargo, algo le decía que estaba a salvo. Casi sobresaltándolo, la voz espectral resonó de nuevo en su cabeza.

"VE MAS ALLÁ, AZGHAL, ROMPE LA ILUSIÓN. CUANDO LO HAYAS HECHO, NO ABRAS TUS OJOS, Y ESCUCHA. ESCUCHA TU INTERIOR."


— — —

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], o como mierda se llamara, y al apretarla dentro de su puño, la brisa marina lo arremetió con tal fuerza que lo hizo caer hacia atrás. Aún se encontraba en el barco, pero pudo sentir algo muy distinto. No había nadie en la cubierta, todos sus compañeros habían desaparecido de un momento para el otro. Pero no lo inquieto, el escenario lo relajaba más que la mejor botella de vino vakeriano. Miró a su alrededor y descubrió que una especie de bruma rodeaba la embarcación, que se encontraba totalmente quieta, a pesar de que el oleaje del mar rompía contra el casco. Se acercó hacia la barandilla. A medida que se acercaba, a sus oídos llegaban unos leves murmullos que iban creciendo en potencia. Al llegar al borde, la escena lo sorprendió. El agua estaba repleta de peces y criaturas marinas que lo... ¿miraban? y le hablaban. ¿Los peces le estaban hablando? Eran tantas voces al mismo tiempo que le era imposible identificar.

— ¡YA CALLENSE!—gritó el galileo. Y se hizo un silencio sepulcral, donde incluso el mar se había silenciado, a pesar de que podía ver claramente como las olas se seguían moviendo.

Cuando pestañeó, ya no estaba sobre el barco. Estaba en la profundidad del mar, en la completa oscuridad. Comenzó a desesperarse, sin entender lo que estaba sucediendo, intentando nadar hacia la superficie y conteniendo la respiración lo más que pudo. Hasta que sus pulmones no dieron más, y sintió como el agua entraba por sus... ¿branquias?. Se palpó el costado del cuello, para descubrir las aberturas dentro de su piel, dándose cuenta que podía respirar con total normalidad.

Volvió a pestañear una vez más, y cuando abrió los ojos, se encontró bajo la mirada analítica de Nerea. Cierto, había tocado la piedra. Entre tantas emociones se le había olvidado. Nerea tomó la pequeña piedrita en forma de lágrima y la colocó de nuevo a través de la cuerda. La hechicera lo miró, esperando que contara lo que había sentido.

— No se que mierda tiene tu piedra, Nerea, pero creo que ha sido bastante... clara. — La respiración del muchacho era agitada, la escena lo había sorprendido a tal punto que la ilusión había traspasado la realidad. — Pude escuchar a las criaturas del mar y... ¿ordenarles que se callaran?. Y luego me estaba ahogando, pero pude respirar, me salieron unas branquias en el cuello. Creo... — Se detuvo unos segundos, intentando recordar algo de su pasado. — Creo que ya ha pasado una vez, cuando era pequeño. De repente no pude respirar, y fue porque unas branquias de mierda me habían salido en el cuello, igual que cuando toque la piedra.

Nerea lo observaba, con la mirada tiesa en sus ojos y la mano bajo la barbilla.

— Obviamente tus poderes tienen que ver con el mar, no hay que ser un genio para comprenderlo. Quizás podamos empezar tratando de hacer un poco de hydrokinesis. Controlar el agua. Si tus poderes tienen que ver con el mar, entonces deberías poder controlar el agua.

El galileo no pudo evitar sonreír levemente. A pesar de lo traumático que había resultado la segunda... ¿visión?, había encontrado algo de certeza en su tipo de magia. Ahora solo quedaba lo más duro, aprender.

— Al parecer tienes un talento nato, Galeran. — Nerea ahora tenía su atención sobre el ex-soldado, observando la pequeña llamita. — No te diré que es algo sin precedentes, pero he conocido a muchos magos poderosos que de pequeños tardaron mucho tiempo en sostener una pequeña llama. Dime, ¿Qué más has visto?

— — —

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], algo aliviada por la reacción de Zuri. Sin embargo, aún no perdía las esperanzas, si su detección arcana había dicho que Azurea era una maga, entonces lo era. Incluso, aunque la panadera no demostrara el más mínimo ápice de poder mágico, más allá de levitar cuando dormía, gracias a su detección sabía que Azurea era portadora de un gran poder. Quizás no era el momento de manifestarlo, quizás su poder estaba vinculado a algo más grande.

