Heroes of Zophia

A pesar de todo, parecía que yo era el único que mantenía una postura tranquila y calmada. De todos los que se quedaron, el tipo rubio que era parte del Imperio era el más afectado. Solo con el hecho de ser allegado a esos perros era suficiente motivo como para detestarlo, pero parece que en verdad la está pasando muy mal. Intentaba ver que encontraba de comer, pues estaba hambriento, pero claramente el ultimo comentario me hizo enarcar una ceja mientras me quede un segundo estático, para seguir buscando, como si no valiese la pena darme vuelta.

— ¿Promesa? Aah, ya veo, asi que eres de esos. — Dije, mientras seguía hurgando, un poco frustrado al solo encontrar té y demás bebidas. — Las promesas se las lleva el viento, soldadito. Has estado protegiendo a un pueblo que masacro a los verdaderos dueños de esta tierra, no existe promesa ni juramento que valga la pena, es algo que deberás cargar de ahora en adelante si en verdad quieres ser de ayuda. — Al hablar, me acerque a una de las ventanas de afuera. En verdad que todo el maldito lugar estaba caótico; mi padre si que desea encontrarse conmigo, no me imagino mis hermanos. Me senté en un lugar cómodo, observando fijamente al soldado. — ¿Estas seguro de querer emprender este viaje? No pareces como los demás soldados, lo puedo notar. Si antes para ti eras heroico el proteger esta tierra junto a los actuales dueños, ahora pasaras a ser el villano. ¿Pero todo depende del punto de vista, no es cierto? Tu familia te odiara, tu pueblo te querrá muerto, y no tendrás un lugar al que llamar hogar nunca más, sabiendo que ambos somos parte de la gente que causo todo el daño en estas tierras. — Mi mirada se puso más fría, como si estuviera juzgando en ese momento al rubio. — Si te crees capaz de poder llevar eso entre tus hombros, entonces deja de compadecerte tu solo. De ahora en adelante si no fortaleces ese espíritu podrás acabar muerto, y en vez de morir con la cabeza en alto por enmendar tu error acabaras siendo pisoteado por el arrepentimiento durante toda la eternidad. — Y me cruce de brazos, esperando su respuesta.

Edulbo

El mediana encontraba cierta ingenuidad en las palabras de la elfa, una ingenuidad propia de una novata, pero no puede negar que un poco de razón tiene.
Las palabras de Kat terminaron fulminando a Edulbo. Él conoce a la perfección lo que sufrió ella porque en su momento ambos "intercambiaron" desgracias y su historia de vida es la misma que la de cualquier mago que lucha contra Yeris. Ni el propio Edulbo es la excepción, todos pagan ese precio en la busqueda de la liberacion nacional de Zophia. Al ver que ninguna de las chicas se molestaba en tomar el té, acercó una de las tazas hacia él y lo bebio en grandes sorbos mientras pensaba en una respuesta.

- Te ayudare. Ya estoy pensando en cómo me lo pagaras.

Con un simple gesto de su trompa ilusoria invocó al baku, uno de sus fieles invocaciones. Se paseo por la sala, curioseando el nuevo lugar. No dudo ni un segundo en acercarse a Kat para saludarla a su manera pero despues fue directo a por la Venberos. Clavo sus pequeños ojos en ellas y la empezó a olfatear con su corta trompa. Saboreaba los sueños que tenía guardados en su mente, llego hasta babear un poco y eso hizo que Edulbo empezara a tener interés en la elfa. El mediano tuvo que hacer un chasquido con la lengua para que la criatura cumpla con la tarea para que lo invoco. De sus fauces comenzó a salir una niebla que se dispersaba con rapidez. Antes de que cubriera toda la habitación, el mediano y las dos chicas ya estaban dormidos sin que se dieran cuenta. Los tres despertaron encima de un risco situado en frente de una costa pedragosa. Conservando su aspecto de paquidermo, con un ligero movimiento de muñeca del suelo rocoso del risco emergió una estantería con un solo libro.

- Sé que capaz era mas sencillo mostrártelo con una ilusión pero me parece mejor idea que veas la fuente original.

De tapa blanca y con una forma indefinida, era delgadisma. Pronto supieron el porqué; al abrir el libro, solo tenía dos paginas, tan viejas como el propio mundo y con una letra que rozaba lo ilegible. Tenían pintas de con solo respirarle encima se partirían en dos

- Bueno, no es exactamente la fuente original pero es una reproducción lo mas fiel posible. Tuve la suerte de encontrármelo en uno de los agujeros pordioseros que tengo como base. Cuando lo leí por completo supe que, pese a que suena mas a leyenda que a otra cosa, ignorarlo u olvidarme de esto sería muy negligente de mi parte, así que lo guarde en los archivos de mi mundo onírico y destruí el original, por las dudas.  

Los once u doce párrafos que se llegaban a leer de las dos paginas contaban básicamente lo que Edulbo ya explico fuera del sueño. Unas anotaciones al margen de una de las paginas era lo novedoso. Sea quien sea que anoto eso, daba el indicio que ultimo paradero conocido de la piedra es Vakeria, al otro lado del Mar Medio. Indicando estas anotaciones, Edulbo dijo

- Por eso mismo no pequé de aventurero y ni tampoco avise a El Circulo sobre esto. Es una jugada muy arriesgada y con unos escasos recursos que no tenemos para gastar en algo tan dudoso como lo que dice unas paginas antiguas que tranquilamente las podría haber escrito mi abuelo después de una borrachera de hidromiel ... pero si aun así quieres buscar la piedra, avísame y me contactare con El Circulo para que nos ayuden. Tú y la sangre nueva que reclutaste no bastara para esta misión.

Raz

Noto la reacción de Zuri pero prefirio dejarlo pasar, quizas por cobardia o porque no era exactamente el momento de seguir por ahi.

- Cambiando un poco de tema, ¿Tuviste alguna experiencia inexplicable relacionada con tus poderes mágicos? Porque si yo los tuve aunque no me acuerdo muy bien. Sé que están relacionados con el mar, con el elemento agua pero ya no sé más. Tendríamos que explorar un poco estas nuevas habilidades ¿No crees?

Mi mirada aguda analizaba la actitud de el muchacho. Su altura y su porte en verdad le dan la imagen de un buen soldado, pero aun asi siento que algo le hace falta. Algo en el no me convence del todo, aunque quizás podría ser bueno el hecho de que no lo reconozca como un soldado o ex-soldado, quizás.

Cuando comenzó a hablar, enarque una ceja. Entendía parte de lo que decía, pero en algunas cosas me dio un poco de risa que la aguantaba debajo de mi mascarada de seriedad.  Aunque todo tuvo mucho mas sentido cuando dijo el nombre de su familia. — Oooohhh... ¿Jaquinot, eh? Ahora entiendo un poco mas. — Dije con una leve sonrisa en mi rostro, entendiendo muchas cosas. Cuando no escuche del general quejarse de su propio hijo, o su familia haciendo lo mismo. Levante los hombros con indiferencia, restando importancia a todo lo que el habia dicho ya que aunque en algunas cosas acertaba, en las demás solo estaba hablando seguramente para desahogar sus sentimientos respecto a su "traición". — Bueno, si a ti te sirven esas tonterías de juramentos y votos, da igual. Cada quien se aferra a lo que más le conviene, soldadito. Solo era un consejo al final. — Y le di la espalda, siguiendo mi búsqueda de algo de comer luego de entender en parte el pensamiento del soldado, sin ganas de seguir hablando con el. Conocía a ese tipo de personalidades dentro de la nobleza, y aunque simpatizara levemente con ese porcentaje no los podía comprender, no tenemos nada en común. Al final, como no encontré nada, simplemente suspire pesadamente y me rendí en mi objetivo. "Ughh... En verdad quería un bocadillo..." pensé mientras buscaba nuevamente algo que matase el tiempo, un libro o algo asi.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], pues no era la primera vez que se veía inmersa en la magia de Edulbo. Miro a Saphielle, con una leve sonrisa en el rostro al notar su reacción, que desapareció cuando escuchó "Vakeria". Dejo que sus compañeros hablaran, su atención estaba centrada en el libro. Algo en aquel derruido escrito le resultaba familiar, sentía que lo llamaba.


