En el ojo de la tormenta

- Usaré mis armas si no te molesta, Grommash. - Dije, para luego contestar a Glover. - Nosotros dos trabajaremos solos, es a lo que estamos acostumbrados. A veces es mejor estar acompañado de gente con la cual te entiendes, hacer equipo con un desconocido no suele dar muy buenos resultados. Si quieren seguirnos, adelante, pero deberán seguir nuestros planes.

Volví a la realidad debido al ataque de los trasgos. Dicho esto, dándole una última mirada a Edil, comenzamos a correr y buscar un lugar donde comenzar a efectuar un plan.

-Yo ire igual por mi camino, tengo un plan tambien, por suerte no tendre molestias.
Dije, mientras me alejaba, me mezclaba con la oscuridad, para que no me detectaran, asi podia caminar tranquilamente en sin que notaran mi presencia o olor, hasta llegar a cierta distancia de ellos, en ese momento, dije una frase corta, pero que se logro escuchar por todos lados como un eco: -Anima autem speculatio y varios reflejos mios intocables aparecieron, estos eran solo espectros intocables, se ponian delante de varios trasgos para que se atacaran entre si, y poco a poco se eliminaran entre ellos, mientras esperaba el movimiento de los otros, aun no actuare yo.

En un instante un gran grupo de trasgos fue calcinado por la magia de Elrohir, mientras que otros caían de sus monturas por una ráfaga de viento o por el repentino freno de las mismas, que se veían atadas al suelo por las raíces de los árboles.

- Moonlighting tout ce que vous touchez , donnez-moi votre force. ("Luz de luna que todo lo tocas, dame tu fuerza.)

De pronto, para sorpresa de los trasgos y mis propios "compañeros", el cielo se oscureció. El sol aún estaba ahí, pero parecía débil, sin fuerzas, como si se le hubiese sido arrancada.

- A la lumière de la nuit , tomber décideurs de la douleur. ("En la luz de la noche, caerán los hacedores del dolor.")

Muchos de los trasgos comenzaron a sentir un dolor insoportable en la cabeza. Algunos caían al suelo, tomándose fuertemente de las orejas, mientras que otros solo se desmayaban, y a algunos hasta les "explotaba" la cabeza y caían muertos.

- Bonne nuit. ("Buenas noches.")

La oscuridad desapareció, el sol estuvo libre una vez más, calentando todo a su paso. Aprovechando que mi hechizo aún mantenía efecto en los trasgos comencé a disparar flechas, haciendo caer a los trasgos uno por uno, mientras que Elrohir continuaba atacando con su magia elemental.

Cuando observe el ataque de Mireia y el elfo, no pude aprovechar mejor momento para dar un ataque sorpresa al Centinela y a su drukarch, para asi quitarme una molestia que podria pasar a mayores, ese ataque se baso en lanzar "cristales" oscuros sin parar, atravesandolos sin piedad.
Mientras me acercaba, procupaba ponerme detras del lider para con una patada, lanzarlo con potencia lejos, antes de que tocara el suelo, lanzarle 4 cristales, brazos y piernas, y asi dejarlo totalmente inmovil, el problema es que cada bestia que mato regresara despues, maldicion, aunque aprovechando que... no, es demasiado arriesgado para hacer eso, mejor no.
Observando que no se levantara, lo toque, y le inserte magia negra en su cuerpo, como si fuera un veneno doloroso que le afectaba los musculos, siendo muy doloroso, las venas tomaban un color negro brillante, asi no podria hacer nada, solo esperare unos minutos a que empiece a perder su resistencia, y lo quitare, para mantenerlo vivo.
-Hoy no es tu dia de suerte, amigo.

-Tu no escaparas asi de facil, asqueroso trasgo.
Dije, cuando levante la mano y dije

"In mundo viventium, comitem mortis." cuando a mi alrededor aparecieron muchas runas haciendo un circulo, ese circulo lo que hacia era mantener las almas que habian muerto hace pocos segundos, y mantenerlas bajo un fuerte control, y cada vez que se intentaban liberar, estas eran torturadas, sin hacerle un daño a su alma.
Asi, lograria que el lider no se fuera al Inframundo, y la mantendria aqui para sacarle informacion.
-No escaparas de mi, Arkay no te protege. dije con una sonrisa.

- Tu serás el que no escape de mi.

El mago nunca pudo ver como yo iba a toda velocidad, corriendo hacia el. Un fuerte puñetazo en el centro de la máscara le hizo caer un metro atrás, partiéndose así la máscara, de una inusual dureza. Había sufrido un pequeño corte en la mano, pero nada importante. Me acerqué a el, notoriamente enfadada, viendo su rostro por primera vez.

- Acabas de dejar escapar una oportunidad de obtener información valiosa, idiota. Ese tipo nos servía vivo, más te vale que puedas sacarle algo de jugo a ese imbécil trasgo. Eres un estúpido, Ashtar.