— En un rato intentaremos con el arco. Se que hay poder mágico dentro de ti, Zuri, estoy completamente segura de ello. No es tu culpa, hay personas a las que les cuesta más despertar sus dones. Y te contaré un secreto: los poderes mágicos más sorprendentes son los que permanecen más ocultos. Mírame a mi, descubrí mis poderes a los siete años, pero mi magia no es de la más poderosa. Creo que me las arreglo más que bien—le sonrió, algo avergonzada por lo que acababa de decir—, pero en lo que respecta a los poderes arcanos, Alaric es mucho más poderoso que yo. Ya lo verás, tendrás una magia fantástica. No se en que momento será, ni como. Quizás... estén esperando por algo en especial.

Esa breve duda le hizo pensar algo, algo que quizás era imposible. Desde la primera vez que la había visto, sabía que había algo especial en la muchacha, algo que la magia le estaba queriendo decir desde que había cruzado el umbral de la casa de los Venberos. ¿Quién era Azurea Hargest? ¿Qué misterioso poder escondía? ¿Qué era aquello que no podía descubrir? Era la primera vez que un enigma tan grande se presentaba frente a la hechicera, la primera vez que no podía encontrar una respuesta dentro de una mente. La primera vez... que sentía que sus habilidades no servían de nada. Cerró los ojos un momento, para pensar. Quizás, solo quizás, si lo intentaba mientras Azurea levitaba dormida, podría adentrarse más allá.

Las palabras de Lyn la sacaron de su ensimismamiento. Escuchó sus palabras con atención, pues su magia era tan extraña e inusual como el caso de Azurea. ¿Le había dado una patada? Si se tratara de una fuerza sobrenatural, su detección hubiese actuado de otra manera en el mercado. No, era algo más, algo más profundo. Cuando Lyndis finalizó, la muchacha asintió con la cabeza y le indicó con la palma que la esperara. Repasó las palabras de la chica. "Yo solo quería que se fuera, y lo quería y lo quería fuertemente.". Eso había dicho. Luego de repetir la misma frase en su cabeza no una, sino tres o cuatro veces, recordó algo que ella mismo había dicho el día que los conoció.

— Lyndis puede lograr lo que se proponga—susurró, para sus adentros, aunque a un volumen tal que ambas pudieron oírla con claridad. En el momento que comprendió lo que acababa de decir, sus ojos se abrieron como platos. — ¡Eso es, Lyndis! Ahora lo entiendo, por qué sentí eso cuando los encontré en el mercado. Escúchame bien, Lyn. Desea algo, lo que tu quieras, ¡y hazlo con todas tus fuerzas!. Desea hacer levitar algo, o traer algo hacia aquí, hasta hacer aparecer alguna cosa.

Los ojos de Katrielle ahora brillaban con ilusión. Si sus suposiciones eran correctas, estaba frente a un tipo de magia sin precedentes, algo que no estaba en ningún libro que ella hubiese leído o que su maestro le hubiese enseñado. Iba a ver algo único.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], Lyn no pudo evitar preguntarse qué tipo de cosa especial podría revelarlos. Su mano se colocó en su barbilla, imitando el hábito de Lazo-sui al ponerse pensativo, y sus ojos se cerraron mientras inclinaba su cabeza de lado a lado, como un cachorro curioso.

”Hm… Humu…. Hm hm… Hmmmmm...” Sus pequeños sonidos se sincronizaban con sus movimientos de cabeza, hasta que Kat la sacó de su pequeño trance con su explicación sobre ella.

La mirada de Lyn se expandió por un momento mientras escuchaba a Púrpura-sio. ¿Eh? ¿Desear algo? ¿Así como ahora? Lyn estaba algo confundida, pero.. Si Púrpura-sio lo decía, tenía que tener algo de verdad.
”¿Desear algo? Bueno… ¡Lo que más deseo ahora es que Zuri pueda descubrir su magia! Veamos...”

Lyn cerró sus ojos, y juntó sus manos frente a sí misma, como si estuviera haciendo una plegaria. En un principio se veía calmada… Pero como no pasaba nada, estrujó más sus ojos.. Y su cara… Y sus manos.. Y su espalda… Se veía como si estuviera estreñida, incluso su cara se estaba poniendo roja. Y a pesar de que se veía como si no pasara nada, luego de unos segundos, el collar que Lazo-sui le había dado empezó a brillar. La luz que emitía se intensificó y creció hasta parecer un rayo… Y luego, nada. La luz se “esfumó”, y Zuri probablemente no sentiría nada distinto.

Lyn abrió los ojos a duras penas, sus manos frotando los lados de su frente mientras sus mejillas se inflaban levemente.

”Mmmm… Creo que eso no funcionó, lo único que hizo fue darme dolor de cabeza… Lo lamento Zuri.. creo que todavía no puedo hacer cosas tan increíbles..”

Pero en el particular estilo de Lyn, rápidamente respiró con todas sus fuerzas e irguió su espalda una vez más.