— Vakeria es grande. — Kat miró a Edulbo directo a los ojos, desviando luego su mirada hacia el libro. — Nos tomara un tiempo siquiera encontrar una pista. Pero es la primera vez en muchos años que siento que puedo hacer algo de una vez por todas. Si El Circulo no quiere escucharte, entonces me escucharan a mi. — Negó con la cabeza, no se trataba de ella. — Si no quieren escucharnos, nos haremos escuchar.

Se acercó al libro, a paso lento. Una vez que estuvo frente a el, miró hacia atrás, buscando la mirada de Edulbo. Posó su mano sobre la escritura y, sin apartar la vista de su amigo, arrancó ambas páginas de un tirón.

— Incluso tu mundo de sueños no es lo suficientemente seguro para una información tan importante. Lo mejor será que se pierda para siempre. — No sabía si eso funcionaría, pero estaba segura de que Edulbo se encargaría de eliminarlo si su mundo no funcionaba como ella creía. A pesar de ello, los ojos de la joven estaban cargados de una emoción que Edulbo nunca había visto en Katrielle. — Todavía queda gente que está dispuesta a luchar, a pesar de todo. Ahí afuera todavía debe haber magos que no saben lo que son, y que se unirán a nuestra causa. Vakeria esta lejos, pero nunca estuvimos tan cerca de una pista como esta.

Por unos segundos Edulbo sonrió como nunca lo hacia hace bastante tiempo, obvio ninguno de ellas lo veía porque lo cubría la propia ilusión pero al instante que la Venberos hablo de del dinero de su familia, que el mediano suponía que no seria poco, y tambien al escuchar el entusiasmo de Kat, un destello de esperanza iluminó su corazón. No se ilusionaba mucho, en mil y un plan salvador participó el mediano y todos resultaron en completos fracasos pero él sentía que esto era distinto.

- Con mucho gusto aceptare el dinero de tu familia, pero ya te voy avisando que tu oro no es lo único que sacrificaras para esta misión...lamentablemente

Con un mero gesto, las paginas se deslizan de las manos de Kat y terminan en las suyas.

- Destruir nuestra única pista sin antes mostrárselo a El Circulo para recibir su apoyo no creo que sea la mejor idea de todas, pero sí, después de usarlo como prueba lo borrare de acá.

Colocó dichas paginas en su lugar y luego hizo que se disolviera el libro para que se pierda en algún rincón de su mundo onírico. Cuando lo necesite otra vez, lo conjurara como lo hizo antes. Edulbo confiaba demasiado en la seguridad de su mundo onírico y con razón, era el lugar en donde mas pasaba tiempo y conocía a la perfeccion formas de cómo defenderse de visitantes no deseados. Sin embargo, los cada vez mas complejos ingenios de Yeris, debido a su alto desarrollo, pueden llegar a hacer cosas que rivalizan con las habilidades de cualquier mago, entre ellos quizas meterse en la mente de alguien. Ademas, esta la hipótesis que compartía con su maestro: la posible existencia de un grupo oculto de magos traidores que, sea por dinero, protección o mero sadismo, cazan a los suyos para ayudar a Yeris. Era una idea incomoda pero descabellada que Harashi solo compartía con su discípulo. La unión de todos los magos por la liberación de Zophia era un gran ideal que chocaba con esta hipotesis pero no se podía negar que ser mago no te volvía buena persona per se, dentro de la idealizada antigua Zophia existieron villanos que usaron los dones magicos para el mal y pensar que Yeris no usaría a estos hijos de puta por purismo sería subestimarlos un poco.
Edulbo tomo asiento en frente de un escritorio que las chicas jurarían que hace un momento no estaba ahí.

- Si están 100% seguras de que haremos esto, ahora avisare a El Circulo que iremos para alla. Antes tomaremos el oro Venberos e iremos por tus reclutas, Kat. Espero por el bien de mi reputación dentro de la organizacón, no nos causen muchos problemas. Sobretodo digo por el tema de convencer a la asamblea de que es una buena idea cruzar al otro lado del Mar Medio para buscar por toda Vakeria una piedra que bien podría no existir. No sé quienes ahora mismo presiden las asambleas porque hace tiempo que no voy a una pero siempre han sido un hueso dificil de roer jajaja.

Dicho esto, el mediano toma una pluma y un papel que, como sucede con el escritorio, aparece de la nada en frente suya. Escribe una carta breve dirigida a uno de las pocas amigas que le quedaron dentro de El Circulo, Soonya Lorien, donde le explica lo justo y necesario: que va volver a la sede central porque tiene nuevos reclutas para la organización, algo de dinero para las arcas y, por ultimo y mas importante, tiene un tema muy importante que necesita ser tratado en una urgente asamblea que ya mismo tiene que convocar. Finaliza la carta con su firma y la misma desaparece entre sus manos. La carta se convertirá en una misiva que resonara en la cabeza de Soonya, tal como paso con Kat.
Sin nada mas que hacer en el mundo onírico, Edulbo de un aplauso despierta a todos. Se encontraban paradas, una en frente de la otra, como si nunca se hubiesen dormido. Mientras reaccionaban, el mediano toma las brasas todavía ardiente con su telequinesis y quema todo lo prescindible. El fuego no se extendería mucho por la lluvia pero serviría para borrar sus rastros. Cambio su disfraz a la de un enano treintañero y pelirrojo con un semblante de minero y miro a las chicas

- Vamonos ya mismo de acá. El tiempo apremia, tenemos muchas cosas que hacer y llegar tarde en una asamblea de El Circulo convocada por nosotros es empezar tu relación con ellos con el pie izquierdo.

Tomo su sombrero para bloquear las señales de la escopaestesia, chequeó que tenia sus armas con él y salio directo a la calle, esperando que Kat y la novata los siga

"Espero por el bien de mi reputación dentro de la organizacón, no nos causen muchos problemas". Katrielle hizo una mueca al escuchar esas palabras, inmediatamente pensando en Azhgal. Con lo poco que lo conocía, se imaginaba que al actitud del muchacho podría generar alguna mala impresión. No espero que Saphielle salga primero, sino que se adelantó y alcanzó a Edulbo. Lo tomó por el hombro derecho y le sonrió levemente.

— Gracias por esto. Me haces pensar que no todo esta perdido. — dijo, mientras se acomodaba la bolsa de monedas que llevaba colgada. — Primero debemos ir a la casa de Saphielle, y luego a la asamblea. Saphielle, guianos, por fav-

El sonido de una explosión a pocas manzanas la interrumpió, y su detección arcana se activó. Los ojos de Katrielle se pusieron negros por un momento, señal de que sus poderes habían detectado algo.

Lyndis, Lazarus y Raikel

Los hermanos Graves estaban en su puesto, como era habitual. No era la primera vez que Lyndis acompañaba a su hermano al mercado agrícola de Nueva Zophia, la muchacha quería asegurarse de que el mayor negocio de patatas del mundo fuera el mayor negocio de patatas del mundo. No sabían cuanto tiempo llevaban sentados esperando clientes, pero de lo que si estaban seguros era de que hoy no era un buen día. Apenas diez kilos de patatas en todo el rato que habían estado no era buena señal, y la lluvia torrencial no ayudaba mucho. Quizás lo mejor sería volver a casa, o eso pensaron hasta que un joven, al que identificaron como un elfo, se paró frente a su puesto.
Lo siguiente que pasó fue tan rápido que ninguno de los tres entendió. En un instante, un ladrón se acercó al elfo e intentó forcejear para quitarle el bolso, donde el joven sabía que tenía sus preciados brebajes y no dejaría por nada en el mundo que esa rata rastrera se los llevara. Así como Lyndis tampoco se permitiría perder esa valiosa venta. Deseó que el ladrón se fuera, desapareciera, y lo deseó tan fuerte que, en una explosión, tanto el elfo como el ladrón salieron despedidos hacia el puesto de patatas. El ladrón salió corriendo, espantado, y el único que comprendió que sucedería fue Lazarus. En menos de un minuto, estaban rodeados de guardias imperiales.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Definitivamente hoy no era el mejor dia para su negocio. Las cosechas no habían sido hace mucho, así que como todos los años habían venido a Nueva Zophia a vender su mercancía… Pero, este siendo su segundo día en Nueva Zophia desde que llegaron, las ventas eran bastante peores que el primer día… No había casi nadie en el mercado. De hecho, muchos de los tenderos se encontraban rumoreando entre ellos y cerrando sus puestos.