El enfado pasó a ser sorpresa. ¿Desde cuando conocía yo a este tipo?. Nunca se había presentado, y aún así sabía su nombre.

- ¿Por qué se tu nombre?.... No me digas que... ¿Tu y yo nos conocemos?. Yo... no puedo recordar. Se que puedo olvidar cosas por mi magia, y tu si me conoces. Tu... ¿Eramos amigos?. Supongo que... algo habrás hecho para que te borrara de mi vida...

Auch... eso dolio, y mi mascara se rompio, que desgracia.
Me sorprendio como logro decir mi nombre, vaya, al parecer mi identidad acaba de ser revelada, que desgracia... ahora el otro tipo se pondra mas enojado que antes, maldita sea, ¿tienes que ser asi siempre?
Me levante, y me reincorpore, gracias a la caida de mi mascara mi rostro estaba expuesto, es que enserio es una desgracia...
-Maldita sea Mireia... ¿siempre tienes que arruinar el factor sorpresa? dije con una pequeña sonrisa.
-Tu y yo nos conocemos desde hace muchisimo tiempo, solo que al parecer me borraste de tu memoria, no te culpo, al final no me soportaste nunca, eso fue una pequeña desgracia. dije con una pequeña risa.
-Eramos buenos amigo hasta que crecimos, gracias a mi conociste a tu hermanita y tal y tal, pero me borraste, eso me dolio un poco, pero bueno...
Mire al trasgo arenoso (:v) y le dije:
-Bueno, mas que nada hay que sacarle informacion sobre varias cosas, primera, la ubicacion de sus camaradas, campamentos, todo lo que sea posible, sus fuerzas, y mas importante, hay que sacarle la informacion de donde se ubican los malditos que estan liderando este apocalipsis, si consigues algo sera de mucha ayuda.
Dije con una sonrisa para seguir.
Y si, hablaras tu con el, al parecer te tiene mucha confianza, es mejor que vayas tu. cuando mi sonrisa desaparecio y aparecio un rostro serio y frio.

Escuché atenta las palabras del semi-orco, preocupada por lo que podía llegar a ocurrir, tanto que no prestó atención a lo que había ocurrido con Glover y Ashtar. Mi mirada se tornó fría, como si supiera lo que vendría.

- Que vengan, entonces, los estaremos esperando.

La llegada de los ciudadanos me tomó por sorpresa y, retomando mi carácter natural, comencé a saludar a la gente.

Me quede observando a los anillos como intentaban asfixiarme, pero solo lance una sonrisa cuando aparecieron los ciudadanos, y me levante como si no hubiera pasado nada, recuperado completamente, con una sonrisa perturbadora observe al naturalista, como burlandome de el, incitandolo a luchar contra mi.
Mire al orco, y le dije:
-Si eso es cierto, en ese caso estamos en serios problemas, pero da igual, tenemos que prepararnos, pero si traemos a todos los ejercitos aqui, lo demas estara desprotegido, no se si sera una buena idea.
Luego observe al naturalista, esta magia es de mis favoritas...
Susurre suavemente:
-Signum huius est peccatorum memoriam. esta magia se puede usar a largo alcance, hasta donde alcance mi vista, y lentamente, le hara efecto, y su complejidad hace dificil de curar por magia, jajaja... esta magia hace que todos tus pecados o cosas que tu te arrepientas te hagan pagar recibiendo dolor y agonia en tu cuerpo, como si lo torturara su pasado.
Your praeteritum vos consumat.
Y con eso, el efecto empezaria como un pequeño dolor de pecho, para irse extendiendo con un tatuaje en todo su cuerpo lentamente, hasta llegar a todo su cuerpo, aunque esto no mata, pasara un mal momento.
Rapidamente alce mi mano, para lanzar una señal a los Enanos, como si fuera una Bengala, por mas lejos que estuvieran, cualquier Enano podria sentir mi aviso de advertencia, este hechizo fue hecho por un enano, jo, el Viejo Baldur, tengo tiempo de no visitarlo, me pregunto si sobrevivio, ya esten en Etheit o Belegost, reciban mi llamado, maldicion...

Di un chasquido y hice desaparecer el efecto, aunque el dolor aun permanecera por unos minutos, me acerque simulando un sentido de preocupacion, me agache, y le dije mientras lo intentaba levantar:
-¡Oh, no puede ser! ¿estas bien? me acerque a su rostro, y susurre suavemente: vuelves a intentar hacerme daño, y la proxima te enviare al Inframundo, para que te corrompas.
Y me acerque a Mireia, cuando le dije:
-Deberias curarlo, ese dolor es temporal; aun asi, ¿conoces el termino ojo por ojo diente por diente? seguro te diste cuenta, intento asfixiarme hasta matarme, si no fuera por los que llegaron, ahora yo hice que sufriera, ¿se lo merecia? bueno, intento matarme, yo me vengue, es lo justo. Dije con una sonrisa.