”¡Pero probemos de nuevo! Tal vez algo más simple sea más fácil de hacer, ¿Verdad? Veamos...”

Lyn miró a su alrededor… Nada por aquí, nada por allá… ¿Qué podría desear? ¿Tal vez más de esa bebida melosa de la noche que pasaron en la casa de los magos? Nah no tenía mucha sed… ¿Tal vez algo dulce y delicioso como los pasteles de Zuri? Nah nah nah realmente no tenía hambre, acababan de comer desayuno, después de todo.. Pero entonces, Lyn miró hacia arriba, al mástil del barco.. Y ahí arriba, posada sobre la vigía, ¡estaba la gaviota más gorda que Lyn jamás había visto!

La joven chica soltó un ruido de sorpresa, y apuntó con su dedo al ave insospechante.

”¡QUIERO ESA GAVIOTA GORDA!”

Como si fuera por respuesta a este inmediato y visceral deseo, los ojos de Lyn brillaron con una luz arcoiris; la cual se repitió en el inhibidor de su collar, y creó un aura del mismo brillo alrededor de su cuerpo, el cual en menos de un segundo desapareció… Para aparecer exactamente en el lugar en que estaba apuntando, la vigía del mástil, donde Lyn ahora sostenía entre sus manos victoriosas a una muy confundida y muy gorda gaviota, la cual graznaba confundida mientras Lyn daba pequeños saltitos de emoción.

”¡SIII SOY UNA MAGA Y TENGO UNA GAVIOTA GORDA!! Te llamaré Frederick~”

Frederick respondió simplemente con un confundido “Gawk!?”

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[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], ante la manifestación del joven Anric. Esperaba que magia elemental cayera de estas… Pero no. Oyó el crujir eléctrico frente a sí, y vió las chispas saltar desde la mano de Anric, hasta que un impulso eléctrico se soltó dirigido hacia él, rugiendo como un trueno.

El mundo onírico que se formaba a su alrededor se distorsionó levemente, solo levantando las tablas del suelo de la cubierta para bloquear este ataque. Un pedazo de este escudo impromptu estalló en astillas, las cuales fueron disparadas alrededor de la cabeza de Edulbo. El mediano salió de su cubierta e inspeccionó el daño que le hizo al escudo. El material estaba algo chamuscado, humeando, y el cráter que generó el disparo de Anric tenía buen tamaño. El patrón eléctrico era trazable en la madera quemada.. Edulbo se dió vuelta para hablarle al joven Steron. Su expresión era más natural que la que había mostrado antes, con menos de esa sonrisa forzada pero con genuina sorpresa por la potencia que el joven mostraba, a pesar de su inexperiencia.

“Bastante bien para un principiante. Lograste canalizar instintivamente tu magia, y pudiste replicar lo que habías hecho en el mercado.. Definitivamente eres digno de tu nombre, en potencial puro.”

Dicho esto, su expresión se deprimió, su ceño se tensó y sus labios continuaron su seria disposición.

“Ahora, lo que debes tratar de hacer es invocar este poder más seguido, canalizarlo y concentrarte en que haga lo que tu quieres que haga… Y para eso, te voy a hacer una pequeña prueba.”

El Baku comenzó a emitir más y más humo a su alrededor. Anric estaría completamente envuelto en este. Edulbo sacó su pipa del bolsillo de su chaqueta, y la encendió mientras el humo actuaba alrededor de Anric. En este mundo onírico, Anric manifestaría “miedo”, algún recuerdo de su vida que le causara pavor… Edulbo inhaló el humo del tabaco, y exhaló en pequeños anillos. Probablemente sería un ataque de perros, tal vez los guardias imperiales que los persiguieron.. Pero lo que fuera, Edulbo estaba seguro de que Anric podría manejarlo, si las cosas se salían de control... Sin embargo, Edulbo olvidaba una sola cosa. Algo que su maestro, Harashi, siempre tenía en mente… Que mientras mayor era el potencial mágico de un mago…



… Más inestable era su mundo onírico.



Desde Anric hacia afuera, el mundo onírico de Edulbo se distorsionó por completo. La réplica de la cubierta del barco en que estaban se dobló y contorsionó de maneras innaturales, transformando el hermoso y soleado dia en un oscuro pasillo con techos elevados. Puertas decoraban los lados del pasillo, pero todas ellas estaban cerradas, cubiertas con cadenas y candados pesados… Los suelos y las murallas cubiertas con óxido y mugre, y la luz tan tenue que era casi imposible ver.. Frente a Edulbo, Anric se encontraba enfrentado a una figura femenina… distorsionada, sin rostro, moviéndose de manera inhumana hacia el. En su mano, una paleta de madera ensangrentada.. Sus movimientos, erráticos, agitándose, y con un tronar de huesos constante.