Lazarus observaba el comportamiento de los tenderos, la falta de gente, y escuchaba a múltiples bandas de guardias recorriendo la ciudad frenéticamente. Incluso había visto a algunos pasar por el mercado, con sus sabuesos aproximándose incómodamente a los cajones de patatas de su puesto antes de que los guardias les tiraran de sus cadenas para que siguieran buscando su presa. Esto no tenía ninguna buena pinta, y al comenzar a sentir gotas de lluvia, Lazarus pensó a sí mismo:

Que mal augurio..

Lyndis, notando la lluvia y temiendo por su preciada mercancía tuberculosa, saltó y corrió a la parte de atrás de su puesto, de donde ya comenzaba a sacar y desplegar su lona; después de todo, no podía permitir que unas gotas y un poco de silencio eliminaran sus chances de hacer crecer el imperio de patatas Graves! Probablemente la gente vendría después de almuerzo, ¿no?

“Ey, Lyn.. Parece que los tenderos están cerrando sus negocios, mejor guardemos nuestras cosas y probemos suerte mañana.”

Lyn se dio vuelta entusiasmada, no deteniéndose de colocar la lona encima de las varas que hacían el soporte de su puesto.

“¡Lazo-sui, no te preocupes! ¡Si los otros tenderos están cerrando, eso solo significa que van a haber más clientes para nosotros! Ya verá esa señora verrugona de la granja de patatas Yeriana, no nos robará más clientes...” Rió por lo bajo, realmente un talento natural para los negocios.

Lazarus suspiró, mirando algo ansioso como los guardias comenzaban a ponerse más inquietos en las afueras del mercado. Lo que más le preocupó fue la mención de la palabra “Mago”.

“... Está bien, pero si no tenemos más clientes en las próximas 2 horas, cerramos tienda, ¿está bien?”

Lyndis asintió y levantó su pulgar, feliz con esta solución. Ya había terminado de poner su lona, y vió como un chico elfo se aproximaba a su puesto, ya el único realmente abierto en el mercado. Salió al frente y le hizo cara, comenzando su discurso de ventas.

“¡Hola! ¡Bienvenido a Patatas y Tuberculos Graves! ¿Como puedo ayudarte?” Dijo, sonriendo entusiasmada. Lazarus estaba un poco impresionado, se había vuelto mucho mejor para esto. Pero tan pronto habían comenzado a negociar, vieron a un bribón encapuchado tratar de forcejar la bolsa de su cliente, quien reaccionó de manera rápida y evitó que saliera corriendo con sus bienes.

Lazarus frunció el ceño, normalmente terminaría una alteración como esta a sus clientes con un poco de geomancia discreta.. Pero como estaban los guardias ahora mismo, no podía arriesgar algo así. Pero la que estuvo peor fue Lyndis. Este elfo era uno de los únicos clientes en el mercado ahora mismo, y si dejaba que pasara algo así, perderían al resto de los clientes.. Tenía que detenerlo de alguna forma, ¡no podía dejarlo ir! Y saltando por encima del puesto, preparándose para darle una patada alta al ladrón, exclamó:

”¡ALEJATE DE EL, CRIMINAL!”

El siguiente instante, todo cambió. De la voz de Lyndis, una fuerza inconmensurada se lanzó, una explosión arcana de luz dorada que sonó como si una gigantesca campana fuera golpeada. El ladrón y su cliente salieron disparados hacia atrás, estrellándose contra el puesto del frente y destruyendo las tablas que lo mantenían en pie. Los ojos de Lazarus se ancharon en shock.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Lazarus y su tío Gilbert habían terminado su sesión de entrenamiento diaria, y se dirigían de vuelta a la casa. Mientras caminaban por los campos, viendo los huecos de las patatas recién cosechadas la semana anterior, y sabiendo que el día siguiente, el y Lyndis se embarcarían al mercado de Nueva Zophia a vender sus productos.

“Sabes Tío, estaba pensando…” Dijo Lazarus mientras caminaban. “Lyn.. Ya está en la edad en la que tu me comenzaste a enseñar el secreto de la Espira.”

Su tío, entendiendo a lo que iba, lo miró con una sonrisa cariñosa. “Tranquilo Lazo, ya le empecé a hacer las pruebas. Cuando la puse en el estado de “Uno con Todo”, no logró ni levantar polvo.. Tu lograste levitarte encima de la piedra en que estabas sentado, e incluso levitar las rocas a tu alrededor. Lyn no tiene ni una pizca de magia dentro de ella.” Rió Gilbert, poniéndole una mano polvorienta en el pelo a Lazarus y sacudiendolo “Asi que no me vayas a salir con que no vas a seguir la tradición Graves, ¿eh? ¡Ya un tío solterón es suficiente!”

Lazarus rió con su tío, rodando sus ojos a lo que decía. “Tranquilo Tío, una vez que Mamá esté mejor empezaré a buscar… Pero tu sabes de dónde venimos Lyn y yo. No se si la sangre de Pa-Eh.. Julius, le ha dado.. algo. No confío en ir a la ciudad con ella así…”

Su tío suspiró y se cruzó de brazos, mirando al cielo. “Hmm… Eso es verdad, puede que tengan algo de tu viejo. Pero.. Si mal no recuerdo, incluso a tí te cuesta canalizar ese elemento.. Y el estúpido de su heredero ni siquiera sabe de su linaje, ¿no?” Soltó una carcajada. “Dudo que tu hermanita tenga la capacidad de canalizar ese tipo de arcana. Es demasiado avanzado para que alguien sin talento la pueda usar… Además…” Ya se aproximaban a la casa, y veían a Lyndis llevando las cajas a la carreta mientras hablaba emocionada con su madre, quien la veía sentada en frente de la casa con una sonrisa. “... ¿Como le vas a quitar ir a la ciudad en su cumpleaños? Tu sabes cuanto le gusta.”

El joven miró a su hermana y su madre. Su hermana, terminando de empacar las cajas y secándose la frente de sudor, fue a acariciar a los bueyes que tenían para empujar la carreta. Su madre, mirándola desde su asiento, acariciaba a su perro, Litio, un pastor lanudo que movía la cola relajadamente. “Si, tienes razón.. Además, yo estaré con ella.” Sonrió.

Lazarus fué a acercarse a su madre y hermana, quien corrió emocionada hacia el, gritando “Lazo-suiiii!”, Lazarus se acercó la mano al bolsillo y sacó una pequeña caja para ella. “Feliz cumpleaños Lyn!” Le dijo.

Lyndis, increíblemente contenta, recibió el regalo y lo abrió. Cualquier regalo de Lazo-sui era genial, y este… Este hizo que sus ojos se expandieran y brillaran. Era una cadena dorada, con un pequeño colgante, un ícono de un saco de patatas perforado por una lanza; el logo de los Graves. Lazarus sonrió y le puso una mano en su cabello. “Es de parte mía y de Papá… Feliz cumpleaños Lyn.” Acto seguido, Lyndis se abalanzó sobre Lazarus, abrazandolo y llorando emocionada. Su madre y su tío se reían felices.

[……]

Esa noche, Lazarus se escabulló dentro de la habitación de su madre, en la que descansaban ella y Lyn. El collar que le había dado descansaba en una mesa al lado de su cama.. Eso era bueno. El collar tenía el mismo encantamiento que su propio anillo. El se quitó el anillo, y puso su mano hacia adelante, cerrando sus ojos. Tenía que probar esto para realmente ver si Lyn estaba segura de este mundo en el que lo había metido su tío. Comenzó a utilizar la segunda disciplina que estaba aprendiendo de la magia de su padre: Resonancia. Le pareció que era una de las disciplinas más útiles, y según lo que leyó, en su nivel más alto, podría incluso replicar la magia de otros… Pero lo que más le llamó la atención, era que a través de ella podría identificar a otros con la misma magia que el.