- ¡CALMENSE TODOS!.

El grito, que calló a toda la multitud, resonó por los oídos de los presentes. Me acerqué a Glover y me acuclillé, obligándolo a tumbarse boca arriba, puse una mano en su pecho. Una fuerte luz blanca comenzó a ingresar desde mi palma a Glover. El muchacho quedó en silenció por unos momentos, para luego despedir una esfera de energía gris que se elevó hacia el cielo y exploto metros arriba. Mire a mi compañero, con una sonrisa compasiva.

- Te sentirás mal durante un rato. Si vomitas no te asustes, es lo mejor que podría pasarte. He lavado gran parte de tu cuerpo, por lo que aún está sensible.

Me incorporé y caminé hacia Ashtar a grandes sancadas. Lo tomé por el cuello de la túnica y lo arrastré hasta hacerlo estrellar contra un árbol. Aunque no lo pareciese tenía una fuerza bastante desarrollada a pesar de mi pequeño cuerpo. El azoté contra el tronco hizo caer unas cuantas hojas y ramas no muy grandes, incluso una lo golpeó en la cabeza. Apreté con fuerza, haciendo que su propia ropa le dificultase respirar.

- Mira, Ashtar, no me interesa que haya pasado entre nosotros, o por que demonios decidí borrarte de mi memoria. Pero que te quede claro, y bien grabado en esa cabecita podrida que tienes: vuelves a tocar a uno de mis aliados y te juro que haré que sufras el mayor dolor que hayas sentido en tu vida. Y me importa una mierda que el te haya atacado primero, te lo mereces. - Lo solté, aún furiosa. - Imbécil.

Me alejé, volviendo al lado de Grommash y Elrohir, que ayudaba a incorporarse a Glover.

-Vaya, hasta donde a llegado la hipocrecia, Mireia Nailet.
Dije en voz alta siguiendo lentamente sus pasos, como si me burlara.
-Me dices en pocas palabras que el me puede atacar a mi, pero yo no a el, ¿no te suena algo "hipocrita" de tu parte, guardiana? es como que te ataque a ti un amigo del elfo, pero claro, tu no puedes atacarlo porque el es "aliado" del Elfo, arriesgando un poco tu vida, ¿suena gracioso, no? ¿tanto es tu afan de proteger a las personas? ahora uno no puede defenderse, suena muy gracioso.
Dije con una pequeña risilla.
-Es por eso que no respeto tu estilo de vida y tus ideales, tanto en el pasado como en el futuro, tus ideales siempre han demostrado que todo equivale a los sentimientos; aprende a vivir con tu verdad, por mas que te duela, Mireia Nailet.
Dije cuando me di la vuelta, y me converti en humo para desaparecer y regresar tranquilamente a la posada, antes de que pase a mayores.

Lo miré, con pena.

- Señor, lamento decirle que... no hay nada que usted pueda hacer por salvar esta ciudad. Me presento: Soy Mireia Nailet, de la Casa Nailet y segunda a su mando, Dama de Nártidan, primera clase, Sub-Jefa de la Corte de Hechiceros 6de Nártidan, Guardiana de los secretos del reino y Teniente General/Almirante del ejercito real. No quiero que se asuste, coronel, pero una guerra está a punto de desatarse en Nártidan. Belegost ha caído, como también lo han hecho Areingeith, Brelio, Cirilio, Velessa y Arklorum. Nuestro ejercito, de momento, contará con más de 300.000.000 hombres, o al menos eso es lo que esperamos, a menos que se nos sea notificado que alguien más se una a nuestra causa. Nuestro enemigo es el mismo inframundo, coronel. Tenga en cuenta que, si nuestro ejercito es numeroso, el de los muertos será mayor.

Pase durmiendo un buen tiempo en lo que llegaban a la posada, y tenia hambre, asi que tranquilamente con una sonrisa sali de mi habitacion, y fui a comer algo pesado para ser cena, de todos modos pronto estare en varios problemas, asi que, ¿porque no disfrutar? el problema es que, ya conocen mi nombre y mi rostro, me pregunto como me trataran, seguro no se daran cuenta, eso espero.
Me sente, tome una orden, y observaba a los demas, al parecer el naturalista esta feliz tomando, me encanta ese hechizo definitivamente.

Una vez en la posada, todos más tranquilos, pude pensar en todo lo que había pasado hoy. Mientras comía la sopa de nergals que me había traído la camarera observaba a mi alrededor, con nostalgia. El recordar a Edil a mitad de la comida me había sacado el hambre.

- Yo... necesito descansar.

Se notaba a leguas que estaba a punto de llorar. Edil me había acompañado durante toda mi vida y, a pesar de que ya estaba bastante viejo, perderlo tan de repente era demasiado. Me puse de pie y fui a paso rápido a mi habitación. El establo no era una opción, pues me recordaba mucho a mi amado caballo.