Sintió, con los ojos cerrados, como su cuerpo comenzaba a emitir una gentil aura de luz, vibrando levemente. Manteniendo esta frecuencia, deseó con todas sus fuerzas, que cuando abriera sus ojos..

Por favor Lyn.. No brilles..

Cuando abrió sus ojos, tuvo que cubrirse la boca para evitar el llanto de shock que le trajo lo que vió. Lyn brillaba con un aura dorada, la cual vibraba de igual manera que la suya. Sus ojos se entrecerraron de dolor mientras veía a su hermanita. Tenía magia, muchísima magia… Tendría que asegurarse de que usara su cadena. No podía dejar que ella, ni nadie, descubriera que ella tenía magia… Sería lo mejor para ellos.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Lazarus miró en shock como la cadena dorada de Lyn se quebraba y caía al suelo, en este espectáculo mágico que acababa de soltar. Lyndis estaba parada, pero se sostenía la cabeza y se tambaleaba de lado a lado. Sus oídos pitaban, su visión era doble, y su cabeza se sentía increíblemente ligera.. Era peor que cualquier golpe que hubiera recibiendo practicando Espira con su tío. Y por si no pudiera ser peor, sus patatas se derramaron en toda la calle.

El ladrón, enfurecido, se levantó y sonrió burlonamente hacia ellos, probablemente pensaba algo como “Ya verán estos idiotas por humillarme”. Corrió hacia afuera del mercado, gritando: “GUARDIAS! GUARDIAS! UN MAGO! HAY UN MAGO EN EL MERCADO!”. Lazarus logró salir del shock al escuchar esto.

Mierda..

Mientras los guardias se aproximaban, Lazarus corrió hacia Lyndis, recogiendola entre sus brazos y poniéndose la cadena caída en su bolsillo. Mientras los rodeaban, Lazarus pensaba que mierda podría hacer.. No había manera de salir de esta pacíficamente, o con magia sutil como lo hubiera hecho en cualquier otro momento.

“Lyn.. ¡Lyn! ¿Estas bien?”

Lyndis, con esfuerzo, trató de enfocar la mirada. Lazo estaba frente a ella, todo estaría bien.. Lazo-sui siempre sabía qué hacer.

“Lazo-sui.. Perdona, me excedí..” Rió a duras penas, perdiendo la conciencia.

Lazarus se levantó, acarriando a Lyndis en sus brazos, y observó a los guardias que los rodeaban.. Alrededor de 15 guardias los rodeaban, con 3 de esos perros de mierda. Tenía que pensar rápido. Mientras el guardia le decía “En nombre del Rey, están arrestados, malditos magos! Morirán en la horca!” Lazarus Miraba a su alrededor. Bién.. Habían techos altos a su alrededor.. Había formulado un plan. Miró más allá de los guardias, al chico elfo que Lyndis había golpeado por accidente, y con tal de preparar lo que iba a hacer, y sintiéndose mal por el, le gritó.

“Oye, elfo; disculpa por las molestias. Te regalamos unas papas si nos volvemos a ver.”

Dicho eso, Lazarus pisó el suelo fuertemente. Con un tremor, la tierra a su alrededor se levantó, un muro de piedra de 5 metros completamente rodeandolo. Luego de esto, dentro de su improvisada barrera, hizo una barrida con su pie; causando que la parte más alta del muro explotara hacia afuera en forma de polvo; completamente cubriendo la zona de humo. Se aseguró de que los minerales dentro de este polvo fueran ideales para hacer que los malditos canes estornudaran incontrolablemente. Y luego, con otro pisotón, un pilar de tierra se extendió rápidamente desde abajo de sus pies, catapultándolo hacia arriba, y fuera de la nube de humo que había logrado crear, aterrizando de manera experta en los techos de las edificaciones estrechamente construidas de la ciudad. Tenía que llegar a su posada y salir de Nueva Zophia tan pronto como pudieran. Y con ese pensamiento en mente, echó a correr.

Cuando Raikel vio que el guardia se alejaba se sintió aliviado. Se dispuso a juntar las patatas que aún se encontraban en buen estado y una vez que su bolso estuvo bien lleno, empezó a caminar en dirección a su casa. No fueron más de dos o tres pasos hasta que los ladridos de un perro a sus espaldas le erizaron la piel y lo obligaron a apurar el paso, pero un "¡ALTO AHÍ!", la dolorosa mordedura del canino en su pierna derecha y la mano de un guardia en su espalda lo hicieron frenarse. El sabueso había detectado los residuos arcanos de la magia de Lyndis, era hombre muerto. El guardia lo cogió por el cuello de la camisa y lo levantó en el aire, cortándole la respiración.


— — — — — — —

Tanto Edulbo como Sahpielle tuvieron que esforzarse para mantenerse cerca de Katrielle, que corría con todas sus fuerzas. La pelirroja era más rápida de lo que parecía. Al llegar al mercado se encontraron con el elfo capturado, aprisionado contra el piso por dos guardias (uno le pisaba el cuello, el otro la espalda) y maniatado. Inmediatamente, Katrielle supo que se trataba de un mago, pero no el que había desencadenado la explosión. Luego, sintió un gran pulso en dirección a uno de los tejados y rápidamente encontró a los culpables de aquella explosión: un hombre con una chica en brazos. Escondidos, detrás de un puesto que había quedado armado luego de que sus dueños huyeran despavoridos, la muchacha susurró con rapidez.

— El elfo es un mago, pero no hizo nada, solo tuvo mala suerte. — Miró a Edulbo, seria como nunca la había visto. — Crea caos y aprovechen una oportunidad. Tengo que ocuparme de los dos que escapan por los tejados o también los matarán. Sálvenlo, busquen a los demás y vayan a la asamblea, solo avísame donde será. Los veo luego, y suerte.

Sin decir más salió corriendo siguiendo los magos que habían desencadenado todo el desastre, dejando a Saphielle y Edulbo con una misión crítica y las palabras en la boca.

— — — — — — —

Lazarus creía haber perdido a los guardias, y por unos momentos su escape estaba siendo perfecto. Y lo hubiese sido si la guardia imperial no hubiese estado tan alterada desde el principio del día. Los detectores arcanos de cada guardia en las calles de Nueva Zophia empezaron a vibrar y brillar. Los guardias, alertas, no tardaron en reaccionar al ver a los hermanos Celical mientras escapaban del mercado. Y Lazarus no lo notó, hasta que sintió un fuerte dolor en una de sus piernas mientras su carrera se frenaba en seco. Inmediatamente perdió el equilibrio y comenzó a caer, primero golpeando en el propio tejado y luego aterrizando en el suelo, protegiendo a su hermana como pudo. Al impactar sintió como varias de sus costillas se fracturaban. Intentó reincorporarse rápidamente, pero el gancho que tenía calvado en su pierna, unido a una larga cadena que uno de los guardias tenía en la mano, no se lo permitió. Al levantar la cabeza estaba rodeado de al menos una decena de guardias. El que parecía ser su superior se acercó, lanza en mano.

— En nombre del emperador Alduir Loyset I, están arrestados por herejía y en este instante son condenados a-

Una flecha cortó el aire y se clavó en la garganta del guardia que cayo al piso, muerto. El resto de los imperiales se giró en dirección al origen de la flecha... y todo se fue a negro. Lazarus escucho gritos de miedo y de dolor, tan aterradores que le hicieron poner la piel de gallina. Algo les estaba pasando a los guardias, algo terrible, incluso a los que todavía no se habían unido al grupo. Poco a poco la oscuridad se disipó y al recuperar la visión, una joven pelirroja se encontraba frente a ellos. Al hacer contacto visual con sus ojos, sintió como su cerebro daba un vuelco y se revolvía.

— Si quieres proteger a tu hermana debes venir conmigo.

Miró a su alrededor, buscando a los soldados que lo perseguían. Estaban tirados en el suelo, agarrando sus cabezas y gimiendo con terror. Todos los guardias que estaban patrullando la zona se encontraban en el mismo estado. Volvió a mirar a la joven, que estaba notablemente agotada.

— Decide rápido, los guardias no tardarán en llegar.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Las botas de Lazarus resonaban en el tejado mojado por la lluvia, su sonido ahogado a poca distancia por el ruido del agua cayendo. Su cabello empapado le cubría los ojos mientras se movía, pero aún así hacía lo mejor de si por cubrir a su hermana pequeña de la lluvia con su espalda; no le fuera a dar un resfriado cuando salieran de esta. Ya casi llegaba al fin del mercado, luego de eso tendría que saltar al próximo techo cruzando la calle. Se preparó para utilizar su magia en las tejas de los techos, lo impulsarían con suficiente fuerza para cruzar este barranco que se extendía delante de el.

Ya iba a dar el último paso antes de utilizar una vez más los Katas de su tío cuando la misma lluvia que el creyó que lo resguardaba le jugó una mala pasada: No escuchó a los guardias por abajo sumidos en su búsqueda, no sintió las vibraciones de sus pies en las calles, escondidas por la caída de las gotas. Y no escuchó el lanzamiento de la cadena que con un gancho atravesó su tibia. Cayó hacia adelante, tornando su cuerpo hacia el lado para no golpear a su hermana. Su cabeza rebotó contra las tejas, y su frente recibió un corte, del cual sangre comenzó a emanar. Sintió desagradablemente como su cuerpo era arrastrado en las tejas, sus brazos aferrándose férreamente a su hermana. Mientras caía, el peso de su hermana la llevaba hacia el frente de Lazarus.

Mierda...

Pensando solo en su bienestar, Lazarus dio una vuelta durante su caída; su espalda en camino a estrellarse contra el suelo. No sabía qué fue lo que dolió más, si el golpe del peso combinado de ambos que quebró varias de sus costillas, o el hecho de que al caer por la espalda, todo el aire fuera lanzado de sus pulmones hacia afuera, tensándolos y causando que Lazarus estuviera por unos momentos de espalda dando bocanadas inútiles antes de poder respirar de nuevo. Miró a Lyndis en su pecho.. Estaba bien.. Aparte de unos pocos rasmillones aquí y allá no estaba lastimada. Respirando difícilmente, sintiendo un dolor enorme en su costado, su pierna izquierda y la parte derecha de su frente, Lazarus soltó suavemente a Lyndis para que estuviera recostada contra el pavimento. Mientras los guardias se aproximaban a el, trató de levantarse… No había caso. Su pierna estaba en pésimo estado, y no había tiempo para tomar medidas de emergencia. Con una pierna de rodillas y la otra con el pié en el suelo, Lazarus puso ambos de sus brazos en las piedras de la calle, por encima de Lyndis. Cuando miró hacia arriba a la cara del guardia, Lazarus tenía el aspecto de un León protegiendo a su cría. Su ojo izquierdo mirando con intensidad violenta al guardia frente a el mientras su ojo derecho, además del cabello en su cara y su barba, se encontraban completamente empapados de sangre, la cual goteaba desde la punta de su barba a los adoquines, perdiéndose en la lluvia. Su respiración jadeante y mojada por la sangre comenzando a llenarle los pulmones incluso aumentaba su apariencia de fiera, sonando como un gruñido.

Si no puedo moverme, tendré que usar geomancia pura.. Maldición.. Su cabeza palpitaba de dolor, sus oidos pitaban, y su visión estaba algo borrosa. Probablemente la sangre que estaba perdiendo. Si pudiera concentrarme, lo terminaría fácilmente con polvo.. Pero con esta lluvia, ¿donde mierda voy a encontrarlo? Mientras el guardia hablaba, Lazarus se preparaba para causar estragos. Su energía ya comenzaba a extenderse a través del terreno a su alrededor, cuando el guardia fue súbitamente terminado por una flecha, Lazarus no pudo evitar mirar a la dirección de la que creyó que venía… Craso error.

La oscuridad no tardó en esparcirse a su alrededor. No podía ni ver a Lyndis, aunque sentía su calor debajo de si mismo. Los guardias a su alrededor gritaban despavoridos.. No tenía idea qué clase de tortura estaban experimentando, pero lo que fuera, no lo llevaría a el ni a Lyn… Esperó, esperó y esperó. Parecía una eternidad. Aprovechó la oscuridad para, con un sonido crudo y carnoso, arrancarse el gancho de la tibia… Genial, estaba fracturada. Sintiendo el latido de su corazón en sus oídos, Lazarus se quedó quieto hasta que la oscuridad desapareció; revelando frente a el a una chica joven. Una pelirroja de la misma edad que su hermanita. Antes de poder decir cualquier cosa, tan pronto como sus ojos hicieron contacto con los de ella, sintió una sensación similar a la de llenarse de agua la nariz.. Excepto que esta no se detuvo en sus sinuses, siguió más adentro, hurgando su cerebro como tentáculos. Lazarus intuyó que algo estaba haciendo la chica con su mente, pero no sabía qué.

Una memoria en particular llamaría la atención de Kat, al ser la que Lazarus tenía más presente en este momento. Se encontraba en la habitación de su madre, en la mañana de su viaje a Nueva Zophia antes de salir. Ella estaba muy débil para salir a despedirlos a el y a su hermana. Su madre sentada en la cama le pidió que se acercara, y cuando lo hizo le dió un abrazo fuerte, manteniéndolo cerca por varios segundos. Lazarus regresó su abrazo, cerrando sus ojos en el cariño de su madre. “Lazarus,” le dijo, “Cuida a tu hermanita por mi, ¿está bien?”

Luego de la desagradable sensación, la chica le dijo lo que necesitaba decir. Lazarus la miró fijamente por unos segundos, luego su visión bajo a su hermanita, que yacía inconsciente bajo su protección. Miró a los guardias a su alrededor, que se retorcían en el suelo, agarrándose la cabeza en terror.. Probablemente algo que la chica frente a el había hecho. Miró hacia arriba una vez más y a pesar de no confiar en ella, se daba cuenta de que ella estaba de su lado.

”...Está bien. ¿Quién eres?” Le preguntó, poniendo una de sus manos en su pierna, por encima de la herida, y la otra en su costado, por encima de sus costillas. cerró los ojos, tratando de enfocarse, y pronto comenzó a utilizar geomancia una vez más. Hacía algún tiempo, el y su tío se habían dado cuenta de que había una parte del ser humano que podía ser controlada con su magia: Los huesos. Se dieron cuenta de que dentro de estos, habían minerales puros, y si habían minerales, podían manipularlos. Kat podría observar como se retorcía el interiór de su piel, Lazarus apretaba los dientes, aguantando el dolor que involucraba mover sus propios huesos y prácticamente coserlos mágicamente, conectando las partículas de calcio dentro de estos; a pesar de que Lazarus no sabía exactamente cual era el mineral que se encontraba dentro de si mismo. Una vez que el proceso estuvo terminado, aun jadeando de dolor, puso su mano en el suelo, encima de una de las piedras de la calle. Esta se pulverizó al instante, y con movimientos de sus dedos, el polvo se dirigió hacia dos partes: Los huecos en su pierna izquierda, y el corte que aún emanaba de su frente. El polvo se introdujo en las heridas, compactandose en una especie de pasta junto a su sangre, y haciendo presión interna. Esto las ayudaría a detener el sangrado. Mientras este proceso sucedía, Lazarus golpeó la tierra con su puño, tratando de aguantar el sentimiento de dolor que le erizaba la piel.

Una vez que esta prueba de resistencia terminó, Lazarus se incorporó. Aún le temblaba bastante la pierna y se notaba que su respiración era corta y poco profunda, pero no chistó. Recogió a su hermana en sus brazos una vez más, y le asintió una vez con la cabeza a la pelirroja, indicándole que estaba listo para seguirla.

En este tiempo, Lyn estaba sumida en un sueño oscuro. A su alrededor no había nada, solo una luz dorada que la protegía. Pronto, la figura dorada fue rodeada de sombras que querían atacarla, mientras la dorada se encontraba encima de ella como si de un león se tratara.. Pero pronto, una luz rojiza llegó del horizonte que hizo que las sombras se esfumaran. Una figura púrpura se plantó frente a la dorada. Lyndis sentía gran calidez de esta figura, y supo que los salvó. Inconscientemente, sus manos se apretaron en la chaqueta de Lazarus, y cuando la miró, vió que tenía una calmada sonrisa. Debía ser un buen sueño.

"Lazarus y Lyndis", se dijo para si misma. No hizo comentarios sobre lo que había visto en sus recuerdos, pero le ayudaba a entender un poco de donde venían. Lo observó con curiosidad mientras se alistaba, entendiendo que se trataba de un mago elemental. Identificó a Lyndis como la autora de la explosión, pues despedía una esencia mágica que nunca antes había percibido. No intento ofrecerse para cargar a la chica, sabía que Lazarus no se lo permitiría.

— La magia de tu hermana deja marcas importantes. Si posees un inhibidor, pónselo ya mismo.

Le hizo un gesto para que la siguiera y empezó a guiarlo entre las calles de Nueva Zophia. Para su suerte, una muchedumbre se había reunido en las calles cercanas del mercado, la curiosidad por saber que había generado tal desastre era mayor al miedo de empaparse. Mientras avanzaban y se mezclaban entre la gente Katrielle pensaba donde llevarlos, buscando un lugar en el que pudieran hablar con calma. Pronto, divisó un callejón entre calles que le serviría de refugio, ocultos por la sombras y la basura.

— No pareces ser alguien tonto, asumo que entiendes que tu vida ya no volverá a ser la misma. — Mientras hablaba, la muchacha buscaba algo en su mochila. — También conoces la magia, y por lo que veo sabes utilizarla. — Seguía rebuscando, con la mirada en su bolso. Cada tanto, se paraba a observar a Lazarus. — Lazarus y Lyndis Graves... ¿o Celical? Lo lamento, no quise leer tu mente, pero estabas tan estimulado que tu cerebro se abrió y no pude detener mis poderes.

Por fin, encontró lo que buscaba. De su bolso extrajo un pequeño frasco con un extraño líquido de color violeta. Le quito la tapa, que parecía ser de corcho, y se lo ofreció.

— Bebe, te ayudara con el dolor. — No esperó que lo aceptara para seguir hablando. — Mi nombre es Katrielle Vawynn y soy una maga, como tu y tu hermana. Quizás encontrarte con gente como tu sea extraño, pero antaño Zophia fue una tierra de magos. Hasta que Yeris y su imperio nos arrebataron todo. ¿Eso también lo sabes?

Un inhibidor, eh..

El que Lyndis traía puesto antes de que empezara todo este enrollo se encontraba roto en su bolsillo.. Lazarus miró su propio dedo, donde un anillo simple de plata se encontraba. Este fue el inhibidor que le regaló su padre a los 18 años… Le dijo que la magia Celical no era fácil de controlar, y que esto lo ayudaría a esconderse de ojos que lo buscarían. Suspiró, y lo sacó de su propio dedo, para ponerlo en el de su hermanita. No dudó en ponérselo, si lo que esta chica decía era verdad, ella lo necesitaría más que el. El ya se había expuesto lo suficiente. Esperaba que al menos esto sirviera para mantenerla a salvo por ahora. Repararía su collar después.

”¿Marcas importantes, eh…? Me pregunto qué querrás decir con eso.” El adulto joven murmuró mientras su salvadora le hacía una seña para seguirla.

Lazarus siguió detrás de la pelirroja con Lyn entre los brazos. Su cabello era fácil de distinguir entre los colores oscuros de los callejones, lo cual lo ayudó bastante a seguirla. Aguantando el dolor en cada paso, y sin conocer la gran cantidad de atajos que la chica tomaba, rápidamente perdió la dirección en la que se encontraban. Estaba a merced de ella, por la mayor parte. Cuando llegaron a un lugar adecuado, la chica se detuvo y comenzó a hablarle. Mientras buscaba en su mochila, Lazarus dejó a Lyn descansando contra la muralla, trayendo su brazo a su cara para limpiarse la sangre que la manchaba. Recostó su espalda contra la misma muralla. Podría haber parecido un gesto descuidado, pero mientras mayor superficie de su cuerpo tuviera tocando piedra, más fácil sería para el detectar si alguien se aproximaba. Mientras buscaba, en lugar de darle mucha información, solo respondió ante la única parte de lo que dijo que le produjo una reacción emocional.

”Graves. Lyn ni siquiera sabe de nuestro padre. Y no te preocupes, entiendo.. Tal vez deberíamos darte a tí un inhibidor, ¿no?” Lazarus bromeó, mirando hacia la calle.

El modo del chiste fue tan plano que poco se notó de que fuera sarcasmo, y la preocupada expresión de Lazarus mientras veía sombras pasar apresuradas a lo lejos del callejón. Cuando la chica le ofreció un líquido, Lazarus lo tomó sin dudas, dando un solo trago para absorber el líquido lo más rápido que pudiera. El sabor era extraño, nada que hubiera probado antes: Dulzón y herbal.. Pero pronto sintió que el dolor que lo mantenía distraido comenzó a amainar. Le pareció más fácil escuchar a la chica ahora.

”Katrielle.. Gracias por tu ayuda. No se si podrías llamar a Lyn maga… Eso fue lo único que la he visto hacer. No esperaba que algo así pasara, no tan súbitamente.” Cuando Kat explicó brevemente la historia de Zophia, Lazarus asintió, mirando nuevamente hacia el callejón. ”Sabía que los magos eran mucho más comunes antes de la ‘Liberación’. No se nada sobre Yeris ‘arrebatándonos’ algo..” Una vez más miró suspicazmente a la joven, quien tenía sus ojos atentamente puestos en el. ”¿Es importante? Y.. ¿Tiene que ver con tu razón para ayudarnos…? Ah.. No importa. Nos ayudaste, y eso vale más que cualquier palabrería.”

Lazarus se detuvo por un momento para observar a la chica. Sus ojos se veían algo hundidos, su respiración era profunda y agotada… Probablemente había usado mucha de su energía en ese hechizo oscuro de antes. ”... Déjame regresar el favor. No he hecho esto antes, pero en teoría debería funcionar.” Dicho esto, Lazarus cerró sus ojos, y comenzó a resonar. Sintió las vibraciones de Lyn a su lado.. Eran débiles, mucho más endebles que la última vez que las observó… Y sintió las vibraciones de Katrielle frente a el. Sus reservas definitivamente estaban bajas. A través de esta resonancia, Lazarus comenzó algo que había leído en los tomos: Transferir algo de su energía mágica a la chica. Si funcionaba, Katrielle se sentiría.. Algo revitalizada, capaz de volver a utilizar magia si la necesitaba. Luego de un breve rato, Lazarus dejó la conexión, algo más cansado que antes pero aún perfectamente capaz de moverse y usar Espira si la necesitaba. ”Entonces, Katrielle.. Si no podemos volver a nuestra vida, ¿cuál es tu plan?”

El montaje del troll fue todo un éxito, mas de lo esperado. No solo los soldados que quería, toda clase de gente termino cayendo al mercado, entre sorprendida y aterrada por el monstruo de tres metros y medio. A él solo le interesaba los soldados, así que fue directo a por ellos. Con una precisión que demostraba los años de practicas, a medida que se ponían a rango, Edulbo tiraba apuntándoles en el pecho o la cabeza. Caían uno por uno, como pájaros. Solo un par de avispados notaron la muerte de los guardias yeritas y salieron horrorizados del mercado, el resto quedaba cautivado de cómo el troll bailaba torpemente como odalisca.
Se sintió mas aliviado cuando apareció la novata con el elfo rescatado. Su preocupación era que la cague en su parte del plan y la acaben matando por su incompetencia, y al final tener que buscar él solo la maldita casa Venberos. Le intrigaba saber cómo descubrió que era él teniendo en cuenta su disfraz de soldado, quizás le delataba un poco el estar separado y escondido de sus otros "compañeros".
Escuchó la pregunta de la chica y se puso a pensar si conocía una ruta de escape.

- No tengo idea, perdón. No suelo concurrir por este lado de la ciudad. Aunque no creo que sea necesario, los soldados estarán entretenidos intentando explicar a la muchedumbre qué paso acá y seguro también persiguiendo a la propia Kat que estará haciendo de las suyas. Mientras no destaquemos lo suficiente y mantengamos bajo nuestra aura mágica, no tendría que pasar nada. Tengo un plan.

Tiró tres veces de su oreja izquierda y del suelo, como si estuviese hecho de jirones de niebla, emergió de a poco su fiel corcel onírico. Al momento de ser invocado, el orgulloso animal de porte imponente les regaló una mirada de desprecio a los dos elfos. No sabe hablar pero con sus ojos parece que dijiera: ¿Quienes son estos microbios que tengo en frente?". Pese a su corta altura, Edulbo se subió a él de un salto y acarició su crin espectral. La actitud con su dueño era completamente diferente, expresaba cariño y un respeto que solo con unos pocos tenía. Posó su mano en la cabeza del animal y de dicha cabeza hasta los pies lo empezó a cubrir una membrana ilusoria que ocultaba su aspecto sobrenatural para hacerlo pasar como un caballo común y corriente.
Edulbo y el caballo arquearon la ceja casi a la vez con la pregunta del elfo. El mediano un poco entendía su preocupacion, pero, a diferencia de Kat, él no tenía la paciencia con los nuevos como para hacer contarle todo el cuento de la antigua Zophia y la realidad sobre la magia.

- ¿Por qué tenemos que presentarnos? ¿Por qué no te presentas tú? Aparte que te salvamos el culo y queremos hacerlo por segunda vez, el señorito nos exige cosas a nosotros

El caballo da unos paso hacia adelante, en dirección al elfo.

- ¿Quien soy yo? Es irrelevante. Lo único que necesitas saber en este momento es que eres un mago, un hechicero, un taumaturgo...como quieras llamarlo. Las pruebas te delatan y, como eres un usuario de la magia, como yo, como la elfa y varios mas que conocerás mas adelante, nuestro deber en este mundo es evitar que los nuestros no terminen como leña para las hogueras imperiales. Tienes dos opciones: te subes al caballo junto con la otra elfa y escapas con nosotros o...

Las gotas de lluvia se detenían alrededor del elfo. Se unían una con otra, formando así pequeños proyectil de unos 7 milímetros que quedaban suspendidos en el aire. Cuanto menos se lo esperaba, estaba rodeado por una decena de ellos en todas las direcciones. Era una demostración de qué tan desarrollado tenía su telequinesis.

- ... o te mato acá mismo como signo de misericordia. Rápido e indoloro. Es un trato mejor que el que recibiras si te atrapa la guardia yerita, cosa que harán en cuestión de segundos si no aceptas nuestra ayuda.

Uno de los tantos proyectiles que lo rodeaba giró hacia una de las piernas del elfo rescatado y salio disparado a toda presión. Le erró por solo unos 4 centimetros pero hizo un pequeño agujero en el piso, demostrando su poder de destrucción.

Anric

- Callate puta

Lazarus casi sonrió ante el agradecimiento de Katrielle, y su cumplido. Pero su templanza sólo llevó a que la mirada suspicaz con la que la miraba se suavizara a una de aprecio.

”Me queda mucho por conocer de mis disciplinas… Pero es un honor viniendo de una maga experimentada.” Respondió cordialmente, indirectamente agradeciendo el cumplido.

En su espalda y sus pies sentía cada vez menos vibraciones provenientes de pasos apresurados, lo cual le permitió calmarse un poco, pudiendo mirar a la chica directamente. Se estaba estrujando el cabello de la humedad, lo cual le dejaba sentir el agradable aroma de su perfume, a pesar de estar del otro lado del callejón. Era bastante atractiva, mucho más de lo que las chicas del campo. Probablemente si fuera más joven se hubiera infatuado; pero en su edad, la chica era un poco muy joven para su gusto. Notó que, mientras hablaba del poder que demostró Lyndis, sus ojos se ponían oscuros.. Le recordó al hechizo oscuro que utilizó para rescatarlos. Mientras buscaba en su bolso, Lazarus asintió levemente con la cabeza.

”Lograr lo que ella se proponga… Espero poder enseñarle a controlar ese poder.” Lazarus retornó sus ojos a Lyndis, quien ya se notaba respiraba con más normalidad. Definitivamente despertaría pronto. ”Ya me preocupaba de que pasara algo similar a esto… Pero creí que el inhibidor que le dí sería suficiente para sellarlo hasta que pudiera hacer algo más permanente.”

Su pequeño discurso fue interrumpido por Katrielle, quien le enseñó su artefacto de absorción, el cual le prestó. Por supuesto, mientras escuchaba la historia de Zophia, Lazarus se puso en una rodilla para utilizarlo en su hermanita primero, notando que ya se comenzaba a mover y a balbucear en su sueño. Eso le trajo mucha tranquilidad, era la Lyndis que conocía. Mientras utilizaba el artefacto para secarse a si mismo volvió la mirada a la maga.
Se notaba que su pasión por la causa era legítima. Notaba con la emoción que hablaba de la caída de la vieja Zophia, y de cómo hacía una mueca de tristeza y remordimiento cuando habló sobre el estado presente de los magos. Mientras la escuchaba, asentía con la cabeza, pensando en que era consistente con la manera en que Julius escondía la mansión antigua Celical con una ilusión de ruina dilapidada, y el secretismo detrás de la historia y los tomos que se encontraban dentro de esta. Las historias sobre todo tipo de magos y disciplinas, y la súbita caída de tomos luego de la liberación, con tal vez 3 escritos en los últimos 500 años, desarrollando sobre teorías ya establecidas por los anteriores y en maneras de suprimir y esconder rastros de mana. Pero había algo que no cuadraba en la historia de Katrielle. Siguió escuchándola hasta que terminó, con su proposición de que el y Lyn se les unieran. Antes de responder, Lazarus cerró los ojos, tomando una pausa para pensar.

”Asi que quieres juntar un ejercito de magos para tratar de derrocar el orden imperial. El mismo orden que hace siglos logró doblegar a un continente completo lleno de magos. Veo dos opciones: Una, ellos tenían una cantidad de poder mágico similar a Zophia, lo cual veo poco probable siendo que no hay nada para los magos en ese trato.. Y la otra, es que tienen un arma que nos convierte en nada más que inútiles. Y por la manera en que han seguido pudiendo dominarnos durante toda la historia conocida, probablemente aún tengan esa arma… Sabiendo eso, ¿Aún crees que un círculo de magos clandestinos y un tal Príncipe Elegido sean capaces de derrocar a Loyset? Con todo eso dicho.. Tienes un buen punto. Lyn y yo no podemos volver a casa, no solo pondríamos a mi madre y mi tío en peligro… Si tienen alguien con habilidades como las tuyas, también encontraran a mi padre, y la mansión.”

Lazarus tomó otra pausa, con un suspiro profundo, y abriendo sus ojos ámbar para mirar a los ojos verdes de Kat. No quería poner a su familia en peligro, y no quería poner a Lyn en peligro.. Pero cuando la miraba, y escuchaba su historia, sentía algo especial. Sentía esperanza, esperanza de que… Si se aliaba con ella, su hermana podría vivir en un mundo en que no se encontraba en las fauces de un lobo… Y en un mundo en el que hay magos por doquier.. Tal vez existía uno con poderes que pudieran curar la enfermedad de su madre. Su mirada no lo mostraba. Se encontraba estoica, impasible, pero dentro suyo había una gran lucha entre ambos lados del argumento… Realmente quería pelear. Realmente quería dar todo de sí para un mundo en el que sería libre de la cadena que era su condición como Mago… Pero no podía poner a Lyndis en peligro, no por decisión propia.

”Katrielle, lo lamento. Yo..


”Nos uniremos a tu causa”.

La mirada de Lazarus y Kat se fijarían hacia abajo, en la chica que se acababa de incorporar, sonriéndole dulcemente a Katrielle mientras se frotaba un ojo. Tornó su vista a su hermano mayor, sonriendo con los dientes de oreja a oreja.

”Perdón Lazo-sui, creo que la cagué” rió.

Lazarus la miró con los ojos de preocupación que había tenido hasta entonces, pero luego quebró en una sonrisa aliviada. Esta niñata a veces lo ayudaba más a el de lo que el a ella. Le puso una mano en su melena rubia desordenada, frotandola rápidamente.

”No digas palabrotas Lyn.” Le respondió, riendo un poco. Miró una vez más a la pelirroja frente a el, mientras Lyndis se incorporaba, y le dió una pequeña reverencia con la cabeza. ”Katrielle Vawynn, los hermanos Graves se encuentran a tu disposición.”

”¡Y gracias por ayudar a Lazo-sui, purpura!” Le sonrió Lyn, extendiendole la mano.

Edulbo es el último en bajarse del caballo. Cuando pisa el suelo, su montura da media vuelta y regresa al reino de los sueños, desapareciendo ante sus ojos. Miró un poco la fachada de la mansión, le parecía un bonito lugar para vivir; una verdadera lástima por lo que estaba obligado hacer.
Fue de los primero en entrar a la mansión. A pasó apresurado y cambiando en medio de la marcha del disfraz de enano guardia yerita a uno mas "amable", el de un enano granjero, calvo y viejuno. No le tomo mucho tiempo en toparse con los nuevos reclutas. Eran cinco, siete contando con los dos elfos. Eran más de los que esperaba, demasiados que controlar, demasiados que cuidar. Como ya dije, él no es una niñera y que un solo mago los cuide a los siete hasta llegar con El Circulo sin que ninguno salga herido le parecía a Edulbo una tarea titanica. Al estar parado en frente de los cinco, la boca le sabía a cobre. Tenia la escopaestesia bloqueada pero aún así podía sentir la señal que emitía cada uno de sus miradas. Raz no era la excepción, sentía mucha curiosidad por ese tal Edulbo. Mientras pensaba que las palabras decir, inspeccionó cada uno de los reclutas y se llevó las manos en el bolsillo donde tiene la pipa y el tabaco. Todo húmedo por la maldita lluvia, refunfuño al no poder fumar. Cuando su mirada se cruzó con la de Azghal y el deserto que le había hablado Kat, ni intento esconder su cara de desagrado y escupió en el piso. Se había olvidado completamente ellos dos. Algo que ya tenia seguro es que por el amor de todo lo sagrado ninguno de ellos pondría ni un solo pie dentro de El Circulo y no se discute de ninguna manera.

Edulbo: - No tenemos tiempos para presentaciones, a ustedes no les importa quien soy yo y a mi no me importa quienes son ustedes, pese a que a algunos de los que están acá la reputación le precede - Ironizaba el mediano y clavaba sus ojos en el heredero fugitivo. "¿Cuanto oro pagaran por su cabeza? Seria unos buenos ingresos para la organización" pensó por unos segundos. Soy un amigo de Katrielle y en su ausencia yo estoy a cargo. Por el bien de ustedes les digo que sigan mis ordenes o nos perjudicaran a todos. - carraspea- Tenemos como mucho veinte minutos antes de que los soldados caigan a esta mansión y, perdón que se los diga, pero yo no soy Kat como para tener que salvarles el culo a todos ustedes otra vez. Prepárense porque nos iremos a un lugar secreto donde estaremos a salvo, aunque antes, con el permiso de Saphielle Venberos, tengo que recoger algo de su familia que nos vendrá muy bien para lo que se viene. Mientras estoy ocupado con eso, en vez de tener sus manos ociosas empiecen a juntar cualquier cosa inflamable que este en esta casa y armen hogueras cerca de las estructuras fundamentales de la casa. - Gira la cabeza hacia la Venberos y con una pena genuina le susurra- Perdón Saphielle, pero esto es necesario. No hay que dejar rastros. -  Se dirigirse al resto- A trabajar, no hay tiempo que perder. - Aplaude dos veces y vuelve a hablare a Saphielle- ¿Me indicas donde esta lo que venimos a buscar?

Los dos se esfumaron de la sala y fueron a toda prisa a por la boveda de la familia Venberos. Mientras, en dicha sala, Razvan quedo mas confundido de lo que ya estaba. ¿Donde esta Kat? ¿Quien era ese enano? ¿En serio hay que volver a escapar de los soldados, asi es la vida de la resistencia? Lo más importante ¡¿Es necesario quemar la mismisima mansión de los Venberos?! No lo entendía, pero quizas al ser nuevo en todo esto existía una lógica que se le escapaba de su todavia mundana cabeza. Con su cimitara empezó a partir en medio varios mueblos y apilarlos en uno de los rincones de la casa. Preocupado por lo que pensaba Zuri, se acerco a ella y entre susurros preguntó:

Razvan:- ¿No te parece un poco demasiado la idea de incendiar la mansión? Ese enano esta completamente loco...

Tanto el oro como las armas prometidas se encontraban en una boveda oculta en los aposentos de Venberos padres, en la planta alta de la casa. No les costó mucho en llegar a él, el problema era cómo transportarlo todo. La forma más segura, que era la que ya tenía pensada Edulbo, era usar unos sacos de tela que rescató de su anterior base. Cuando comenzó a llenar los sacos, no tuvo mejor idea que hablar a la elfa.  

Edulbo:-Te lo vuelvo a decir, perdón por esto pero es necesario por el bien de tu familia. Dejar esto intacto es entregar en bandeja de plata a tus padres porque los yeritas no solo cazan a los magos sino que ademas tienen un apetito particular por su circulo intimo. Bajo la sospecha de ser colaboracionistas u alguna idiotez parecida, los torturaran hasta que no le resulte mas útil y los descartaran en alguna fosa común. Es duro, pero así es la realidad.

Finalizado el trabajo, salio de los aposentos moviendo una bolsa con las manos y la otra con pura telequinesis. Antes de bajar, pensó en proponerle a ella algo que le gustara.  

Edulbo:- ¿Conoces el nombre completo de alguno de tus padres? ¿Sabes a donde viajaron? Porque, si quieres, con mis poderes puedo mandarle un mensaje a uno de tus padres con el contenido que tú quieras y obviamente para avisarle sobre toda esta nueva coyuntura.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

[...]

El frío hacía que las lágrimas casi se le congelaran en el rostro, pero ella debía estar ahí. ¿En verdad era una maga, como le había dicho su padre? Las manitos de Katrielle se apretaron en su vestido, mientras veía como su papá cavaba el pozo. A los pies de la niña estaba el cuerpo de Rubbers, su conejito. Si en verdad era una maga... ¿por qué no podía hacer que Rubbers siguiera corriendo por el jardín? ¿Para que servía la magia sino para proteger a los que amas? La muchachita no lo entendía. Es difícil entender la muerte con solo cinco años, mucho menos hasta donde podemos intervenir para detenerla.

— Vamos, despídete de Rubbers. — Dijo su padre, mientras tomaba el delicado cuerpo del conejo con ambas manos.

Se acercó, dando dos pasitos, y abrazó a su mascota, entendiendo que sería la última vez que lo vería. Le dio un beso entre las orejas y susurró.

— Adios, Rubbers. Siempre, siempre te que-.

No pudo terminar de hablar, pues su voz se quebró. Miro a su padre, angustiada. Le sonrió con extrema dulzura, intentando tranquilizarla.

— Rubbers debe ir a descansar, princesa. Recuerda, siempre, que los que te quieren de verdad, siempre estarán contigo, púrpura.

[...]

Sonrió, mirando a la muchacha. Estaba emocionada y, aunque intentó ocultarlo, tuvo que secarse los ojos para no derramar lágrimas. Por fin había entendido, gracias a la magia de Lyndis, porque su padre la llamaba así. Su madre no era maga, así que sabía pocas cosas de la magia de su padre. Los miró a ambos, pensando en que tanto podían quererse dos hermanos.

— Bienvenidos a la causa, entonces. — Dijo, con una amplia sonrisa. Recordar a Rubbers y a su padre la hacían sentirse feliz, era la única forma de tenerlos presentes. — Espero que entiendan lo afortunados que son de poder estar juntos. No los conozco, y quizá sea algo difícil de prometer, pero haré lo que pueda para que puedan vivir la vida que se merecen. Haremos de este mundo un lugar mejor. Para todos.

Estrechó la mano de Lyndis, con fuerza. Verlos a ambos ser felices le daba esperanzas. Luego, miró a Lazarus, para contestar sus dudas.

— Derrocar a Loyset es solo la parte final de nuestra travesía. Primero, debemos encontrar al heredero y liberar los recuerdos del príncipe. La gente es nuestro arma más importante.

Dicho todo lo que tenía por decir, intentó comunicarse con Edulbo. Ya estaban listos para la asamblea.